Nadie sabe lo que tiene...hasta que no arregla su habitación.
Ya fuera de la broma de la frase, que me encanto cuando la leí,
voy un poquito más haya en esta reflexión, y es que realmente nadie sabe lo que
tiene hasta que lo pierde o hasta que lo ve por primera vez, en el primer caso
digamos que es una locura con perdón que te pase aunque llego a pensar después
de tantos años que es ley de vida que lo que empieza como un sueño se convierte
en pesadilla, y en el segundo una bendición como si te llegara la buena nueva,
pero que puede convertirse en el primer caso a unas malas, pero a pesar de los
palos que llevamos es la única ilusión a veces que nos hace soñar.
Y como darse cuenta de esas cosas si no es con el día a día en tu vida, ese día
a día que le falta esa chispa que le daba ese algo que ya no está, ese algo que
lo hacía distinto todo con el simple hecho de estar en tu vida, esa algo que no
eres capaz de apreciar en todo su esplendor hasta el momento en que ya no está.
Y cuando pasa todo esto intentas disfrazar la nostalgia de ese sentimiento de pérdida
con muchas cosas, con muchos entretenimientos y con tu día a día piensas que el
tiempo curara cualquier perdida y hará venir algo nuevo en un tiempo
indefinido, y te das cuenta que todo eso es una fachada para hacerte sentir
bien en un corto periodo de tiempo, pero si no hiciéramos eso viviríamos
realmente amargados.
Hay personas que pierden algo y le es indiferente, son felices con su día a día
y como no tienden a ilusionarse con nada, nada pierden pero creo que tampoco están
viviendo con la intensidad que debieran las cosas y son conformistas en un
mundo tan pasajero como en el que estamos y a la vez tan efímero.
No suelo arrepentirme de las cosas que hago, muy pocas veces pido perdón y digo
lo siento, supongo que a veces debería de haberlo hecho más de una vez, pero
con todo y con eso me siento orgulloso de cada uno de los pasos que he dado en
mi vida, que yo soy como soy y que las circunstancias aunque a veces adversas
me han hecho ver la vida de una manera y tener necesidades que solo se yo que
me pueden llenar esos vacíos que tenemos cada uno de nosotros y que nos hacen
no ser felices del todo y que cuando se llenan nos sentimos la persona más
feliz del mundo.
Creo que nos complicamos mucho la vida y que no lo hacemos aposta nunca, pero a
veces deberíamos de hacer borrón y cuenta nueva, simplificar las cosas para no
hacer una montaña de arena de algo muy pequeños, que el presente es el que nos toca
y que aunque el recuerdo de las cosas están en nosotros no deberían de estar
atado a un pasado , que el pasado se quede en eso y que no esté encima nuestro,
es una lección difícil de aprender y que solo el tiempo puede curar, el maldito
elemento, el tiempo que o corre muy deprisa o nos ahoga con su lentitud.
Cuantas veces no le habremos dicho a esa persona que queremos, pararía este
momento para siempre, viviría este instante toda mi vida... pensar que esos
momentos son los mejores, porque son especiales entre dos personas y te hacen
sentirte vivo para siempre, pero cuando ya no los tienes y los recuerdas también,
se para el tiempo y viene la soledad a tus manos en la nostalgia del pasado
disfrazado de recuerdos que de primeras te sacan una sonrisa y acaban con una
lagrima.
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