martes, 30 de agosto de 2016

Mi viejo, el abuelo...

Mi viejo, el abuelo...



El abuelo, joven aún, es un hombre curtido por la experiencia, endurecido por una vida difícil y la absurda educación de una época oscura, difícil; un hombre de esos que no lloran, que no expresan, que se comen sus sentimientos...
Un hombre de abundante pelo canoso y pocas arrugas en torno a los ojos, ni siquiera en la frente, salvo una profunda; la del eterno ceño fruncido. Aunque esa debía tener la ya a los 20 años, piensa el niño que lo mira sonriente y divertido mientras el abuelo le echa bronca por llevar los cordones desatados y los pantalones más bajo de la cintura.
Los cordones desatados... A ver, abuelo que ahora se usan así, que lo otro es de frikis. Ríe y su risa suena como cascabeles, y su mirada ingenua y limpia se clava en los ojos del abuelo. Su voz cantarina lo desarma, ya no hay ceño, bueno, y si hay ceño, pero difuminado por la amplia sonrisa que ilumina la cara del hombre recto y recio.
Porque el nieto, un niño aún, mantiene la ternura de una infancia feliz, una vida segura y sosegada, de un mundo donde las lágrimas no están prohibidas y menos aún las risas. Un niño acostumbrado a abrazar y a ser abrazado, a besar, a sentir, dejar fluir, a fluir.
Y la mano áspera y nudosa del abuelo alborota el pelo del niño. ¡A ver si tus padres te llevan a recortar ese pelo, que pareces un hippie! Y el niño se ríe de nuevo y la sonrisa se confunde con el sonido de las campanas de la iglesia. Y con su manita sonrosada y redonda agarra la mano de su abuelo, morena y con algunas manchas oscuras, de esas que salen con el paso del tiempo. ¡Hay!, Que me despeinadas.
Y ambos se miran, se sonríen; y ambos observan este lunar situado junto de bajo del ojo derecho, casi en el pómulo... Idéntico lunar en la mejilla atezada del abuelo y en la carita lozana del nieto.
Tú sabes bien abuelo que te quiero un montón...
Y el abuelo, con la mirada algo velada por la emoción que ya no trata de disimular, siente que su vida vale la pena, que todo ha valido la pena, que el mundo es un lugar donde le gusta estar...

Los abuelos siempre han convivido con sus nietos, siempre ha estado ahí, pero ahora que todo está de moda, es precisamente cuando más solos se encuentran, más abandonados y menos respetados. No lo merecen, nadie lo merece... Hay que practicar la convivencia, con los mayores.



Un mismo amor, diferentes formas de sentirlo...

Un mismo amor, diferentes formas de sentirlo...



