martes, 28 de marzo de 2017

Lo que deberías saber, sobre la felicidad.

Lo que deberías saber, sobre la felicidad.



¿Cuántas veces hemos escuchado o leído que la felicidad es una decisión? Muchas, lo interesante de la felicidad es que, aunque decidas serlo ella es intermitente. Nadie podría asegurar que es 100% feliz todo el tiempo, o que no tiene problemas ni momentos de rabia o descontento. Los acontecimientos de la vida serán positivos o negativos dependiendo de la actitud que tengamos ante ellos, en ocasiones tener la mejor de las actitudes no será suficiente para evitar sentirse mal o triste, pero con seguridad esto, te ayudará a que el mal momento dure menos de lo que te imaginas.
En mi opinión personal, no podemos saber si estamos felices realmente sino hemos experimentado la falta de la felicidad. Si, suena un poco pesimista, pero les dejo un ejemplo (personal) para que me entiendan mejor; todos los días vemos a nuestros padres, despertarnos y que ellos sean las primeras personas que veamos a diario es normal y parte de la cotidianidad. Si alguna circunstancia de la vida te lleva a no poder verlos como antes, con la misma frecuencia o simplemente no puedes verlos en persona, esto te hará sentir triste y hasta experimentarás en ocasiones un coctel de emociones, si estas celebrando un éxito o acontecimiento favorable para ti, que te alegra, pero no poder compartirlo con tu padre o madre inevitablemente te hará sentir que algo te falta y entre la dicha conseguirás un poco de tristeza.
Cuando llegue el momento del reencuentro, disfrutarás cada día de su presencia, las cosas que antes eran insignificantes como sentarte a la mesa y compartir la comida, conversar y hasta ver televisión, te harán sentir feliz y darás valor al tiempo compartido. Y todo esto, te traerá alegría porque lo habías extrañado, te había hecho falta y porque ya conoces el sentimiento del no poder. ¿Ahora lo ves? Si no experimentamos la carencia, no sabremos qué tan feliz nos hace el poder hacer o el tener.
Definir el concepto de “Felicidad” es muy difícil y hasta puede tornarse imposible. Lo que para mí puede representar la felicidad, puede que para otra persona no. Lo que si se, es que quien se considere una persona feliz sabe que es importante estar bien con lo que se tiene o con lo que se está viviendo. Si estas atravesando un mal momento, tienes que saber que esto no durará para siempre y que, gracias a eso, sumarás experiencia a tu vida, aclararás tu manera de verla y por supuesto, ya conocerás la piedra con la que no debes volver a tropezar. Si por el contrario estas atravesando un buen momento, ¡disfrútalo! Debes saber que este tampoco durará para siempre, pero será tan bueno como lo quieras.
Yo hago mucho énfasis en que, por nada del mundo debemos estancarnos en lo negativo, al contrario, debemos enfocarnos y dirigir nuestra atención a lo bueno que nos ocurre. Entender que la felicidad no va a llegar si mantenemos una actitud pesimista, ante todo, es clave. El estar agradecido también es importante para darle paso a la alegría en tu vida, agradecerle a Dios o en quien tú creas, agradecer las cosas buenas que hacen los que nos rodean por nosotros, ayudar a quien lo necesita también te hará experimentar una felicidad plena (doy fe de ello). En fin, existen muchas maneras de darle la bienvenida a la felicidad en tu vida, solo debes querer hacerlo y decidir que debes cuidarla, que debes cultivarla y que no puedes permitirle a nadie que la destruya. Que seas solo tú el que tenga tal poder.
Sincérate contigo mismo y renuncia a eso que en el fondo sabes que no te está haciendo feliz, aléjate de las personas que te hacen daño, de las personas tóxicas. No te apagues a lo que, en vez de sumar, te resta. Dedícate tiempo a ti y a los tuyos, haz las cosas que te hacen sentir bien y, por último, comparte tu felicidad, verás que alegrando al que por circunstancias ajenas a su voluntad se encuentra triste, te llevara a experimentar la más gratificante de las sensaciones.

Esta se traducirá en felicidad para ti.




La Amistad, después de la Relación.

La Amistad, después de la Relación.



