martes, 31 de mayo de 2016

¿Por qué haces lo que haces? Tu comportamiento determina tus resultados...

¿Por qué haces lo que haces? Tu comportamiento determina tus resultados.



PROGRESAMOS CUANDO APRENDEMOS MEJORES FORMAS DE ACTUAR, CUANDO DEJAMOS DE HACER SIEMPRE LO MISMO DE LA MISMA MANERA.
¿Te has parado a pensar por qué haces cada una de tus acciones, desde las más sencillas, hasta aquellas que tienen claras implicaciones en tu vida? Cada cosa que hacemos en nuestra vida, cada uno de nuestros comportamientos tiene un origen, y un motivo, a veces “tonto”, en ocasiones importante. Lo importante es darnos cuenta de que nuestros actos determinan nuestros resultados, y estos en buena parte, nuestra sensación de bienestar o frustración incluso.
Cosas sencillas como ducharse, por ejemplo, ¿eres de los que tienen el hábito de ducharse por la mañana o por la noche? ¿Por qué? ¿Te has planteado las ventajas de cambiarlo? Podría determinar bien tu calidad de descanso o bien el tiempo que tardas en activarte. Como éste hay un sinfín de cosas que hacemos sin pensar, porque en algún momento en el tiempo lo decidimos, lo convertimos en hábito tras repetirlo decenas de veces, y hoy lo seguimos haciendo aun sin cuestionarnos si sigue siendo nuestra mejor opción.
Además, también nos sucede con cuestiones más importantes, tenemos hábitos de pensar, de tomar decisiones, etc. que arrastramos desde tiempos inmemorables, y no nos cuestionamos si podríamos tener mejores resultados sencillamente cambiando estos. No recuerdo quien fue el que dijo que el sabio duda hasta de sus propias certezas. Para poder progresar hemos de cuestionar de vez en cuando nuestros propios actos, de esta forma podremos ir refinando aquellos que puedan mejorarse, asentar más firmemente aquellos que dan resultados positivos una vez tras otra, y por supuesto, cambiar aquellos que, aunque en su momento funcionaron, ahora mismo no nos dan el nivel de resultados o beneficios que deseamos.

Recuerda que tú eres el capitán de la nave, que tú eliges tus viajes diarios, y que como líder de ti mismo, has de gestionar todo tu potencial de la mejor forma posible, de modo que optimices energía, mejores resultados, y sobre todo, disfrutes de cada cosa que haces, porque a fin de cuentas, las haces porque quieres, nadie te obliga. Puede que te sientas obligado, pero en verdad nadie te obliga, tú eliges hacerlo de esa manera, siempre podrías hacerlo de otra, aunque ahora no sepas cual, pero para todo, siempre hay más de una forma de proceder.

Recuerda que tengas que hacer lo que tengas que hacer, siempre hay más de una forma posible de resolverlo, para ti, en ese momento, y con tus circunstancias, ¿cuál es la mejor forma? y por supuesto, la próxima vez que tengas viva una situación parecida, ¿merece la pena probar actuar de una forma nueva a ver qué sucede?



No me hagas daño...

No me hagas daño...



En muchas ocasiones hemos hecho daño a un ser vivo, persona o animal, sin darnos realmente cuenta de lo que hacíamos y lo que es peor, en muchas ocasiones lo hemos hecho siendo conscientes.
Repasa mentalmente lo que acabo de decir y sinceramente, nadie te escucha, di si es verdad. Si no es así, me alegro, no hace falta que sigas leyendo, deberías alegrarte eres santo o santa.

Voy a hablar del daño que provocamos, no del que recibimos, el daño que recibimos en un principio no es importante para tu mejora o sanación. Primero debes reconocer tus fallos, perdonarte, encontrarte bien contigo mismo, conocerte y después hablaremos del resto si es que, llegado a ese punto, consideras que es importante.

El daño que hagamos a los demás siempre, y he dicho bien siempre, nos será devuelto, de una manera u otra volverá a nosotros. Pero no sólo por esto debemos ser conscientes del daño que hacemos, sería muy egoísta y carente de principios sólo pensar en eso para reparar el daño.