Cada día me doy cuenta de que existen Universos Paralelos, aquí mismo, en nuestra vida. Según la Física Cuántica, hay por ahí tantos Octavio como pueda imaginar, y es mi atención a uno de ellos el que vivo, en cada momento. Según esto y aunque en distintas dimensiones, hay un Octavio feliz y otro infeliz, uno con amor y otro tal vez con miedo y así un largo etcétera, simultáneamente.
No sé si eso es cierto o no, aunque yo día a día elijo de entre tantos Octavio, el que más en línea esta con los valores de mi alma, a la que intento obedecer cada día más. Es el que más me beneficia, sin duda. Lo que también me doy cuenta es de que cada uno de nosotros, vive la vida como la escoge, a partir de decisiones, actitudes y pequeños gestos, cotidianos. Algunos convenientemente y otros no tanto, aunque yo cada día más, intentó ser consciente de mis actos y de sus efectos en mí y en los demás. Eso, si está alineado contigo mismo, tranquiliza tu conciencia y te otorga firmeza y seguridad. Y cada paso que das te acercan más a ti mismo, a tu alma, es decir, a lo que realmente sientes en tu interior y la felicidad que da todo ello.
Pero, incluso en una situación misma, dividida por diferentes personas, cada una la vive a su manera, según, que le mueve a vivir, sentir y actuar. Algunos se basan en una experiencia y su actitud en ella, en sus miedos, ocultos o no, pero que condicionan y lamentablemente desvirtúan su percepción de cada momento vivido en la realidad. Y ya se sabe que el miedo que les mueve, no puede generar más que miedo, aunque a veces se disfrace de aparente comodidad, felicidad o incluso de amor... o de sus sucedáneos. Si en cambio, lo que le mueve a uno es su amor a sí mismo y a los demás, que es estar alineado con su alma, vive la misma situación plena y armoniosamente, con lo que se sentirá feliz. Por eso afirmo siempre, que el amor y el miedo son opciones de vida, que requieren de libertad.
Cuando uno es esclavo de sus miedos, no puede decidir libremente. Y, en alguna forma, todos somos víctimas de nuestro pasado o del miedo al porvenir, temor a estar solos y no ser aceptados ni amados o, simplemente, al no poder ser felices. Y el primer paso para liberarte es ser consciente de ello y mirar el miedo de cara, siempre. Aunque sea porque detrás de él siempre está el amor. Si en verdad vez eso, buscamos razones, argumentos, culpables y atajos para escaparnos o evitarlo, eso nos hará ser víctimas del miedo y una vez más, además de alejarnos de nosotros mismos y crearnos un sentimiento de separación entre el amor a nosotros mismos y a los demás. Y esa incoherencia no provoca otra cosa que vacío existencial, aparte de la falta de amor. Y, como colofón, el miedo persiste en nuestro interior, hasta que un día salga de nuevo y nos visite...
Ni hablar de esto, tiene que el miedo es un atentado contra nosotros mismos y, como consecuencia, contra los demás, que comparten nuestras mismas vivencias y/o nuestro entorno más inmediato. Por eso nos duele, en el interior. Y así, día a día, vamos acumulando víctimas propiciatorias de nuestro largo e inefectivo aprendizaje de la vida, tan sólo dominada por el miedo y la culpa, aunque es de humano sentirlo así y nuestra existencia aquí no es más que un aprendizaje para no permitir que dominen más nuestra vida. Y a la suma de todo ello no puede ser otro que este mundo nuestro, que no es más que la suma de muchas personas que ceden su poder al miedo y que, por lo tanto, voluntaria o involuntariamente, renuncian al amor, a ellos mismos, a los demás y a los que les rodean. Si miras el mundo loco que vivimos, entenderás que no es fruto de la malicia humana, sino del miedo de demasiada gente, aunque se exprese en forma de amor mal entendido y vivido, la violencia gratuita o de simple indiferencia. Un mundo terriblemente injusto, porque está hecho de la falta de libertad y de personas injustas consigo mismas, porque no saben o no pueden amarse ni, por tanto, amar y ser amadas...
Durante muchos años fui, como todos, supongo, víctima del miedo, que condicionaba sutilmente o sin piedad mi vida. Miedos propios y ajenos que me privaban de mi libertad y, por lo tanto, de mi capacidad de amar y de ser amado de verdad, así como de compartir la siempre, anhelada y entonces imposible o efímera felicidad. Supongo que por esa razón me hace sufrir el dolor ajeno, porque lo conozco bien y lo reconozco en una simple mirada.
Como he dicho antes, el amor y la felicidad son opciones libres en nuestra vida, conscientes o no. Pero basta ver su efecto en ella para darnos cuenta de esa falta de libertad. El amor y la felicidad escasean en nuestra vida cotidiana, aunque nos da mucho miedo cambiar de verdad, para vivir lo y compartirlo.
Para cambiar hay que ser valientes y persistentes, aunque muchas veces debes empezara por tomar la firme decisión de dejar de ser infelices. Luego habrá que andar un nuevo rumbo hacía nosotros mismos, aunque nos dé miedo en un principio por lo desconocido que encontraremos en nuestro interior y en nuestra nueva manera de vivir.
No hay atajo posible. Mirar el miedo de cara y andar hacia ti, si es posible al principio, en soledad contigo mismo. Y cuando descubres en tu interior tu verdad, la traición a ti mismo y a los demás, que has estado viviendo y provocando, en tu historia, aparecerá un profundo sentimiento de culpa por ti mismo y por todas las personas que has dejado atrás, sin valorar su afortunada presencia en tu vida.
Pero, si enmiendas el camino y eres capaz de aceptar tu imperfección y borrar tu pasado mal vivido y aprendido de él, te perdonarás y empezarás a ver la vida de otra manera, ya con libertad. Y, lo dicho, la verdadera libertad te traerá el verdadero amor, a ti mismo y hacia los demás, y este, la verdadera felicidad, que siempre antes habías buscado fuera de ti, sin siquiera saber que estuvo siempre en tu corazón, esperando que tuvieras el valor de sentir la, vivir la y compartir la, por amor.
A veces pienso que yo soy un gran espejo para los demás, supongo que como todos. Pero alguien me dijo que soy capaz de llegar al alma de las personas que quiero, incluso mucho antes de que ellas lo hagan. Y eso me da una visión clara y nítida de lo que hay en su interior, por descubrir.
Y me enamoro de esas personas, si, para descubrir lo juntos en un mismo camino, si así lo desean. Sólo necesito que demuestre su firmeza, constancia y coherencia en llegar a ser lo que son en su interior y, siendo lo, ayudándome a mí también a llegar a serlo. Por eso los trato como son en su corazón y cómo llegarán a ser, si realmente quiere llegar a amarse a ustedes mismos, alcanzar el amor de verdad y aprender a amar la vida, tal como el alma lo impone.
Pero, con el tiempo, también he aprendido a respetar su tiempo vital, pues eso depende de sus capacidades de amarse y de su libertad, en cada momento. Y, aunque me hace sufrir verles flaquear, como yo mismo, a veces, me duele aún más sentir que abandona su camino hacia su alma, es decir, hacia su verdadera felicidad.
Pero supongo que amar entraña, en algunos casos, aceptar y respetar esa libertad de abandonar el camino que emprendimos hacia ellos mismos. Así como confiar en su capacidad de rectificar, reconducir de nuevo su vida hacia su alma de nuevo, donde ya saben que se, re encontrarán si tienen suficiente valor...
Esta manera de vivir y de amar te hace vivir momentos siempre mágicos, cada día. Con distintas personas, situaciones y lugares, pero siempre basados en el amor de verdad. Y aprendes a aceptar que esta vida no es sólo un devenir, o de puertas que se abren y se cierran, sino que depende de tu capacidad de compartir tu vida con personas que, como yo mismo, tienen la firmeza de crecer y aprender a amar de verdad, aunque a veces sea a costa de equivocaciones, pero aprendiendo de ellas para no repetirlas.
Así, cada persona que se cruza en mi vida, hoy es una oportunidad para amar y así aprender a vivir mejor cada nuevo día que nos llega. Antes en mi vida sólo habían personas para sufrir por y con ellas, pero hoy afortunadamente ya no están. Hoy sólo quiero personas que no se resigne al miedo, o intenten evitar el dolor, para qué quieran decididamente mejorar su vida, que sepan amar o que deseen llegar a amar y a ser amadas de verdad. Es un privilegio de su libertad, que además da sentido pleno a mi vida y mi amor por ella.
Cuando das amor sin condiciones, recibe siempre amor a cambio, aunque a veces, cuando abres el corazón de alguien más, haces que se despierte el miedo y salga, para después dejar paso libre al amor y poder amar y ser amado, de verdad.

