sábado, 31 de enero de 2015

Conceptos para entender la autoestima.

    No ha habido forma para la definición perfecta de la autoestima, hay cientos de opiniones y descripciones distintas porque no es algo estático y objetivo que se pueda medir y observar fácilmente, es un acontecimiento dinámico y objetivo de nuestra mente y nuestro cuerpo. La autoestima es un sentimiento que nos permite valorar nuestra forma de ser, quienes somos y cómo actuamos. Implica respetarse a uno mismo y enseñar a los demás a hacerlo. En resumen es la percepción evaluativa que nosotros mismos.
    Su carencia es algo relativamente frecuente hoy en día ya que nos encontramos en una sociedad muy exigente que provoca miedos e inseguridades. Mejorar la autoestima y tener un concepto positivo y realista de nosotros mismo es la clave para desarrollar de forma óptima y adecuada nuestras capacidades, habilidades e ir superando, día a día, los obstáculos que nos van surgiendo, mejorando también nuestra relación con las personas que nos rodean.
    La baja autoestima tiene su círculo:
> Creencia negativa de que no valgo como ser humano, por lo que experimentó sensaciones físicas de frialdad, tensión...
> Elaborado pensamientos negativos sobre mi persona (no soy atractiva/o, soy tonta/o...).
> Experimenta una sensación de falta de seguridad en mí misma/o y de pesimismo, falta de confianza en el mundo y en las personas que me rodean.
> Elaboró la creencia de que es altamente imposible que consiga lo que deseo y necesito.
> Dejó de molestarme en tratar de conseguir aquello que deseo y necesito.
> Me doy cuenta que tengo menos éxito y felicidad que las personas que me rodean.
> Permito que las personas que siento que tienen más fuerza se aprovechen de mi.
> Comienzo a sentir rencor hacia las personas que tienen más éxito y capacidad que yo y a veces deseo que les vaya mal.
> Me considero una persona desagradable por tener estos pensamientos.
> Comienzo a comportarme de forma auto punitiva y autodestructiva, por ejemplo, sacrificándome por lo demás para ganar su autoestima.
> Me miro al espejo y veo el resultado de abusar continuamente de mi misma/o y de dejar que los demás abusen de mi.
> Vuelvo a experimentar una y otra vez el círculo vicioso de la falta de autoestima.
    El círculo de la alta autoestima:
> elaboró la creencia, consciente o inconsciente de que soy buena/o como ser humano.
> Comienzo a experimentar sensaciones físicas de calidad, relajación y vitalidad.
> Elaboró mentalmente apreciaciones específicas sobre mi vália, por ejemplo, soy atractiva/o, fuerte y saludable.
> Formó juicios de valor y creencias positivas sobre mi misma/o y mis posibilidades, por ejemplo, merezco ser feliz, tengo lo que necesito, me quieren.
> Experimenta una sensación de mayor seguridad y optimismo.
> Experimento sensación de confianza en el mundo y en las personas que me rodean.
> Elaboró la creencia de que es altamente probable que consiga lo que deseo y necesito.
> Ciento cómo aumenta el nivel de energía en mi cuerpo.
> Siento que mi mente está más ágil y que empieza a llenarse de ideas.
> Comienzo actuar para conseguir lo que deseo y necesito.
> Siento una sensación de orgullo, satisfacción y felicidad a medida que consigo lo que deseo.
> Elaboró la creencia de que poseo la capacidad para sentirme feliz y tener éxito cuando lo deseo.
> Experimento como trabaja mi mente de forma creativa para superar los retos y obstáculos que me impiden alcanzar el éxito y la felicidad.
> Ciento cómo se activa mi cuerpo con la emoción de este reto.
> Vuelvo a ponerme en marcha.
> Considero que mis acciones logran sus objetivos.
> Vuelvo a experimentar con más fuerza, aumenta mi autoestima.
    En definitiva, la persona, alta estima:
* Se respeta y se ama a sí misma.
* Acepta sus cualidades y defectos en virtud de su unicidad como ser humano.
* No caben comparaciones vejatorias.
* Es tolerante consigo misma y con los demás.
    No te asustes, son descripciones idealistas que se pueden usar para un modelo, pero si nos sirvieran para identificar dónde nos situamos, en que círculo o síntesis más identificados. Las personas con autoestima alta también tienen un poderoso efecto positivo en el exterior, las personas con un bajo nivel de autoestima suelen producir un efecto depresivo y a veces perjudicial sobre todo lo que les rodea.
    Todos los círculos que margues en baja autoestima, es preciso que busques cómo mejorar esa guía para poder elevar autoestima al más alto, para vivir mejor...


Estás preparado para cambiar tu equipaje... (Reciclan dote). Autoestima.

    Ya el calendario esta marcando el nuevo año. El ambiente suena a comienzo y renovación. Se respiran aires de cambio y todo invita a volver a empezar y a hacerlo de una forma diferente. Por mi parte te propongo que hagas una pausa, cierres los ojos y, con honestidad, observes tu vida y te preguntes si la persona que estás siendo es la persona que quieres ser y si tu camino de ayuda a sentirte pleno/a y feliz. Si no es así, puede ser un buen momento para "reciclarte y encontrar más y mejores vías de realización personal.

Reciclan dote: Siete pasos recomendados para favorecer los cambios positivos en tu vida.

    Reciclarte; a diferencia de empezar de cero, supone confiar en tu valor, en los recursos, en tu capacidad de transformación y en tu poder creador. E implica confianza en la posibilidad de encontrar nuevos cambios que favorezcan el despliegue de todo tu potencial. A la vez, requiere tomar conciencia de aquellos aspectos en los que te sientes estancado, de los temas abiertos que bloquean tu avance, de las áreas en las que te sientes insatisfecho, cansado o apático y de los sueños que reclaman tu atención. También conlleva para pararte, observar, reflexionan y hacer los ajustes necesarios para comenzar desde otra perspectiva y con renovadas fuerzas.

    Reciclarte implica aunar actitudes y herramientas que te ayuden a optimizar el viaje que te lleva desde tu ser, hasta tu ser más expandido.

    Por si crees que es tu momento de reciclarte, hoy quiero compartir contigo un ejercicio en siete pasos que puede ayudarte en ese proceso:

*Primer paso: Recuerda a donde quieres llegar. Repasa todas las áreas de tu vida y haz una lista de tus objetivos. Para realizar esta tarea de ayudara lo propuesto en los artículos.

"¿Tienes claro tu objetivo?" y "vivir, amar, aprender y contribuir".

*Segundo paso: ¿Con que cuentas para este viaje?. Se trata de descubrir lo que tienes y te resulta valioso, tal como es, para alcanzar tus metas. Se trata también de sentir agradecimiento por todo ello. Es un paso importante en el proceso de reciclaje o esta ayuda a recordar que cuentas con una base donde apoyarte.

¿Dónde estás respecto a donde quieres estar?.

¿Cuáles de tus cualidades que pueden ser útiles para lograr tus propósitos?.

¿Algunos de tus hábitos que resultarán especialmente beneficiosos?.

¿En cuáles de tus creencias o puntos de vista pueden apoyarte más?.

¿Qué recursos materiales tienes a tu alcance?.

¿Conque formación, aprendizajes y experiencias cuentas?.

¿Qué contactos, amistades o seres queridos que pueden apoyar?.

    Te sugiero, además, hacerte una pregunta: "¿Cuánto tienes aunque creas que ya nada le queda?".

*Tercer paso: Descubre lo que te ha sido útil en el pasado pero ahora es necesario transformar para que no te frene en el camino. Agradece lo y luego lleva a cabo los cambios necesarios.

¿Te ayudaría organizar mejor tu hogar, tu mesa de trabajo, tu economía o tu agenda?.

¿Sería útil poner mejores límites en algunas relaciones?.

¿Qué pensamientos o creencias necesitas transformar positivamente?.

¿Estás estancado en algún rencor?.

¿Hay alguna emoción que todavía no sabes cómo gestionan?.

¿Qué cambios concretos consideras urgente realizar para lograr tus metas?.

*Cuarto paso: Detecta todo aquello que quieres cerrar o soltar. Agradece lo que te ha aportado hasta ahora y déjalo ir. El objetivo es simplificar para avanzar a paso más ligero hacia el horizonte de tus sueños, concentrar su atención e invertir mejor tu energía. Repasa tus objetivos y encuentra lo que puede estar obstaculizando el balance en cada uno de ellos.

¿Sigues rutinas que te resultan nocivas?.

¿Acumulas ropa u objetos que te restan espacio y energía?.

¿Asumes más responsabilidades de las que puedes atender?.

Te aferras a creencias limitadoras?.

¿Mantienes relaciones personales que no deseas?.

*Quinto paso: Contempla todo lo que no puedes cambiar ni soltar y buscan nuevas formas de afrontarlo. Se trata de poder llegar a vivir estas situaciones con serenidad y sin que te desvíen de tus objetivos.

¿Tu edad te parece un obstáculo insalvable?.

¿Te resulta difícil afrontar alguna limitación personal o de tus seres queridos?.

¿No soportas a tu jefe pero te encanta tu trabajo?.

¿Tienes que lidiar con deudas o consecuencias de las acciones del pasado que ya no puedes cambiar?.

¿Estás tratando de asumir alguna pérdida?.

*Sexto paso: Concreta todo lo nuevo que quieres introducir en tu vida. Al soltar lo que no necesita has dejado espacio para lo nuevo.

¿Qué actividades pueden ayudarte a avanzar hacia tus propósitos?.

¿Necesitas alguna formación?.

¿Quieres experimentar con nuevos enfoques y actitudes?.

¿Te puede convenir introducir algún hábito alternativo?.

¿Quieres moverse en distintos ambientes sociales?.

¿Qué vas a hacer diferente?.

*Séptimo paso: Crea un buen plan de acción y empieza a llevarlo a cabo. Ahora ya tienes toda la información sobre lo que quieres soltar, lo que deseas atraer, lo que decides transformar, lo que necesitas afrontar de forma diferente y lo que sigue resultando útil tal como está. En el momento de pasar a la acción.