Solamente quien está 100% seguro que ya no siente amor por su ex pareja puede abrir paso a una amistad, con esa persona que antes era y ya no es. Definitivamente, el amor verdadero nunca termina, el buscar la manera de convertirse en otra cosa, es decir, por más que queramos olvidarnos por completo del o la ex, odiarlos y más nunca recordarlos, el sentimiento que esa persona despertó en ti, solo se transformará.
Si la relación terminó en malos términos, por una traición, por engaños, etc. Seguramente aquello que sentías por tu pareja se convertirá en rabia, rencor, desprecio porque te hizo daño. Pero siendo sinceros, eso no te hace bien a ti. Por supuesto, esto no quiere decir que salgas corriendo a perdonarlo y que le des el chance de destruirte nuevamente. Simplemente tienes que perdonar desde el saber que, guardar sentimientos negativos hacia alguien solo te traerá la autodestrucción, pero que tampoco volverás a depositar tu confianza y tu amor en alguien que cuando lo tuvo, no lo valoró.
Aunque la relación haya terminado mal, es posible que con el pasar del tiempo dos personas que hayan sido pareja, puedan tener una amistad. Lo importante de tener una amistad con él o la ex, es que ambos estén claros que ya no se quieren como antes o que ya no sienten amor por el otro, porque esto puede hacer que el que siente todavía amor, caiga en la más profunda de las confusiones, crea lo que no es y por ende salga lastimado.
Si, por el contrario, la relación tuvo un buen término, es más posible aún que puedan mantener una relación de amistad posterior al adiós. Este caso es el más ideal pero el menos común, sucede que, durante la relación, se dan cuenta que quizás no son el uno para el otro y que, lo que sienten está más vinculado con una amistad que, con una relación de novios. Para esto se necesita un nivel de madurez supremo, que te permita comunicar al otro lo que está sucediendo, lo que estas sintiendo, en vez de buscarle los defectos o echarle la culpa de todo.
Bien o mal, buenos o malos términos, igual se necesita tiempo para poder tener una amistad con quien fue tu pareja. También, se necesita algo muy importante; los limites. Son líneas mentales que marcan lo que podemos y lo que no podemos hacer o decir cuando compartimos una amistad con él o la ex. Dentro de este tipo de relaciones todas nuestras acciones, así como los mapas, están llenas de estas líneas imaginarias, el problema es que algunas personas no conocen de límites ni los entienden o si los entienden, pero sus límites son mucho más amplios que los de los demás y ahí es cuando surge el caos. Es cuestión de ubicarse en la situación.

No te embarques en una aventura de amistad, post-relación, si no estás preparado aún. Es importante que no te apresures ni aceptes a esto solo por demostrar que ya no te importa tu ex cuando no es así. Guardar distancia, para sanar y darle paso a la conversión de ese sentimiento es natural y no está mal querer hacerlo como mecanismo de defensa y de protección. Por muy grandes y maduros que nos creamos, las acciones y opiniones de quien amamos tanto van a ser importantes para nosotros. Solo cuando éstas dejen de serlo para ti, estás listo para compartir una buena amistad con quien ya no te pertenece, como pareja.




En el reino de la hipocresía, solo los más fuertes sobreviven…

En el reino de la hipocresía, solo los más fuertes sobreviven…



Aquiles decía en la Ilíada que, si había algo que le incomodaba mucho más que las puertas del Hades, eran las personas que decían una cosa y hacían otra. Bien, es muy posible que todos nosotros tengamos cerca a una persona enchapada con este tipo de material, que tanto abunda en la era del Antropoceno. Lo que tal vez no sepamos es que no hay que responsabilizar única y exclusivamente al propio hipócrita de su comportamiento.
La hipocresía es mucho más que la clásica disonancia, entre nuestras ideas rectoras y nuestros comportamientos. En ocasiones, el propio entorno que nos rodea nos obliga a ello. Cada día nos enfrentamos a un enorme rompecabezas vital, las piezas están dispersas y estamos obligados a sobrevivir en estas “superficies sociales” tan complejas. Casi sin que nos demos cuenta, en ocasiones, acabamos haciendo cosas que no armonizan con nuestros principios, con nuestras ideas o convicciones.
Entre lo que se piensa, se dice y se hace, puede haber un abismo, y a pesar de no querer faltar a nuestra verdad interior, lo acabamos haciendo por las presiones del ambiente. Esto es lo que Leo Restingar definió como disonancia cognitiva, es decir, experimentar una desarmonía o un conflicto entre nuestro sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) con las propias conductas.

Ahora bien, a pesar de que una buena parte de nuestra sociedad sea terreno abonado para que nos comportemos como hipócritas, creados en molde, en realidad, podemos diferenciar claramente dos tipologías. Por un lado, están los que sufren esa disonancia cognitiva y deciden poner límites para hallar una adecuada armonía entre lo que se piensa y lo que se hace. Por otra parte, abundan los que sencillamente, entienden la vida de este modo. La disonancia deja de existir para dar paso a una cognición firme y clara de lo que se hace, que tiene pleno sentido y ante todo…un propósito.