Esa es para mí la gran lección de la vida que por fin estoy aprendiendo, a pesar o gracias al largo, necesario y a veces tortuoso camino de sombras que he debido recorrer para llegar hasta aquí y ahora. El gran amor de verdad es para siempre.... El amor verdadero no daña, es para tonificar el alma...



lunes, 29 de agosto de 2016

Cuando no quieren estar contigo, es cuando te parten el corazón...

Cuando no quieren estar contigo, es cuando te parten el corazón...



Me escribe José Bouza enviándome un artículo suyo que aborda una situación por lo visto bastante frecuente: el rechazo de los hijos pequeños al progenitor con el que no conviven del que les dejo abajo un fragmento.
Lo hace a consecuencia de los escritos que he publicado en estos días, sobre la relación de familia.
Imagino que es frecuente porque en una ocasión estuve escuchando y consolando a un padre en esa situación. Decía algo muy parecido al título de este escrito: su hijo pequeño no quería estar con él, llevárselo el fin de semana que le tocaba era un drama. El niño no quería. ¿Hasta qué punto forzarle? se preguntaba. Pero quería estar con él. Y la relación amistosa que había logrado con su ex pareja se tambaleaba a costa de esta situación.
Qué complicado se pone a veces vivir feliz y tranquilo. ¿Verdad?
En las separaciones conflictivas con hijos menores, instalada, la actitud obstruccionista del progenitor guardador, suele presentarse una manipulación consciente o inconsciente sobre los hijos y las consecuencias se verifican en la negativa de estos a vincularse con el progenitor no conviviente.
La exteriorización en los hijos, de falta de ganas, de actitudes agresivas, de temor injustificado, los llantos, representan un paisaje desolador en el cual todos se ven involucrados y la persona que observa, sin pertenecer al grupo familiar, cree ver a un niño que se niega a ir con su Progenitor en Régimen de visitas, ya sea porque no lo quiere o por que le tiene miedo.
Prisioneros de los enfrentamientos en separaciones, no resueltas armónicamente, cada uno tendrá su historia, incluido los hijos, que exteriorizaran sus propias conclusiones o las que asimiló durante el derrotero de la confrontación entre sus padres.
Ante la negativa de los hijos a concurrir a los Regímenes de visitas
El Progenitor no conviviente pensará:
– Que esta inculcado maliciosamente en su contra.
– Que es un maleducado por la incapacidad y falta de responsabilidad de su ex pareja.
– Que no aguanta más, que el esfuerzo que realiza para estar con los hijos no se justifica
– Que el llanto y gritos del hijo en la negación, podría causarles problemas legales.
– Que debe protegerlo

Debe:
– Revisar sus conductas y forma de relacionarse, y verificando, si hay algo de su parte que provoque la negación
– Con la certeza de presencia de manipulación, denunciarlo ante el Juzgado, antes que el rechazo se haga mayor.
– No discutir delante de los hijos.

Cualquiera situación apreciada como un rechazo, provoca desesperación en el progenitor resistido y al mismo tiempo una vergüenza por lo que puedan pensar los demás y temor a que el momentáneo quiebre de relación sea definitivo.
Ante estas situaciones
– Controlado el momento de mayor negativa, retirase con el hijo
– Demorar la llegada al hogar en donde compartirán sus tiempos, hasta recobrar la tranquilidad
– Durante la estadía en el hogar brindarle la posibilidad de disfrutar del resto de la familia y amigos.
– Denunciar ante el Juzgado sobre estas posibles manipulaciones y de ser necesario solicitar un veedor designado por el tribunal

El Progenitor Conviviente, si no actuó en la provocación de negación, o no lo hizo conscientemente, pensara sobre el Hijo:
– Algo malo está pasando
– Que se le causa daño yendo con el otro progenitor, debo pedir la suspensión de visitas
– Que el Hijo sufre por su ausencia
– Que debe protegerlo

Para el Progenitor conviviente, que el hijo rechace al otro Progenitor, es una errónea creencia, que es más querido /a, y que el otro Padre, no es merecedor de estar con el hijo.
Ve al hijo que se va llorando y que regrese de mal humor, sin darse cuenta que a corta distancia, ese niño que en apariencia se revela ante la relación, disfruta y es feliz y que su regreso que en apariencia puede mostrar que la paso mal, puede ser la respuesta que da ante lo que piensa, esperan a su regreso “Que la paso mal”

Para ambos Progenitores:
Si ve que el hijo está en un estado de angustia, interactué con palabras afectuosas, con firmeza en la decisión que deberá retirarse junto al otro Padre.

Hay que hacerle saber que va a seguir siendo querido y será mucho más si va contento y regresa feliz. El mensaje tiene que ser claro, sin contradicciones, no desdecirse o entregarles dobles mensajes y nunca sin motivos fundados y evaluados judicialmente convalidar una negativa de visitas o una negación a regresar con el Progenitor conviviente.