Para hacerlo te propongo seguir las pautas propuestas, "manos a la obra" y para mantenerte con perseverancia en tu camino de animo a practicar lo expuesto.

"¿Estás a la altura de tus sueños?".

"Superación personal; un juego en el que cuando pierdes, ganas".

    Análisis del reciclarte; es dar permiso para aprender y para pensar, sentir y experimentar de formas diferentes. Empieza por observar con atención el presente y aceptar lo que ves. Después puedes hacer lo mejor que seas capaz de imaginar con la vida que tienes entre manos. Es cuestión de abrir de par en par las ventanas de tu percepción y dejar de tocar por la brisa del camino que siempre está ahí, formando parte del vivir. Desde esta perspectiva, para analizar la propuesta de hoy te animo a practicar la visualización;

"Abre tu ventana, tu mente y tu corazón".

Para respirar hondo el aire limpio de la transformación y tonificar tu ánimo.

viernes, 30 de enero de 2015

Deja las cosas como son... (Segunda parte y última)

    Cuando nos apegamos a nuestras ideas y creencias, cuando anteponemos nuestros deseos a la evidencia de la realidad, intentamos por todos los medios que las cosas sean como queremos que sean.

    Y eso nos hace vivir en un mundo de ilusión "por lo irreal"basado en circunstancia efímeras y, siento decirte, que poco probable. Si, en cambio, pusiéramos todo nuestro empeño en ser, pensar, sentir y hacer lo que ya está dentro nuestro, veríamos que la vida exterior se acompasa a nuestros deseos profundos, aunque el escenario exterior sea diferente al que pensábamos o deseábamos para nuestra vida. En nuestro interior tenemos una guía infalible, que es la conciencia, que nos dice qué pasos hemos de dar, aunque nuestra razón no entiende del todo hacia donde nos dirige...

    Porque resultara que pasar por esta existencia nuestra en este mundo no es más que aprender a aceptar que la vida cambia a cada instante, sin más. Y cada nuevo día, con su singular amanecer, su cielo, su luz, su contraste y su color, todos ellos singulares e irrepetibles, no lo recuerdan cada nuevo instante que vivimos. En el camino, puedes sufrir como muchos hacen porque la vida no es como la habías pensado o deseado, o bien enorgullecerte de que ese tal como es y la vivas como llega, porque simplemente has sabido estar atento, esta siempre ligero de equipaje y aceptar el cambio en cuanto lo ves, o mejor, cuando lo sientes en tu interior. Supongo que la vanidad humana no nos permitiría que aceptáramos que la vida sea algo tan simple y espontáneo. 

    Quizás por eso nos sentimos mejor si justificamos una vida llena de esfuerzo, de tesón, de firmeza, para alcanzar nuestros logros personales y nuestras aspiraciones profesionales. Pero cuando uno llega a una cierta edad, se da cuenta de que ese esfuerzo malogrado y con un coste en salud y sufrimiento excesivo, no es más que energía desarrollada para evitar lo inevitable, o sea que la vida sea tal como es....

    Pero eso da miedo. Porque dejar que la vida sea, es algo a lo que nos enseñaron. Dejar que las cosas sean tal, cuál son exige sólo, "Valentía y libertad". Y, si quieres añadirle algo más, "agradecimiento".

Valentía para aceptar lo que sientes en tu interior y expresarlo en tu vida.

Libertad porque, para ello, antes debes deshacerte de tus miedos que delimitan.

Y gratitud porque, lo creas o no, lo aceptes o no, la vida te trae todo aquello que necesitas, en cada momento para vivir plenamente, y así aprender por fin a vivir lo que mereces.

Deja las cosas como son... (Primera parte)

    Frecuentemente me has oído hablar del cambio o más bien de provocar el cambio en nuestra vida.

    Cambia el mundo, (según la canción de Mercedes Sosa, cambia todo cambia) porque la vida ya cambia por sí misma. Nos guste o no, la vida fluye y el cambio viene por sí mismo, aunque no siempre estemos preparado para ello o siquiera lo aceptamos.

¿Qué paradoja, no es así?

    Efectivamente el cambio llega, cuando llega. Tal vez sólo hay que estar bien atento a él y a cogerlo, como un amigo fiel que siempre nos acompaña. Sólo hay que estar ligero de equipaje para adoptarlo en nuestra vida, sólo que no es siempre fácil. Alguien nos enseño a apegarnos a nuestro mundo y a sus circunstancias... Sin explicarnos que, de un día para otro, ésta pueden, y deben, por no admitir los cambios. Las cosas simplemente cambia, aunque demasiadas veces las juzguemos como buenas o malas, como un cambio conveniente o algo que contraviene nuestro deseo y nuestra zona de confort, como dicen los terapeutas. Y el cambio en sí no es bueno o malo como pensamos, el cambio es sólo un cambio....

    Se nos ha enseñado a ser exigentes con nosotros mismos, con los demás y con nuestra vida. Y eso tampoco es malo, siempre y cuando nos ayude a cumplir nuestro propósito personal. Pero una vez hemos hecho ya nuestros deberes y dedicado el esfuerzo suficiente para llevarlos a cabo, simplemente hay que dejar que la vida fluya... Y el cambio, sin duda, nos visitara.

¿Cuales son los deberes que hay que hacer de antemano?

    Pues seguramente intentar soltar lastre, deshacernos de nuestros planes y expectativas, de nuestros deseos e intenciones, para luego, empezaron a volar cuando llegue el viento favorable que suele ser el cambio.

Continúa...

jueves, 29 de enero de 2015

¿Quién y qué eres tú, para los demás? (Tercera parte y última)

Como te decía, hoy soy y en todo momento yo, para lo bueno o para lo malo.

    Creo que la felicidad consiste, entre otras cosas, en vivir la vida íntegramente, con sus luces y sus sombras, desde el fondo de tu ser y compartiendo la con los demás y el mundo que te rodea. Y, además, creciendo constantemente como ser humano, renovándote en cada momento que pasa.

    Y eso significa que me deshago cuanto puedo de las personas que solo quiere una parte sesgada de mi yo, que se han inventado y me rodeado de personas cambiantes como yo, que evolucionan cada día. Al fin y al cabo, soy lo que soy, hoy, y todo lo que aún está por descubrir. Y eso, dicho sea de paso, solo lo logra en el amor, a uno mismo y a quienes contigo están, que mejora cada día como tú porque desea su y tu felicidad.

    Por eso, tal vez ahora soy restrictivo cada día más con mis afectos, pues sólo los comparto de verdad con quiénes son capaces de apreciarme en mi totalidad y con mis valores, porque significa que también los tienen (aunque demasiadas veces, sólo escondidos), los asumen o los desean y los valoran, como yo. 

    A los que les incomoda mi verdad, con todas las luces y las sombras que tiene, los obvio, tengo paciencia hasta que tal vez llegue el momento adecuado o simplemente entran a formar parte de mi círculo de indiferencia. Rodearse de personas como tú es bueno, personas que aceptan la realidad suya y el cambio, personas que aceptan sus luces y sus sombras, como yo. Personas que saben que es mejor compartir ese camino con otras personas que están en el, aunque hagan su propia ruta....

    Hoy, cada día más, sólo quiero relaciones tan enriquecedoras como lo es mi vida plena, incluyendo mi propia soledad. Y eso sólo es posible perdiendo el miedo a que te hagan daño y abriendo tu corazón, dando primero todo aquello que tú esperas de los demás, pero sin esperarlo de vuelta, aunque parezca una contradicción. 

    Eso hace que se abra el corazón de los demás. Si no se abre o alguien se aprovecha del término está abierto para agredirme o juzgarme, significara que en su corazón hay demasiado miedo y que aún no ha llegado su momento para amar y ser amado...

    Aunque debería reconocer que, para bien o para mal, muchas veces mi presencia o mi ausencia en su vida es solo para ayudarle a despertar e invitarle a que abra su corazón como hago yo, lo logré conmigo o sin mi.

¿Quien y que eres tú, para los demás? (Segunda parte)

    Yo antes y durante muchos años, vivir dos personas a la vez, como les pasa a muchos con su vida.

    Pero abandone esa esquizofrenia que nuestro mundo alienta para sobrevivir. Y hoy soy siempre como soy, diría que cada día más, después de demasiados años teniendo una doble vida y, por ello, doble personalidad. Antes tenía una vida externa, dividida, extremadamente social y al gusto de mi audiencia de entonces. La otra, más interna, el yo de verdad, alguien como todos con sus luces y sus sombras y con todo por aprender.

    Hoy ya me muestro tal y como soy en la realidad cotidiana y en las redes sociales, en soledad o en compañía. Y eso empezó el día en que me di cuenta de que el yo de verdad, con sus alegrías y sus tristezas, quería salir y mi audiencia no lo dejaba, acostumbrada como estaba solo a lo mejor de mi, aunque sólo fuera una ínfima parte. Ni que decir tiene que mis relaciones de entonces eran precarias, sesgadas por la realidad que las personas de mi entorno quería ver de mi. Si, además, resulta que todo lo que sentía y estaba dispuesto a compartir por amor, es lo que ocultaba e incomodaba de mi a los demás, me empezó a incomodar el papel que yo mismo había creado sin darme cuenta, de que un yo a medias y sólo aparente.

¿Miedo a quedarme solo, tal vez?... Sin duda, si.....

    Y es que cuando hay miedo en tu corazón, no cabe el amor en el. Es necesario amor a ti mismo y a todo lo que eres, y al amor a los demás, que sólo ves como causantes de tu dolor o como amenazas a tu integridad. Y así es imposible amar y ser amado. Cuando, en cambio, pierdes ese miedo, sale el amor de verdad y aprende que el amor carece cuando más se comparte con los demás y con el mundo que te rodea. Ese día y no antes, empiezas a ser tú mismo y abandonas la máscara que creías habías estado protegiéndote y que en cambio, te esclavizó y privó a los demás de amarte tal como eras....

Continúa....

¿Quién y qué eres tú, para los demás? (Primera parte)

    No se si alguna vez te has preguntado esto, que eres y aportas tu a la vida de los que conforman tu mundo, los más allegados, para los demás.