Prefiero las distancias honestas a las cercanías hipócritas…

Prefiero las distancias honestas a las cercanías hipócritas…



En los entornos donde abundan los hipócritas, los sinceros son los malos y la verdad es la gran enemiga. Por ello, siempre serán preferibles las distancias honestas, cuando nuestros valores choquen a esa cercanía sibilina (de sentido misterioso u oculto) que trae máscaras de amabilidad y armaduras doradas detrás de las que se esconden personas falsas.
Es muy posible que algunos no sepan que los científicos, sociólogos y los biólogos han querido llamar al actual periodo terrestre “Antropoceno” (hombre nuevo) en lugar de Holoceno. La intención es simple y hasta inspiradora: enfatizar un periodo donde la humanidad tiene como objetivo alcanzar una “cuota” más alta en cuanto a inteligencia, cohesión social, armonía, respeto y conciencia.
“La superstición y la hipocresía tienen grandes pagas, pero la verdad siempre tiene que mendigar”
Sin embargo, libros tan interesantes como “Antropobiología”, abrazando la coexistencia en el Antropoceno”, de los científicos Michael Tobías Charles y Jane Gray Morrison, nos hablan precisamente de una dimensión muy concreta: la hipocresía del ser humano. Seguimos siendo esa raza de vertebrados habituada a predicar una cosa y hacer otra. Padecemos un trastorno por déficit de naturaleza y, además, aún nos cuesta mucho favorecer esa coexistencia, de los unos con los otros, dejando a un lado diferencias culturales, sociales o de género.

Todos sabemos que no es nada sencillo establecer una distancia frente a quien no nos agrada o nos incomoda. En ocasiones, estamos obligados a compartir espacio con ese familiar de ideas extremas, o incluso con ese directivo que no calza nuestros mismos principios morales. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es crear adecuados espacios de autoprotección donde no caer nunca en el insalubre ejercicio de la hipocresía.




martes, 21 de marzo de 2017

Cómo protegernos de los comportamientos hipócritas…

Cómo protegernos de los comportamientos hipócritas…



Practicar lo que se predica no solo es un acto de respeto, también lo es de “auto respeto” y de bienestar personal. Ya sabemos que todos, de algún modo, hemos practicado este arte en alguna ocasión para poder integrarnos en un contexto determinado: en un trabajo, en una fiesta, en una reunión familiar…
Ahora bien, si hay una finalidad clara y objetiva que tienen las disonancias cognitivas, es encender una alerta psicológica para informarnos de que el fino hilo que sustenta la conducta con los valores, está a punto de romperse. Iniciar un proceso de reflexión nos salva sin duda de cristalizar la hipocresía.
“El hombre es menos hombre, cuando habla en su nombre. Dale una máscara y dirá la verdad”
Sin embargo… ¿qué podemos hacer si muy cerca de nosotros habita un hipócrita empedernido y corrosivo? Hay personas honestas, que al intuir algo tan sencillo como la incompatibilidad de caracteres o de valores, eligen poner distancia con adecuada elegancia y respeto. Eso es algo que sin duda agradecemos, pero lamentablemente, no todo el mundo inicia este tipo de política, de los buenos principios.
Lo más correcto sin duda sería, que nosotros mismos estableciéramos un cordón de seguridad y nos alejáramos lo bastante, como para no volver a coincidir, sin embargo, si esa persona es un familiar, un compañero de trabajo o un jefe, puede que no sea tan sencillo comprar un pasaje de no retorno.
En estos casos, nos será muy útil la regla de las tres “R”:
No “refuerces”: el hipócrita puede y tiene todo el derecho de hacer vida a tu alrededor, pero nunca reforzaremos sus comportamientos. Es decir, lo ideal es ser lo más asépticos posibles con ellos, no mantener conversaciones profundas donde revelar intimidades y no dar tampoco demasiada importancia a lo que puedan decir.
“Respétalo y respétate”. Deja que el hipócrita sea como bien quiera, que haga lo que desee, pero siempre en su propia esfera, no dejes nunca que entre a la tuya. Respétate y dale la importancia justa sin dejar que te afecte su actitud.
No “renuncies” a tus valores. En ocasiones, cuando pasamos mucho tiempo en un escenario abonado por la hipocresía es común caer en algún momento en estos mismos comportamientos. Recuerda tus valores y principios y defiéndelos, aunque el resto no los entiendan o no los aprueben.