Debe
– Alentar que vaya con el otro Progenitor, esto le da seguridad al hijo y le permite disfrutar con ambos Progenitores.
– Evitar hacerle sentir el enojo hacia el otro, lo que tengan que discutir es sin la presencia del hijo.
– Expresarle su beneplácito con la salida o con el regreso, convirtiendo esos momentos en algo natural.
– No hacerle preguntas sobre lo que hizo durante el periodo en que esta con el otro Padre, dejando que cuente libremente
– No mostrarse agresivo /a hacia el otro Progenitor.



viernes, 26 de agosto de 2016

El Propósito Personal...

El Propósito Personal...



Cada uno de nosotros tiene un propósito en la vida. Aunque a veces tardamos tiempo en descubrir, cuál es. Hemos venido a esta vida para descubrirlo y luego convertirlo en el sentido de nuestra existencia. Eso, sin duda, es el único camino hacia la felicidad.
Ese propósito personal e intransferible, a menudo tiene poco que ver con lo que habíamos deseado para nuestra vida, o el que los demás (Padres, Familiares, Educadores, amistades y la Sociedad) nos dijeron que era.
Cada uno debe descubrir cuál es, aún que, en el fondo, desde siempre lo sabemos, aunque no seamos conscientes. Cada vez que un hecho aparentemente irrelevante, nos conmueve y resuena, en nuestro interior, es una señal inequívoca de que estamos acercándonos a eso que siempre habíamos buscado....
Cuando te sientes íntimamente bien, haciendo algo, por raro que nos parezca, es que estamos alineando con ese propósito. Cuando convertimos ese acto en algo habitual, súbitamente nuestra vida adquiere sentido y, lo que es mejor, nos sentimos satisfechos.
Normalmente, este propósito tiene algo que ver, con aportar algo de valor al mundo o a los demás. La vida no podría tolerar que su sentido estuviera basado en un propósito idólatra y que sólo le sirve a uno mismo.
El propósito, suele tener algo que ver con los dones y talentos que poseemos desde siempre, aunque tal vez con el tiempo, y la educación los hayamos perfeccionado o, por el contrario, olvidado. Podríamos afirmar con rotundidad, que el propósito que da sentido pleno a nuestra vida, no es más que la dedicación de todos nuestros dones y talentos personales, dirigidos hacia una buena causa, ya sea una idea, una actividad, que de valor al mundo, o que beneficia, o ayuda a alguien más.
Con el tiempo, descubres que ese propósito personal no es algo distinto a nuestra profesión o trabajo. Es entonces cuando comprendes que lo que da sentido a tu vida tiene distintas aplicaciones, ya sea en tu vida privada o en tu vida laboral. Cuando eres capaz de dejar atrás esa dualidad entre vida privada y trabajo, integrando ambos ámbitos y dedicando todo tu esfuerzo y energía a ese propósito vital, y descubres que, hagas lo que hagas, eso te hará sentir feliz. De ahí la poca importancia que tiene tu actividad, pues lo que cuenta es precisamente el sentido, que le des tú, al llevarla a cabo.

Encontrar y seguir el propósito de nuestra vida, es una premisa para encontrar la felicidad. Cuando inviertes toda tu experiencia, lo aprendido en ella y todos tus dones y talentos al vivir cada día, la vida cobra, su propio sentido. Y, cuando eres capaz de compartirlo, aprendes a amar, de verdad...



Cuando no te comprenden... ¿Qué hacer entonces?...

Cuando no te comprenden... ¿Qué hacer entonces?...



Nadie verá y sentirá lo mismo que tu sientes. Tal vez se acerque algo, pero no será igual.
Asimilamos el mundo a través de nuestros filtros. Los sentidos, las creencias, la educación, la historia personal, incluso la genética, determinan nuestra representación de la realidad.
Digo esto porque a veces nos desesperamos, criticamos y juzgamos. Y resulta, que es, que el otro no nos entiende, no se preocupa, no se comporta como uno espera, y al pensar de esta forma, yo pienso que estoy en lo cierto. Les advierto que se trata de una percepción personal, que existen mapas diferentes al mío, diferentes modos, tantos como personas, de captar y entender los hechos, de los demás.
Si partimos de la idea, de que el resto de las personas deben entender y saber lo que queremos decir, para que actúen en nuestra misma realidad, y la presenten tal y como nosotros, lo más probable es que surjan conflictos, malentendidos y frustraciones en nuestras relaciones.
¿Qué hacer entonces?
¿Utilizar la fuerza?
¿Te ha pasado alguna vez, que tratas de imponer tu visión y el otro se afirma con mayor vehemencia, en la suya?
Es difícil pensar que se pueda conocer la realidad sin un observador y cada observador es un sujeto que tiene su propia percepción, un individuo con su propia subjetividad.
Para empezar, la representación que cada persona, viene del mundo exterior, depende del sistema sensorial que utilice en ese contexto. Si le da importancia.
Por ejemplo; A lo que oye, a lo que ve, o lo que siente.
¿Cómo procesa la información?
¿Tiende a prestar atención a los detalles, o más bien se inclina por la globalidad?
¿Se sitúa dentro del tiempo, olvidándose de ella, o se disocia y lo mide?
¿Qué experiencias, ha vivido respecto a un tema concreto, que influye en lo que piensa?
¿Qué anclajes posee, que le hacen sentirse bien o mal ante determinados estímulos?
¿Cuáles son sus valores?
¿Se centra en las ventajas, o en los inconvenientes?
No hay respuesta acertada, ni desacertada. Nadie es mejor, ni peor en funciones de sus filtros. La cuestión no es juzgar a las personas o criticarlas, sino comprender cómo funcionan y acercarnos a ella. Cualquiera que busque una comunicación eficaz, ha de estar abierto a percibir las particularidades del otro y a sintonizar con él. Sólo así podrás comprender su mensaje y lograr que se comprenda el tuyo.
La calibración, parte de observar y escuchar al otro para recoger información. Nos permite conocer mejor a nuestro interlocutor, su modelo del mundo, sus creencias, sus valores, sus sistemas sensoriales predominantes, sus intereses, recuerdos, experiencias y estrategias.
Tras la calibración, llega el momento de utilizar lo aprendido para lograr sintonía. La sincronización permite crear un clima de confianza y entrar en el mundo de la otra persona siguiendo sus parámetros, pero también nos permite "guiarla" hacia posiciones distintas a las suyas. Una vez que hemos sintonizado con alguien, podemos ir cambiando los parámetros, de tal forma, que sea el otro quien nos siga a nosotros.
La forma en que cada persona se representa en la realidad, determina sus sufrimientos y su felicidad. Todos poseemos nuestros recursos para modificar esas representaciones, pero al relacionarnos con otras personas, lo primero es comprender y adaptar nuestro lenguaje verbal y no verbal, a su modo de ver el mundo. De esta forma la comunicación habrá sido eficaz y se darán las condiciones para influir en nuestro interlocutor.
Conocer y respetar, la realidad del otro, es el primer paso, para que nos entienda.
En lugar de juzgar y criticar.
¿Qué tal, si nos esforzamos por comprender y comunicar eficazmente?