    Independientemente de que cada uno seamos espejos de los demás, como ellos lo son para nosotros reflejando lo mejor y lo peor de nosotros mismos, cada uno juega un papel concreto en la vida de las personas que trata. 

    Y no me refiero al cierto utilitarismo que otorga nuestro mundo a las relaciones, en la que cada persona es una oportunidad de obtener contactos, poder o negocio. Hablo ahora de si enriqueces la vida de los demás, la empobreces con tus carencias y tu actitud o bien pasas por su vida y estas en su agenda, nada más.

    Estamos en un mundo que promueve el "networking" o red de contactos y, como su nombre ya indica, con una visión comercial o profesional, como objetivo principal. Deberíamos intentar el "net life", esa red de amistad que todos necesitamos para nuestra vida, cada día. La gente va incrementando su número de "amigos" en las redes sociales, cada día más. Los hay que incluso definen un perfil personal especial para esto, mostrando cualidades y actitudes codiciadas por su red de contactos, pero que poco o nada tienen que ver con su realidad personal y menos con su autenticidad. Crean perfiles "ad hoc", con fotografías de hace años, falsas o con la imagen que pretenden aparentar, con datos inexactos (incluso, con nombres cambiados) o manipulados para llamar la atención a su audiencia en redes. Es lícito y real que todos, de una manera u otra, vivamos de nuestros contactos para trabajar. Pero el problema aparece cuando esta red de contactos en la que refrenda tu autoestima, la que opina sobre tu vida y empiezas a considerar a cada uno de sus miembros como una presunta amistad.

    Pero, más allá de las redes sociales, existe un mundo de verdad, en la que una mirada lo dice todo, en el que es imposible esconderse tras el anonimato y la apariencia, sólo virtual. Y eso no reservamos a unos pocos, que consideramos nuestro círculo de amistades. Con ellos si somos como somos, al menos aparentemente. Porque sino compartimos más que lo bueno que somos o tenemos, "nuestras luces", estamos privándonos de compartir también nuestra oscuridad, esa que todos tenemos, nos guste o no.

¿Miedo, quizás?

    De alguna manera, prolongamos nuestros mejor perfil social, ese que utilizamos en las redes sociales, para agradar, que poco tiene que ver con nuestra realidad personal. De ahí que comúnmente nos repudiamos sólos con nosotros mismos cuando, por la razón que sea, no nos sentimos bien. E incluso en quienes recurren a las redes virtuales para compartir su estado de ánimo, buscando comprensión, compasión y/o, lo que es peor, para huir de la soledad, a veces dolorosa. Es una huida hacia adelante, para evitar estar consigo mismo, sentir y, luego, compartir, de verdad, con el corazón abierto de par en par.

Continua....

martes, 27 de enero de 2015

Fin de la dualidad "razón - corazón".

    Comenzamos con una definición de "dualidad": Reunión de dos caracteres o características distintas en una misma persona o cosa.

    Los sabios del nuevo paradigma hablan del fin de la dualidad. Y la dualidad es fruto de la mente racional, sin tener en cuenta la mente emocional del hemisferio derecho de nuestro cerebro. Si te das cuenta, la mayoría de nuestros problemas de encaje con nuestra realidad se da por la dualidad, enseñada y bien aprendida desde nuestra más temprana infancia. Lo bueno frente a lo malo, lo positivo frente a lo negativo, lo racional frente a lo emocional, lo aceptable ante lo inaceptable.

    A título humano, la dualidad es algo que nace en nuestro cerebro analítico, iluminado por la razón y comandada sólo por el ego. Y por tanto desestima la parte emocional, cuando ya participa de nuestra percepción particular de lo que nos rodea. Así, el mar no sólo es una extensión de agua, como una concentración de sales y oligoelementos, con un color variable en función del fondo y como una temperatura condicionada por donde se halle o por el clima. Ésa sería una visión eminentemente racional y, por tanto, restrictiva y limitada. El ser humano tiene el privilegio de poseer una percepción complementaria y enriquecedora que no es más que la generada espontáneamente por su hemisferio derecho cerebral, que gestiona las emociones y la intuición, elementos de una realidad sutil que, a menudo, desechamos o ignoramos, precisamente por ser subjetiva e intangible, aunque la hace mágica.

    Pero la verdad es que nuestras percepciones están basadas en ambas realidades, la física y la sutil, queramos o no. Y esa disyuntiva mal aprendida nos causa frecuentemente problemas en nuestra vida cotidiana.

¿Qué siento y que debería sentir ante algo que me afecta?

¿Por qué un hecho o una situación me provoca sentimientos enfrentados o contradictorios o, lo que es lo mismo, me hace sentir incertidumbres?

¿Por qué esto o aquello me genera una emoción que siento en mi interior, pero algo me dice, "la razón", "sin duda", que debo sentir diferente?

¿Por qué sentimos algo y, en cambio, nos vemos obligados a vivir lo de otra manera?

    Yo mismo he vivido muchos años así, en confrontación permanente entre lo de dentro y los de fuera, entre el corazón y la razón, en esa dualidad aprendida, pero incómoda que todos llevamos. Aprendí a llevar dos vidas paralelas, eligiendo los momentos y el entorno, en cada caso, como hacemos todos, desde siempre. Pero llega un momento en la vida en que integras todo ello y haces lo posible para vivir con coherencia y equilibrio. Ya no hay trabajo y vida privada, emociones y pensamientos, luces y sombras, razón y corazón, positivo y negativo, pues cada momento y cada circunstancia tiene su sentido propio, que contiene a ambas.

    Aprende el día a día a percibir la vida desde ambas perspectivas y aceptar las tal como es, única, cambiante, equilibrada e irrepetible. Y eso te exige valorar cada momento, en cuanto llega y a no juzgarlo, sino sólo experimentarlo intentando que se manifieste su propio sentido. Y es precisamente ese sentido que para mi tiene cada persona, momento y lugar en la vida lo que la llenan y le dan pleno sentido.

    Y eso es un proceso que no se aprende en los libros, ni en las charlas de los presuntos iluminados, sino se obtiene viviendo y estando bien atentos a lo que llega, sintiéndolo desde dentro. Así, cuando miras un bello paisaje o la mirada de una persona a la que quieres, dejas de sólo verlos, para empezar a sentirlo y admirarlos en lo que para ti valen. Eso hace tuya a cada persona, momento y lugar y tu rol de observador desaparece para hacerte parte de lo observado.

    Es algo así como, "por fin", conquistar la vida, tu vida. Así, cualquier paisaje se convierte en tuyo, porque has estado y de las sentido parte de él. Las personas importantes conforman ya tu vida, estén o no contigo, para siempre. Nada volverá a ser como antes. Y así, poco a poco, tu vida se va llenando de elementos valiosos que la conforman y que la convierten en un tesoro y, a la vez, en un regalo personal e intransferible, que siempre puedes compartir con todos aquellos que sienten así la vida.

¿No es el amor lo que te permite eliminar la dualidad y vivir tu vida así, ya sin miedo y compartiendo la?

¿No es acaso la felicidad resultado de todo ello?

sábado, 24 de enero de 2015

MERCEDES SOSA - Canción de las simples cosas y Gracias a la vida. Homena...

Recuentos de lecciones de la vida... (Quinta parte y última).

Continuación...

*El miedo, alejándose.

¿Cuántas cosas hubieran logrado, si no hubiera sentido miedo?

El miedo nos obstaculiza y paraliza.

    Suele aparecer ante lo nuevo, desconocido o inesperado en nuestra vida. Y por ello, contradice lo que la vida es, siempre algo cambiante, nuevo e imprevisible. Tenerlo es dejar de vivir. Esa es una de las lecciones más importantes de este año. Si pretendes mejorar tu vida, debes dejar de hacer lo mismo de siempre y explorar nuevas cosas. En ellas está en camino, el amor y la felicidad, siempre posibles. Pero para lograrlo, debes aceptar y vivir cosas que desconoces y que rompen tu estado de confortabilidad y comodidad. Eso intento hacer en cada nueva decisión que tomó hoy en mi vida.

    Estoy aprendiendo a confiar. Y este pasado año he sido un laboratorio para ensayar nuevos caminos en mi vida, aunque debo admitir que, en un principio, muchos de ellos me produjeron miedo, pues es algo humano sentirlo. Pero aprendí a mirar el miedo de cara y darme cuenta de que normalmente es una ilusión infundada. Al mirarlo fijamente desaparece, en cambio si lo evitas o lo ignoras, se queda dentro y vuelve a surgir a la menor oportunidad. Durante muchos años fui una víctima propiciatoria del miedo, consciente o inconscientemente. Hoy, día a día y especialmente durante este pasado año que ahora acaba de pasar, el miedo apenas hace mella en lo que pienso, siento o algo en mi día a día y cada día más dejo paso al amor en mi vida...

*Compartir.

    Una de las indudables estrellas de este año pasado ha sido aprender a compartir. Hoy comparto lo poco o mucho que poseo, mi experiencia, ni discreta sabiduría y mi amor por la vida. Lo comparto con las personas que quiero y con las personas poco más que anónimas que se cruzan en mi vida. Creo que nadie aparece porque si, sin alguna razón oculta para el encuentro. Todos somos espejos de todos y actuamos como tal, sin darle importancia. Pero unos aprendemos de otros, en cada situación. Si, además, compartes todo lo que eres, sientes y vives, cualquier relación por efímera o temporal que sea se convierte en un encuentro profundo, mágico y siempre singular.

    El "ganar y ganar" de los negocio es igualmente válido en las relaciones interpersonales y en toda nuestra vida, pues al fin y al cabo, nadie posee valores o talentos que no les sirvan al otro, por igual. Alguien dijo que en esta vida todos los encuentros son por una razón, para un momento o para toda la vida, aunque lo difícil es definirlo de antemano para saber cuál es cuál. Por eso es mejor tratar cada encuentro como algo especial, con sentido propio e irrepetible. Te permitirá vivir o aprender algo que debías vivir o aprender... Y compartir lo, con amor.

*El colofón del año.