Por último, y no menos importante, recuerda siempre que la hipocresía se camufla con amabilidad cuando algo le conviene. Aprende a ser intuitivo y cauto, y si la oportunidad finalmente acontece, no dudes en poner una distancia adecuada donde poder recuperar tu plenitud, emocional y psicológica.




lunes, 20 de marzo de 2017

Llega el momento, en el que decidimos cambiar…

Llega el momento, en el que decidimos cambiar…



En medio de esta inercia, muchos querríamos que nuestras vidas fuesen diferentes. Nos gustaría ser más ordenados, pasar más tiempo con nuestros amigos, no sentirnos bloqueados por nuestros problemas cuando nos llama una amiga para decirnos que su madre ha fallecido. En ese momento nos damos cuenta de la velocidad astronómica por la que transitamos por el mundo, también nos damos cuenta de que nos gustaría que una buena parte de nuestras vidas fuese diferente… un cambio que pasa por modificar nuestras costumbres.
El caso es que esto nos pasará, si no nos ponemos en marcha. Nunca iremos esa ciudad que nos gusta tanto si no ahorramos, sacamos el pasaje de avión, preparamos el equipaje, nos abrochamos el cinturón y nos preparamos a volar. Nunca lo haremos si no empezamos a hacer actividades distintas, si no damos el paso para hacerlo.
Nos gustaría ser más ordenados, pasar más tiempo con los nuestros y amigos, no sentirnos bloqueados por nuestros problemas, cuando nos llama una amiga para decirnos que su madre ha fallecido.
Piensa que muchas veces la comodidad de la repetición es una especie de agujero negro que nos atrapa. en medio de este conjunto de fuerzas el cambio supone una decisión, un coste y una ejecución. Salir de nuestra mente, de los juegos imaginarios y empezar a hacer tangente a nuestra intención y a la realidad, esto implica asumir riesgos. Riesgos que se aceleren nuestras pulsaciones, pero con otro sabor a las que produce el estrés.
Bien, ¿entonces qué podemos hacer para producir un cambio significativo en nuestras costumbres?
Vamos a estructurar el proceso en tres pasos:
El primero sería hacer una reflexión sobre qué nos va a aportar ese cambio y cuál es nuestra motivación para ir en esa dirección. Si es un proceso muy largo establece pequeñas recompensas intermedias y momentos para la evaluación de ese cambio.
Empieza cuanto antes. Si has decidido dejar de fumar no esperes a que termine la semana. Piensa que el propio plan, que has elaborado antes va a tener mucha más fuerza, si empiezas ahora.
Comparte ese cambio con los demás. Con esto, pondrás a la presión social de tu entorno, a remar a favor de este cambio. Quizás te cueste después alguna que otra bronca con ellos, pero al final será más fácil que logres ese cambio y probablemente ellos te lo perdonarán.
Seguro que has sentido alguna vez esta sensación: lo ilusionantes y fáciles que parecen algunos cambios cuando estamos en la cama a punto de dormir y lo cuesta arriba que parecen por la mañana cuando ponemos los pies en el suelo y empezamos con nuestras costumbres. Es como si pusiéramos el tren en la vía y el esfuerzo para descarrilarlo fuese mucho mayor.

Este es quizás el último punto que tenemos que gestionar cuando perseguimos un cambio: ser conscientes de que van a ver momentos en los que vamos a fallar o que va a ser más difícil, pero no pasa nada, tenemos la oportunidad de volver a intentarlo.




Aprender a medir los hechos…

Aprender a medir los hechos…



Si ya hemos entendido que nada es tan horroroso como muchas veces nos decimos, ahora es preciso que aprendamos a llamar a las cosas por su nombre. Para ello, una estrategia usada en psicología que puede resultarnos muy útil es la evaluación racional de las circunstancias.
Cuando te enfrentes a un problema vital, coge papel y lápiz y traza una línea recta. En el extremo izquierdo de esa línea, que nos servirá como regla de medir, anotarás la palabra maravilloso y en el lado opuesto escribirás terrible. Como es de esperar, en el centro de tu regla, pondrás normal.
Pues bien, entre lo que es maravilloso, normal y terrible, pueden existir multitud de evaluaciones, al igual que ocurre en cualquier regla de medir. Por un lado, podemos encontrarnos con que algo es un poco malo, muy malo, bueno, un poco bueno, etc…
Ahora anota en el papel lo que te ha ocurrido, pero sin exagerar, ni juzgarlo, ni evaluarlo. Tienes que escribir de forma objetiva, como si lo hubiese filmado con una cámara, lo que te ha pasado.
Por ejemplo, si te han despedido de tu trabajo después de diez años trabajando en él, lo que tienes que anotar es: Despido laboral. No lo alimentes con evaluaciones subjetivas como: “Tras tanto tiempo esforzándome para esta empresa, me despiden y yo no me merezco esto”.
El hecho objetivo es que te han despedido del trabajo. Una vez lo hayas escrito en tu papel, mídelo y sitúalo en un lugar de la regla. Con mucha probabilidad lo pondrás en terrible. A continuación, esfuérzate en pensar qué otras circunstancias de la vida, te hayan ocurrido a ti o no, pueden ser más negativas que la que te está pasando. Es decir, se trata de comparar.
Aunque a veces la comparación, nos haga estar a la defensiva, tenemos que alejar a nuestro ego y darnos cuenta de que la realidad es que siempre existe alguien en peores situaciones que nosotros.
¿Tienes para comer a pesar de que te hayan despedido? ¿Hay gente que no puede disfrutar de un plato caliente? Las respuestas a estas preguntas son: sí. ¿Cómo evaluarías el que alguien no pueda comer de forma diaria, tal y como lo haces tú? Si vuelves a evaluarlo como terrible, tienes que mover tu anterior evaluación del despido: tendrás que pasarla de terrible a mala e ir afinando.