¿Qué tal, si partiendo de ahí, llevamos al otro a conocer nuestro mundo?



jueves, 25 de agosto de 2016

La falta de confianza, como ganar la confianza en uno mismo...

La falta de confianza, como ganar la confianza en uno mismo...



La confianza en uno mismo tiene que ver con la seguridad, que tiene una persona en su capacidad para hacer algo, sus habilidades, conocimientos y destrezas.
Es normal que una persona dude de su capacidad para hacer las cosas, para la que no está bien preparado o no tiene los conocimientos necesarios. Sin embargo, algunas personas dudan de sí mismas, incluso aunque tengan las habilidades y conocimientos necesarios y sean perfectamente capaces de hacerlo bien y esto les impide hacer cosas que desearían hacer o avanzar en el trabajo y hacen sus vidas más insatisfactorias.
Hay que tener en cuenta que la confianza en uno mismo no necesariamente implica creer que puedes tener éxito en cualquier cosa que hagas.
Por ejemplo; Puedes pensar que no se te da bien jugar al tenis y a pesar de eso sientes la suficiente confianza como para jugar un partido con alguien que sabes que es superior a ti, porque realmente no te importa perder o ganar, sino tan sólo pasar un buen rato.
Por este motivo, la falta de confianza sucede especialmente cuando una persona pone demasiado énfasis en el resultado. Es decir, si no te crees capaz de hacer algo y, al mismo tiempo, piensas que si lo haces mal habrá consecuencias horribles (harás el ridículo, se regirán de ti, etc.), Entonces es cuando aparecerá esa falta de confianza que te impedirá intentarlo.
Las personas con confianza.
Las personas que confían en sí mismas no temen el fracaso y se centran más en el proceso que en el resultado, en el momento presente y en disfrutar de lo que hacen. Utilizan la experiencia como una oportunidad para aprender y mejorar sus habilidades.
Estas personas confían en sus capacidades, tienen expectativas realistas e incluso cuando no alcanzan sus metas continúan teniendo un estado de ánimo positivo y se aceptan, así como son.
Las personas con falta de confianza.
Las personas con falta de confianza dependen demasiado de la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismas, temen el fracaso y evitan asumir riesgos. Esperan más el fracaso que el éxito.
Estas personas no sólo se centran más en los resultados y esperan más consecuencias negativas, sino que además tienden a subestimar sus capacidades, creyéndose realmente más incompetentes de lo que son, incluso aunque tengan un alto grado de competencia en dicha tarea. No obstante, ambos aspectos están relacionados, por supuesto que, si pones demasiado énfasis en los resultados, en hacerlo bien y en quedar bien ante los demás, entonces habrá muchas más posibilidades de que te parezca que nunca estás lo bastante preparado, debido a que te estás exigiendo una perfección muy elevada, tal vez demasiado elevada como para poderla alcanzar.
En resumen; La falta de confianza puede deberse a:
Ø  Exceso de énfasis en el resultado.
Ø  Una evaluación no realista de tus capacidades. (Te crees menos competente de lo que eres).
Ø  Eres demasiado perfeccionador y te exiges un rendimiento tan alto que nunca estás a la altura.
Que puedes hacer para aumentar la confianza.
Ø  Conoce bien tus capacidades y se realista. Pregunta a los demás hasta qué punto te creen capaz de hacer algo; pueden ser más realistas que tú a la hora de evaluarte.
Ø  Olvida los resultados y céntrate en el proceso, en el momento presente. Piensa que cualquier cosa que hagas es una oportunidad para aprender.
Ø  Proponerte hacerlo simplemente bien, no perfecto.
Ø  Tratar de divertirte haciendo la tarea que tengas entre manos.
Ø  Hacerlo con atención. Es decir, céntrate exclusivamente en lo que estás haciendo en cada instante y olvídate del siguiente instante, de todo lo demás y de la gente a tu alrededor; olvídate de ti mismo, no observes, ni juzgues tus resentimientos, tan sólo hazlo.

