martes, 30 de junio de 2015

Un lugar de muchos ecos...

    El mundo es un lugar de ecos, si arrojamos ira, ira es lo que nos devuelven; si damos amor, amor es lo que recibiremos.

    El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y un gran sufrimiento.

    El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. El mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado.

    Repito, si tiene algún motivo ulterior, su amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite.

    El amor sin motivo carece de límites; es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.

    Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, se nos vuelve de rebote a nosotros.

    El mundo es un lugar de ecos; si arrojamos ira, ira es lo que nos devuelven; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar; viene por su cuenta. Esta es una ley de vida.

    Se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo automático... ¡Odia, y te odiarán. Ama y te amarán...

    Todo es devuelto, por rebote a nosotros...

    Un abrazo, gracias....

El camino de la evolución, con un adiós o un cambio...

    Ningún adiós es fácil, no es sencillo recibirlo y nunca hay suficiente tiempo para reunir las palabras precisas para comunicarlo a quien nos acompaño por un tiempo.

    Por más lleno de piedad o ternura siempre está el dolor presente como fiel guardián, garantizando que alguno de los dos sufra de manera extrema y se ha llevado hasta el precipicio de la locura donde lo único que se ve es desesperanza, desolación, muchos recuerdos, noches de llanto y llenas de dolor.

    Por más suaves que sean las palabras del adiós, aunque a cada tilde es adornada con una flor, sólo es como una sentencia leída por un juez "y desde hoy sufrirás y no te acompañaré más".

    El sentido de pertenencia desarrollado hacia el otro, el te quiero y el te amo como contratos, las ganas de no ser abandonados, la felicidad puesta en el otro se va y nosotros no tenemos argumentos con que retenerla. Podemos estar disponibles sexualmente, afectiva mente, llamar en los momentos de dificultad, volver a los detalles, que al inicio, hicieron a esa persona fijarse en nosotros, al alejarnos, intentar fórmulas dichas por los amigos, por los libros de psicología barata, consultar libros sagrados, y ni así lograremos evitar que ese adiós se ejecute, un paso tras otro hasta hacernos comprender que hemos quedado solos, amando solos.

    Nos acompañaran durante mucho tiempo las canciones, los amigos olvidados, uno que otro poema, los malos y los buenos consejos, las recaídas, el llanto tratando de sacar afuera el dolor, la necesidad de su voz inicialmente que pronuncie el contrato de regreso y luego sólo su voz, uno que otro amor furtivo hasta que por fin esa soledad se consolide, hasta que la pertenencia se pierda.

    Esta tarea de estar recibiendo y dando adioses no es fácil, hasta que por fin pasa uno de los dos acontecimientos, se nos adormece el corazón o nos volvemos complejos y se nos pierde el sentido del amor, de cómo se siente, de cómo darlo o como recibirlo.

    Y sin quererlo también nos volvemos expertos en darlos, y en cuidar a los que los han recibido, ya sabemos que pasarán por la locura, las ganas de muerte, la desesperación, las entregas al otro fallidas, y por último la sensatez y la aceptación; hay quienes lo viven más rápido o lo disimulan más pronto, la verdad aún no lo sé, pero este por lo general es el proceso.

    Y en la manera de dar adioses es variada, una es contundente, simplemente adiós y se dan así mucho, algunas explicaciones; otra es cobarde, simplemente se deja que se enfríe la relación y algunas son dolorosas, cuando por desdicha nos vemos comparados con otros y vemos que fuimos engañados por un tiempo y que los labios de la persona amada fueron compartidos con otro que se ha venido a quedar.

    Hay quienes se toman el tiempo en ayudarle al otro a decir adiós, pero por más caritativa y loable que sea esta obra digna de santos (puedes escuchar a alguien al borde de la locura, que no logra entender porque si todo estaba bien, y el adiós es inevitable) siempre termina tomando posturas radicales para que el proceso termine.

    El adiós seguirá yendo y viniendo a nuestras vidas de diferentes formas, algunas veces lo pronunciaré hemos y otras lo dirán como la sentencia de muerte, otras veces será forzado por el destino, y sólo nos queda, hacernos tarde o temprano amigos de él, como de otros tantos vicios que tiene este ejercicio de seguir vivos...

    Gracias, un abrazo fuerte...

lunes, 29 de junio de 2015

La falta de confianza, como ganar la confianza en uno mismo...

    La confianza en uno mismo tiene que ver con la seguridad, que tiene una persona en su capacidad para hacer algo, sus habilidades, conocimientos y destrezas.

    Es normal que una persona dude de su capacidad para hacer las cosas, para la que no está bien preparada/o o no tiene los conocimientos necesarios. Sin embargo, algunas personas dudan de sí mismas, incluso aunque tengan las habilidades y conocimientos necesarios y sean perfectamente capaces de hacerlo bien y esto les impide hacer cosas que desearían hacer o avanzar en el trabajo y hacen sus vidas más insatisfactorias.

    Hay que tener en cuenta que la confianza en uno mismo no necesariamente implica creer que puedes tener éxito en cualquier cosa que hagas.

    Por ejemplo;. Puedes pensar que no se te da bien jugar al tenis y a pesar de eso sientes la suficiente confianza como para jugar un partido con alguien que sabes que es superior a ti, porque realmente no te importa perder o ganar, sino tan sólo pasar un buen rato.

    Por este motivo, la falta de confianza sucede especialmente cuando una persona pone demasiado énfasis en el resultado. Es decir, si no te crees capaz de hacer algo y, al mismo tiempo, piensas que si lo haces mal habrán consecuencias horribles (harás el ridículo, se regirán de ti, etc...), Entonces es cuando aparecerá esa falta de confianza que te impedirá intentarlo.

        Las personas con confianza.

    Las personas que confían en sí mismas no temen el fracaso y se centran más en el proceso que en el resultado, en el momento presente y en disfrutar de lo que hacen. Utilizan la experiencia como una oportunidad para aprender y mejorar sus habilidades.

    Estas personas confían en sus capacidades, tienen expectativas realistas e incluso cuando no alcanzan sus metas continúan teniendo un estado de ánimo positivo y se aceptan así como son.

        Las personas con falta de confianza.

    Las personas con falta de confianza depende demasiado de la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismas, temen el fracaso y evitan asumir riesgos. Esperan más el fracaso que el éxito.

    Estas personas no sólo se centran más en los resultados y esperan más consecuencias negativas, sino que además tienden a subestimar sus capacidades, creyéndose realmente más incompetentes de lo que son, incluso aunque tengan un alto grado de competencia en dicha tarea. No obstante, ambos aspectos están relacionados, por supuesto que si pones demasiado énfasis en los resultados, en hacerlo bien y en quedar bien ante los demás, entonces habrá muchas más posibilidades de que te parezca que nunca estás lo bastante preparado, debido a que te estás exigiendo una perfección muy elevada, tal vez demasiado elevada como para poderla alcanzar.

        En resumen;. La falta de confianza puede deberse a:.

    > Exceso de énfasis en el resultado.

    > Una evaluación no realista de tus capacidades. (Te crees menos competente de lo que eres).

    > Eres demasiado perfeccionador y te exiges un rendimiento tan alto que nunca estás a la altura.

        Que puedes hacer para aumentar la confianza.

    > Conoce bien tus capacidades y se realista. Pregunta a los demás hasta qué punto te creen capaz de hacer algo; pueden ser más realistas que tu a la hora de evaluarte.

    > Olvida los resultados y céntrate en el proceso, en el momento presente. Piensa que cualquier cosa que hagas es una oportunidad para aprender.

    > Proponerte hacerlo simplemente bien, no perfecto.

    > Tratar de divertirte haciendo la tarea que tengas entre manos.

    > Hacerlo con atención. Es decir, céntrate exclusivamente en lo que estás haciendo en cada instante y olvídate del siguiente instante, de todo lo demás y de la gente a tu alrededor; olvídate de ti mismo, no observes, ni juzgues tus resentimientos, tan sólo hazlo.

    > Hacerlo desde dentro, no desde fuera:. Hacer algo desde fuera significa hacerlo como si una parte de ti estuviera fuera de tu cuerpo, observándote, juzgándote, valorándote y criticándote. Cuando lo haces desde dentro nada de eso existe, ni siquiera tu, porque te concentras tanto en la tarea que realiza las, que te olvidas incluso de ti mismo...

    Gracias, siempre a la orden de ustedes...

domingo, 28 de junio de 2015

Como arena, entre los dedos, perdemos oportunidades...

    Si ordenamos nuestras prioridades conforme a criterios alineados con los propios objetivos y valores, no tendremos la sensación de estar perdidos en el tiempo o de perder oportunidades que en realidad para nosotros no son tales.

    Tampoco buscaremos excusas. Al poner luz en nuestro tiempo mediante un acto de conciencia y reflexión, logramos ser dueños del mismo. No es el tiempo que nos toca, el que nos utiliza, somos nosotros quienes lo utilizamos el. (El tiempo).

    En nuestra lista personal y profesional debería figurar todo aquello que resulta esencial, aquello sin lo cual no estaríamos completos, porque nos define.

    El tiempo debería ser un recurso útil. Para sacarle el máximo partido a los instantes que dedicamos a las actividades, objetivos y personas de nuestra lista, no hay mejor fórmula que prestar atención y poner la máxima intensidad en lo que hacemos o percibimos.