Lo importante realmente es que al hacer daño a otro ser dejamos una herida en su corazón, que difícilmente tenga cura y eso al final hará que esa persona desconfíe de ti e incluso de otros seres. Provocaremos que ese ser sea infeliz, mucho o poco tiempo, eso da igual. Lo importante es que será infeliz y por tanto hará infeliz a otros seres generando una cadena de infelicidad muy larga.
Es fácil imaginar esto, piensa como te sentirás tu si llega alguien al que amas (amigo/a, madre, padre, pareja, hijo...) con un gran disgusto porque alguien le ha hecho daño, tú también te sentirás mal porque eres un ser empático y así debe ser. Al encontrarte mal, seguro que alguien que te ama también se encontrará mal y seguro tú y esa otra persona harán algo indebido.

Antes de dañar, antes de enfadarte con otro ser, date un segundo para sentir realmente. Si es necesario cierra los ojos durante unos segundos, siente, pero siente de verdad, y ahora piensa si realmente merece la pena ese sentimiento. Realmente el ser que te está "dañando" merece que le devuelvas el daño o quizá simplemente sea mejor dejarlo estar, quizá esa persona te está pidiendo a gritos que le ayudes, que le demuestres algo o simplemente que le digas:
Perdona, creo que debemos dejar la conversación en este punto y volver a hablar en otro momento, cuando ambos estemos más tranquilos y hayamos pensado profundamente el motivo de esta discusión.
o si has recapacitado rápidamente y has llegado al gran descubrimiento de que no merece la pena enfadarte, discutir, dañar y ser dañado/a y decides:
Lo siento, no voy a perder un segundo en discutir contigo, te aprecio (te amo o te quiero) y no merece la pena mermar ese aprecio por este ni por ningún motivo.
o simplemente no sientes nada por esa persona y comprendes que no tiene ningún sentido entrar en una disputa con esa persona, no te va a llevar a nada.
Siento decirte que no voy a continuar con la discusión no nos va a conducir a nada. Prefiero dejarlo aquí.

Quizá ahora estés pensando que tontería lo que te estoy contando, pero piensa que harías tu si estuvieras en esa situación y el que tienes enfrente te dijera una de las tres frases. Hazlo con objetividad, no personalices ya que aún no lo has llevado a la práctica. Piensa que harías, que pensarías, y que sentirías.
Si lo que sientes es violencia, deberías hacértelo mirar.


Como siempre, si consideras que necesitas profundizar más, continúa leyendo.

Trazos de mis Escritos y Lecturas


"La vida me ha enseñado que hay que buscarle el lado bueno de las cosas y recordar "La cosas pasan por algo " y por más que sientas que la vida te golpea una y otra vez, lucha por seguir , por mirar al futuro .Siempre, pero siempre ten presente que la vida no ha de ser justa y que nunca lo ha sido y por eso cada vez que la vida te haga pasar un mal momento, tu demuéstrale que eres lo suficientemente fuerte para seguir adelante y recuerda mantén tu sonrisa siempre, aunque tu corazón llore , porque cada cosa mala tiene algo bueno, es solo, cuestión de ser perseverante y lo que viene va a ser mejor y si no llega pronto, algún día llegará"



¿Estás con la pareja adecuada?...

¿Estás con la pareja adecuada?