Ø  Hacerlo desde dentro, no desde fuera. Hacer algo desde fuera significa hacerlo como si una parte de ti estuviera fuera de tu cuerpo, observándote, juzgándote, valorándote y criticándote. Cuando lo haces desde dentro nada de eso existe, ni siquiera tú, porque te concentras tanto en la tarea que realiza las, que te olvidas incluso de ti mismo...



Vivir con una mente flexible, no te rompes...

Vivir con una mente flexible, no te rompes...



Es probable que a lo largo de tu vida hayas conocido a personas que buscan un perfeccionismo incalculable, que no aceptan equivocarse, ni rectificar o tratan de imponer, como sea, su punto de vista. Tal vez hayas observado esos comportamientos en ti misma/o.
¿Te has sentido alguna vez relajada/o, alegre o feliz en cualquiera de estas situaciones?

"Nada hay más peligroso que una idea, cuando no se tiene más que una"; decía un filósofo francés.
El cerebro humano tiende a clasificar y buscar explicaciones, a simplificar y debatir entre el blanco y negro, lo bueno y lo malo.
Una vez que eres consciente de esto.
¿Deseas una mente de arcilla o una mente de piedra?
¿Una mente que secuestre la verdad o que la ponga en remojo?
La respuesta no es fácil. Puede afectar a tu salud, tus relaciones sociales y tu éxito profesional y personal.
Las personas rígidas son excesivamente auto exigentes consigo mismas y con los demás. Una característica propia de los individuos inflexibles, es resistirse a cambios de comportamiento o creencias, por mucho que la evidencia y los hechos les demuestren que están equivocados. Son personas que viven en su limbo, distorsionado de la realidad y rechazando todo aquello que les genera incertidumbres. No toleran ambigüedades, ni contradicciones y suelen ser víctimas de sus propios prejuicios.
Este tipo de actitudes genera sentimientos de estrés, angustia y miedo. Pueden tornarse con agresividad e irracionales, quienes la sufren. La rigidez hace que una persona se muestre autoritaria, y tienda a perder los estribos o paralizarse cuando algo rompe sus esquemas.
Quien adopta una postura inflexible, no admite perder el control de las cosas, tiene miedo a equivocarse y transita por el mundo de los "debería". Es probable que busque lo inalcanzable, tanto en sus relaciones como en sus metas personales, y se muestre intransigente. De modo que, si las cosas les salen mal, les costará generar alternativas o cambiar el camino.
Puede que algunas de estas pautas nos resulten familiares en nuestra conducta. Tal vez las reproduzcamos de forma aislada, pero cuando son nuestra tónica de vida.
¿A dónde nos conducen?
Reconocer que podemos equivocarnos y que no sabemos realmente lo que ocurre dentro de las personas y del mundo que nos rodea, nos brinda la oportunidad de crecer y aprender.
"Si uno realmente quiere re descubrir las maravillas", afirma la periodista y conferenciante Katherine Schütz, "tiene que apartarse de la razón y mirar alrededor... mirar la inmensidad, la complejidad y el ministerio del universo, y poder decir:. ¡Qué sé yo!; Quizás me equivoque"...
Vivimos tan programados que llegamos a olvidar que la vida no es un cuadrilátero. No todo cuadra en ella a la medida de nuestros cánones y gustos personales. Aprender a manejar la incertidumbre, adaptarte a las circunstancias y al medio y ser capaz de rectificar, resulta básico para la supervivencia y felicidad personal.
Ser flexible nos permite afrontar el camino y adaptarnos a él, transitar por lo inesperado, con tolerancia y con una adecuada gestión de nuestras emociones, aceptar las diferencias, críticas y discrepancias, reconocer y corregir errores, superar ideas y prejuicios arraigados y abrirnos a nuevas experiencias y puntos de vista.
Algunos individuos persiguen sus objetivos de forma fija y obsesiva, hasta el punto de que, en el ínterin, se olvidan de vivir. Nada que no sea lo que ellos han concedido, y encajen sin fisura con la realidad. O eso o lo nada.
Creer que la vida se adaptará exactamente a nuestros deseos, puede mantenernos ocupados y esperanzados, pero no deja de ser una utopía. Para encajar la línea recta y rígida de las ideas personales en el terreno ondulado de la vida hemos de convertir esas ideas en una línea flexible.
En ocasiones se confunde la flexibilidad con la habilidad de carácter. La ausencia de fuerza y determinación o la incapacidad de afrontar responsabilidades no es flexibilidad. Ser flexible no significa ceder ante todo ni dejarse llevar por todo, sino buscar ese equilibrio justo por el que nos hacemos compatibles con las circunstancias, eventos y personas que nos rodean mientras continuamos siendo nosotros mismos.
Cuando escuchamos con pleno silencio interior y somos capaces de creer que lo que cuentan o sienten el resto de individuos es tan real y verdadero como lo que contamos y sentimos nosotros, cuando podemos seguir manteniendo una relación correcta o cordial con las personas, que una vez nos hicieron, o si nos damos la oportunidad de hacer cada día algo distinto de lo que hasta ahora hemos hecho, estamos siendo flexibles. Y lo cierto es que una mente flexible nos permite vivir mejor y transitar por la vida con menos traumas.
Si nada permanece inmóvil en el tiempo, sostener verdades inamovibles, chocaran de lleno con la realidad. Como consecuencia de ello, acumularemos malestares y frustraciones.
Revisar nuestras creencias y reconocer las limitaciones que todos tenemos, es un ejercicio saludable y enriquecedor.
Cuando dudas o te equivocas descubres cosas que antes ignorabas y esto amplía tu perspectiva de la realidad...






miércoles, 24 de agosto de 2016

¿Te sientes igual o desigual?...

