Responsable o Culpable
Es común confundir
el sentimiento de culpa con sentirnos responsables de cualquier situación,
sobre todo cuando comprendemos que somos los creadores de nuestra realidad tal
como la experimentamos y que todo cuanto acontece en nuestro mundo circundante
es nuestra creación materializada a partir de nuestros pensamientos, sentimientos
y emociones. Todo lo que manifestamos en nuestro mundo es el producto de
nuestras creencias y nuestros pensamientos son los arquitectos de este. El
mundo que vivimos es el resultado de aquello que llevamos en nuestra mente
consciente y subconsciente y es lo que crea nuestra realidad.
Ante tales
afirmaciones, parece natural sentirnos culpables por las desgracias ajenas y
propias que acontecen en nuestras vidas y en el mundo por ser nosotros quienes
las fabricamos, aunque no comprendamos el cómo ni el por qué. Es evidente que
no deseamos el sufrimiento para nadie. Una mejor opción es elegir sentirnos
responsables y descartar el papel de víctima tomando las riendas de nuestras
vidas con tan solo sentirnos responsables de nuestras creaciones y comenzar a
crear un mundo mejor.
La culpa es un programa
que nos hemos creado, que nos paraliza y carece de utilidad, donde renunciamos
a nuestro poder y nos inmovilizamos. La culpa además de ser un sentimiento
desagradable nos convierte en seres impotentes, divididos y separados, nos
resta fuerza para la acción, tendemos a sentirnos disminuidos y a esperar algún
tipo de castigo porque estamos convencidos de merecerlo por haber cometido
algún error y por ello debemos de pagar.
Al sentirnos
responsables la situación cambia, hacemos uso del poder impresionante que
tenemos cada uno de nosotros, tomamos consciencia que está en nuestras manos
generar el cambio y así nos empoderamos, no dependemos de nada ni de nadie para
generarlo porque el cambio es únicamente mental, y esto en vez de disminuirnos
nos da un propósito, una dirección, y renueva nuestra fuerza para crear nuestro
mundo mejor.
La causa de todo está
en ti, aunque solo ves el efecto. Los errores no existen, tampoco existen los
jueces que nos van a juzgar o castigar, esa es una ilusión, es parte de nuestra
programación para seguir dormidos. El único juez eres tú, al igual que eres el
único que te castigas, cambia esa creencia y asume tu responsabilidad. Tu vida
y todo lo que ves en ella es tú creación y por lo tanto solo tú la puedes
cambiar.
Decidir sentirnos
culpables o responsables es tan solo una elección que podemos hacer en
cualquier instante, la única diferencia es si queremos seguir apegados a los
mismos resultados o deseamos asumir nuestro rol de creadores. Siempre tenemos
el poder de elegir y siempre podemos transformar nuestra vida cambiando
nuestras creencias y nuestros pensamientos.
Al ser quienes
creamos nuestra realidad no existen los culpables allá afuera, y dejamos de
proyectar, nadie es culpable, el afuera no existe, solo somos responsables
querámoslo o no de todo lo que experimentamos.
Si me ocupo de
sanar mis memorias y programas, el mundo que veo estará bien, y dejaré de
culparme a mí y a otros, solo asumiré mi responsabilidad para cambiar y mi
mundo se beneficiará.
Alégrate, no
existen ni los inocentes ni los culpables, no existe nada de esto y todo está
en tus manos, no estás separado del mundo.
EL MUNDO ERES TÚ.
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