Durante una terapia de pareja, una mujer preguntó: "¿Cómo puedo saber si estoy con la persona adecuada?"
El te rapista entonces se dio cuenta de que había un hombre corpulento sentado a su lado, por lo que dijo: "Depende. ¿Es tu pareja?" Con toda seriedad, ella respondió "¿Cómo lo sabes?" Voy a responder a esta pregunta porque las posibilidades son buenas, que está pasando en su mente respondió el te rapista.
Aquí está la respuesta.
Cada relación tiene un ciclo.
Al principio, caes perdidamente enamorada.
Te anticipas a sus llamadas, quieren estar en contacto, y te gustan sus costumbres.
Enamorarse no fue difícil.
De hecho, fue una experiencia completamente natural y espontánea.
No tuviste que hacer nada.
Es por eso que se llama "perdidamente enamorados".
Enamorarse es una experiencia pasiva y espontánea.
Pero después de unos meses o años de estar juntos, la euforia del amor se desvanece.
Es un ciclo natural de todas las relaciones.
Poco a poco, las llamadas telefónicas se convierten en una molestia (si es que las hay), el contacto no es siempre bienvenido (si es que lo hay), y las costumbres de su cónyuge, en vez de sentirse bien, te vuelven loca.
Los síntomas de esta etapa varía con cada relación, usted notará una gran diferencia entre la etapa inicial cuando estaban enamorados y una fase mucho más aburrida o con actitudes de enojo incluso.
En este punto, usted y/o su pareja pueden estarse preguntando, "¿Estoy con la persona correcta?"
Y al reflexionar sobre la euforia del amor que una vez tuvieron, pudieran empezar a desear esta experiencia con alguien más.
Aquí es cuando las relaciones falla.
La clave para tener éxito en una relación no es encontrar a la persona adecuada, sino aprender a amar a la persona encontrada.
Las personas culpa a su pareja por su infelicidad y busca fuera lo que le hace falta. Las atenciones extra maritales vienen en todas las formas y tamaños.
La infidelidad es lo más común.
Pero a veces la gente se envuelve en el trabajo, en un pasatiempo, en una amistad, televisión en exceso, o sustancias de abuso.
Pero la respuesta a este dilema no está fuera de su relación.
Se encuentra dentro de él.
La clave para tener éxito en la relación no es encontrar a la persona adecuada, sino aprender a amar a la persona que se encontró.
Mantener el amor no es una experiencia pasiva o espontánea.
Usted tiene que trabajar en ello día tras día.
Se necesita tiempo, esfuerzo y energía.
Y lo más importante, exige sabiduría.
Usted tiene que saber Qué hacer para que funcione.
No nos equivoquemos al respecto.
El amor no es un misterio.
Hay cosas que usted puede hacer (con o sin su pareja), Así como hay leyes físicas del universo (como la gravedad), también hay leyes para las relaciones. Si usted sabe cómo aplicar estas leyes, los resultados son predecibles.
El amor es por lo tanto una "decisión".
No es sólo un sentimiento.
Recuerda esto siempre: Tu determina quién entra en tu vida.
¡Depende de ti quien quieres que camine a tu lado, a quien permites que se quede, y a quien quieres dejar ir!



miércoles, 25 de mayo de 2016

Lo que hay que hacer para una vida más fácil...

Lo que hay que hacer para una vida más fácil...




En algunas ocasiones, el día a día se nos hace cuesta arriba y nos resulta difícil seguir el ajetreado ritmo de la vida actual. Pero también es cierto que a veces somos nosotros mismos quienes nos complicamos la existencia y hacemos una montaña de un grano de arena. Debemos aprender a ver las cosas desde otro punto de vista y buscar el lado sencillo y bueno de las cosas. En este artículo de un Como, te explicamos algunos consejos para que sepas cómo hacer tu vida más fácil.
Empieza bien el día
Si lo que quieres es hacerte la vida más fácil y, de esta forma, conseguir ser más feliz, deberás hacerlo durante todo el día, empezando de buena mañana. Como diría el refrán, evita levantarte con el pie izquierdo y, en caso de hacerlo, vuelve a acostarte y pon primero el pie derecho sobre el suelo.
Te recomendamos adquirir hábitos y rutinas para que se te haga más llevadera la dura tarea de levantarse. Por ejemplo, deja preparada la ropa que vas a ponerte, anota en la nevera u otro lugar visible lo que los niños deben llevar al colegio o deja siempre las llaves en el mismo sitio para no tener que andar buscándolas.
Tira lo que no te sirva
El orden es indispensable para hacerte la vida más simple y evitar dolores de cabeza, por lo que deberás mantener tu casa ordenada. Asimismo, deberás tirar todo aquello que no sirva y no acumular objetos a los que no les das uso; aquello que ya no uses y siga en buen estado, puedes cederlo a otra persona que lo pueda aprovechar.
Aprende a decir que no
Si vas muy atareado/a, deberás aprender a priorizar tareas para no acabar con una crisis de ansiedad o estrés. En algunas ocasiones, por más que te cueste, deberás decir que no y administrar tu tiempo a consciencia. La palabra "no" puede ayudarte a ganar muchas horas a la semana y los demás deberán comprender que no dispones del tiempo suficiente para todo.
Disfruta de las pequeñas cosas
Aunque a veces la vida es complicada, debemos aprender a valorar aquellos pequeños y bonitos detalles que nos ofrece día a día. Desde la sonrisa de un niño hasta un olor que nos devuelve recuerdos de infancia, debemos apreciar el lado bueno de las cosas y exprimirlo al máximo. No te quedes con lo superficial de las cosas, lo profundo es siempre mejor.
Rodéate de los que te quieren
Te harás la vida más fácil si te rodeas de aquellas personas a las que quieres y que te devuelven este amor. Tus amigos y familiares serán quienes podrán echarte una mano siempre que lo necesites y, es más, lo harán encantados.
Luce siempre una sonrisa

Reír es un gran tratamiento contra los problemas y las adversidades; de hecho, están demostrados los beneficios del riso terapia. Dibuja una sonrisa en tu cara y ayuda a que los demás también lo hagan, contagia buen humor y déjate contagiar.