    Un año que se acaba. Aderezado con amor verdadero, pero real y cotidiano, lo que me ha ayudado a vivir momentos mágicos, singulares e irrepetibles, pero también otros complicados y difíciles, en un momento de mi vida en que el suelo parece moverse bajo mis pies. Un año que hizo y hará historia en mi propia historia, lleno de amor verdadero hacia personas muy especiales y por mis amadas hijas y nietos que hoy ocupa mi corazón y por otras tantas personas singulares, momentos y lugares mágicos e irrepetibles, que me ayudaron a amar la vida y que serán un buen preámbulo en este nuevo año que recién comienza, y ya está aquí porque ha llegado....

Recuentos de lecciones de la vida.... (Cuarta parte).

Continuación...

*Bienvenida confianza.

    Otro aprendizaje en estos últimos años y especialmente en este que acaba de pasar, es la llegada paulatina de la confianza en la vida.

    Hasta entonces me consideraba un títere de lo que acaecía en mi vida, sin tener nada que hacer al respecto, aunque pudiera ir sorteando los acontecimientos con resignación, dignidad y voluntad, para adaptarme a ellos. Pero, después de demasiados años intentando resistirme a lo obvio y que yo creía inevitable, ahora me doy cuenta de que puedo hacer, por cambiar las cosas mejor, aunque después deba dejar que las cosas sucedan por sí mismas, según la vida decida que es lo mejor, esa es la regla de oro para aprender a confiar en uno mismo y en la vida.

    Creo que es la gran lección de la vida, aunque nos cueste aprenderla y, mucho más, actuar en consecuencia. Así desaparecerá esa sensación de que hay que luchar por cosas como el amor, la paz y la felicidad, que llegan por sí mismas, cuando y como han de llegar, cuando es has preparado, si te lo permites, claro.

    Creo que esa es la receta mágica para eliminar la ansiedad, el miedo y el estrés en nuestra vida, en un mundo loco como el que habitamos.

*Aquí y ahora.

    Sin duda, una de las lecciones que me está atrayendo este momento de mi vida es aprender a vivir el aquí y ahora. Estoy perdiendo el mal hábito de vivir el ayer y sus consecuencias, así como dejar de vivir el momento actual esperando que llegue otro mejor en el futuro, casi siempre imposible. Mientras vives en un tiempo distinto al aquí y ahora, estás dejando de vivir lo que sientes y sin prestar atención a lo nuevo que llega. Si te lo propones, día a día aprendes a abandonar la nostalgia y sus emociones asociadas especular sobre expectativas que aún están por llegar, si es que llegan. Cuando aún no esperas nada, lo consigues todo, pues el hoy lo vives como un regalo inesperado.

    Vivir el hoy te permite sentir y vivir intensamente lo que siente y vive a cada instante. Y, con toda seguridad, ahí está la siempre posible felicidad. Si cada instante que vives lo haces con plena atención e intensidad, genera momentos únicos e irrepetibles que permanece en tu corazón, tal vez para siempre. No hay persona, momento o lugar que pase desapercibido o sea irrelevante, todos conforman tu vida tal como es, ahora. Eso te permite sentirte joven, sea cual sea tu edad, porque la juventud depende de la capacidad de sorpresa, de esperanza y de ilusión ante cada cosa que vives. Cuando, en cambio, todo te parece indiferente, repetitivo o redundante, es que has perdido la ilusión ante la vida, o será que has empezado a morir, en vida

Recuentos de lecciones de la vida... (Tercera parte).

Continuación...

*La vida misma.

    Y este pasado año he conseguido ir adelante con esa percepción de que la vida ahora está y mañana quien sabe si aún lo estará.

    Y eso me ha permitido vivir cada día de mi vida como si fuera el último, aunque querellando momentos singulares, mágicos e irrepetibles, que merecen ser guardados en el "a ver" de mi vida y recordarlos para siempre, mientras viva por supuesto. También se me ha ido fijando esa idea de que hoy mi vida vale cuanto quiero y merezco, aunque hay que estar siempre preparado para abandonar la, pues la muerte no avisa con antelación. Y ello me ha llevado, aparte de despojarme de lo inútil en ella, a cuidar los momentos y los detalles porque son lo que crean la felicidad simple, cotidiana y compartida. Así, este año que ha pasado, y cada año más, era apreciado, el de atesorar personas, momentos y lugares que se ha sabido fijar en mi corazón, para siempre y no tanto en mi retina o en mi memoria, fugas y temporal donde las haya.

*Puertas que se abren y otras, que se cierran.

    También en este año he seguido aprendiendo que la vida es un continuo abrir y cerrar puertas, como parte de un ciclo permanente de cambioS que es la vida. Que cada una dura lo que dura y que es inútil intentar mantener todas abiertas o cerradas para siempre, simplemente porque las personas, su sentido y la vida cambia a cada instante. Aunque es verdad que a ratos me he obstinado y me obstino a mantener abiertas algunas que significaron y significan algo realmente relevante en mi existencia pasada, presente y futura. Aunque no se si será posible, lo que sí puedo afirmar que formarán una parte importante de mi vida, para siempre. Saber crear esos instantes es un privilegio, como lo es dejar que la vida decida lo mejor para mi vida y para mi, a cada momento.

*Sufrimiento, el justo y necesario.

    También durante este año he seguido aprendiendo a no sufrir gratuitamente o, al menos, a buscarle su propio sentido a el sufrimiento. Eso me está costando, ante situaciones que me conmueven y me duelen, en el corazón. Pero ya admito que el dolor es una emoción inherente al ser humano, aunque no lo sea el sufrimiento gratuito, que lo considero una opción en la vida, por tanto algo que se puede cambiar. Aún así, reconozco que aún me duele el dolor y el sufrimiento ajenos más que el propio que acepto, sobre todo de los que amo...

    Al dolor como emoción hay que mirarlo de cara, mientras que el sufrimiento que se carnifica en nuestra vida hay que considerarlo un mal hábito que hay que intentar abandonar, aunque cueste. A veces sólo hay que tomar la firme decisión de dejar de sufrir, pues demasiadas las veces creemos que nuestra capacidad de sufrir por alguien o por algo es proporcional a nuestra capacidad de amarlo. Sin entrar en interpretaciones en la historia y condicionantes de cada uno, ya sean personales, religiosos y/o culturales, el constante sufrimiento como forma de vida es una esclavitud autoimpuesta más. En cualquier caso, el sufrimiento cuando es inevitable, como el dolor, es un mero aviso para detectar a la vida. Y entender eso te da sentido pleno... Y te enseña a sufrir sólo por lo que vale la pena....

Continúa...

Recuentos de lecciones de la vida.... (Segunda parte)

Continuación....

*Descubriendo lo esencial.

    Y, como en estos últimos años pasados, he seguido descubriendo lo esencial de la vida y sacándome de encima lo accesorio, que sólo distrae y entorpece. Así, día a día este año me ha regalado la libertad ante los condicionamientos que hablan, desde siempre, invadido y dominado mi vida.

    Tanto los materiales (hoy no tengo nada que me obligue, en ningún sentido), como los emocionales, que durante años condicionaron mis actos, muchos de ellos atrapándome en el pasado, no siempre demasiado grato, pero que siempre deja alguna secuela.

    Y es precisamente esa libertad la que me ha regalado la capacidad de amar de verdad irá siempre posible felicidad consiguiente, aunque sea a ratos, todo un privilegio en los tiempos que corren. Estoy descubriendo que la felicidad no es el resultado de un esfuerzo ingente, sino algo que fluye desde el interior cuando eres capaz de dejar de resistirte a ella. Tantos años buscando la y resulta que siempre estuvo aquí, conmigo, en mi interior. Y este año me ha propiciado momentos singulares y mágicos para darme cuenta de ello e incluso me permitió compartir la con los demás. También estoy aprendiendo que la felicidad crece cuanto más se usa y más se comparte, con los demás, con amor.

*El escenario.

    Desde luego, si ha habido algo realmente cambiante durante este año ha sido el escenario en el que vivo. De hecho la vida es continuamente cambiante, nos guste o no. Todo en mi vida y a mi alrededor está "patas arriba", dislocado y/o en profunda transformación, en muchos casos, afortunadamente. Cambio de trabajo, el amor, cambios de vida en muchos sentidos... Y si algo he aprendido en este año es aceptarlo así y a confiar en que la vida discurre cómo debe, aunque nos empeñemos en creer lo contrario.

    Escenario revuelto. Año de cambios políticos, sociales, de todo tipo. El sistema político y económico se rompe a trozos y surgen nuevas fórmulas, con la consiguiente resistencia al cambio por parte de algunos. Año de muestras de solidaridad, en todos los sentidos y propiciado por una crisis que sigue entre nosotros. Es una crisis de sistema, luego permanecerá durante bastante tiempo en nuestra vida, más vale acostumbrarnos. Se lleva consigo en el consumismo inresponsable y desmesurado, la vanidad, la irresponsabilidad ante el medio ambiente, el ansia sólo por tener y acaparar, olvidando que la riqueza, como la vida misma, se gasta si no se reparte y comparte. Y aparecen cada día más nuevas, disyuntivas y revolucionarias fórmulas de colaboración, solidaridad y eliminación de paradigmas arcaicos que sólo nos privan de nuestra dignidad, de nuestros derechos fundamentales y de nuestra libertad.

    Pero sobre todo he aprendido que esto sólo es el paisaje temporal que adorna mi vida y/o que me ayuda a crecer como persona, cada día más, aunque a ratos me produzca incertidumbre y miedo. Pero es cuando uno debe aprender a tener confianza...

Continua...

Recuentos de lecciones de la vida... (Primera parte)

    La vida es cambio permanente, nada permanece igual. Por todo ello, precisamente, se hace difícil descartar momentos y hechos concretos que definan un periodo cronológico, como lo es un año de nuestra vida, en este caso el año pasado. Seguramente porque no pasa de ser un proceso, inicio de cosas nuevas y final de otras, que debían terminar. Lo nuevo es producto de lo anterior y viceversa, todo empieza y acaba, sin parar.

*El amor.