    La atención y la intensidad son puros enfoques. Una suerte de pasión que nos hace entregarnos con los cinco sentidos a cuanto emprendemos. Algo así como vivir el momento y para el momento, exprimiendo al máximo las oportunidades. Es el "jugo" del que se suele hablar en el argot comercial. Es el líquido del jugo que mide la eficacia de nuestro tiempo.

    Si nuestra elección ha sido aceptada, el resultado se traducirá en un excelente provecho del tiempo.

    En otro caso:.

    ¿Qué ha fallado?.

    ¿Qué puedo aprender?.

    ¿Debe estar esa actividad, objetivo o persona en mi lista del tiempo?.

    ¿Es lo que yo quiero o lo que quieren otras personas?.

    Mientras estás vivo/a, el tiempo es un reloj de arena en tus manos. Tú decides cuando se pone en marcha y para que. Si haces o no "jugo" con el tiempo, si le exprimes todo el jugo o te conformas con exprimirlo a medias. Lo importante es que seas consciente de lo que tiene entre tus manos y de las posibilidades que te ofrecen, que lo utilices en tu beneficio y para tu felicidad.

    Si te quejas porque no tienes tiempo, algo sobra o falta en tu vida. Te toca a ti averiguar y decidir. Piensa que a veces uno cree estar enfocado en lo que desea y de pronto descubre un puñado de arena colgándose entre tus dedos.

    "Mantén las manos abiertas y todas las arenas del desierto podrán pasar a través de tus dedos, mantén tus manos cerradas y todo lo que podrás sentir será un poco de arena...".  Proverbio chino...

    Con ustedes de todo corazón. Gracias...

sábado, 27 de junio de 2015

Vivir con una mente flexible, no te rompes...

    Es probable que a lo largo de tu vida hayas conocido a personas que buscan un perfeccionismo incalculable, que no aceptan equivocarse, ni rectificar o tratan de imponer, como sea, su punto de vista. Tal vez hayas observado esos comportamientos en ti misma/o.

    ¿Te has sentido alguna vez relajada/o, alegre o feliz en cualquiera de estas situaciones?...

    "Nada hay más peligroso que una idea, cuando no se tiene más que una"; decía un filósofo francés.
    El cerebro humano tiende a clasificar y buscar explicaciones, a simplificar y debatir entre el blanco y negro, lo bueno y lo malo.
    Una vez que eres consciente de esto.
    ¿Deseas una mente de arcilla o una mente de piedra?.
    ¿Una mente que secuestre la verdad o que la ponga en remojo?.
    La respuesta no es fácil. Puede afectar a tu salud, tus relaciones sociales y tu éxito profesional y personal.
    Las personas rígidas son excesivamente auto exigentes consigo mismas y con los demás. Una característica propia de los individuos inflexibles, es resistirse a cambios de comportamiento o creencias, por mucho que la evidencia y los hechos les demuestren que están equivocados. Son personas que viven en su limbo, distorsionado de la realidad y rechazando todo aquello que les genera incertidumbres. No toleran ambigüedades, ni contradicciones y suelen ser víctimas de sus propios prejuicios.
    Este tipo de actitudes genera sentimientos de estrés, angustia y miedo. Pueden tornarse con agresividad e irracionales, quienes la sufren. La rigidez hace que una persona se muestre autoritaria, y tienda a perder los estribos o paralizarse cuando algo rompe sus esquemas.
    Quien adopta una postura inflexible, no admite perder el control de las cosas, tiene miedo a equivocarse y transita por el mundo de los "debería". Es probable que busque lo inalcanzable, tanto en sus relaciones como en sus metas personales, y se muestre intransigente. De modo que, si las cosas les salen mal, les costará generar alternativas o cambiar el camino.
    Puede que algunas de estas pautas nos resulten familiares en nuestra conducta. Tal vez las reproduzcamos de forma aislada, pero cuando son nuestra tónica de vida.
    ¿A dónde nos conducen?.
    Reconocer que podemos equivocarnos y que no sabemos realmente lo que ocurre dentro de las personas y del mundo que nos rodea, nos brinda la oportunidad de crecer y aprender.
    "Si uno realmente quiere re descubrir las maravillas", afirma la periodista y conferenciante Kathryn Schulz, "tiene que apartarse de la razón y mirar alrededor... mirar la inmensidad, la complejidad y el ministerio del universo, y poder decir:. ¡Qué sé yo!; Quizás me equivoque"...
    Vivimos tan programados que llegamos a olvidar que la vida no es un cuadrilátero. No todo cuadra en ella a la medida de nuestros cánones y gustos personales. Aprender a manejar la incertidumbre, adaptarte a las circunstancias y al medio y ser capaz de rectificar, resulta básico para la supervivencia y felicidad personal.
    Ser flexible nos permite afrontar el camino y adaptarnos a él, transitar por lo inesperado, con tolerancia y con una adecuada gestión de nuestras emociones, aceptar las diferencias, críticas y discrepancias, reconocer y corregir errores, superar ideas y prejuicios arraigados y abrirnos a nuevas experiencias y puntos de vista.
    Algunos individuos persiguen sus objetivos de forma fija y obsesiva, hasta el punto de que, en el ínterin, se olvidan de vivir. Nada que no sea lo que ellos han concedido, y encajen sin fisura con la realidad. O eso o lo nada.
    Creer que la vida se adaptará exactamente a nuestros deseos, puede mantenernos ocupados y esperanzados, pero no deja de ser una utopía. Para encajar la línea recta y rígida de las ideas personales en el terreno ondulado de la vida hemos de convertir esas ideas en una línea flexible.
    En ocasiones se confunde la flexibilidad con la habilidad de carácter. La ausencia de fuerza y determinación o la incapacidad de afrontar responsabilidades no es flexibilidad. Ser flexible no significa ceder ante todo ni dejarse llevar por todo, sino buscar ese equilibrio justo por el que nos hacemos compatibles con las circunstancias, eventos y personas que nos rodean mientras continuamos siendo nosotros mismos.
    Cuando escuchamos con pleno silencio interior y somos capaces de creer que lo que cuentan o sienten el resto de individuos es tan real y verdadero como lo que contamos y sentimos nosotros, cuando podemos seguir manteniendo una relación correcta o cordial con las personas, que una vez nos hicieron, o si nos damos la oportunidad de hacer cada día algo distinto de lo que hasta ahora hemos hecho, estamos siendo flexibles. Y lo cierto es que una mente flexible nos permite vivir mejor y transitar por la vida con menos traumas.
    Si nada permanece inmóvil en el tiempo, sostener verdades inamovibles, chocaran de lleno con la realidad. Como consecuencia de ello, acumularemos malestares y frustraciones.
    Revisar nuestras creencias y reconocer las limitaciones que todos tenemos, es un ejercicio saludable y enriquecedor.
    Cuando dudas o te equivocas descubres cosas que antes ignorabas y esto amplía tu perspectiva de la realidad....
    Gracias, por estar ahí, un abrazo fuerte...


viernes, 26 de junio de 2015

¿Quien conduce tu vida?...

    "Esa persona es la culpable de lo que me pasa".

    "Me despedirán, si no lo hago".

    "Me hubiera gustado estudiar, pero ya es tarde".

    ¿Te has escuchado decir esto alguna vez?

    Puede que al hacerlo tengas la impresión de que una fuerza externa gobierna tu día a día. Dejarse llevar es cómodo. La cuestión es ¿qué te aporta?. ¿Qué ayuda a cambiar lo que no te gusta?, ¿A lograr lo que deseas?.

    Un simple cambio de actitud puede ayudarte a responder positiva mente estas preguntas.

    Toma conciencia de quién eres y quién quieres ser y del efecto o la causa que tiene sobre tu vida, este es el primer paso, aunque no el único. Es importante efectuar una labor de exploración de la realidad y de su abanico de posibilidades. Ante cualquier situación vital las opciones y respuestas que se nos plantean son múltiples.

    Escoger, es un ejercicio que realizamos continuamente de forma, más o menos consciente. Incluso el hecho de no decidir, y entraña ya una elección. Elegimos ideas, creencias, acciones, sentimientos.

    Creer que yo u otros son esto o aquello, sentirme mejor o peor, engañarme pensando que quiero cosas que en realidad no quiero, postergar mis vacaciones o actuar de determinada forma en el trabajo, son el producto de mi elección personal.

    Cualquiera que sea tu situación o circunstancia puedes elegir entre tomar el control y la responsabilidad de tu vida o dejarlo en manos de otros. Es una decisión que implica vivir tu vida desde dos perspectivas diferentes; como protagonista o como víctima.

    Puedes optar por ser una persona que se aferra a su verdad única o que desee tener razón a toda costa. Vivir la vida en términos de culpabilidad e inocencia, comportarte de forma reactiva, violenta o confronta dora. Puedes vivir como una sombra en la madriguera de tu círculo vicioso, confirmar y recrear los mismos hábitos que te debilitan, perseverar en tu mundo y creencias victimarias.

    Sin embargo, también puedes convertirte en una persona responsable y crear tu realidad a través de las decisiones que tomas consciente mente. Puedes ser tu propio conductor o líder...

    ¿Qué es lo que en realidad deseas?.

    Gracias, un abrazo...

jueves, 25 de junio de 2015

El miedo que nos debilita... (Segunda y última parte).

