Valora a tu pareja: “Confía y Acéptala,
como es”
Un gran amigo mío, divorciado por tres veces, solía decir que
cada uno de nosotros somos un conjunto de virtudes, defectos y circunstancias.
Decía, desde su experiencia, que si decides unir tu vida a una persona has de
aceptar todo ese conjunto, y que no caben términos medios.
Cuando queremos a alguien y decidimos iniciar una relación
de pareja, es fácil que nos llenemos de expectativas.
Pocas veces reparamos en el hecho de que eso que imaginamos
o deseamos es completamente subjetivo.
Cuando todo es perfecto en nuestra mente, cuesta entender
que la otra persona no sea tan ideal.
La realidad es que tu pareja es un ser humano con
limitaciones, exactamente igual que sucede contigo, y, por supuesto, ninguno de
nosotros, está en este mundo para satisfacer las expectativas ajenas.
¿Por qué la elegiste entonces? Puede que, al hacerte esta
pregunta, no repares en los numerosos aspectos positivos que esa persona posee.
¿Son esos aspectos lo suficientemente importantes y valiosos
como para comenzar o proseguir la relación?
Si la respuesta es afirmativa, tener una relación plena pasa
por valorar y aceptar al otro como es, sin empeñarte en cambiarlo.
Cualquier relación sana, exige comprender que quién está a
tu lado no es el ser “perfecto” que pensabas, y, sin embargo, está lleno de
talentos, virtudes y cualidades que amas y admiras. Amas y admiras a esa
persona independiente, valoras lo que es, la apoyas, confías en ella y la
ayudas a ser mejor.
Tal vez parezca algo muy elemental y sencillo decirle a la
persona que quieres “confío en ti y te acepto como eres”, pero ¿cuántas veces lo
hacemos en realidad?, ¿cuántos lo sentimos y demostramos?.
En ocasiones, damos por hecho que se deben conocer estas
cosas, y mientras eso ocurre, comienza el distanciamiento. La comunicación
fluida resulta esencial para alcanzar relaciones óptimas. No sólo sentir y
pensar en la persona, sino decir abiertamente lo que sentimos y pensamos,
mostrando con hechos y palabras que es valiosa y querida para nosotros.
Sin confianza y aceptación, la pareja es una unión
artificial abocada al fracaso.
El amor por sí solo no impide que surjan dificultades.
Aunque la pregunta clave ante una situación de crisis, gire en torno a lo que
sientes por la otra persona, hay otras cuestiones como el grado de confianza y
aceptación, la existencia de un proyecto común de vida y el nivel de
compromiso, sin cuyo concurso una relación de pareja resulta insostenible, a menos
que, por amor, estés dispuesta/o a convertir tu vida en un infierno.
Cuando exigimos cambios esenciales en la personalidad de
nuestra pareja, incluso pequeños cambios con los que no estás de acuerdo,
proyectamos sobre ella nuestra inseguridad o entramos en descalificaciones, es
lógico que se produzcan serios desencuentros. En estas situaciones, poco o nada
puede hacer el amor, por estabilizar el vínculo.
La confianza genera confianza. Es un círculo virtuoso.
Si confías en alguien, le motivas para ofrecer lo mejor de
sí mismo.
En ocasiones la confianza se resiente porque no ha tenido
lugar una conversación sincera y flota en el ambiente la sensación de que,
quedan cosas por decir o explicar. Tal vez se perciba que lo que se dice y lo
que se hace no resulta congruente o que las palabras quedan desmentidas por el
lenguaje no verbal.
En cualquier caso, una relación sana admite errores, no
dudas. Si no eres capaz de perdonar y volver a confiar, tu vida sentimental
naufragará.
Aceptar a tu pareja como es, implica que la valoras y que te
valoras a ti misma/o. Renuncias a igualarla o compararla con alguien porque
comprendes que es única y diferente.
No es extraño ver casos de personas que excluyen a su
compañera/o sentimental de la vida social por temor o por vergüenza o que realizan
observaciones sobre aspectos físicos y rasgos de su carácter con los que no se
sienten a gusto. A través de este tipo de conductas lo que hacemos es proyectar
nuestra falta de autoestima y nuestras expectativas personales sobre el otro.
¿Cuánto tiempo y fracasos invertimos en aprender que no
podemos ir sana/o ni felizmente por la vida tratando de despojar a los demás de
su esencia, amando en ellos lo que no tienen?
Valora a tu pareja. Ten presente sus emociones, sus ideas,
sus gustos, sus sueños. Muestra respeto, aprecio e interés por su persona, ensalza
sus virtudes y aspectos positivos, abre tus oídos a sus palabras y motívala a
dar lo mejor de sí misma.
Cuando no aceptas al ser humano qué amas, o no confías en
él, te estás decantando por vivir en una relación tóxica. Una relación en la
que ambas partes se desdibujan como personas. ¿Realmente deseas una vida con
esa calidad emocional?
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