    Pero si tuviera que definir este año que pasó a pesar de sus muchas dificultades, diría que ha sido para mí el mejor año, como parte de ese camino constante por sentirlo, vivir lo y compartirlo y, a la vez, continúan mi transformación personal, como desconocido hasta ahora y que, día a día, se definen más y mejor por sus pensamientos, emociones y actos, aunque hoy desconozca su destino final. Ha seguido siendo un año de profundos y relevantes cambios, cada vez más esenciales. Ya conocía el amor como emoción intensa, sólo epistolar y algo sublimada, pero este año se concretado, dándome la oportunidad de compartirlo, crearlo y hacerlo crecer día a día con alguien muy especial (ese soy yo), a través de situaciones, detalles reales y concretos que han ido fluyendo cada nuevo día que llegaba, convirtiéndolo en un día sublime, de tranquilidad, de amor y felicidad, pues es algo que es, y te, renueva cada momento vivido y compartido con amor.

    Es un amor compartido que se ha ido definiendo mientras lo vivíamos intensamente, cada día más y mejor. Lejos de ese otro amor que siempre había considerado como algo místico, grandilocuente, épico, e inalcanzable. Aún así es un amor verdadero, pero sencillo, cotidiano, humano y mágico a la vez, al ratos frágil pero hermoso y porque no atreverse a definirlo como eterno, aunque no siempre se manifieste así, pues a veces se remueve para que debamos reforzarlo aún más. Ha sido y es una razón más que suficiente para vivir feliz y, a la vez, encontrarle el sentido pleno a la vida, pues envuelve todo lo que hay alrededor en ella, ya sea cualquier momento del día, todo lo que haces o cualquier paisaje visitado o a un por visitar...

Continúa...

viernes, 23 de enero de 2015

Nostalgias... ¿Quién no las tiene?

    Hay personas que viven permanentemente en la nostalgia. Les apasiona rememorar y hablar de todo aquello que perdieron en su historia. Relatan momentos felices del pasado, sin saber que mientras lo hace es tan perdiendo la oportunidad de vivir el momento presente, ese que en un breve lapso de tiempo será su ayer y así sucesivamente, día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año....

    El pasado no volverá, por más que lo honremos en nuestro recuerdo. Porque, aunque volvieran a aparecer similares circunstancias, nosotros y nuestras emociones ante estas habrán cambiado, para bien o para mal. El tiempo no pasa en balde, nos hace evolucionar como personas, altera nuestras percepciones y las emociones que sentimos en ellas. Es algo cierto e irrefutable. Y también resulta imposible predecir sus efectos. Lo único que sabemos es que lo profundo y esencial permanece, mientras lo accesorio y efímero de nuestra vida se habrán diluido.

    Pero, repito, hay personas empeñadas en prolongar hasta el hoy su pasado, sin recordar que en él está lo mejor y también lo peor de su vida. Aún así, apelan a detalles, circunstancias y hechos que nunca volverán, pero que dejan un dulce sabor de felicidad en sus recuerdos, muchas veces sesgados por la misma memoria. 

    Seguramente se debe a su incapacidad de ilusionarse por lo que llega de nuevo a su vida, a cada instante. Y viviendo el ayer pierden la oportunidad de disfrutar del instante que viven ahora. Es humano, pero perjudicial. Nos hace ir hipotecando ante el hoy, que si no se vive, pasa desapercibido...

    Una emoción ya vivida no podrá nunca estimular nuestras emociones lo suficiente como para permitirnos vivir, sentir y experimentar el hoy como se merece. Un pasado sentimiento de postergación invadirá nuestra vida y dejara aletargada nuestra alma, ansiosa de estímulos intensos que nos lleve a su destino, que no es otro que la felicidad, que viene siempre a través del presente...

¿Recuerdas que "presente" quiere decir regalo, también?

Mi manera de vivir depende de mi mismo....

    El otro día alguien me decía que debería escribir un libro sobre mi manera de vivir. (Por supuesto a través de un e-mail). Seguramente no es tan especial, como para merecer un libro, quizás basten estos escritos en este blog para explicar lo que hago, casi a diario.

    Aún así, me parece difícil explicar todo aquello que vivo y como lo vivo. Las personas que me conocen personalmente saben que vivo lo mismo que escribo. Mi única cualidad es haber aprendido a expresarlo, sin miedo. Por lo demás, vivo en la misma ciudad que viven millones de personas, en las mismas calles, plazas, edificios, jardines,etc.. 

    Pero quizás mi forma de vivir sea hacerlo intensamente, sabiendo convivir con cualquier situación, por ordinaria que sea. Eso es una ventaja, aunque también algo incómoda, pues pocas personas que conozco lo viven igual que yo. Ante una misma situación, cada uno la siente y la vive a su manera. Y eso provoca más de un mal entendido, pues a veces me gusta pensar que los que comparten conmigo estos momentos lo sienten igual que yo...

    Durante muchos años, yo surfeaba por la vida, como la mayoría de la gente hacen en su vida de cada día. Me encontraba personas, pasaba por lugares, visito mis hijas y nietos y vivo el momento que pasa desapercibido por mi. No atiendo a los detalles, obsesionado en vivir cuanto más mejor. Ese es el gran engaño de nuestro mundo, obligándonos a vivir muchas cosas, pero sin atenderlas realmente y mucho menos, vivir las desde el corazón. Mientras que la mente necesita una agenda llena de compromisos y obligaciones, nuestro corazón necesita una y simplemente atención, atención a los que sienten en cada momento....

    Ni que decir, tiene, qué esa obsesión por llenarse la vida de citas y deberes es algo que provocan ansiedad y, lo que es peor, vacío. Vacío existencial. Cuanto más, más infelicidad e insatisfacción. Es una permanente huida hacia adelante, sin llevarte a ningún lugar. En cambio, cuando vives desde el corazón, eres capaz de fijarte en las hojas de los árboles que te encuentras a tu paso, ver y sentir cada rincón por el que pasas cada día, diferente y especial. Y cada persona que te cruzas, la vez como alguien especial que te trae una oportunidad, del tipo que sea. Eso, para mí, es vivir el ahora, sin más.

    Hay personas que se sorprenden de mi aparentemente intensa actividad. Y no es que haga muchas cosas, sino que las vivo con intensidad. Y no necesito experiencias artificialmente estimulantes para vibrar. Cualquier situación, por ordinaria que parezca, es una oportunidad para vibrar, sintiendo más. El día que descubres esta verdad, la vida cambia de repente y dejas de correr, en un mundo que premia solo a los que corren, vacíos. Cuando empieza a vivir así aprendes, además, que no hace falta provocar situaciones, si no que la vida te va proveyendo de ellas. Algunas para animarte a seguir, otras para despertarte cuando te conformas con lo que haces o tienes y otras más, para qué pares y empieces de nuevo a sentir desde dentro lo que estás viviendo. Cada una llega en el preciso oportuno, aunque tuviéramos otros planes para nuestra vida.

    Ese mismo día descubres que el amor y la felicidad no son sueños inalcanzables porque van deprisa, sino que están escondidos en esos pequeños pliegues insignificantes del día a día que vives, cuando está atento y vives la vida desde el corazón. 

jueves, 22 de enero de 2015

¿Que se esconde detrás de una lágrima? (Tercera parte)

    Vale aclarar que, muchas veces, el vampiro emocional no opera a nivel consciente; no sabe el efecto que tiene en los demás. Simplemente, es su forma de ser. Como también ocurre con el segundo ejemplar.

Vampiro a la vista...

    La segunda clase del vampiro emocional es más fácil de detectar, pero no menos difícil de sobrellevar. Éstos son algunos de los ejemplares más comunes, de acuerdo con la teoría de los expertos en relaciones interpersonales:

*1- Los negativos.

    Ven el mundo a través de lentes oscuros. Y a ti toca la ardua tarea de levantar les el ánimo, lo cual es como subir una piedra montaña arriba. "Tengo que buscar trabajo", dice ella. Ahora hay muchas oportunidades en tu campo, le dices tú. "Si, pero a mi edad", apunta ella. "La experiencia vale de mucho", señalas. "Ay, pero las empresas prefieren personas jóvenes". Llega el momento en que tu, que tratabas de animarla, acabas más deprimida que ella, y teniendo por tu futuro laboral.

*2- Los quejosos.

    Se pasan la vida lamentándose de lo mismo, y "lo mismo" puede ser la pareja, el ejemplo, los hijos, la economía, pero nada hacen para cambiar la situación. En realidad, esta persona solo quiere quejarse, pues esto le produce un alivio momentáneo. ¿Tú?. Después de una sección maratónica de quejas, en la que al final nada se resuelve, acabas drenada.

*3- Los gritones.

    Ponen objeción a todo lo que dices y haces; para ellos, tu nunca das la talla. Por supuesto, insisten en que las críticas son "por tu bien". Pero la realidad es que te dejan por el piso. Por reglas generales, estas personas encuentran un defecto a todo: la película, la cena, el servicio en el restaurante ¡son irritantes! y ¡agotadoras!.

*4- Los belicosos.

    Cualquier incidente, por mínimo que sea, provoca en ellos una reacción agresiva. Sientes que debes vigilar lo que dices o haces, para no encender la pólvora, porque cuando estallan,  ¡arde Trolla!. Esto apaga tu espíritu.

*5- Los débiles e indefensos.

    Constantemente necesitan que hables por ellos, los defiendas, los apoyes, los protejas, porque ellos, pobrecitos, no saben valerse por sí mismos. Pero, sin toda, llevar todo ese peso sobre tus espaldas te quita hasta la última gota de energía. ¿Ellos?. Tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos. En este grupo hay que incluir a los "poca cosa"que practican la agresión pasiva; esos que, después de un desacuerdo, te juran que no te guardan rencor, pero luego se olvidan, por ejemplo, de pasar por ti a la hora acordada. Es su forma indirecta de castigarte.

*6- Los sarcásticos.

    Sus comentarios, crueles, burlones, en fin: sarcásticos, pueden resultar chistosos, pero cuando éste humor negro siempre va dirigido a ti, acaba por minar tu espíritu. Después de una sección de ironías y comentarios ácidos, te siente dolida e insultada. Su humor hiriente es tóxico para el alma, porque siempre golpea donde más duele.

*7- Los catastróficos.

    Siempre están hablando de huracanes, enfermedades, muertes, desgracias y colapso económicos. Para ellos, la vida es un peligro inminente, y si algo va a ocurrir, seguramente será muy malo. Cinco minutos después con ellos acaban con tus nervios.