Dile a quien te juzga y critica que se lea este escrito antes de ir a dormir...

Dile a quien te juzga y critica que se lea este escrito antes de ir a dormir...



Lo que ves en los demás puede ser una proyección de ti mismo.
En muchas ocasiones criticamos o juzgamos a los demás. Lo hacemos sin escrúpulos y de fácil palabra, con ceja levantada y con tono de superioridad. Las personas nos volvemos jueces ignorantes y nos creemos con el derecho de hablar y etiquetar a quien nos rote y antoje.
¿Pero quién tiene este derecho? ¿Quién tiene el derecho de poder hablar y juzgar a los demás?
En realidad, nadie. Cada persona tiene su vida y el camino que recorre con sus zapatos, nadie podrá juzgarlo, a no ser que se ponga dichos zapatos y haga justo y exactamente lo mismo que el otro hace. Cosa que es imposible, porque cada vida es un mundo único e irrepetible. En todo caso, si se puede juzgar alguna cosa, es la vida propia. “A ti mismo”
No sólo se critica el presente de alguien, sino su pasado e historia; y la de cualquier persona, no es ni peor ni mejor que la tuya o la de nadie. Es absurdo y dogmático. Es regido y tonto. Es ignorante y estúpido.
Pero hay algo que no puedes olvidar. “Semejanzas” sí las hay, y cuando tú críticas a una persona es porque sin darte cuenta algo te resulta familiar. Algo que tal vez tú no has solucionado en ti y algo que no terminas de aceptar en ti mismo; claro, lo proyectas y culpas en las demás personas y críticas en el fondo lo que deberías estar criticando a ti mismo.
Es más fácil gritar y cargar la responsabilidad que no te cargas a ti mismo, al prójimo, y más sencillo hacerte creer a ti (tu ego) que tú estás exento de todo y culpa. Que eres perfecto. Pero no, no es así.
Pero ¿realmente sabes que esto es verdad y que criticas la proyección de ti en los demás?

¿Qué opinas de esto? ¿Crees que puede ser verdad? ¿O sigues pensando que no y que si juzgas es porque tú ya eres perfecto?



El camino de crecer...

El camino de crecer...




En las notas anteriores recorrimos un camino en el cual nos situamos como protagonistas frente a nuestra vida. Y en ese andar que es la esencia de vivir sabemos que lo que nos ocurre, para bien o para mal, nos brinde alegría o pesar, nos ocurre en función de una necesidad profunda e inconsciente, de una sabiduría interior oculta y misteriosa. El hombre está llamado a ser feliz, a celebrar la vida. El dolor es simplemente una oportunidad para aprender, no una meta en sí misma. En la medida en que evolucionamos nuestra calidad de vida mejora. Quizá cambien nuestras circunstancias exteriores pero lo que produce la verdadera felicidad es el cambio en nuestro corazón, la búsqueda de la verdad, la vivencia de los valores.
La llave de nuestro crecimiento está en aceptar, comprender y amar. Me atrevería a decir que ese es el secreto de la curación. Es también el paso más difícil para dar.
Está en nuestra cultura rebelarnos, maldecir y culpar por lo que nos ocurre. El dolor que nos traen nuestras frustraciones, nuestros obstáculos y nuestras pérdidas nos sume en la ira, la impotencia, la necesidad de buscar un culpable, y deja secuelas de miedo, de odio, que son semilla de violencia.
Si pudiéramos aceptar lo que nos ocurre, con sabiduría y paz interior, abrimos el camino de la sanación. Si pudiéramos enfocarnos en nosotros mismos, y no en el otro, comprender los motivos por los cuales nosotros necesitamos experimentar las situaciones que vivimos y por qué los demás actúan como actúan, ya hemos logrado bastante. Si pudiéramos amar nuestra realidad, con su luz y su sombra y verla integralmente, ya que ninguna situación es totalmente dolorosa o totalmente feliz, irradiarla con la luz debeladora, sentiremos la fuerza espiritual que hay en nosotros para poder transformarnos.
Sólo allí podremos cambiar verdaderamente.
Para algunos el secreto está en comprender todo lo que hemos vivido, heredado y aprendido, eso produce tanto alivio, que se da la curación. En otros casos no ocurre con tanta facilidad.
El camino de crecer es a cualquier edad, y en cualquier momento de nuestra vida, solo debemos querer hacerlo, crecer significa además poder elaborar nuestro pasado, olvidar las emociones que traen las heridas que quizás traemos, para poder abrir las puertas hacia el presente.
Crecer, significa cerrar etapas, cerrar ciclos, dejar atrás el pasado, eso que cargamos en nuestra mochila, que nos pesa, y que no nos deja avanzar.
No te aferres a algo que ya no está, no te apegues a situaciones que ya no volverán, rescata de eso aquello que tiene un real significado, lo que te dejo una huella de sentido, un aprendizaje.
Solo así, te situaras en el presente y proyectaras tu futuro.






