Libera esas pequeñas batallas y… ¡Se feliz!
Si estas atravesando un mal momento, lo primero que debes
saber es que este pasará. Si, por el contrario, te encuentras en un punto de tu
vida donde la felicidad es la protagonista y sientes que has alcanzado el
equilibrio, quiero que sepas que esto también pasará. Con esto no quiero sonar
pesimista, al contrario, quiero que entiendas que la vida se compone de buenos
y “malos” momentos, y coloco en comillas la palabra “malos” porque las
situaciones que puedas atravesar a lo largo de tu vida serán de este modo sólo
si así lo quieres tú.
De los malos momentos podemos aprender tanto… Solo debemos
tener la capacidad de ver las dificultades como maestros y no como obstáculos.
¿Cómo sabrás luchar si no has librado una batalla antes? Simplemente no es
posible. El primer error enseña, la primera decepción te ayuda a cuidar la
confianza que depositas en alguien y a cuidarte a ti mismo, la primera caída te
dará las herramientas necesarias para levantarte de las próximas, en fin. Las
circunstancias (Las primeras y todas) que pueden generar dolor o sufrimiento
son las más aleccionadoras. Debemos aceptarlas, dejar fluir, aprender de lo
vivido y eliminar los resentimientos, aunque en muchas oportunidades no
entendamos las
movidas del destino.
Ninguna vida es perfecta, el equilibrio es necesario para el
crecimiento y este se compone de energías positivas y energías negativas que
debes canalizar de la mejor manera posible. Mantener una actitud positiva todo
el tiempo es una tarea muy difícil, pero será de muchísima ayuda para ti. Hay
mil maneras de vivir y todos tenemos la plena libertad de escoger la que
queramos, pero imagínate que solo por un momento no haces resistencia a lo que
estás viviendo, que no te opones al curso natural de las cosas, que te sientes
con la capacidad de adaptarte al momento sacando de él lo mejor, imagina que
por un instante te conformas con los recursos que tienes a tu alcance, pero al
mismo tiempo tomas iniciativas para alcanzar eso que quienes lograr.
Estoy seguro, que, si te imaginas esto, vas a querer
intentar llevarlo a tus acciones. También quiero dejarte otras alternativas que
te harán superar la tormenta.
Desvía tu atención a lo bueno, dentro de lo “malo” que te esté
sucediendo, sonríe ante la adversidad, acepta lo que no puedes cambiar, apóyate
en personas positivas. En definitiva, hay un sinfín de cosas que puedes hacer
para superar cualquier situación difícil, pero primero, debes caer en cuenta
que la fuerza para llevarlas a cabo está en ti y que debes desarrollarla.
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