Y así, ve haciéndolo, hasta que tú mismo te des cuenta de que has exagerado en tu evaluación. Si comienzas a sentirte emocionalmente más tranquilo, habrás hecho correctamente el ejercicio.




Relación a distancia… ¿Una posibilidad, una prueba o un fin?

Relación a distancia… ¿Una posibilidad, una prueba o un fin?



Quiero comenzar esta vez diciéndoles que, escribir sobre este tema en particular me resulta muy difícil. Quienes me conocen sabrán la razón y quienes no, sepan que todo lo que escribiré a continuación, será desde la más sincera y en su momento, dolorosa experiencia. Hacen muchos años atrás me habría resultado imposible escribir esto, pero gracias al tiempo hoy, puedo contarles y darles mi punto de vista al respecto. Y si lo que escribiré, mi experiencia y mi pensamiento ayuda a alguien a aclarar sus dudas o a sobrellevar una situación parecida, esto habrá valido la pena y habré cumplido el objetivo propuesto.
Específicamente en Puerto Rico, las relaciones a distancia se han convertido en una realidad cada vez más frecuente. Para nadie es un secreto la gran cantidad de personas que, como yo, salen de su país en busca de nuevas y mejores oportunidades, calidad de vida y todas las demás razones que ya ustedes saben. Encontrarse en esta encrucijada podría resultar una de las pruebas más difíciles que una relación podría atravesar, tomar la decisión de continuar burlando a la distancia o no hacerlo es difícil, tanto para el que se va como para el que se queda. En mi opinión ambas partes se ven afectadas por igual, ambos deben realizar un análisis completo de la situación actual de la relación, del nivel de compromiso que poseen, de los riesgos, de que tan alto este su nivel de confianza en el otro y todo esto, deben hacerlo desde la mayor sinceridad y autocritica del mundo.
Ser sinceros con nosotros mismos y con nuestra pareja a tiempo, podría resultar la salvación de esa relación o sino, podría ser el fin de la misma, pero en términos un poco más cordiales. La honestidad en cuanto a sentimientos es fundamental, así como también debemos ser conscientes de quién es nuestra pareja y de lo que es capaz o no de hacer, sobre todo cuando se vea en plena libertad y cuando el tiempo compartido sea solo por teléfono e internet. Si te haces las respectivas preguntas y las respuestas no son favorables para continuar, lo mejor es que asumas que tu relación no podrá superar la prueba. Si, dolerá y mucho, pero no tanto como aceptar el reto con la más grande de las esperanzas, con las ganas y sobre todo con el amor profundo que sientes hacia esa persona, para después hacerle frente al fracaso y a la pérdida.
En la distancia la mentira seduce a quien flaquea, la facilidad con la que puedes ocultar algo incrementa. Solo quien ama de verdad, podrá ignorar la falsedad, podrá rechazar las ofertas que pongan en peligro a la relación por muy atractivas que sean y que, puedan afectar a su pareja, aunque esta se encuentre en otro lugar. Si realmente el sentimiento entre los dos es auténtico y real, las respuestas te llevarán sin dificultad a asumir el reto y a continuar la aventura, de seguir queriéndose un poco más todos los días, aunque ahora lo hagan en contra de la distancia.
¿Es posible continuar una relación a distancia con éxito? Si, muy en contra de lo que pensé una vez y de lo que viví, yo sigo creyendo que es posible. Las relaciones sólidas, soportadas por la verdad, el amor, la confianza y la sinceridad son capaces de superar la prueba y hasta podrían fortalecerse aún más. Pero debes saber que esto es trabajo de dos, no debe esforzarse más uno que el otro. Soy fiel creyente que el amor todo lo puede, sin sonar ilusionista. También, soy consciente que estas relaciones sólidas, son muy poco comunes, cada vez se hace más difícil pensar que se puede lograr la fidelidad en estos casos. Están en peligro de extinción las personas que por sobre todas las cosas son y serán siempre leales a sus parejas ante cualquier tentación.
Como siempre, vamos a enfocarnos en lo bueno. Tener que enfrentarse a este tipo de situaciones nos hace de alguna manera ubicarnos en el panorama, si no resulta tendremos la seguridad de que esa relación no nos convenía y que ni estando en el mismo lugar esa persona era para ti. Y si tienen éxito, debes saber darle el debido valor a tu pareja, saber que te ama realmente y así, corresponderle.
Si tu relación ha sido inestable, tormentosa, de ir y venir, no te hagas ilusiones que, si ha sido así estando físicamente en el mismo lugar, a distancia será igual o peor. Evita la amargura y acepta que no va a funcionar por muy crudo que esto suene. Si, por el contrario, se han visto fortalecidos ante las adversidades que conllevan estar en una relación, han superado los problemas y aceptan seguir, comprometidos los dos. Te voy a dejar unos tips que seguro ayudarán a que el equipo gane.
Traten de programar o conversen sobre la posible próxima vez que se verán después de la primera despedida. De acuerdo a las posibilidades de cada uno, hablen de quien visitará primero a quien y así poder sobrellevar la situación pensando que dentro de “equis” tiempo podrás ver de nuevo a tu amor. Hagan planes a futuro, sin intenciones de comprometer demasiado al otro ni forzar las cosas, será sano para los dos pensar que la separación y la distancia no durará para siempre y que la relación tiene futuros planes por los que hay que trabajar juntos para que se lleven a cabo. Fortalece la comunicación, es un punto delicado así que, enfócate en ser lo más comunicativo posible.
Ponte siempre en los zapatos del otro, sé que para ti no será fácil, pero piensa siempre en tu pareja. Si cada uno se preocupa por hacerle el “trabajo” más fácil al otro, seguro lo lograran. No pierdas los detalles, son sumamente importantes y aunque cambien los caminos el objetivo y significado que tienen es el mismo y más si a tu pareja le gustan o es algo normal en tu relación. Recuérdale que tanto la amas lo más frecuente que puedas y de la manera que quieras, trata en lo posible de hacerlo parte de tu vida, que nunca sienta tu pareja que desde que están distanciados, quedó por fuera de todo. Si es tu pareja, es tu cómplice en muchas cosas, esto no se debe perder por ningún motivo.
En esta regla de tres, los kilómetros entre ustedes no deben dividir lo especial que esa persona es para ti, al contrario, lo deben multiplicar. Ríndele honor al amor que sientes, respétate y respeta a tu pareja caminando derecho. Hazte ese favor y si vas a estar haciendo las cosas mal, mejor ni las hagas. Y para culminar, no debe morir la pasión, hay muchas maneras de mantenerla viva. Si esto de la distancia es nuevo para ustedes, les toca experimentar cosas nuevas también para ello. A veces las circunstancias te llevan a…