    Es muy común que el "miedo" aparezca cuando nos adentramos en territorios desconocidos. Todo es nuevo y para lograr lo que deseamos, tenemos que abandonar nuestra zona de confort. Al hacerlo nos asaltan todo tipo de pensamientos negativos sobre nuestras habilidades, conocimientos o experiencias.

    Detrás de muchos "miedos" se esconde igualmente la falta de información o el exceso de dudas. Disponemos de unos cuantos datos pero no nos atrevemos a inferir el resto, cubrimos los vacíos de información, imágenes y predicciones negativas.

    A mi modo de ver las cosas, la superación de ese "miedo nocivo", pasa por la toma de conciencia y la aceptación. Al admitir nuestros "miedos" lo estamos debilitando. Es importante comprender que se trata de una reacción normal que surge siempre que deseamos crecer o tomar una decisión importante. En definitiva, cada vez que nos adentramos en lo desconocido.

    Otro paso para superarlo es concretar lo y analizarlo. Podemos hacer un inventario a séptico de los "miedos" que sentimos y descubrir y evaluar la información que nos proporcionan.

    ¿Qué probabilidades hay de que tu "miedo" se cumpla?.

    ¿Qué es lo peor que puede pasar?.

    Si lo peor que puede pasar es que te despidan o que pierdas una amistad, piensa que tales situaciones pueden ser una gran oportunidad para encontrar un trabajo mucho mejor o entablar relaciones con gente más afín.

    A menudo nuestra cabeza imagina cosas mucho peores o dramáticas que la realidad. Y si remotamente ocurriera lo que imaginas.

    ¿Cómo puedes prepararte para aminorar el riesgo?.

    ¿Qué información necesitas?.

    La información que proporciona mayor seguridad al mismo tiempo que te ayuda a disipar tus temores.

    El amor es la antítesis del "miedo". Piensa en lo que te empuja hacia adelante.

    ¿Cual es tu motivación?. Visualiza tus éxitos y objetivos. Escribe en una libreta cada pequeño paso hacia ellos y refleja las veces que has actuado y logrado resultados a pesar del "miedo".

    ¿Qué aprendiste del "miedo" en esas ocasiones?.

    ¿Cómo sería tu vida sin ese "miedo"?.

    Pero quizás la clave para superar tu "miedo" se halle en ponerte de su lado y en actuar. El "miedo" solo desea protegerte. Tu inconsciente guarda en la memoria los momentos y experiencias dramáticas o desagradables y hace surgir el "miedo" cuando crees que pueden repetirse. Negocia y aliarte con el. Dale las gracias por protegerte, pero hazle saber que te hallas ante una oportunidad que va a mejorar tu vida. El pasado es el pasado. Pregúntale qué necesita para dejarte avanzar. Pídele ayuda, y por último actúa.

    Es preferible ocuparse que preocuparse. Cuando actúes a pesar de tus "miedos" romperás el hechizo. Te moverás desde un lugar de dolor y parálisis, a un lugar de poder donde construyes y fortaleces la confianza en ti misma/o. No comprenderás nada del "miedo" hasta que no actúes.

    Si alguien te dice que no uses una raqueta hasta que no aprendas a jugar al tenis y le haces caso.

    ¿Cómo podrás aprender?. No es posible aprender a menos que practiques. La experiencia de ayudar a comprender y disipar el "miedo". Mientras te digas a ti misma/o "no puedo" o "ya lo superare" y permanezcas inmóvil.

    El "MIEDO" controlara tu vida...

    Alguien dijo una vez:. Si tienes "miedo"... Compra un perro...

    Muchas gracias, un abrazo....

El miedo que nos debilita...(Primera parte).

    Una de las emociones que más nos impide desarrollar, todo nuestro potencial es el "miedo".

    En una situación de "miedo" nuestro cuerpo se manifiesta diferentes con síntomas físicos de alerta y segrega hormonas que biológica mente nos impiden ser creativos. Nuestro potencial se paraliza.

    Dentro del ámbito laboral el "miedo" excesivo también produce consecuencias negativas. Inhibe el talento, la innovación y la creatividad. Las empresas que gestionan sobre la base del "miedo" corren el riesgo de no sobrevivir.

    El "miedo" es una emoción natural provocada por la percepción de un peligro real o imaginario, presente, pasado o futuro, que nos perturba el ánimo preparándonos para una respuesta de ataque o huida. Se trata de un mecanismo de supervivencia y defensa que todos experimentamos.

    En realidad el "miedo" tiene una intención positiva, pues está ahí para protegernos y nos vuelve prudentes y cautelosos. Cruzar una calle sin observar los autos que vienen o lanzarse al agua sin saber nadar y sin flotador puede ocasionarnos un daño muy grave. La muerte sin ir más lejos.

    No obstante, cuando el "miedo" es excesivo o el peligro que lo genera es imaginario, la reacción física y psicológica, privándonos de actuar, experimentar y lograr cuanto anhelamos. De esta forma es fácil que lleguen a postergarse decisiones o que se eviten experiencias que a priori resultan buenas para el crecimiento personal o profesional. Aquí el "miedo" actúa como una emoción saboteadora de nuestro éxito y nuestra felicidad.

    Pensemos por ejemplo en el "miedo" al amor, al rechazo, al fracaso, a hacerlo bien o en otros "miedos" con un tinte más neurótico, caso de quienes confunden la serenidad con la depresión o la excitación con la ansiedad y se medica para evitarlo. En general todos estos "miedos" se basan en la inseguridad o en una baja autoestima y buscan protegernos contra la impotencia, la soledad y el descontrol que vinculamos a ciertas experiencias.

    Resulta curioso como ha medida que envejecemos muchos de nuestros "miedos" se van amontonando en nuestra cabeza, haciéndonos más tibios, más dubitativos y cobardes en el fondo. Da la impresión de que nos hemos acostumbrado al "miedo" y actuamos siempre de forma reactiva por "miedo" a algo. No hacemos lo que queremos, si no lo que nos hace sentir más seguros. Es como si no tomásemos de la vida cuanto necesitamos o deseamos sino aquello que nos proporciona seguridad. Cuando esto sucede suele haber una excusa a la mano del tipo:. 

    > "Es lo mejor para la familia". 

    > "Lo mejor para los dos". 

    > "Lo más seguro". 

    > "Lo que más me tranquiliza". 

    > "Lo mejor para mi futuro profesional".

    Ese "miedo" que la imaginación alimenta a cada instante, nos hace ver la vida de forma negativa y reduce nuestra visión. Es un "miedo" que se apodera de tu existencia y te impide avanzar. Un "miedo" que te invita a seguir así:. Triste, cómoda/o, segura/o, insatisfecha/o....

Continúa.....

miércoles, 24 de junio de 2015

El valor de la Empatía... (Segunda y última parte).

    Ser capaz de leer las emociones de otra persona nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestra relación con ella, y para ello nuestra capacidad de escuchar con los cinco sentidos, resulta fundamental.

    Además de las palabras, existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo; todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada.

    Aunque la simpatía nos permite sentir los mismos estados emocionales que experimentan los demás, la empatía va mucho más allá, puesto que implica sentir tales estados en el corazón y comprender los con la mente e incluye la comprensión de las perspectivas, pensamientos, deseos y creencias ajenas.

    No es raro que creamos comprender al otro, sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor, puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no "ver" más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente "evidente".

    El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro, ni implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias las ajenas o someterse a los deseos de otras personas. Se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser simpáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

    Es posible que alguna vez nos hayamos preguntado porque la gente no busca apoyo en nosotros o se retraen a la hora de hablarnos de sentimientos.

    En ocasiones damos a nuestros pensamientos la máxima importancia, comportándonos indiferentes y poco amables; queremos ser entendidos, sin antes intentar comprender a los demás.

    Entre los errores que solemos cometer con más frecuencias está esa tendencia a quitarle importancia a lo que le preocupa al otro e intentar ridiculizar sus sentimientos:.

    "¡Pero cómo te vas a preocupar por semejante tontería!". Al escuchar con prejuicio y dejar que nuestras ideas y creencias influyan a la hora de interpretar lo que les ocurre, a prejuzgar y acudir a frases del tipo. "Lo que has hecho está mal". "De esta forma no vas a conseguir nada". "Nunca haces algo bien" o a sentir compasión:. 

    "¡Que pena me das!" O incluso a mostrarnos fríos y distantes o expresar razonamientos en favor de nuestra postura.

    Es importante tener presente que es el momento del otro y no el nuestro.

    Vivir el valor de la empatía puede ser sencillo si nos detenemos a pensar un poco más en los demás, si escuchamos activamente y con respeto y demostramos comprensión cuando la persona lo necesita o con delicadeza le ofrecemos un momento próximo para hacerlo, evitamos juicios prematuros e interrupciones y olvidarnos nuestros propios pensamientos o evitamos convertirnos en un experto que se dedica a dar consejos.

    El éxito de tu relación con otras personas depende en gran medida de tu capacidad de empatía. Como líder de tu propia vida, eres tú quien decide de qué forma y en qué grado lo conseguirás....

     Un abrazo, muchas gracias...

El valor de la Empatía...(Primera parte).

    Me pregunto, cuantos pleitos, corajes o rencores podrían evitarse si los amantes o amigos que deciden romper su relación, o que tal vez sólo distanciarse, fueran capaces de ponerse en los zapatos del otro y lograr que el, otro así lo sienta.