Un peligro real.

    Daniel Goleman, autor del Best Seller internacional. La Inteligencia emocional, nos asegura que el efecto que nos causa estas personas va más allá de una molestia momentánea. De acuerdo con su último libro, Inteligencia social, los intercambios diarios con la pareja, los hijos, el jefe y a un con extraños, moldean la estructura física de nuestro cerebro a nivel celular; esto, a su vez, afecta todas las células del cuerpo, efectuando cambios incluso a nivel genético.

    En otras palabras; nuestra reacción ante los demás tiene un impacto biológico en nuestro organismo, ya que durante un contacto social segregamos hormonas que afectan desde nuestro corazón hasta nuestro sistema inmunológico. Las buenas relaciones son como una vitamina; las malas, como un veneno. Y no sólo eso; las emociones ajenas son contagiosas, lo mismo que un catarro.

¿Entiendes ahora porque es tan importante neutralizar a los vampiros emocionales?.

Los pasos claves son cinco:

1-Reconocerlos. Determina en qué categoría cae esa persona que te deja drenada anímica mente. De esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo opera.

2- Mantener el balance interior. Para evitar el contagio, muchas veces entender porque esa persona tiene este efecto sobre ti, te ayuda a protegerte de su influencia negativa. Cuando sabes que es ella, y no tu, la que tiene un problema (porque es negativa, belicosa, catastrófica, y muchas más), puedes mantener una distancia emocional que te permita observar su comportamiento "desde afuera", sin que te afecte.

3- Aléjate. Si esta persona no es esencial en tu vida, puedes diluir la relación. Muchas veces la costumbre nos "ata" a las amistades tóxicas.

4- Sanar la relación. Si la relación es importante para ti, te aconsejo que le dejes saber a esa persona de qué manera te está afectando. No se trata de enfrentar la, herirla ni atacarla. En el momento oportuno, cuando ambas estén en buenos términos, debes llamarla aparte y dejarle saber que, justamente porque la quiere y valoras la relación, tienes algo que decirle. "Cuando haces/dices tal cosa, yo me siento tensa, triste, ansiosa, ofendida. Te pido que no lo hagas más". Esto puede iniciar un diálogo muy sano para los dos.


¿Que se esconde detrás de una lágrima? (Segunda parte)

    Aunque usted piense que podrán, nunca ayudar a esta clase de personas a tener emociones y sentimientos que le alejen de esta necesidad de vampirismo emocionalmente a su pareja, lo más probable es que nunca lo consiga, en cuanto le hayan utilizado para "alimentarse" se irán a buscar a la víctima siguiente, no importa que le digan, ni que excusas pongan, en realidad este tipo de individuo no quieren su ayuda, usted es para ellos tan sólo un "alimento emocional", son incapaces de sentir emociones ni sentimientos por nadie, su necesidad de alimentarse de su energía sin entregar la suya a cambio, es superior a cualquier otra necesidad. Sea prudente y este alerta ante esas personas que le piden todo a cambio de nada.

Amenaza invisible.

    El primero es el vampiro invisible. Y es que muchas veces, el comportamiento de esta persona no es abiertamente tóxico, por decirlo de esta forma. Por lo tanto, es difícil reconocer las y "neutralizar las". Después de todo, son pocos los que no captan cuando alguien se comporta de una manera grosera o desagradable con ellos, o cuando trata de ofenderlos de acción o de palabra. Pero dicen que no hay peor contrincante que un enemigo invisible, y es verdad.

    Muchos vampiros emocionales operan "por debajo del radar". En otras palabras; su comportamiento tóxico no es evidente; este se oculta detrás de una actitud o unas palabras inocentes. Esto se debe a que ellos envían "mensajes dobles", que es el arte de decir una cosa aparentemente inocua,  e insinúan otra muy diferente.

Por ejemplo: "qué bien te queda ese vestido", dice tu "mejor amiga", antes de agregar: "incluso te hace cintura". "Que bien te ves, para tu edad". Este tipo de comentarios también se conoce como "el dulce envenenado", porque, detrás del elogio, siempre y una crítica implícita.

    El vampiro solapado también suele recurrir al humor como una forma de atacarte sin dar la cara ni sufrir las consecuencias. La regla que funciona aquí es la siguiente: si el o ella bromean con que tienes sobrepeso o no encuentras pareja, no debes ofenderte, porque se trata de una broma.

    Cuando Susana, una ama de casa de 32 años, le pidió a su suegro que no le hiciera más chistes sobre su peso, él no sólo le hizo sentir que ella era una acomplejada sin el mínimo sentido del humor, sino que acabó dándome cátedra sobre la importancia de quererme tal como soy. O sea, que el problema acabe siendo yo, contó, indignada.

    El lenguaje corporal también es una estrategia muy común de los vampiros emocionales. Te dice "respeto tu decisión", con una sonrisa cínica en la cara; juran que te aprecian, con los brazos cruzados; te piden que les creas, y desviando la mirada (a veces el gesto es tan sutil, lo que los psicólogos llaman una micro expresión, que no lo captas a nivel consciente; pero sientes que algo simplemente no cuadra). Ellos te dicen una cosa, pero tú percibes todo lo contrario. Esta discordancia que crea una confusión interior que, a la larga, te drena.

Continúa....

¿Que se esconde detrás de una lágrima? (Primera parte)

    Se les llama vampiros emocionales a aquellas personas con tendencias a absorber la vitalidad mental y emocional de otras. Sin embargo, es preciso recordar que somos nosotros quienes le permitimos la entrada a nuestra vida. Su actitud constante de pesimismo y otros rasgos los caracterizan. Aprendamos a detectar a los vampiros emocionales.

    El Dr. Bernstein (psicólogo clínico, terapeuta y experto en tales criaturas), dice "que son diferentes de la gente normal, pueden parecer más atractivos, mas emocionantes, inteligentes, encantadores, creativos, pero "su necesidad" es superior a cualquier otra y asumen que las reglas no son para aplicar las ellos mismos, si no a la gente corriente. Nunca se sienten culpables y cuando se les descubre, se muestran rabiosos y manipuladores, y cambian sus formas. Desempeñan también su papel, que engañan a los demás con bastante frecuencia".

    Daniel y Kathleen Rhodes dicen "que son depredadores emocionales que desean aspirar la energía de otras personas, acechan a su presa en las sombras, no son gente especial, si no entre normal con la que convivimos todos los días, que "chupan" nuestra energía mental y emocional; muchos de estos depredadores saben exactamente cuánta frustración y ansiedad infringen, mientras que otros, no tienen conciencia del daño que causa y la victima tampoco es consciente de ello en muchas ocasiones".

¿Qué es un depredador emocional?

    Estos "vampiros" manipulan, utilizan, y abusan psicológicamente de los amigos, parientes, e incluso extraños, controlando situaciones y gente para sus propósitos, estos "chupadores de sangre" ganan fuerza para seguir haciéndolo una y otra vez.

    Well después de investigar este tema ha llegado a la conclusión que muchos de estos vampiros emocionales usan Internet para sus propósitos.

Los vampiros emocionales, "prohibido el paso".

    El agresor psíquico suele fijarse en las personas débiles y vulnerables mental mente, y las escoge como víctimas. Lo primero que hace es sugestionar al sujeto con impresiones negativas que minan su seguridad. Pero para qué esa fuerza exterior sea efectiva, nosotros tenemos que darle permiso para que su negatividad entre en nuestra mente.

    Pero, ¿En qué ocasiones damos autorización a los vampiros para actuar?. Simplemente cuando reaccionamos con inseguridad a las observaciones mal intencionadas que nos hace, porque siembra en nosotros la desorientación y en pocos segundos, hemos comenzado a sentirnos mal por causa de estos comentarios. Por ello, lo mejor es hacer caso omiso a las observaciones "aparentemente" inofensivas que realizan estos individuos, que mediante un lenguaje suave y tenue, pero cargado de intenciones desmoralizadoras para tratar de eliminar nuestra autoestima.

    En suma, en cuanto haya una fisura emocional, el agresor psíquico atacara porque nosotros mismos le habremos allanado el camino para absorber nuestra energía. Con ello comienza un proceso de destrucción al que contribuye el ladrón de energía y la propia víctima, que inicia un proceso de autodestrucción al dejar que los comentarios del vampiro emocional le afecten.

OJO, nosotros también podemos ser "vampiros de nosotros mismos" cuando algún ladrón de fuerza vital está cercano.

Retrato del vampiro emocional.

    El ladrón de energía suelen padecer un comportamiento enfermizo, y se caracterizan por sus melancolía y su tendencia a la depresión. Su falta de energía la compensan alimentándose de la actitud vitalista de otros. Como son incapaces de generar la actitud positiva adecuada para sentirse bien por sí mismos, inconscientemente, para compensar esa deficiencia, buscan víctimas que les alimenten. Así, logran abastecerse robando la energía anímica de los que les rodean.

¿Qué hacer ante un "chupa energía"?.

Lo primero que has de hacer es tener una actitud mental positiva.

    Para sobrevivir a todos los ladrones de energía, es necesario crearnos una "segunda piel"; un verdadero escudo protector generado por una correcta visualización y programación de emociones útiles y positivas.

    Si somos capaces de conseguirlo, notaremos los resultados en nosotros mismos y en todos los dominios de nuestra vida. Para ello no tienes que hacer caso a las observaciones que realice con tan mala intención, y piensa en cosas positivas.

    Cuando el agresor psíquico se fije en un aspecto negativo sobre ti, piensa en uno positivo que tu tengas, y sobre todo, tienes que saber que lo que dice no es verdad, simplemente, se inventa algo malo sobre ti porque te ve inseguro y sabe que su observación te va a causar mal, aunque sea falsa. Así que has acopio de toda tu fuerza positiva e ignora a los ladrones de energía, y sobre todo, no dejes que te arruinen la vida.

¿Cómo podemos darnos cuenta de que algo de esto está sucediendo?

