Nuestros pensamientos, son como nubes…
Nos pasamos la vida complicándonos, sufriendo y preocupados
cuando podemos relajarnos y regalarnos un poquito de paz. Si ponemos atención a
nuestros pensamientos y reacciones que todo el día nos mantienen distraídos de
nosotros mismos, notaremos como nuestra mente salta de una situación a otra
para evitar un poco de silencio. Buscamos como llenar los espacios de tiempo
para ser espectadores, actores o reactores del mundo de afuera evitando estar
solos y en silencio. Tememos que nuestros pensamientos angustiantes se apoderen
de nosotros y nos atemoricen más.
Hay una maravillosa forma de pasar el tiempo y no permitir
que los pensamientos desagradables nos invadan: diciéndoles constantemente
Gracias, Gracias, Gracias.
La vida nos regaló un juguete que se llama pensar, el libre
albedrío consiste en cómo utilizamos ese juguete. Pensar es una adicción, una
de las tantas que podemos tener y no es que no lo necesitamos, pero, en vez de
cumplir su verdadera función que es ser una herramienta que podemos controlar,
pasó a controlarnos.
Tenemos dos fuertes tendencias: una a identificarnos con lo
que pensamos y la otra de no poder parar de pensar. Si nuestros pensamientos
son para empoderarnos y estos están cargados de amor, compasión o buena
voluntad, entonces ellos provienen de nuestra inspiración, son pensamientos de
alta vibración y estaremos experimentando una realidad amorosa.
Pero si los pensamientos que nos invaden son angustiantes,
esa es la realidad que experimentaremos instantáneamente. Nuestro organismo
comienza a segregar sustancias que lo ponen en alerta y el mundo que
percibimos, es un mundo hostil, distorsionado y acorde con nuestro sentir.
Los pensamientos, sentimientos y emociones dibujan nuestra
realidad. Por eso tenemos que tomar consciencia de que solo de nosotros depende
la realidad que vivimos. La analogía a esto es el espejo, no esperamos que el
espejo nos sonría primero, esto es imposible, así resulta el mundo que vemos
que es quién nos muestra como estamos interiormente.
Si creemos que pensar demasiado nos va a traer una solución,
estamos equivocados, la solución no está en los pensamientos, la solución viene
cuando aquietamos la mente.
Si quieres crear una realidad distinta a la que estás
viviendo y no sabes cómo parar de pensar, limpia tus pensamientos repitiéndote
a ti mismo mentalmente GRACIAS y TE AMO y ME AMO (como un mantra). Esto deshace
y libera cualquier pensamiento o situación que estés experimentando que no sea
apacible. Automáticamente verás cómo se desvanece aquello en lo que estabas
depositando tu atención y que te quitaba la paz.
Cuando trates de evitar un pensar negativo, hay una parte de
ti que se enfoca en ello, solo abrázalo y déjalo pasar. Con amarlo te liberas,
con resistirlo lo perpetuas.
Puedes decidir sentirte mejor, pensar positivo y amar. Crear
ideas es pensar en el aquí y el ahora, entonces estás inspirado. Solo los
pensamientos nuevos y creativos, los pensamientos que proceden del amor vienen
de la inspiración y no del pasado, estos llegan de una mente en calma y
alineada.
Cuando le damos la bienvenida a los obstáculos en vez de
resistirlos, estos nos sonríen y luego se desvanecen. Los pensamientos son como
nubes que surcan los cielos, si los detienes, habrá tormenta. Solo diles
Gracias y déjalos pasar.
No es mucho lo que necesitamos, pero pensamos que nos faltan
cosas para ser felices. Una frase que dice: Necesito poco; y lo poco
que necesito, lo necesito poco.
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