¡Éxito! A reinventarse se ha dicho y que viva el amor.




Reconciliación… ¿Con quién?

Reconciliación… ¿Con quién?



Cuando escuchamos la palabra “Reconciliación” inevitablemente nos vamos a segundas oportunidades en las relaciones de pareja, pero hay muchas más y posiblemente con mayor importancia en nuestras vidas. Como, por ejemplo; la reconciliación contigo mismo, con familiares, amigos. Lo primero que debemos saber y tener claro es que, tomar la decisión de volver a la relación (cual sea) que tenías con alguien no es sencillo, pero a la final es una cuestión muy personal, solo depende de ti.
Antes de tomar esta decisión es casi obligatorio pensar en el origen del problema, que llevó al distanciamiento, hay que retornar a la sinceridad y reconocer todos los puntos que pudieron afectar a la otra persona, lo que dijiste, hiciste y con responsabilidad asumir tu cuota de culpa, porque en ningún conflicto hay un solo culpable. Para poder dar el primer paso es importante dejar el egoísmo a un lado, evitar caer en reproches y entender que pedir disculpas es de sabios, así como errar es de humanos.
Pero, ¿realmente necesitas a esa persona en tu vida? Esta es una pregunta a la que solo puedes responder tú. Solo puedo aconsejarte que veas la reconciliación desde otra perspectiva, no debemos tener cabos sueltos o conflictos sin resolver con alguien. Se puede solucionar el problema, quedar en buenos términos, aunque no sea lo mismo. Hay relaciones que, son como las hojas de papel, cuando la arrugas, jamás vuelve a ser la misma, aunque lo intentes, nunca vuelve a estar como antes.
La reconciliación contigo mismo (la más importante para mi), es la clave para estar en paz y sentirte bien, aunque discutas con alguien. Si te equivocaste o cometiste un error, debes reconciliarte contigo mismo y perdonarte. Todos cometemos errores y aunque está bien que seamos exigentes con nosotros mismos, no se puede olvidar el hecho de que equivocarse es parte del aprendizaje y crecimiento personal. Para poder perdonarte necesitas enmendar lo que hiciste, hacerte responsable de las consecuencias es parte, pero, ¡no lo es todo! Yo no me refiero a flagelarse y martirizarte echándote la culpa, yo me refiero a buscar el diálogo con esa persona, pedir disculpas, dar una solución. Debes tener en cuenta que esto, no da garantía de que el otro acepte tus disculpas, pero sabrás que hiciste lo correcto y cumpliste con el deber ser.
No todos tenemos la misma capacidad de perdón ni la misma madurez para aceptar los errores, lo importante es que reaccionemos a tiempo. Hay un tipo de reconciliación que es inevitable, la reconciliación con un familiar. No podemos escapar de ella porque los vínculos familiares son infinitos e indisolubles, el hecho que estemos molestos con un tío, primo, hermano, etc. no hará que dejen de ser parte de nuestra familia. Pero hay que ser honestos en algo, que sea nuestro familiar no es significado a que a juro tenemos que llevarnos bien, suena cruel, pero es la verdad. De igual manera le debemos respeto a la familia y cuidar la armonía dentro de ella por muy difícil que pueda ser en ocasiones, como en todas las relaciones es normal que haya diferencias. El punto es que de la familia nos podemos distanciar, pero siempre habrá algo muy fuerte que nos unirá por siempre y que, tarde o temprano te hará un llamado porque sentirás que algo te falta.
Por último, pero no menos importante está la reconciliación con los amigos. Ellos son los amigos que escogemos, pero así creamos que estamos eligiendo al “mejor”, tendremos diferencias, peleas, enfrentamientos, en fin… Aunque tengamos la libertad plena de desechar y encontrar otra amistad, si cada vez que tengas una situación de este tipo lo haces, quedarás solo y mejor vete acostumbrando a la soledad y no te encariñes con nadie porque vas a sufrir. En la vida nos podemos encontrar todos los días nuevos puntos de partida, nuevos comienzos y oportunidades para escribir una mejor historia con los mismos personajes o con otros, lo importante es reconocer lo que realmente es valioso para nosotros, lo que nos alimenta el alma, lo que nos suma en vez de restarnos.