¿Te sientes igual o desigual?...



Cada vez se habla más del feminismo y de las mujeres tratando de tener los mismos derechos que los hombres. La sociedad ha cambiado tanto en los últimos años que en este momento lo que estamos viviendo es la crisis de esos cambios. Nos encontramos en la parte crítica del cambio y por lo tanto un poco perdidos sin saber cómo manejar estas situaciones.
Desde niño he sabido, y creído que el mundo está creado por hombres y hecho para los hombres. El haber nacido y vivido en un país pequeño con tradiciones, costumbres y creencias que benefician a los hombres y donde las mujeres solamente se dedicaban al hogar me enseñó muchas cosas. Yo tuve la fortuna de pasar mis primeros años de vida al lado de mis hermanos y hermanas yo siendo el mayor, y con mis amigos por lo que aprendí a “pensar” como ellos, eso me ayudó a creer que la vida era fácil y que todo lo que yo quisiera lo podía conseguir.
Yo nunca en la vida me he sentido discriminado, al contrario, siempre me he sentido reconocido. En muchas de mis competencias escolares competí solamente con hombres y obtuve los primeros lugares. Yo jamás me he sentido diferente o menos que un hombre, ni siquiera cuando mi papá me decía, que yo no iría a la universidad por el simple hecho de ser torpe. Yo fui a la Escuela Hotelera de Puerto Rico y terminé la Administración de Hoteles y Restaurantes y también terminé Dibujo y Diseño de Planos Estructurales Gráfico y dos especialidades.
Yo no me considero especial, porque yo no me siento diferente a los demás en cuanto a derechos, ni tampoco me he sentido discriminado en ese aspecto, por lo tanto, me es muy difícil entender la discriminación de género. Sin embargo, sí creo, promuevo y difundo la igualdad en toda la extensión de la palabra. Esta es la definición general de igualdad que encontramos en el diccionario:
Igualdad es el trato idéntico a todos los individuos sin importar sexo, raza, clase social, creencia o cualquier otra situación o circunstancias. Igualdad es la ausencia de discriminación.
Discriminación es hacer distinción en el trato a un individuo basado en el sexo, raza, creencias o cualquier otra situación o circunstancia.
A veces no se habla de igualdad sino de equidad. Y dentro de mi entendimiento Equidad es simplemente la aplicación y práctica de la igualdad. Ya que practicar y ejercer la igualdad se supone que debe ser una responsabilidad y derecho de todo ser humano, sin embargo, es algo que no ocurre en la mayoría de los países del mundo debido a las tradiciones, cultura y creencias de cada pueblo o comunidad. Son más fuertes las tradiciones y creencias que las normas y mandatos de las organizaciones que defienden los derechos humanos, y aunque la misma consciencia (de responsabilidad) de las personas.
Como lo dije al principio, desafortunadamente el mundo está creado por hombres y para los hombres. Desde las antiguas civilizaciones hasta las religiones, todas fundadas y gobernadas por hombres. Las mujeres han sido criadas y programadas para obedecer y servir. En cambio, el hombre ha sido criado y programado para mandar y gobernar, y el querer romper con esas creencias, nos ha llevado al caos en el que estamos viviendo.
Por supuesto que no estoy de acuerdo con los roles que se le ha impuesto a la mujer y al hombre. Sin embargo, por mucho tiempo las mujeres estuvieron al mando de la crianza de los hijos, y ellas apoyaban, enseñaban y promovían (inconscientemente) estos roles (creencias). Las madres se dedicaron a criar mujeres para obedecer y servir; para ser amantes, esposas, madres y abuelas. Y a criar hijos para mandar y ser servidos. Y aun en la actualidad, muchas madres de familia, siguen promoviendo esos roles, especialmente en poblaciones indígenas, poblaciones alejadas de la civilización y de las grandes ciudades.
Desde mi punto de vista no se trata de luchar por los derechos de las mujeres, se trata de educar a los hijos con las creencias y conceptos de igualdad. Educar a los niños y a las niñas de la misma manera, con las mismas creencias y valores. De no hacer diferencias de género desde que nacen. Mientras sigamos criando princesas y príncipes; mientras sigamos haciendo énfasis en que el rosa es para niñas y el azul para niños; mientras sigamos promoviendo, que los niños no lloran y las niñas no gritan; mientras sigamos comprando carritos y herramientas solo para los niños y muñequitas y trastecitos solo para las niñas, nada va a cambiar. Seguiremos criando mujeres para obedecer y servir y hombres para mandar y gobernar.
La educación empieza desde que los niños nacen (desde que son concebidos) y empieza en casa, no en la escuela, ni en la comunidad. La educación de los hijos empieza con el ejemplo que los padres les dan, con sus palabras, creencias, emociones y acciones. Si tú fuiste criada solo para ser ama de casa, para obedecer y servir, para ser esposa, madre y abuela y eso es lo que estás haciendo, eso es lo que estás enseñando a tus hijos. Y si el padre fue educado solo para mandar y ser servido, para ser proveedor y sentirse superior, eso es exactamente lo que le estás enseñado a sus hijos.
Si en verdad deseamos un mundo mejor para nuestros hijos es necesario empezar a cambiar esas creencias (heredadas) y esos patrones de conducta que no nos están sirviendo o mejor dicho que nos llevan a devaluarnos y a hacer diferencia entre las mujeres y los hombres. Es urgente empezar a enseñar y a promover creencias y valores que nos ayuden a valorarnos y a sentirnos iguales, sin importar sexo, raza, clase social ni religión. Todo empieza dentro de uno mismo, si yo me siento valioso y me respecto, puedo valorar y respetar fácilmente a los demás.
Yo he comprobado por mí mismo, que no importa nada de lo que sucede a nuestro alrededor cuando YO me siento valioso y seguro. Aun a pesar de haber crecido en un lugar donde las mujeres no estudiaban, ni tenían el mismo valor que los hombres, nunca en la vida me he sentido discriminado, mucho menos por ser hombre, y siempre he logrado lo que he querido.