    ¿Cuántas veces decimos los ciento y lo desmentimos con nuestro lenguaje no verbal y nuestra conducta?.

    ¿Cuántas veces respondemos con frialdad o indiferencia al desconsuelo de otros?.

    Mahatma Gandhi decía que:. "Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista".

    En su libro "Todo es un Don", La Doctora y Escritora Miriam Adáhan, refiriéndose a una mujer que tiene a su hijo enfermo de cáncer, escribe:.

    "Me sentaba con ella, y por horas escuchábamos un visitante tras otro decir. "No te preocupes, todo saldrá bien"... Me miraba con sus ojos llenos de lágrimas y me decía:. "¿No saben que tanto optimismo me hiere?... ¿No se dan cuenta de que no me dejan hablar acerca de lo que más pienso; de que no podría mejorar?. Es como si me pusieran una mano en la boca para callarme... El "todo saldrá bien" sólo me hace sentir peor... ¿Porque toda esa gente no paran con su optimismo y escuchan muy poco?...".

    Recuerdo que tras una importante catástrofe aérea un reportero de televisión entrevistó a uno de los miembros del personal desplazado al lugar donde se encontraban los familiares de las víctimas con el objeto de acompañarle. El reportero se mostró interesado en conocer que les decían a los familiares en aquellos delicados momentos. "Nada en particular", comentó el entrevistado, sobre todo escucharles"...

    Cada vez que nos acercamos a las personas esperamos atención y comprensión, dando por hecho que seremos tratados con delicadeza y respeto. Pero, ¿Cuántas veces procuramos tratar a los demás de la misma forma?.

    La palabra empatía tiene su origen en el término griego "Empatheia", que significa "entrar en el sentimiento" y podría definirse como la capacidad cognitiva de percibir en un contexto, como lo que otro individuo puede sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

    La empatía es una destreza de la Comunicación Interpersonal y un elemento clave de la Inteligencia Emocional que permite desarrollar relaciones exitosas y por ello actúa como una especie de radar social. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos el rumbo y difícilmente arribaremos a un buen puerto....

    Continuaremos... Gracias.

Vive tu tristeza...

    Sabes que es la tristeza, "una mano gigante que aprieta el corazón".

    En el diccionario de los diccionarios, de la real academia, dice:. La tristeza se vincula a la cualidad de triste y esa cualidad a la pesadumbre, dolor, melancolía o aflicción. Incluso, en según que las expresiones, algo funesto e insignificante.

    Para el común de los mortales la tristeza es una emoción que sentimos cuando hemos perdido algo importante, nos ha decepcionado algo o ha ocurrido una desgracia propia o ajena que nos afecta.

    Lo bueno y lo malo que la tristeza es que, antes o después, nos embarga a todos. En ocasiones se manifiesta abiertamente, y otras transita en silencio, aunque esa tristeza larvada sea a mi modo de ver, más un producto social que una reacción fisiológica.

    Es fácil que la tristeza sea vivida con más intensidad en la adolescencia. Aunque las estadísticas pongan de manifiesto que afecta en proporciones parecidas a adolescentes y adultos y, en menos medida, a los niños, igualmente concluyen que los primeros experimentan esta emoción con mayor vehemencia por la inseguridad personal que les genera el reto de formar su identidad. Los adolescentes viven la pérdida de su cuerpo infantil, la renuncia a la dependencia, la pérdida de los padres como protección y las rupturas que tienen que afrontar en la búsqueda de su autonomía con especial abatimiento.

    Como cualquier otra emoción, la tristeza cumple una función muy importante en nuestro cuerpo y en nuestra vida. El hecho de que asistamos a una conclucion de la psicología positiva y podamos beneficiarnos de numerosos consejos y técnicas acerca de cómo superar nuestros problemas, no debería llevar a una huida u oculta miento de las emociones, sino más bien a su comprensión.

    A muchas personas les cuesta analizar y comprender sus emociones y sentimientos. Centran su atención en describir hechos y acontecimientos del día a día y rara vez hablan de sí mismos en términos de interioridad. De hecho, puedes encontrarte con alguien que habla de la intimidad de otras personas mientras no se atreve a hablarte de la suya. Conocer nuestras emociones nos ayuda a comprender las y a gestionar las.

    Parece que últimamente, la tristeza no estuviera bien vista. En más de una ocasión, he oído decir que le hemos perdido el respeto a la tristeza. Cuando alguien está triste hacemos lo posible por sacarlo de esta emoción, entretenerle, cambiarle de tema o incluso nos enfadamos con el. Cuando nosotros estamos tristes, a menudo sentimos miedo y nos evadimos.

    Lo cierto es que la tristeza tiene su razón de ser. Es un mecanismo de autodefensa para responder frente a una situación que nos provoca dolor. Una reacción natural que nos impulsa hacia un cambio totalmente renovador y nos exige aceptar y superar aquello que ya pasó. Es duelo y regeneración al mismo tiempo.

    Si has perdido a un ser querido o a un amigo/a, si te has separado, si te sientes solo/a, si has sufrido un desengaño amoroso, si no has logrado lo que anhelabas, y tienes una enfermedad que te impide hacer lo que deseas o te hace sentirte diferente al resto, no le encuentras sentido a tu vida o has pasado por un cambio o una discusión difícil, experimentarás tristeza.

    Bajo el influjo de esta emoción nuestro cuerpo interpretará que la alegría no es conveniente, socavara nuestra energía para comenzar cosas nuevas y nos conducirá a dejar de hacer, ahorrándonos esfuerzos inútiles. La tristeza actúa sobre nosotros reduciendo nuestro interés por la diversión y el placer y fijando nuestra atención en aquello que hemos perdido o que nos duele. Lo que realmente hace es provocar una retirada reflexiva de las actividades de la vida para colocarnos en un estado suspensivo desde el que llorar la pérdida y profundizar en su significado. Un estado óptimo para realizar los ajustes mentales y planes necesarios que nos permitan continuar con nuestra vida.

    Cuando estamos tristes sentimos ganas de llorar y el llanto nos ayuda a sacar fuera del dolor. También es frecuente que busquemos la compañía de un amigo/a o de un ser querido que nos escuche y apoye. Sin embargo, algunas personas intentan combatir erróneamente la tristeza con medicamentos. Puede que estas sustancias químicas hagan desaparecer los síntomas e inhiban y la exteriorizan de la pena, pero esta seguirá latente, esperando su momento para emerger, porque la tristeza es un duelo que necesita ser vivido. No siempre es una opción.

    Mientras que la tristeza puede considerarse un sentimiento normal que concluye con un reajuste de ideas, su prolongación crónica en el tiempo constituye una enfermedad conocida con el nombre de depresión.

    Por lo tanto, es importante que dejes fluir tu tristeza y que la vivas plenamente, pero si habitar en ella. La tristeza debe ser un puente, nunca el camino...

    Gracias, por estar ahí, un abrazo....

martes, 23 de junio de 2015

¿Hacia dónde te diriges?...

    Unos amigos desayunaban plácidamente unos minutos antes de comenzar a trabajar.

    > ¿Para qué vives?. Le preguntó el que untaba mantequilla a la tostada, al que removía el café.

    > Vaya pregunta:. Respondió el del café algo desconcertado.

    > En serio. ¿Para qué vives?. Insistió el de la tostada.

    > El del café se apuró y se lo tragó, después frunció los ojos visiblemente incómodo, tengo mucho que hacer hoy para pensar en eso. Mejor me voy, dijo.

    ¿Alguna vez te han preguntado para qué vives?.

    A menudo caminamos por la vida sin saber quiénes somos o lo que realmente queremos y nos resulta incómodo buscar una respuesta.

    El primer camino que deberíamos emprender en nuestro proyecto vital es hacia nosotros mismos.

    Sintonizar con las propias emociones y sentimiento, prestar atención a nuestros actos, descubrir qué valores anhelamos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y que le da sentido a nuestra existencia, conecta a cada ser humano con sus propias metas y su misión en la vida.

    En el pasado unos siete sabios griegos escribieron, siglos atrás, que si no hayas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera, pues en ti se encuentra el tesoro de los tesoros. Conócete a ti mismo y conocerás a los demás.

    Cuando nos ponemos en movimiento sin conocer o que querer, el motivo es fácil, experimentar cansancio y frustración. Cuando existe un motivo aparente para actuar, pero falta claridad respecto a qué camino seguir y qué pasos dar, corremos el riesgo de perdernos y no llegar nunca.

    Puede que el objetivo sea andar por andar y disfrutar de la trayectoria. Si somos conscientes y nos llena, será tan válido como cualquier otro.

    El termómetro de nuestra felicidad tiene la respuesta.

    Conviene no mirar hacia afuera, porque la plenitud esta dentro de cada uno. Que hacer y qué pensar es una elección personal.

    Si tienes la sensación de que has perdido el norte o te falta algo y aparentemente no sabes que puede ser; si experimentas una actitud de víctima, te quejas por todo, estás defraudado/a, percibes angustia, cólera, inquietud, resentimientos o simplemente una desazón o vacío que te impide centrarte en lo que haces, pregúntate si acaso no deberías vivir de otra manera.

    ¿Qué te gustaría hacer?. ¿Dónde te gustaría estar dentro de 10 años por ejemplo?. ¿Para qué vives en realidad?. ¿Cual es tu misión?.