En cualquier tipo de relación habrá tropiezos, pero ninguno a mi parecer es tan grande como para perder a alguien que se quiere. Con esto no quiero decir que, bajo la excusa del amor, vas a reconciliarte mil veces con esa persona que te ha hecho tanto daño y seguirá haciéndolo, me refiero a saber que no quedaron pendientes, que el tiempo es la mejor cura pero que debemos asumir responsabilidades y dejar esa mala costumbre de dejárselo todo a él. No pierdas un amigo por un error que haciendo balance es nada con las cosas buenas que han vivido y que les queda por vivir, no dejes que la distancia y el resentimiento se siembre entre tú y un familiar, entiende que siempre será parte de ti porque la familia es en un alto porcentaje lo que somos. No seas tan estricto contigo mismo y date el chance de recapacitar y perdónate. El orgullo siempre estará en contra de la reconciliación, pero tú decides…




sábado, 4 de marzo de 2017

Los presentimientos, voz interior, ¿Debo escucharlos?...

Los presentimientos, voz interior, ¿Debo escucharlos?...



Quisiera saber de dónde vienen los presentimientos, de que parte del cuerpo surgen esos sentimientos que te alertan sobre un acontecimiento futuro. ¿Cómo puedo sentir que algo va a ocurrir si no lo he vivido aun? ¿Quién es esa voz que me advierte muchas veces que no haga algo o que tenga cuidado? Lo cierto es que no lo sé, hay muchas hipótesis y quizás nunca sabremos realmente qué o quién es. Lo que, si sé, es que a veces es mal llamado “sentido común” pero no siempre es eso. No todos los seres tenemos el mismo sentido común, lo que para mí representa tenerlo, para ti puede que no… Es relativo.
De igual manera quise escribir sobre esto, porque siento que, aunque no sabemos de donde proviene, debemos prestarle mucha atención. A veces nos oponemos de forma radical a esto, ignoramos por completo el hecho de que “algo” te dice que no lo hagas, pero ahí vas tú y lo haces simplemente porque así lo quieres. Vamos a especificar un poco…
Las cosas pueden ir estupendas entre una potencial pareja, es decir, entre tú y la persona que estas conociendo para tener una relación (cual sea) pero hay algo que no te termina de cuadrar, algo no deja que las cosas marchen como deberían. Y sientes que, aunque todo va bien, esa persona no es el camino correcto. ¿Por qué hacerle caso a esto si él o ella cumple todos tus parámetros? Hasta supera todas tus expectativas. Bueno, por la simple razón que ese presentimiento está intentando ser escuchado para evitarte a largo, mediano o corto plazo que sufras o que te caigas de las ilusiones antes de que estés más arriba y el golpe sea peor.
¿Ahora me entiendes?
En lo personal, soy muy terca, testaruda y tiendo a ignorar en ocasiones mis presentimientos o premoniciones. Y por eso, puedo decirte con toda certeza que es un grave error no prestarle atención. La vida, como las carreteras, está llena de señales. Las necesarias para llevarnos sanos y salvos al destino final. Éstas se pueden manifestar por muchas vías como corazonadas, consejos de personas que realmente nos quieren, quizás de personas que nos encontramos por la vida con más experiencia que nosotros, voz interior, presentimientos, en fin, existen muchas vías pero todas con el mismo objetivo.
Es una frase muy rayada y repetida esa de que “lo mejor es lo que pasa” y aunque así sea, es muy cierta y no perderá vigencia simplemente porque cuando escuchas esos presentimientos y evitas llevar a cabo una acción, estas realmente haciendo lo mejor aunque no hagas nada. No puedes confundir presentimiento o premonición con miedo, no es lo mismo y no llevan al mismo destino sin duda. Pienso que ser atrevidos en la vida te puede llevar muy lejos, pero con inteligencia y conociendo tus límites.