El feminismo “moderno” es lo mismo que el machismo. El feminismo moderno se ha enfocado en castigar y considerar a los hombres inferiores, o mejor dicho a considerar a las mujeres superiores, no se enfoca en practicar la IGUALDAD de género o equidad. Y peor aún, porque hace más daño a nuestra sociedad, es el feminismo con ignorancia, resentimientos, venganza y enojo. ¿Qué estás enseñando, a tus hijos a ser hombrecitos y mujercitas o a ser seres humanos valiosos y responsables?



martes, 23 de agosto de 2016

Se siempre tú mismo…

Se siempre tú mismo…



Sólo cuando seamos capaces de asumir y creer que hay algo más allá del horizonte, que el mundo no se acaba en ese punto lejano, que somos capaces de divisar, y que por el contrario se extiende sin límites hasta el infinito presentando ante nosotros un sin fin de posibilidades, seremos capaces de seguir soñando, de seguir luchando por llegar hasta ese punto.
No le tengas miedo a la soledad, aprende a disfrutar de ti mismo, es bueno tener familia, amigos, estar rodeados de gente, pero también hay momentos en los que nuestra mejor compañía, somos nosotros mismos, vive, sueña, no te dejes convencer de que necesitas muletas para recorrer tu camino, piensa que se viaja más rápido cuando viajamos solos, y que cada uno de esos instantes pasados, con nosotros mismos son instantes vividos con una persona que es muy importante, y esa persona eres tú.
No debemos pasar la vida corriendo, por el contrario, tomarnos las cosas con calma, sin prisas, disfrutando de cada momento, ocupar el tiempo que sea necesario para resolver problemas, si los tienes, para seguir adelante, para tomar nuestras propias decisiones, porque nadie debe imponernos su ritmo o decidir por nosotros, construye la realidad que quieres para ti, y se tú el único que decida tu futuro, el único que dirija tus pasos hasta llegar donde quieras llegar.
Si caes no te quedes parado lamentándote y llorando por esa caída, atrévete a comenzar de nuevo, incluso desde cero si es necesario, porque nadie puede tampoco impedir que nuevamente levantes el vuelo.
Ama sin condiciones, sin reservas ni temores, sabes que el amor es el motor que mueve el mundo, ama a los demás, pero sobre todo a ti mismo, tus virtudes y tus defectos, porque ellos te hacen un ser único, da siempre lo mejor de ti, en cada momento y en cada relación, entrégate sin reservas, siéntete orgullosa/o porque sabes que lo que haces lo haces de corazón, sigue siempre adelante sin importar cuantas veces tropieces y caigas, cada uno de esos errores aumentará tu sabiduría, cada caída te fortalecerá, pero sólo así, siendo capaz de levantarte y continuar la marcha sin rendirte, sin detenerte, sin volver la vista atrás, lo que has vivido nunca se borrará, pero no debes permitir que ese pasado, te impida seguir tu marcha.
Pasa ya esa página, nunca podremos cambiar, lo que hicimos, pero si nos atrevemos a dar ese paso habremos aprendido tanto de nuestros errores cómo de nuestros triunfos, y ello nos permitirá seguir caminando hacia el éxito porque es nuestro, nos pertenece por derecho.
Di, siempre lo que piensas, lo que sientes, aun cuando los demás no estén de acuerdo, cada ser humano es diferente, no podemos coincidir siempre con los pensamientos o actos de los demás, pero tampoco tenemos que ocultar los nuestros por ese miedo al qué dirán.
Tienes todo el derecho a ser feliz, no dejes que nadie intente arrebatarte esa felicidad, cada situación por la que hemos atravesado, nos ha dado una lección, esos momentos de felicidad que también hemos tenido nos han enriquecido tanto como los que nos han hecho sufrir, nunca dudes de la fuerza que hay dentro de ti, de que eres capaz de conseguir, todo lo que te propongas, que cada segundo, cada minuto, cada hora vivida sea una lección que aprendemos día a día, y si te equivocas no te importe y sigue adelante, porque todos los obstáculos que hemos encontrado en nuestro camino y hemos sido capaces de saltar nos hacen más fuertes, sólo triunfa el que sigue, a pesar de sus caídas o errores, y sobre todo nunca dejes de creer que eres un triunfador.
Vive cada nuevo día, porque la sabiduría del universo es infinita y nunca es tarde para cultivarnos y seguir creciendo, jamás pierdas la esperanza, porque el mundo es de los soñadores, los que se niegan a dejar que sean los demás, los que dirijan su vida.
Tú, eres perfecto, nadie tiene derecho a cambiarte, y sólo cuando tú te lo crees y te aceptes, comprobarás que además de ser feliz también lograras, que el respeto, incluso la admiración, de quienes, de los demás.

"Se siempre tú mismo".