    Hagas lo que hagas, vayas donde vayas, estás a tiempo de hacer un alto en el camino y averiguar tu para que....

    Recuerda que de poco sirve tener un propósito, sin un plan. Para llegar al tesoro necesitas un mapa, de lo contrario, sólo tendrás un sueño...

    Gracias... Un abrazo fuerte...

lunes, 22 de junio de 2015

Como nos limita la adulación...

    "La forma más rápida de alejarse del triunfo y, en consecuencia de la realidad, es rodearse de aduladores. Es como si alguien te pusiera un bloque encima para que no logres tus objetivos. La adulación, si te complaces en ella, te distrae y contamina como profesional, como persona; te distorsiona tu percepción de la realidad"...

    El reconocimiento y la estima son necesidades humanas básicas, aunque tenemos que ser cautos a la hora de satisfacerlas para no caer en la dependencia, ni apartarnos de la realidad.

    En ocasiones tenemos tanta necesidad por ser aceptados y lograr notoriedad que absolvemos como verdadera, cualquier palabra que nos haga enaltecer el ego. Se olvida fácilmente que tales comentarios pueden proceder de la ignorancia, la cortesía o la adulación más que de la franqueza. Lo que nos dicen los demás, no siempre es consciente o sincero.

    Cuando nos hacen alabanzas falsas o exageradas para alargarnos y obtener algo a cambio, estamos siendo adulados. Y es fácil caer en la complacencia y dejarse llevar, pues el adulador apunta de lleno a esa parte tan vulnerable de nuestro ser que denominamos "ego".

    La adulación es precaria en el reconocimiento del otro, porque le pone cualidades que no tiene o no muestra. No nacen de un deseo de ratificar lo bueno, si no de agradar superficialmente el oído del que se necesita de alguna manera.

    El adulador nos adormece con un falso sentido de la confianza que nos hace bajar la guardia; no es un amigo de verdad y tampoco resulta confiable. Ante una situación en la que vea comprometido su objetivo, es capaz de pasar con toda frialdad al polo opuesto.

    Si algo diferencia la honestidad de la adulación es la convicción. La honestidad implica estar convencido/a de lo que uno dice. La persona honesta expone sus puntos de vista conforme a su esquema de valores y el mapa de la realidad. No busca manipular o agradar por encima de todo, lo único que busca es servil.

    La honestidad asertiva es una herramienta potencia dora, al margen de que adquiera forma de reconocimiento, refuerzo de una conducta o comentario para la mejora personal.

    Si alguien nos expresa con su mayor convicción que nuestro trabajo es excelente por esto o por aquello y que además podríamos explorar esta u otra vía o nos retroalimenta comentando que cuando ayer llegaste tarde, yo me sentí mal, no es lo mismo que si nos dice sin argumento alguno:. ¡Qué bueno/a eres!. La primera expresión abre nuevas opciones y perspectivas sobre la realidad y a la vez genera un espacio para la reflexión y mejora personal. La segunda es una afirmación rimbombante y genérica. Si nos volvemos dependientes de ella, puede que caminemos ciegos por la vida, tropezando a cada paso con el fracaso.

    "¡Cuánto se parece a la amistad la adulación!"  Exclama el filósofo Séneca.

    ¿Es el verdadero amigo un adulador?... "Cuanta más amistad, más claridad"...

        "Cómo distinguir un adulador de un amigo".

    El amigo procura que estemos bien, en tanto que el adulador trata de que nos sintamos bien. El amigo nos dice la verdad sobre nosotros mismos, aunque sea dolorosa, en tanto que el adulador distorsiona la verdad para ajustar la a lo que queremos oír. Generalmente un amigo es devoto, en primer lugar de la verdad y, de acuerdo con eso, deja que una amistad prospere o fracase. Para el adulador la verdad es irrelevante, o quizá hasta un obstáculo. La pregunta determinante para él es:.

    "¿Qué quieres que piense, que es verdad?".

    Adular es una estrategia de seducción o manipulación al servicio de los fines más variados:. Asegurar la amistad, ganarse al jefe, conseguir que el empleador haga lo que queremos y deseamos, enamorar o conquistar a alguien, conseguir cerrar un trato de conveniencia....

    Cuando una persona cae en las redes de un adulador puede volverse dependiente y ceder por sistema, tolerar lo intolerable, apartarse de su objetivo, sobre estimarse o subestimar. Puede que sea capaz de cualquier cosa con tal de engordar su ego y tener contento al adulador. En el fondo lo que se ve es una conducta, es una falta de autoestima y confianza en sí mismo.

    ¿Te hace sentir bien ese compañero o ese jefe que te dice que eres imprescindible, aunque el precio sea trabajar más o ir contra tus intereses?.

    Deberíamos confiar más en nosotros mismos y en nuestro instinto. Utilizar el sentido común y poner nuestra capacidad de observación y análisis al servicio de nuestros objetivos. 

    Sólo nosotros somos los más indicados para saber qué queremos y que nos conviene.

    Escuchemos nuestra pequeña voz interior y lideremos nuestra vida....

    Un abrazo fuerte, y muchas gracias....

domingo, 21 de junio de 2015

La Generosidad y su Bienestar...

    Cada uno de nosotros tiene algo para dar: su tiempo, sus recursos, su afecto...

    La generosidad refleja la pasión del individuo en la ayuda y se manifiesta en un hábito de dar y entender a los demás sin esperar nada a cambio.

    En el día a día encontramos múltiples ejemplos de esta actitud positiva:.

    La persona que se ofrece a escucharte o consolarte en un mal momento, aquella que utiliza sus habilidades, conocimientos o bien para ayudarte, o que simplemente te cede su silla, o te regala una sonrisa en sus labios.

    Cada vez que sabemos aparecer o desaparecer con discreción en el momento oportuno, guardar silencio si la situación de la otra persona lo requiere, aceptarla como es y sin emitir juicios, estamos actuando con generosidad. Como escribe Louise Hay:. 

"Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos y dejar que sean quienes son, saber que su verdad esta dentro de ellos y que cambiarán cuando quieran hacerlo".

    Practicar la generosidad en las relaciones conlleva no sentir la necesidad de que el otro reconozca sus fallos. Cuando le decimos a alguien que está cometiendo un error o pretendemos que "de su brazo a torcer", podemos herirle en su autoestima y provocar una pérdida de confianza, la generosidad no pasa facturas innecesarias. Alcanzaremos la paz interior y ayudaremos a que otros la alcancen cuando seamos sanadores en lugar de jueces.

    Si alguien decide sentirse como un títere de las circunstancias en las que vive, está en su derecho. Cada decisión individual es como un movimiento en un tablero de ajedrez destinado a resolver la partida personal. Cada persona goza de la libertad interna de elegir y mueve sus piezas de acuerdo con dicha elección.

    Compartir con sencillez lo que uno es y lo que uno tiene, permite descubrir cuan útiles podemos ser en la vida de nuestros semejantes y nos colma de alegría, bienestar y paz interior.

    Esta actitud positiva de dar, compartir y entender también repercute en nuestra salud. En su libro:. "El poder de la intención", de Wayne Dyer explica cómo ser generoso, estimula el sistema inmune y la producción de serotonina en nuestro cerebro provocando paz y bienestar, tanto a la persona que efectúa la acción como la que la recibe o la observa.

    No obstante, la generosidad empieza por uno mismo y no debe confundirse con la autodestrucción. A menudo el falso ego que todos llevamos dentro, ("el diablillo") espera que la generosidad comience por el otro, y aunque esto en nada se parezca a ser generoso, abrirse a que el otro nos avasalle es auto destruirnos.

    No hagas las cosas para que te las agradezcan, pero trata de hacer las a gente agradecida, dice un proverbio.

    Nuestra "auto generosidad" harán que nos marchemos de los lugares donde no nos aprecian, de las situaciones que sólo llevan a un dolor inútil, de las humillaciones que ningún ser humano debe permitir, de la rabia o el odio.

    Por encima de todo no deberíamos perder nuestro propio respeto, valoración e identidad, ni tampoco la conformidad con nosotros mismos.

    Soltar, dejar ir, desprenderse, vaciarse, son expresiones que tienen que ver con la práctica de la generosidad y que nos sugiere conductas libres de apego y posesiones. Conductas dadivosas y receptivas que generan alegría y bienestar en todos los implicados.

    Puesto que somos seres independientes, nuestras alegrías y desgracias están íntimamente vinculadas a los demás. Practicar la generosidad nos permite experimentar como el bienestar personal está inevitablemente entretejido con el bienestar de los otros, de modo que para cultivar plenamente ese bienestar propio habremos de cooperar en el bienestar ajeno...

    Conduce tu vida con generosidad...

    Gracias, un abrazo....

viernes, 19 de junio de 2015

¿Conoces a tu "diablillo"?... El Auto Saboteador...

        "No tengo tiempo". "No lo vas a lograr". "Dejarlo para otro día". "Eres un desastre". "No puedo ahora"...

    Detrás de las cosas que nos importan suelen esconderse otras que nos sabotean.

    ¿Recuerdas aquellas criaturas diminutas y malévolas que sembraron el terror en la ficticia comunidad de Kingston Falls?. Allá por los 1984 la película de Gremlin nos mostró sus terribles pericias.

    En el Coaching la palabra Gremlin se utiliza para designar al Auto Saboteador que todos llevamos dentro. (También los podemos nombrar como "diablillos").