    La razón de estas actitudes, es que las emociones fuertes sean de la clase que sean son muy adictivas, el pis de su pareja, el aferrarse a un amigo, el flirtear con personas a las que gustamos, sin tener intención de entregarle nada, discutir con alguien sobre un tema que sabemos que tiene emociones fuertes sobre el tema, puede haber muchas manifestaciones de vampirismo emocional en la vida cotidiana.

¿Cómo podemos darnos cuenta de que algo de esto está sucediendo?

    Es simple, si estamos en una relación que nos deja agotados emocionalmente al final del día, probablemente deberíamos preguntarnos el porque, si nuestra relación parece discurrir en una agitación constante, deberíamos preguntarnos por qué.

Continúa...

martes, 20 de enero de 2015

En estos tiempos, busca la serenidad...

    Alguien hace un cierto tiempo me dijo que no buscara serenidad fuera de mi, en estos momentos de incertidumbre general.

    Tenía razón, es difícil encontrarla, en unos momentos en que el caos parece haberse adueñado de nuestro mundo.

    Todo salta por los aires, dejando en evidencia nuestro imperfecto sistema, cuestionando nuestra histórica manera de proceder y quebrando una cierta inquietud ante los cambios que, día a día, llegan a nuestra vida.

Seguramente para mejor, pues peor no puede ser.

    Amarrarse a lo viejo y caduco, a lo conocido y previsible, aunque sea a todas luces memorable, es humano. Nos da miedo lo desconocido, aunque sea mejor. Intentamos evitar las sorpresas y con ellas lo que aún está por llegar.

    Pero deberíamos dejar de lado el miedo para poder aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Cada cambio es una oportunidad, de mejorar o, simplemente aprender algo que debemos aprender.

Así se hace la vida, cada día.

Como alguien dijo, si haces siempre lo mismo, nunca cambiarás tu vida.

Y a estas alturas creo que hay ya pocas personas que se conforme con su vida actual.

    Pero no vale engañarse, pensar que la situación actual es algo coyuntural, temporal, y que pronto volverá lo de antes nuestra vida. Las cosas están cambiando a pasos agigantados, y pronto nada volverá a ser igual, en beneficio de todos. Pero para ello, solo deberemos dejar de resistirnos al cambio. Cualquier resistencia no nos provoca más que sufrimiento, además de dilatar el proceso de cambio. Por cierto, un cambio ya inevitable y, porque no admitirlo, seguramente positivo y esperanzador.

    Pero, ante cualquier novedad o cambio en nuestra vida, sólo tenemos dos opciones. Tener miedo o confiar. Si nos dejamos vencer por el miedo, éste nos bloqueará e impedirá que estemos atentos a lo que llega nuevo y a verlo como una oportunidad. Si, en cambio, confiamos, sabremos aprovechar la singular oportunidad que se nos ofrece. En cualquier caso, lo único que deberíamos ser capaces de admitir es que el mundo no está bien y que si seguimos haciendo lo mismo que hasta ahora, nunca mejorará. Podemos expresar nuestro miedo en un primer momento, lamentándonos por lo que dejamos atrás, compadeciéndonos de nosotros mismos o simplemente mirando hacia atrás, pero el siguiente paso necesario es empezar a andar hacia lo nuevo, aprendiendo a confiar.

    Y confianza es lo que nos falta a todos. Confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de enfrentar nuevos retos, que nos ayuden a mejorar y a vivir lo que merecemos. Si no la adquirimos o la recuperamos, sólo nos queda confiar en los demás, para que nos saquen del atolladero en que estamos todos metidos. Pero, permitirme ser un poco duro y recordarte que los que nos han traído hasta este caos y han vivido de y de tu miedo, no serán quienes nos saquen de el. A muchas personas, empresas e instituciones de todo tipo les interesa el caos y el miedo, pues viven del. Como se dice popularmente, "a río revuelto ganancia de pescadores".

Quizás el primer cambio necesario ser admitir el cambio en sí mismo.

El segundo, aceptar que la resultante del cambio dependerá de nuestra actitud frente a él.

Y el tercero, que el verdadero cambio empieza y acaba por uno mismo, sin esperar que alguien haga por ti lo que tú no eres capaz de hacer.

    Sólo hay que dejar el miedo atrás para ser libre y atreverse a cambiar, para mejorar.

No tengas miedo, por tu bien...

En la vida solo tenemos dos opciones, llamarles esenciales:

El miedo o el amor.

Sin duda todos elegimos el amor, aunque no es siempre fácil.

    Porque el amor nos expande, ayuda a establecer relaciones positivas con los demás y con lo que nos rodea y nos ayuda a ser más nosotros mismos.

    El miedo, en cambio, nos contrae y bloquea ante lo que sucede a nuestro alrededor, establece relaciones negativas, e "incluso tóxicas", con los demás y el entorno y nos priva de dejar fluir lo que en realidad somos cada uno de nosotros, impidiéndonos la felicidad.

    No obstante, el miedo también tiene sus ventajas en nuestra vida. Ante la mera supervivencia es crucial, pues nos ayuda a estar permanentemente alertas a lo que sucede y, llegado el caso, a reaccionar, escapando de lo hostil que pudiera llegar a nuestra vida. Quizás sólo deberíamos cuestionarnos que denominamos "hostil", pues nuestra mente muchas veces se sirve del miedo y lo cronifica para que evitemos lo nuevo y lo desconocido que sin duda llega a nuestras vida.

    Pero, la verdad es que en nuestro mundo y tal como están las cosas, muchas veces el miedo, en el sentido más mundano, es lo que nos permite seguir vivos y/o impone la necesidad imperiosa de cambiar las cosas.

Por ejemplo: En un mundo insano como el nuestro, el miedo nos exige estar alertas a lo que llega a nuestra vida, día a día. Lo que nos rodea, los alimentos, el aire que respiramos, entre otras cosas más, se vuelven tóxicos y muchas veces atentan contra nuestra salud física, mental o emocional.

    A este tipo de miedo se le llama "miedo concreto", muy diferente a ese otro "ficticio creado" en nuestra mente. Ese otro miedo muchas veces se alimenta de recuerdos del pasado, de malas experiencias, de expectativas incumplidas y heridas. Y que casi nunca existen ya en nuestra vida.

    El "miedo concreto", sin embargo, es real y lo despiertan todos aquellos tóxicos que hay a nuestro alrededor, desde ciertas personas sin escrúpulos, a los alimentos, al aire o a los miles de riesgos que existen cada día en nuestras vidas. Y es entonces cuando el miedo nos invita a la prevención, a cuidarnos ante todo aquello que nos impide hacer tal como somos y sentimos, privándonos de vivir en paz y sanos.

    El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación, incluso ante lo que él es nocivo. Y eso, obviamente, incluye el vivir atemorizado, permanentemente, lo que configura una actitud vital y dañina. Una cosa es tener miedo ante una situación de incertidumbre, que otra muy distinta es incorporarlo como un hábito perenne en nuestra manera de vivir. Y lamentablemente conozco muchas personas que viven con el, como yo mismo hice durante demasiados años de mi vida. Vivir con miedo les impide recibir lo bueno de la vida y el amor que hay alrededor. Ven amenazadas, allí donde hay oportunidades para hacer felices y/o aprender a serlo. 

    Al fin y al cabo, el miedo en el fondo es una actitud en la vida, que sólo exige amor (es decir, confianza), libertad y valentía para qué no se convierta en un mal hábito y nos impida experimentar y compartir el amor que siempre hay a nuestro alrededor.

lunes, 19 de enero de 2015

He aprendido, lecciones de la vida.

    A veces la vida se nos tuerce, no cumple las expectativas que teníamos en ella.

    Creemos saber qué es lo mejor para nosotros. Y seguramente es así, a pesar de que la vida tal vez tenga planes distintos para nosotros.

    Siempre que se tuerce algo en mi vida y no sale como me gustaría que fuera, pienso en que lección de la vida debo aprender, antes de obtener lo que deseo en ella. Quizás he aprendido a admitir que aún no estoy preparado para que me regale lo que deseo. Aún hay titubeos en mi firme camino hacia mí mismo;

Aún a ratos hay dolor ante la ausencia y el silencio;

Aún hay momentos de miedo que no me permiten amar tanto como podría;

Aún me condiciona demasiado lo que me rodea, aunque tan sólo sea a ratos.

Sin duda, para llegar al amor o a la felicidad que todos buscamos, 

Debamos estar preparados. 

Preparados para ser honestos con nosotros mismos y no engañarnos.

Preparados para confiar en el otro, tanto como merece.

Preparados para respetar y comprender sus decisiones, aunque éstas sean contrarias a las nuestras o pensemos que se equivoca.

Preparados para admitir la realidad tal y como viene, aunque ésta no sea tal como la hemos soñado, y eso a veces cuesta pues significa abandonar todo aquello por lo que habíamos luchado, romper nuestros esquemas y, sobre todo, confiar en lo que la vida nos trae a cada paso.

    Pero un primer paso es sentirse vulnerable, ante la duda y lo desconocido. Humilde ante lo que quizás rompe nuestros pensamientos y esquemas rígidos. Frágil ante el dolor propio y ajeno, cuando nos visita o cuando no se cumplen nuestros deseos. Aprendemos a cada paso, pero sobre todo cuando miramos nuestro miedo de cara y nos dirigimos a él con paso firme. Porque es detrás del miedo, del confort y de la seguridad, donde hallamos lo que verdaderamente somos y sentimos, lo que ansiosa mente hemos buscado durante toda nuestra vida. Precisamente allí, tras el miedo, pero dejándonos arrastrar por la propia vida con un único equipaje: la confianza en nosotros, en los demás y a la vida.

¿Confiar no es amar, acaso?

Confiar no es más que ser capaces de dejar fluir la vida, sin intentar evitarla, sin lamentarse y sin quejarse. Aceptando la tal como es. 

Confiar es sentirse capaz de ser feliz por uno mismo.

Confiar en el otro es atrevernos a compartir la vida y sus lecciones, ya sin miedo.

Confiar es saber que cada cosa que pasa en nuestra vida tiene un sentido propio, aunque no siempre sepamos encontrármelo, a la primera.

Confiar es buscar la lección que se nos regala cada momento y circunstancia de nuestra vida.