lunes, 23 de mayo de 2016

Si la puerta no abre, no es tu camino...

Si la puerta no abre, no es tu camino...




Si la puerta no abre, sencillamente, es que no es la puerta, ni aún menos nuestro camino. Sin embargo, en ocasiones, invertimos demasiado tiempo y esfuerzos buscando unas llaves para las cuales, ni siquiera hay puertas. Porque hay destinos imposibles, personas que no encajan en nuestras cerraduras y caminos por los que es mejor no transitar.
Si bien es cierto que ninguno de nosotros acertamos nuestros destinos personales a la primera, cabe decir que tampoco es malo perderse de vez en cuando. Abrir puertas que luego cerramos de nuevo para adquirir experiencia, para saber quién sí y quien no, es algo que merece la pena llevar a cabo sin miedo, pero con equilibrio y una adecuada actitud.
Cuando una puerta que nos dio felicidad se cierra, a menudo suele decirse que se abre otra. Pero no siempre podemos verla, porque nos pasamos gran parte del tiempo lamentando la que ya no puede abrirse, esa para la cual, ya no tenemos llave…
Los psicólogos y sociólogos se han preguntado durante mucho tiempo qué hace que las personas elijamos un determinado camino y no otro. Suele decirse que nuestras elecciones nos definen, pero en realidad, muchos de esos mecanismos que nos hacen ir en una determinada dirección siguen siendo inconscientes. Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Una puerta cerrada a veces, es un muro para derribar
La voz popular siempre nos ha dicho aquello de que cuando una puerta se cierra otra se abre. También suele escucharse aquello otro de que la felicidad, es como una mariposa, si la persigues se te escapa y si te quedas quieto viene hacia aquí. Ahora bien, si hiciéramos caso de estos principios llegaríamos a la conclusión de que la felicidad y las oportunidades se suceden solas y casi por arte de magia.
Cuando una puerta se cierra solemos quedarnos bastante tiempo lamentado “ese portazo”. Nadie reacciona tan rápido como para poder ver esa otra salida donde se supone se halla la mejor elección, el mejor camino. Por otro lado, y a modo de ejemplo, vale la pena conocer un interesante libro titulado “The art of choosing” (el arte de la elección) de la psicóloga Sheena Iyengar.
La doctora Iyengar es ciega. Cuando llegó a Canadá desde la India, sabía que su familia, tal y como dictaba su cultura, iba a decidir su matrimonio llegado el momento. A su ceguera se le sumaba la idea de que no iba a poder salir de ese círculo, de esa cárcel personal. Gracias a sus días en la universidad fue consciente de que las mentes ajenas no tienen derecho a marcar nuestros propios guiones de elección. Las puertas que nos cierran los demás son también muros que todos nosotros podemos derribar.
A día de hoy Sheena Iyengar es todo un referente en la psicología de la elección personal.
Cuando alguien juzgue tu camino, préstale tus zapatos
Cuando alguien te juzgue, lo más probable es que haya proyectado en ti sus propios defectos, sin antes, haberse puesto en tu lugar con...
Volver a empezar cuando muchas de nuestras puertas se han cerrado
Tal vez, en algún momento de nuestro ciclo vital, no tomáramos la mejor elección o puede incluso, que sí lo fuera durante un periodo de tiempo. El suficiente para hacernos creer que ese, iba a ser nuestro destino definitivo. Sin embargo, no lo fue, y tras el portazo quedó el vacío y el rumor de nuestras tristezas. Tal vez fuera una relación, puede que un trabajo o una amistad que no ha terminado bien.
El destino no es algo que deberíamos ver, el destino debemos crearlo nosotros con determinación y valentía abriendo las puertas más adecuadas.