    El auto sabotaje nos impide lograr aquello que aparentemente deseamos. Como indica la escritora americana Alyce P. Cornyn-Selby se manifiesta cuando "decimos que queremos algo y nos aseguramos de que no suceda".

    Tus "diablillos" suelen susurrarte, que no mereces el éxito, te invita a dejar la dieta, a sentirte culpable, a fallar, a no cumplir con los compromisos, a seguir como estás, no aprovechar la oportunidad o a dejar lo que debes hacer hoy para otro día. Es un saboteador nato.

    Aunque este "diablillo" interior tiene una intención francamente positiva contigo. Puede que te cueste creerlo, pero el "diablillo" busca tu beneficio.

    A menudo fumamos para sentirnos relajados, comemos copiosamente por el placer que nos produce o para calmar nuestra ansiedad, rehuimos las horas de estudio para evitarnos esfuerzos y tensiones, evitamos las relaciones para ahorrarnos el rechazo, el fracaso, la presión que nos causa cumplir, ser responsables o cambiar nuestra maravillosa rutina.

    La misión de tus "diablillos" es preservar el "status quo", procurar que nada cambie, mantenerte en tu zona de confort y protegerte del ridículo, del fracaso, del rechazo o del sufrimiento.

    Los "diablillos" son seductores natos. Tienen la capacidad de coger una parte de la verdad y convertirla en una razón de peso para abandonar o para renunciar a empezar. Son maestros de las excusas razonadas, suelen estar presente en momentos de incertidumbre y de cambio. Se disfrazan de muchas formas diferentes; como consejeros, como sabios, como expertos, como prudentes. Te habla de forma coherente, dulce y tentadora y nos mueve a destruir los grandes proyectos de nuestras vidas.

    Piensa en aquellas ocasiones en que te disponías a hablar en público y tu auto saboteador te susurra, "te vas a bloquear". Es muy posible que esté protegiéndote de hacer el ridículo, de exponerte a las críticas de los demás o de un éxito que tu, en alguna parte oscura de ti mismo guardas, tu has decidido que no te lo mereces.

    Piensa en esas ocasiones en que aparentemente deseas el éxito y trabajas para lograrlo. Cuando te llega la oportunidad, cuando estás a punto de alcanzarlo, te sabotean con una excusa bien construida o una acción inadecuada. Tu asociación con el fracaso prevalece.

    Lo cierto es que tu "diablillo" sabe bien cómo esconderse en esa parte oscura que se llama subconsciente, y así es fácil que pase inadvertido y que ignores todas las asociaciones negativas que te están desmotivando y apartando de tus objetivos. Por eso, el primer paso para lograr que tus "diablillos" no te saboteen es ser consciente de su presencia y de lo que te dicen. Escuchar activamente a tu "diablillo", te ayuda a conocerlo y a entenderlo para dialogar con el.

    Existen varias técnicas en el coaching y en la PNL (Pensamientos-Negativos-Limitantes) para tratar con todos tus "diablillos" y la mayoría de ellas pasan por llegar a acuerdos, asociarte con situaciones y emociones positivas y reforzar tu autoestima, tu confianza y tu motivación.

    Sea como fuere tu "diablillo" vive en ti, y por tanto, sólo tú eliges lo que haces con el. Trata de no ser tu peor enemigo.

    "Tenemos emociones que hieren".

    "Lo importante no es lo que nos dicen los demás, si no lo que nos decimos a nosotros mismos".

    "Aún que este "diablillo" interior tiene una intención francamente positiva contigo. Puede que te cueste creerlo, pero el "diablillo" busca su beneficio"....

    Un abrazo fuerte, muchas gracias....

Tú eliges la soledad, o la soledad te elige a ti... (Cuarta y última parte).

        Cuando la soledad afecta.

    Sin embargo, la soledad no deseada suele estar relacionada con emociones negativas que vienen motivadas por circunstancias que la persona no ha elegido.

    Cuando no se tiene vínculos con los demás o estos son superficiales, suelen aparecer sentimientos de tristeza que afectan el estado de ánimo y que disminuyen la motivación para relacionarse. Aislarse social mente no es, normalmente, un deseo. Hay personas que optan por no relacionarse en exceso pero desearían tener vínculos sociales satisfactorios, aunque algo les impide relacionarse con normalidad.

    Otro tipo de soledad, aunque pueda parecer algo contradictoria, es la de estar con otras personas pero con la sensación de no sentirse parte del grupo. Suele ocurrir cuando alguien se guarda para sí la información que le gustaría compartir con los demás. En muchas ocasiones es a la inversa los demás no quieren compartir información con la persona. Pero de algún modo no encuentra la forma de hacerlo.    Este es un tipo de soledad bastante frecuente porque no permite el goce de una relación íntima que aporte seguridad. Es habitual en personas que se guardan sus problemas para sí mismas, bien porque no tienen la suficiente confianza para compartirlo o porque les falta asertividad para hacer respetar sus puntos de vista.

    Compartir las emociones y los sentimientos y hacer partícipe a los demás de una parte de la intimidad personal fomenta los vínculos con los demás. Cuando se comparte con los demás algo más que compañía, el sentimiento de soledad disminuye en beneficio del bienestar social y psicológico.

    Los psicólogos consideran que alguien está sólo cuando no mantiene comunicación con otras personas o cuando percibe que sus relaciones sociales no son satisfactorias. Tres características definen la soledad:.

    Uno es el resultado de relaciones sociales deficientes, constituye una experiencia subjetiva, ya que uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo; y, por último, resulta desagradable puede llegar a generar angustia.

    Se puede definir la soledad como la diferencia entre el nivel de contacto social que deseamos y el que realmente alcanzamos. Por eso, resulta difícil establecer lo que es una persona "solitaria", porque yo este perfil depende en gran parte de lo que cada individuo considera como "estar solo".

    Sin embargo, sí existe un factor decisivo que determina la soledad real:. La calidad de las relaciones personales, y no su cantidad. La ausencia de familiares y amigos cercanos es, por eso, un hecho grave que puede afectar a la salud, advierten los investigadores.

    El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia. El 35% de la población de entre los 25 y 40 años vive sola. La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio, alcoholismo, fumadores compulsivos y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares. También según los últimos estudios el sistema inmunológico se ve afectado por otros desórdenes.

    Somos seres sociales que necesitamos de los demás para hacernos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la interrelación con las personas que nos rodean.

    Para que la vida tenga sentido todos necesitamos una estabilidad afectiva, lo que no significa que haya que tener pareja o vivir según modelos establecidos. Estar solo es bueno, y disfrutar de la propia soledad está muy bien, pero llega un punto en el que también necesitamos proyectar nuestras energías en proyectos para un bien común porque somos seres relacionales. La estabilidad afectiva nos permite confiar que somos aceptados por el grupo, que lo que somos y lo que hacemos está bien recibido, y eso nos da mucha libertad y tranquilidad.

    Es paradójico el hecho de que vivimos en sociedades masificadas y sin embargo a veces nos sentimos tremenda mente solos. Te puedes sentir solo en medio de una plaza inmensa, llena de personas, o comiendo en familia el día de Navidad. Pero este sentimiento no tiene que ver con el estar solo o no, sino con la proximidad que tienes con las personas. Una persona puede estar aislada, en un refugio de montaña, pero sentirse acompañada porque sabe que alguien piensa en ella, se preocupa, la quiere, y está pendiente de si las cosas le van bien o no. Hay que diferenciar entre la soledad física y la emocional.

    La soledad sociales la de quien apenas habla más que con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos, es una soledad muy común en este mundo que vivimos. No sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza, con quienes nos rodean. Plantamos un muro a nuestro alrededor y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "cada vez que confías en alguien, te dan una puñalada". Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligros; el ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un sentimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz.

    Por naturaleza, somos criaturas sociales, y si bien, uno puede llegar a negarse a esta demanda en determinadas ocasiones, no puede vivir sin un contacto significativo con otras personas, por lo menos, con una sola persona. Ésa soledad no deseada puede convertirse en angustia, y si bien algunos se acostumbra a vivir solos....

Final del escrito, gracias, un abrazo fuerte....

    

jueves, 18 de junio de 2015

Tú eliges la soledad, o la soledad te elige a ti... (Tercera parte).

        La soledad deseada (o sentirse bien en la soledad).

    El sentimiento de soledad no siempre es dañino. En algunos casos se puede elegir, destinar parte del tiempo a realizar tareas en solitario como opción personal.

    En este caso se trata de una soledad buscada que nada tiene que ver con sentimientos de tristeza, sino que puede ser muy gratificante porque fomenta el bienestar emocional. En definitiva, se trata más bien de gozar el momento de intimidad más que de soledad.

    Situaciones prolongadas de soledad. 

    En las encuestas para determinar los factores que más contribuyen a la felicidad humana, los encuestados siempre citan la conexión con los amigos y el amor familiar, la intimidad, la riqueza social la afiliación, por encima o por la fama, incluso por encima de la salud física.

    La soledad refleja una percepción del individuo respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta red es escasa o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.

    Se distinguen dos tipos de soledad:.

    > La emocional, o ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad.

    > La social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses o preocupaciones.

    La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y se tiende a vincular con el estado de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.

        Sufren de soledad los individuos que tienen carencias de:.

    > Oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona.

    > Un grupo de amigos del cual sentirse parte.

    > Alguien que necesite de su amor.

    > Alguien que lo desee físicamente.

    > Personas con quienes compartir valores e intereses.

    > Amigos para compartir actividades recreativas.

    > Relaciones en el trabajo.

    > Un sentido de confianza en los amigos íntimos.

    > Intimidad física en forma regular.

    Es importante destacar que existe la soledad crónica en aquellas personas que no han sido capaces de establecer una relación satisfactoria por un período de varios años y por lo menos a través de dos etapas de su vida, como podrían ser la adolescencia y la adultez joven; o la adultez joven y la edad madura.

    También existe la soledad temporal, que incluye un estado de ánimo breve y ocasional de soledad, por ejemplo; después del trabajo, o durante los fines de semana...

    A pesar de todo, y de la importancia que tiene saber y poder gozar del tiempo para uno mismo, no debemos caer en el aislamiento. Disfrutar de tiempo personal para sentirse bien puede beneficiar a la salud psicológica, siempre que no suponga un abuso y se descuiden los vínculos que unen a las personas cercanas. (Familiares, amigos, círculo social y compañeros de trabajo).

    La autonomía no debe ser sinónimo de aislamiento. Cuidar y mantener las relaciones existentes siempre es una buena inversión...

Continúa.... 

Tú eliges la soledad, o la soledad te elige a ti... (Segunda parte).

    Amanda Guyer, Psicóloga de los institutos nacionales de la salud en Bethesda, Maryland, ha encontrado que las personas con más tendencias a estar solas resultan ser más sensibles a todo tipo de interacciones emocionales y a estímulos sensoriales, lo que significa, que suelen encontrar placer donde otros no lo hacen. Los resultados de Guyer sugieren que los introvertidos pueden ser más sensibles a todo tipo de experiencias positivas. Las investigaciones realizadas por psicoterapeuta ("¿eres altamente sensible?") Esto confirma la corazonada de Guyer, demostrando que las personas solitarias suelen tener una agudeza sensorial muy alta.

    Debido a que los solitarios son buenos en captar las sutilezas, están bien adaptados para las carreras que requieren una estrecha observación, como la escritura y la investigación científica. No es de extrañar que famosos solitarios de nuestra historia, incluyan a personajes como Emily Dicknson, Stanley Kubrick, o Isaac Newton....

    Al contrario que la impuesta, la soledad deseada proporciona una sensación cercana a la libertad que, a su vez, puede inspirar el sosiego necesario para sobrellevar el estrés de la vida diaria.

    Y es que el sentimiento de soledad es uno de los más difíciles de sobrellevar. El ser humano es, por naturaleza, social, necesita de los otros para establecer relaciones personales y vivir de forma satisfactoria. Aunque algunas personas sean muy autónomas e independientes, necesitan de una u otra forma la calidad de sus relaciones sociales para gozar de un estado de ánimo sano.

    El bienestar general de una persona depende en gran medida de la calidad de sus vínculos con los demás.

    De ahí que incluso los médicos definan la salud como el bienestar físico, psicológico y social. Por tanto, la soledad es un factor perjudicial para la salud social, que provoca consecuencias negativas y psicológicas, como la tristeza. La salud de una persona está expuesta a sufrir daños según las relaciones sociales que establezca; si estas no son satisfactorias, los sentimientos de soledad no tardan en aparecer.

    Actualmente, en nuestra sociedad existe un caldo de cultivo con los ingredientes necesarios para que los vínculos personales sean algo débiles, lo que desemboca en un sentimiento de soledad útil pero constante para algunas personas que, aunque compartan tiempo con los demás, pueden sentirse solas por no tener excesiva confianza en sus relaciones....

Continúa...

Tú eliges la soledad, o la soledad te elige a ti... (Primera parte).

    "Ninguna persona es una isla, completa en sí mismo. Toda persona es un pedazo del continente, una parte de la totalidad".

    "Mejor sólo, que mal acompañado". Dice el dicho, pero la soledad es una actitud muy mal vista, los seres humanos son ante todo seres sociales y primitivamente no se puede comprender el deseo de un miembro de la Sociedad, que quiera estar lejos del grupo.

    Como bien se dice, hay dos tipos de soledad, el estar aislado de otras personas y el sentirse solo. Pero hay un mundo de diferencias entre ambas, la soledad no elegida es un estado negativo, duro, caracterizado por una desagradable sensación de aislamiento, uno siente que algo falta.

    La soledad elegida es el estado de estar solo sin sentirse solo. Es un estado positivo y constructivo. En un momento que se puede utilizar para la reflexión, el crecimiento o el goce de algún tipo de actividad.

    Así por ejemplo, la lectura requiere soledad profunda, el pensamiento y la creatividad por lo general también. Es un medio de disfrutar de la tranquilidad, es algo que cultivamos, una oportunidad para renovarnos. Cultivar una sana soledad, es más que estar solo, es estar con uno mismo, algo para lo cual no nos damos el tiempo. Algo que se llama habitualmente introspección...

    Cuando una persona decide disponer de tiempo para sí, se trata de alguien que goza de estar sin la compañía de los demás durante un tiempo limitado. Se trata de momentos dedicados a uno mismo que pueden ser necesarios e imprescindibles para fomentar el bienestar personal, lo que indica que ese es capaz de estar sin otras personas, señal de autonomía e independencia.

    La soledad deseada o autonomía no es sólo una opción, resulta recomendable para cualquiera. Gozando de esta libertad personal se puede elegir qué es lo que más apetece en ese momento sin necesidad de dar explicaciones a nadie, que es lo mismo que quitarse todas las obligaciones de encima, aunque sea sólo por unas horas.

    Todo el mundo debería reservar ciertos momento de intimidad para si mismo.

    Incluso existen personas que han hecho de la soledad deseada de un estilo de vida, es el caso de los "singles" que han elegido llevar una vida más independiente, o las personas que gozan viajando solas o, incluso, los que prefieren realizar tareas en solitario en su tiempo libre.

    Todos necesitamos momentos de soledad, aún que según nuestro temperamento esa cantidad de tiempo "para nosotros" difiere. En nuestra soledad, donde los extrovertidos, constituyen las tres cuartas partes de la población, ser solitario está catalogado de forma negativa. Contrariamente a la creencia popular, no todos los solitarios tienen un miedo patológico a las relaciones sociales. "Algunas personas simplemente tienen una baja necesidad de afiliación", dice Jonathan Ckeek, Psicólogo en el Wellesley College. "Hay una división muy grande entre el solitario con preferencia y el solitario forzado". Una tendencia a la soledad podría reflejar una mezcla de tendencias innatas y experiencias, tales como no tener muchos amigos en la infancia o crecer en una familia que valora la privacidad.

    Continúa...

Preguntas para tu Crecimiento Personal...

    En realidad, tu cerebro se encuentra continuamente activo, ya que siempre está sopesando lo que es importante y lo que necesita más atención.

    Si no te mantienes concentrado en algo, tu cerebro simplemente entra en un modo automático, por lo que absorbes y evalúas, la vida según lo que percibes a través de tus ojos y oídos.

    Al hacer esto, permitimos que una gran cantidad de información al azar e inútil invada nuestro cerebro. Lo que finalmente limita nuestros recursos, así como también, nuestro crecimiento y desarrollo personal.

    Porque cuando cambiamos nuestro enfoque, por uno con propósito, adquirimos la capacidad de obtener preguntas y respuestas diferentes.

    Además, tu enfoque está determinado por la calidad de las preguntas que te haces a ti mismo/a. Por lo tanto, debes tomar conciencia de esto, y adquirir la habilidad de empoderar esas preguntas para darles un mayor sentido y propósito a tu vida.

    ¿Por qué digo esto?.

    Porque cuando te haces preguntas como; ¿Por qué a mí?. Automáticamente surge un torrente de preguntas adicionales que sólo terminaran por frenar tu crecimiento personal.

    Por consiguiente, el viejo programa instalado en tu mente subconsciente, dará como resultado respuestas como:.

    "No tengo lo que necesito". "No me merezco esto". "Sólo a mí me pasa esto", etc...

    Respuestas que sin duda nos llevan a un callejón sin salida.

    Ahora bien, si en vez de interrogarnos bajo el viejo esquema de pensamiento negativo, y empezamos a hacernos las preguntas adecuadas, daremos un giro de 180° a la situación y veremos una luz al final del túnel.

    Es por ello que te dejo aquí estas 18 preguntas que debes hacerte para mejorar tu vida y experimentar ese crecimiento personal que tanto necesitamos.

    1). ¿Qué me motiva?.

    2). ¿Cuál es el mejor uso que le puedo dar a mi tiempo, habilidades y conocimientos?.

    3). ¿Cuales son mis valores?.

    4). ¿Estoy alineado con ellos?.

    5). ¿Qué es lo que me está frenando?.

    6). ¿Qué es lo que estoy evitando?.

    7). ¿Qué puedo aprender yo de esto?.

    8). ¿Cómo puede ayudarme hacer una mejor persona?.

    9). ¿Qué puedo hacer para cambiarlo?.

  10). ¿Qué necesito para dejarlo ir?.

  11). ¿Qué es lo mejor que tengo en mi vida?.

  12). ¿Qué plan estoy siguiendo en caso de que mi motivación desaparezca?.