    Aprender a confiar no es más que aprender a vivir, lo que realmente me deseemos.  

"Amar" Versus amor de verdad. (Última parte)

    Así, la persona amada es siempre singular, "única e irreemplazable", como ser único que para nosotros es y como lo es cada persona en nuestra vida.

    Por eso no puede haber un amor igual a otro, ni se debe intentar comparar.

    Cada persona y momento en nuestra vida es único e irrepetible. Tanto que, si se trata de amor de verdad, este perdura más allá de nuestra vida, pues en el corazón permanece para siempre quién amamos de verdad. Al fin de cuentas, el tiempo y el espacio son construcciones humanas y nuestra alma, que debe estar involucrada en todo lo esencial, no entiende de ello. Uno ama para siempre, pase lo que pase en la vida. Ese, aunque te extrañe, es un amor universal, pues todos somos capaces de sentirlo y, cuando lo logramos, se expande por todo lo que vivimos.

    Es entonces cuando te das cuenta de que el otro "amor" se basa en el miedo a perder, en su exclusividad y, lo que es peor, en la propiedad, aunque eso es precisamente lo que lo limita, lo debilita y lo hace ser solo humano y temporal. Y, al parecer, a algunos les basta eso para vivir y para "amar y ser amados". Ahora veo la fragilidad de ese "amor" y el sufrimiento que trae consigo, tanto en su principio como en su final. El alma no está involucrada en el, y ella sabe que ese "amor"no es real ni eterno, como ya lo necesita sentir. Se basa sólo en la coexistencia de dos egos que luchan por sobrevivir juntos, sin ser cada uno y, a la vez, siendo los dos un bien común y perecedero, como todo lo humano es.

    La verdad es que ahora pienso, y ciento, que ese "otro amor"no está hecho para mí. No puedo dejar de involucrar mi alma en todo lo que soy, ciento y algo en mi vida. Y, aunque parece algo restrictivo y a ratos aparentemente incómodos para vivir en el día a día, sólo en el amor de verdad veo, y siento la verdadera felicidad. No es un simple enamoramiento, con su principio y su final, no es algo que depende sólo de mi o de otro, es, simplemente, una manera de vivir y de amar, de verdad.

    No creo en los "amores" clandestinos, en los que se comparte lo mejor de cada uno, donde cada uno es una sola parte de sí y en los que ambos llegan al acuerdo de buscar una vida en común. No creo en los fogonazos, ni en las estridencias, ni en la confrontación de egos, donde nadie gana ni pierde. No creo en ese "amor" ilusorio que no se basa en la realidad, ni contempla las verdades de cada uno como tal. No creo en esos "amores" solo hechos de gestos vacíos y por compromiso mutuo.

    El amor nace desde dentro, donde está el verdadero amor. Y en el todo somos aprendices, pues es difícil dejar pasar el "amor"y permitir fluir el amor de verdad. Para ello no hay que tener miedo a ser y sentir, nunca más. Y, porque no admitirlo, se ha de hacer el amor cada día, física, sentimental y espiritualmente. El amor crece cuanto más se siente, cuanto más se comparte, con amor. En unos amores te sientes el co- protagonista de la felicidad del otro, en algunos otros, eres un mero espectador de su felicidad. Ambos te hacen sentir feliz, aunque en uno participas activamente para hacer crecer la felicidad mutua, mientras en los otros eres un privilegiado co- partícipe de su felicidad. El amor no desaparecen nunca, como energía que es sólo se modifica su forma de vivirlo, pero lo esencial perdura en el tiempo.

    Quizás definir el amor sea limitarlo, el amor es para sentirlo, compartirlo y, haciéndolo, hacerlo crecer cada día, y así ser más feliz. Pero, mientras intentamos saber cómo debemos amar, estamos dejando de amar de verdad, sin dejarlo fluir. Al final, el amor de verdad nace en el interior, y, junto a él, ambos seres íntegros y felices encuentran la paz.

Fin....

""Amor" Versus amor de verdad. (Segunda parte)

    Seguramente ahora es la primera vez en mi vida en que soy capaz de amar.

    Hasta ahora mandaba en mi vida el temor a amar sin ser amado o el temor de ser abandonado.

    Pero hoy en mi vida ya hay amor, no hay temor. Es amor de verdad, porque es libre, es voluntario y, sobre todo, porque me ayuda cada día a ser más yo, un ser integrado que se comparte para crecer y ayudar a crecer.

    Que poco tiene que ver con los "amores" que hasta ahora había vivido en mi historia, y que aún viven muchos, a mi alrededor. Mi amor no es la huida de la soledad, sino que es la vocación de compartir con el otro todo lo que soy, sueño y vivo cada día, incluyendo la soledad y el silencio donde me encuentro a mi mismo y hallo lo mejor. Atención permanente, buena compañía y soledad compartida es lo mejor que uno puede dar y recibir de quien ama, de verdad.

    Entonces poco importa el cómo y el cuándo llegará el amor de verdad y correspondido. Podría decir que entonces lo importante en sí es la capacidad de uno mismo para amar de verdad. Y, cuando uno tiene al fin el corazón abierto al amor, es cuando al fin aparece a quien amar. Nace tal vez poco a poco, a medida que uno se siente feliz haciendo al otro feliz y sin esperar nada a cambio. Incluso se puede amar y descubrir que no eres capaz de hacer feliz a quien amas. Y, sin dejar de amarle, decides dejarle vivir feliz, sin ti. Y eso duele, no estamos acostumbrados a aceptar que tal vez no somos la persona elegida o que la persona a quien amas no desea o no le basta tu amor o, simplemente, no es capaz de amar. Pero, sin duda, esa puede ser la realidad, por dura que sea o que parezca.

    Amar por el simple gozo de amar es algo difícil de explicar y más difícil de actuar en consecuencia. Sentirse protagonista de la felicidad del ser amado es un anhelo humano y espiritual, aunque alguna vez, por respeto, comprensión y amor, debamos renunciar a él. Entonces pasamos a ser meros espectadores de la felicidad de quien amamos y a quien sólo le deseamos felicidad. Pero, en todo caso, para hacer a alguien feliz o simplemente desearle felicidad, uno debe ser capaz de ser feliz por sí mismo. La felicidad va de dentro a fuera, de uno mismo hacia los demás, y es luego cuando se puede compartir.

    Amar de verdad es amar íntegramente, no hay más. Y eso significa que uno es íntegro y que el otro también lo es, aunque esa integridad de ambos crecer con el amor. Cuando uno se enamora de sólo un aspecto del otro, su poder, su personalidad, lo que muestra a los demás, ese "amor" no es verdadero, pues sólo acepta una parte de su realidad. Es entonces cuando se entiende que uno debe primero aceptar, y a amar, sus propias fortalezas y debilidades, para luego a aceptar, y a amar, las del ser amado. Y sentir que, con el amor mutuo y compartido es posible crecer y mejorar. Por qué es el amor de verdad lo que nos obliga a dar todo lo que en realidad somos, incluso todo aquello que desconocemos de nosotros mismos o que nos molesta y lo queremos cambiar. Y lo damos a la persona amada y todo lo que vivimos, porque ese amor es global, y no restrictivo, ni posesivo, ni limitado, como el "amor"coloquial. Por eso, en el amor de verdad no debe haber miedo a ser, a mostrarnos y vivir cada día tal como somos y sentimos, y es entonces cuando el otro y nuestra vida se convierte en un espejo de todo aquello que somos, sentimos, y de lo que deseamos mejorar.

Seguirá....

"Amor" Versus amor de verdad. (Primera parte)

Cada día me sorprende más lo que la gente considera que es el "amor".

    Es verdad que yo soy un principiante en todo ello, como creo que lo somos todos en las cosas esenciales de la vida.

    El "amor", tal y como es entiende en la calle, no es más que un pacto entre dos personas cuyo objetivo es compartir hábitos comunes, sentimientos a veces contradictorios y el placer. Así nace, y mueren, muchas parejas. En el fondo pienso que no es más que el resultado del miedo a estar solos, estando acompañados.

    Alguien me dijo hace un tiempo que yo no era capaz de enamorarme de nadie, pues estaba muy bien, y feliz, sólo y no necesitaba de nadie a mi alrededor. Que poco saben los demás de mi y cómo se atreven a juzgar mis actos, sólo por lo poco que conocen de mi. Siempre he considerado que yo soy una persona fácil para convivir, complaciente, buen conversador y, a la vez, respetuoso y comprensivo con los demás. Creo que mi estado natural es en pareja, a pesar de no con cualquiera, independientemente de lo que opinen los demás. Pero también es verdad que soy un hombre que acepta la soledad para reencontrarme conmigo mismo, que sabe amar ser amado de verdad, y con una gran capacidad de compartir mi crecimiento con alguien más.

    Aún así, para mi el amor hoy es algo que considero esencial en mi vida. Tan esencial que no puedo permitirme jugar con el, o conmigo mismo, lo que es casi lo mismo. Para mi el amor es la entrega total de lo que soy, siendo tal y como soy, aunque pudiendo cada día mejorar. Y para eso no basta una pareja cualquiera, debe ser una pareja valiente y que sea capaz de amarse y amar, de verdad. Y yo mismo no podría dar algo que no tengo, ni algo que solo sueño. El amor se sustenta en la realidad, aunque para ello debamos primero aceptar la realidad y amarla tal como es. Amarse uno mismo lo suficiente como para ahora poder amar a alguien más, de verdad. No se puede dar o compartir algo que uno no tiene.

    Y amarse es ser capaz de amarse a uno mismo lo suficiente como para amar a alguien más, con sus fortalezas y debilidades, por lo que es y por lo que será, con respeto y libertad. 

    En el amor debe de haber confianza. 

    En el amor no puede haber temor, a uno mismo o al otro, por ser como es. Si hay miedo, no puede haber amor. Para ello, debemos antes deshacernos de todas esas creencias y experiencias del pasado que nos provoca miedo y nos hacen actual sin libertad. Para amar hay que ser libre para ser uno mismo siempre, libre para amar y sentirse amado y, luego, tener el valor y la voluntad de compartir y crear cada día conjuntamente momentos de felicidad.

Seguirá...