Ahora que ya sabemos que no siempre se nos abre de forma inmediata esa supuesta “puerta de emergencia” con la cual, ofrecernos una nueva salida hacia la “felicidad verdaderavale la pena reflexionar sobre estas cuestiones para entender que la vida, en realidad, es todo un laberinto de puertas por las que transitar, cruzar, disfrutar, aprender y sin duda… También saber cerrar.



Mostrándome, tal y como soy...

Mostrándome, tal y como soy...



Cuando reprimimos las emociones, cuando levantamos muros ante todo lo que sentimos, permitimos que solo nos puedan ver de forma superficial, e incluso tratamos a las demás personas de igual manera, teniendo así relaciones superfluas sin especial compromiso.
¿Podemos así conocernos tal y como somos? ¿Damos la oportunidad de que nos puedan conocer de verdad? Añadir capas a nuestra armadura tiene estas consecuencias, nos perdemos, quienes somos. Vivimos atrapados por el miedo, con el fin de mantenernos cerrados al dolor.
“Si quiero conocerme a mí mismo, todo mi ser, la totalidad de lo que soy y no solamente una o dos capas, entonces es obvio que no debo condenar, debo estar abierto a cada pensamiento, a cada sentimiento, a todos los estados de ánimo, a todas las inhibiciones.”
Cuando somos especialmente sensibles, desarrollamos nuestra capacidad para evitar estar en nosotros, nos enfrentamos al mundo desarrollando con diversos perfiles, que son diferentes dependiendo de nuestro carácter: los tímidos y vergonzosos, retraídos, bordes, complacientes, cuidadores, los que siempre están para los demás, etc.
De alguna manera, todas estas son nuestras máscaras con las que nos protegemos, adoptando un rol determinado. Y así eludimos, siempre que podemos, hablar de nosotros mismos y entrar en quienes realmente somos.
Aprendiendo a conocerme dando paso a mis emociones
Es seguro que volveré a sentir la traición, me volverán hacer daño y las cicatrices de mis heridas se abrirán de nuevo. Es algo que no puedo evitar, porque forma parte de la vida misma, de mi paso por ella. Si realmente quiero vivirla, aprender a conocerme y a conectar con los demás, he de exponerme a que todo esto pueda suceder, aunque me sienta frágil.
Mi insensibilidad, frialdad, mi armadura; la coraza y los muros que levante no son la solución. Esconderme fusionándome con los demás es mi autoengaño, el rol que ejerzo para sentirme seguro. Todo es una falsedad, una triquiñuela que me impide reconocerme.
Anestesiamos nuestra sensibilidad impidiendo que se exprese, porque cuando, en el pasado, hemos tenido la sensación de haber encontrado a la persona con quien poder compartirla, hemos sido traicionados. Al abrirnos, hemos perdido nuestro propio rumbo y amor, para poder ir aceptándonos, construyendo de nuevo un amor aún más real.
Este proceso es el de mayor vulnerabilidad, ya que estamos reconstruyendo nuestra identidad dando un paso al frente, aprendiendo a explorar e ir reconociendo la sensibilidad que hemos ocultado con cerrojos. A la vez que estamos más expuestos hay mayor probabilidad de que nos hieran, porque estos cambios suponen a su vez una trasformación en la relación con otra persona y en los roles establecidos.
Los desengaños por los que pasamos tanto de nosotros mimos como con las demás personas, nos ayudan a ver con más claridad con qué tipo de personas queremos estar. Vamos seleccionando a través de cuestiones más profundas como los valores, la honestidad y la autenticidad.

