martes, 5 de febrero de 2019

Fluir es vivir…


Fluir es vivir…

Fluir es vivir…
Si hay algo que entorpece la evolución personal y social, es la resistencia al cambio. En nuestro estado de confort y comodidad, al parecer, nos hallamos aparentemente tranquilos, aunque estancados. Y es que el ser humano tiene el don de adaptarse a todo, ya sea bueno o malo…
Es un síntoma claro del miedo. Miedo a cambiar, a lo nuevo pero desconocido. Miedo a dejar de ser o de tener. Miedo al qué dirán o a mejorar. ¡Miedo a la vida, cuya característica es el cambio, continuo!
Nuestro modelo de vida es la Naturaleza, nos guste o no. Formamos parte de un mismo Cosmos que fluye sin parar. Todo nace y muere, continuamente, desde la más minúscula célula de nuestro organismo, a la estrella más inmensa que se puede imaginar. ¡Fluir es vivir, estancarse es dejar de vivir!
Pero la vida tiene su propio propósito que es ir avanzando, paso a paso. O lo aceptas o ella insiste e insiste hasta que logra su cometido. A veces con sorpresas agradables, otras, con sustos que nos obligan a cambiar. Lo único que se salva de ello es lo esencial en nuestra vida, aquello que nos hace ser quienes somos, independientemente de las cambiantes circunstancias y del entorno.
Lo esencial es lo que predomina y debe guiar nuestra vida. Si no, la vida se convierte en la resistencia ante lo inevitable, por lo que nos vemos obligados a luchar, en vez de fluir con la vida. Cada vez que uno se opone a lo que le mueve desde el interior, se encuentra al Universo como adversario, lo que le hace sufrir. La vida no es necesariamente sufrimiento, como se nos enseñó a pensar, desde niños. La vida es fluir y aceptar el cambio permanente en lo no esencial, en lo accesorio.
Por eso lo esencial nos da paz interior, porque persigue nuestro ineludible propósito de ser felices por ser lo que somos, sabiendo que solo entonces el Universo se alía con nosotros en este camino que es la vida, en el que desconocemos si será largo o corto, por lo que más vale empezar a fluir, confiar y sentirnos felices cuanto antes, no vaya a ser que, cada día que pasa, pierdas la singular oportunidad de ser feliz, encontrándose el verdadero sentido a tu vida.
¿No es eso el amor, acaso?
Fluir es vivir…