  13). ¿Cuál es mi mayor deseo?.

  14). ¿Qué es aquello que me da alegría y entusiasmo al hacerlo?.

  15). ¿Qué es aquello que estaría dispuesto/a a hacer, e inclusive, no cobraría por ello?.

  16). ¿Qué es el éxito para mi?.

  17). ¿Cómo puedo ser útil e indispensable?.

  18). ¿Que me sucedió la última vez?.

    Seguramente, algunas de estas interrogantes son relevantes para usted. Pero sea cual sea su situación actual, ellas tienen un mayor poder de transformación positiva para su crecimiento personal.

    Cambiando consciente mente las preguntas que te haces a ti mismo/a, tu cerebro empezara a trabajar a tu favor, recibiendo respuestas poderosas y eficaces en tu caso particular. Por lo tanto, darle el mayor y mejor uso que se merecen...

    Muchas gracias, como ustedes, un abrazo...

miércoles, 17 de junio de 2015

Mejorar la autoestima, para hacerlo realidad en tu vida...

    Para mejorar la autoestima, es indispensable saber cómo nos tratamos realmente a nosotros mismos.

    Porque, como dice la siguiente frase del gran Zig Ziglar. "La persona más influenciable con la que hablaras todo el día, eres tú mismo. Ten cuidado entonces de lo que te dices a ti mismo"...

    Y es que la autoestima es sobre lo que pensamos de nosotros mismos. Es la valoración o auto evaluación que tenemos de nuestra forma de ser y nuestros comportamientos.

    La verdad es que es una palabra mucho más compleja de lo que podemos imaginar, ya que ella determina nuestra personalidad como individuo.

    Por que, mejorar la autoestima, también significa perfilar nuestros sentimientos hacia nuestra persona, haciéndonos más seguros, valga la redundancia, de nosotros mismos.

    Si realmente quieres amarte más, y tomar acción para dinamitar todas las posibilidades de autodestrucción o de pensamientos auto destructivos que a veces invaden nuestras mente, y que impiden establecer una mejor imagen propia de uno mismo/a, entonces te aconsejo que leas estos consejos que están más adelante.

        Cinco consejos para mejorar la autoestima:.

    1) Cuando te critican o te criticas a ti mismo/a, te recomiendo que no hagas caso a esas críticas al menos que sean verdaderamente constructivas o positivas. Es decir, aquellas que realmente tengan la intención de ayudarte a cambiar aquellos comportamientos que de alguna manera pudieran dañar a otros, influir negativamente en tu valoración como persona.

    2) La realización de todo individuo empieza por aceptarse tal y como uno es. Así como también, mejorar aquellos aspectos que vemos como puntos débiles en nuestra propia conducta y comportamientos.

    3) Por eso es que una de las herramientas para mejorar la autoestima sería el buscar frases célebres de personajes que puedan inspirarte. Eso es lo que a mí me funciona. (Para mí son como trazos, que siempre las incluyo en mi página de Facebook). Y no sólo leer las frases si no "leer entre líneas", una y otra vez, para que se te queden bien grabadas en tu mente. De manera que puedas entender la magnitud del tesoro, que subyace en esas frases o citas.

    4) La autoestima es la percepción de nosotros mismos, y como tal, nos ayuda a conectar con nuestro yo creativo interior. Es la vela que nos ayuda a ir a mejores puertos, así como conseguir la realización plena. Y mientras ayudemos a otros a realizar sus metas y aumentar la autoestima de ellos mismos, en esa medida nuestra auto confianza ira creciendo más y más.

    5) La autoestima también es quererse a uno/a mismo/a, pero no ensalzando el ego como diciendo "yo sobre esto" o "soy aquello", si no quererte genuina mente, amarte de verdad, así como sentir que la vida te puede dar lo mejor, si es que lo deseas y de forma positiva.

    Ya que has leído estos interesantes consejos para mejorar la autoestima, pues ve  y corre al espejo y diste a ti mismo/a "tu si que vales". Amarte a ti mismo/a pero no olvides también amar a los demás, y ayudarles a que se ame a sí mismos... Esa es la regla de oro.

    Gracias, siempre con ustedes, un abrazo...

El Origen de las Creencias Limitantes...

    Nuestras creencias ejercen una poderosa influencia en nuestras vidas, hasta tal punto, que determina cuáles experiencias, tendremos en el futuro y nuestra forma de ver el mundo.
    Las creencias no son más que pensamientos muy fuertes que han tomado lugar en nuestras mentes, y por lo tanto, no se cuestiona si son ciertas o no. Lo cierto es que provienen de muchas fuentes; ya sea a través de la cultura, de la familia, de las experiencias agradables o traumáticas,etc...
    Sin embargo, ciertos pensamientos o creencias, pueden ser formados debido a ciertos hechos que ocurrieron en el pasado, en relación a alguna/s experiencia/s significativa/s.
    Si por ejemplo tuviste alguna experiencia negativa que te haya marcado profundamente, lo más seguro es que comiences a atraer experiencias similares que se reafirmarán en tu convicción acerca de este tipo de situaciones.
    Los Pensamientos Negativos Limitantes (que los marcaremos como PNL) que nos dice entonces que a partir de allí, empieza una fase de generalización, en el que la persona piensa que su experiencia es la única posible, procediendo a cancelar cualquier otra experiencia, siendo esta positiva inclusive, que pueda desviarle de su creencia o convicción.
    Además, La PNL nos indica que ninguna situación o experiencia no es buena ni mala realmente, así como ninguna creencia es verdadera o falsa, sólo nuestros pensamientos lo hacen así. Ya que cuando nos centramos en los aspectos negativos de una situación, construimos una creencia negativa que siempre va a atraer cualquier experiencia que reafirmar las creencias limitantes.
    Lo importante es saber si esa experiencia que tuviste es limitante o potenciadora, ya que de esa forma podremos saber si funciona o no. Es decir, si nos ayuda en nuestro afán de lograr nuestros objetivos.
    Sabiendo todo esto, podemos concluir que las creencias limitantes son aquellas creencias que limitan o bloquean nuestras posibilidades de conseguir cualquier meta u objetivo que nos propongamos.,
    Los ejemplos son:.
    > Tener éxito en la vida.
    > Mejorar la autoestima.
    > Tener hábitos saludables.
    > Mejorar nuestro rendimiento productivo.
    > Y muchas más....
    Algunas creencias limitantes pueden ser:.
    > No merezco ser rico.
    > Nada bueno me puede pasar a mi, ni a mi familia.
    > Nadie me quiere como soy.
    > No tengo suerte en la vida.
    La PNL clasifica las creencias limitantes, en tres tipos:.
    1) La Desesperación:. La persona piensa que no podrá en ningún caso lograr su objetivo. Sin embargo, se encuentra en una situación desesperada por alcanzar su meta, aún cuando trabaje arduamente para conseguirlo.
    2) La Desprotección:. En este caso, la persona cree que puede lograr su objetivo, pero basándose en la suerte y el destino.
    3) La Inutilidad:. La persona siente que es incapaz de alcanzar cualquier objetivo, debido a que piensa que no lo merece o que no se siente valiosa para ello.
    Ahora bien.
    ¿En cuál de estos tres tipos de creencias limitantes te encuentras en estos momentos?.
    Un buen ejercicio es que respondas esta pregunta, ya que es un primer paso certero para empezar a desactivar esas creencias que bloquean tus posibilidades de lograr la vida que quieres, tus metas, tus sueños o cualquier otra cosa que desees.
    Muchas gracias un abrazo fuerte....

martes, 16 de junio de 2015

Respetarse a uno mismo, un desarrollo personal...

    En la vida, existen personas que muchas veces nos hacen sentir mal, y lo más triste, es que pueden encontrarse entre las personas que están en nuestro círculo de amistades, o incluso, en el ámbito familiar.

    Las respuestas hirientes, así como las críticas destructivas, de alguna manera pueden socavar nuestra autoestima, hasta dar lugar a la depresión o conductas auto destructivas.

    Ahora bien, no te digo que no le hagas caso a las críticas, si estas son verdaderamente constructivas. Pero no permitas que estas aniquilen tu auto confianza.

    Por otro lado, debes valorarte y no permitir que tus errores o fracasos definan quién eres. Una falta de amor propio, puede hacer peligrar una relación, o hacerte esclavo de ella.

    Por lo tanto, debes amarte a ti mismo lo suficiente como para elegir lo que te hace feliz y te ayude a crecer.

    Para ello, sería bueno que te hicieras las siguientes preguntas:.

    ¿Estás en el trabajo correcto? > Busca un trabajo que realmente te llene y te ayude a alcanzar tu verdadero potencial.

    ¿Tienes libras de más? > Admítelo, y haz algo al respecto si no te sientes feliz con ello.

    ¿Realmente quieres seguir estando con tu pareja?.> Si no es así, entonces también tienes que hacer algo al respecto.

    ¿Tus amistades no aportan nada positivo a tu vida?.> Entonces tendrás que buscar otras amistades que te eleven a ser la mejor versión de ti misma/o.

    El respetarse a uno mismo es amar lo que eres y amar tu propia personalidad.

    Por lo tanto, no dejes que nadie degrade tu valor, influenciando negativamente  la opinión que tienes de ti misma/o.

    Así que, respetarte a ti misma/o, pero sobre todo, no dejes de respetar a los demás también...

    Un abrazo...