Al fin y al cabo, todo este trayecto tiene sus aprendizajes a cada paso que vamos dando. Dejando así que se manifiesten nuestras emociones, por dolorosas que resulten, facilitamos el encuentro con nosotros mismos, y la conexión profunda con el resto del mundo.



viernes, 20 de mayo de 2016

Dime como hablas y te diré quién eres...

Dime como hablas y te diré quién eres.



Hola amiga, o amigo;
¡Desde pequeños nos enseñan a decir nuestras primeras palabras, repitiéndonos una y otra vez, hasta que por fin! Decimos … por ejemplo, PAPÁ. Vamos creciendo, y nos siguen llenando de más palabras, vamos a la escuela y nos enseñan la gramática. Hasta aquí quizás no le hemos dado la importancia al Poder que tienen las palabras en nuestra vida, y en nuestro futuro.
De nuestra boca salen palabras positivas y negativas… ¿cómo determinan las palabras nuestro futuro?, ¿cómo influyen en nuestro destino? Las palabras son creativas y tienen poder y tienen una causa y efectos en nosotros.
Ha escuchado decir: ¿por qué a mí? ¿No sé por qué me sucede esto? ¡Me encuentro en un espiral, pienso que nunca voy a salir de esto! Amigos, es hora de despertar y asumir la responsabilidad de nuestra vida, de nuestras propias palabras, de nuestro propio destino, y no echar responsabilidades a terceros, no buscar culpables de nuestras situaciones, ya que hemos creado con nuestras propias palabras la situación por la que estamos atravesando actualmente.
¡Sí!, Aunque te parezca raro e incierto, tú has creado tu propio destino, a partir de tus palabras, a través de tu Boca: “Dime como hablas y te diré quién eres”.
En el Hemisferio Derecho de tu cerebro, se encuentran tu mente subconsciente, que recibe las palabras que emites con frecuencia y es el encargado de construir ideas, paradigmas, creencias, esquemas mentales; lo que hoy se conocen como Programación Neurolingüística.
A través de esta repetición de las palabras, (como cuando éramos niños); se envía esa información al hemisferio izquierdo de tu cerebro, que es tu mente consciente quien recibe esos programas mentales, llamados pensamientos, en forma de imágenes y sonidos.
Si tus pensamientos son positivos, de poder, de acción, de buena actitud, tus sentimientos también serán positivos. Te has preguntado ¿por qué te sientes triste, enfadado, confuso?, ¿qué pensamientos estas albergando? Quiero que hagas un alto en tu vida, que por unos minutos te escuches, que te estás diciendo, analiza tus palabras.
Cada palabra es una semilla, tú eres el terreno, donde esa semilla crecerá dando buen fruto; por ello tienes que cultivar, y amar a la semilla para que su fruto sea sano, fuerte, de lo contrario esa semilla no crecerá o dará un mal fruto.
Los pensamientos que vas creando en tu mente determinarán tu actitud, tu comportamiento. ¿Cómo te encuentras hoy? ¿Cuál fue tu primer pensamiento al levantarte? ¿de derrota o de victoria? Te das cuenta que a través de esta actitud estas creando hábitos, ya sean buenos o menos buenos. Los hábitos determinan tu carácter; ¡si tus hábitos son positivos, tu carácter será positivo, sino todo lo contrario, te quedarás estancado y no avanzarás!
¡Si tienes un carácter positivo, tu destino será próspero, provisorio, sabio, abundante! Analízate, cómo contestas cuando alguien te saluda:
¡Bueno, ahí luchando – ahí avanzando – bueno es lo que hay – no también como tú – pelado pero contento – luchando por salir adelante – Y te diría muchísimas más! ¿Cómo has contestado tú hoy?
Hay un proverbio que dice:
“Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y haz quedado preso en los dichos de tus labios”
¡Recuerda, cada vez que repites palabras negativas, te estas enlazando con tus propias palabras, estás construyendo una cárcel alrededor de ti! Cuando dices palabras como:
“Hombre este país no sirve – aquí nadie sirve – estamos en crisis…” repitiendo de manera irresponsable, tu subconsciente está almacenando esa información, como en un disco duro de un ordenador, porque es el gigante que nunca duerme; y estas construyendo tu futuro incierto.
Tu subconsciente sólo se limita a grabar lo que dices, él no separa lo real de lo irreal. cuidado con lo que dices; cuanto más inciertas, vagas, vulgares sean tus palabras, más incierto será tu destino. Asume la responsabilidad de tu vida, asume la responsabilidad de tu boca.
” Dime como hablas y te diré quién eres”
¡Cuidado con lo que decimos a nuestros hijos!, eres un bobo, un inútil, tu nada puedes, todo te sale mal, que irresponsable eres, eres tonto más tonto, … estamos creando inseguridades en su subconsciente, que cuando sean mayores saltarán a su consciencia y llevarán una vida de fracaso en fracaso.
Cuántas veces te has repetido, que esta pobre, sin dinero, que el dinero no alcanza para nada, vaya miseria de sueldo que recibo, cuántas veces te has lamentado por tu salud, al derecho de estar sanos. no te quejes, no rechaces con tus palabras tu prosperidad!
Cuantas veces dices pobre de mí… o madres que dicen a los niños pobrecito se cayó… pobre mi muchachito… Aunque sea con buena intención estas programando a tu hijo para la pobreza. ¡Para la escasez!
“Dime como hablas y te diré quién eres”
En vez de lanzarte palabras de pobreza, escasez, enfermedad, pronuncia palabras de poder, positivas, prósperas. Si quieres ser rico en tu vida, habla de riqueza, si quieres ser pobre en tu vida habla de pobreza, si quieres ser sano en tu vida habla de salud, si quieres ser enfermo en tu vida habla de enfermedades.
Si quieres un cambio en tu vida, deja los programas viejos y negativos, deja de quejarte; no reincidas en lo mismo. Comienza a declarar afirmaciones positivas en tu vida. Repítete estas afirmaciones: Yo soy archimillonaria – Yo soy próspero y rico – El dinero fluye en mi vida en forma abundante, – El dinero crece en mis manos como crecen los árboles en el campo – Todo lo que yo gasto vuelve a mi multiplicado, porque yo soy la fuente de toda riqueza, yo soy sano, el don de la salud me mantiene con vida, gracias por todo el dinero que recibido a lo largo de mi vida y sigo recibiendo, soy un imán para lo excelente!…Yo soy la presencia de la salud perfecta, me siento bien , estoy muy bien, mi células están sanas, me declaro sana…
Yo merezco amar y ser amado, soy la presencia del amor en pensamiento sentimiento y en mi actuar, yo puedo amar y ser amado, reclama con tus palabras los beneficios a los cuales tienes derecho…
Yo he decidido vivir en la opulencia, yo merezco vivir en la opulencia, yo soy un ganador, yo nací para triunfar, yo nací para sumar y multiplicar, yo nací para ganar, yo soy emprendedor, yo soy próspero y rico, el dinero viene a mi vida en forma abundante, y sin ningún esfuerzo.
Por lo contrario, si por ejemplo dices: “esta gripe me va a matar” … o cosas negativas referente a tu salud, relaciones, trabajo, dinero, eso es lo que recibirás. Cada acción ejerce una reacción, ten presente siempre eso, cada palabra que lanzas de tu boca sea positiva o negativa, tendrá una reacción, en la misma magnitud que fue dicha.
Nos hicieron creer que, para conseguir dinero, hay que explotarse, sacrificarse, trabajar duro, pero te diré que, trabajando inteligentemente con esfuerzo o sin él, tú puedes conseguir lo que necesitas, lo que tú quieres.
Cambia tus programas mentales mediante este tipo de afirmaciones decretos, órdenes verbales, el cerebro humano se conduce con palabras. Haz un plan de afirmaciones
1- Tus afirmaciones deben ser personales, en presente, precisas, positivas, persistentes y poderosas. Utiliza frases de poder, con sentimiento, con emoción que salgan de tu corazón con convicción. Lo que le dices a tu mente subconsciente la vida te lo retribuye en lo consciente, en tu vivir diario.
Si estás leyendo este artículo es que estas preparado para el cambio en tu vida. ¡Di palabras de poder!
Lo voy hacer – Lo estoy haciendo – Yo soy fuerte y capaz ahora y en todo momento – Yo triunfo – Todo es posible en mi vida – Yo nací para triunfar, Yo soy prospero – A mí me está yendo súper bien…
¡Amigo mío, Naciste para ganar!
¡Utilizas las palabras a tu favor!
¡Por tus palabras te salvas o te condenas!
¡Tú decides!
¡En tus palabras hay Poder!
¡Crea el mundo con tus palabras!