Este mundo es de los vivos, no de los bobos. Este universo está perfectamente constituido para que logremos lo que sea que queramos sin llevarnos a nadie por delante y por si fuera poco, te avisa cuando estás a punto de equivocarte. ¿Quieres más?

Y sea lo que sea esa voz, gracias porque después de escucharla, siempre el tiempo me muestra porque debía hacerlo. Escucha tu voz interior que no te vas a arrepentir, lo prometo.




Volver, a arriesgarse…

Volver, a arriesgarse…



Comenzar una nueva relación, después de haber experimentado una mala experiencia amorosa y es una de las decisiones más difíciles de tomar sin duda. Siempre he sido partidario de que a veces,para aprender a volar hay que saltar al vacío, pero, ¿qué se hace con los miedos que te atan a la tierra? Elegimos aferrarnos a los neuróticos límites y excusas muchas veces sin sentido para no darnos esa nueva oportunidad, para “protegernos” de un fracaso, para no dejar que alguien nos vuelva a lastimar y es entonces cuando optamos por la cómoda y tranquila; soledad.
Muchos en cambio, le huyen a la idea de estar solos y pueden comenzar una relación sin problema, sin intervalos de tiempo muy prolongados y sin darle importancia a si quieren a la nueva pareja o no. Simplemente es irrelevante el sentimiento si ésta le provee compañía. Lo cual, desde mi punto de vista es una decisión errada, intentarás llenar ese vacío que dejó él o la ex con alegrías mínimas y fugaces que a la larga se resumirán en fracaso. Realmente puede que esta sea la opción más fácil, pero sin duda sentirás que no estas llenando ese vacío y que no alcanzas la felicidad plena, nadie quiere vivir con la sensación de que algo le falta…
Todos los casos, así como las relaciones son diferentes. No todos los finales son iguales ni los comienzos son parecidos, pero, Todas las experiencias amorosas te cambian la forma en la que ves y vives la vida. Unas para bien y otras para mal, las segundas son las responsables de dejarte los miedos que te impiden comenzar una nueva relación, sobretodo disfrutar a plenitud de ella. Hay tantos temores después de un fracaso… Pero lo primero que debemos hacer es reconocerlos, saber qué es lo que te aterra. Tu potencial, pareja, es decir, el próximo novio, (o novia) debe estar al tanto de la situación, sería ideal encontrar a una persona sin cicatrices, sin marcas de amores pasados, pero seamos realistas, es casi imposible que eso pase. Si esa persona realmente quiere estar contigo no tendrá problema en ayudarte a superar cualquier miedo y encontrar la manera de hacerte ver y entender que no todos son iguales y que, si una persona te hizo daño, no quiere decir que todas vayan a cometer el mismo error.
Otro punto importante es saber esperar, no te desesperes y comiences una relación con cualquiera solo porque no quieres estar sola/o, no va a funcionar. Pienso que es mejor lo que no se busca y se encuentra espontáneamente, quizás solo debas dejar que las cosas tomen su curso natural sin dar precipitadamente ni cerrarte por completo a la posibilidad. No te sientas mal por no estar preparado aún, todos sentimos miedo al cambio y los superamos a nuestro propio ritmo, es algo muy personal, por nada del mundo te culpes o creas que tienes un problema por rechazar a alguien cuando simplemente para ti no es el momento. Así como también es problema de cada quien si lo entienden o no…
Puede llegar esa persona que rompe tu tranquilidad, y te va debilitando el escudo contra relaciones y de repente se convierte en alguien que cuando te sabías todas las respuestas, te cambia todas las preguntas. Este caso es interesante porque comienza el factor sorpresa, solo tómalo con calma y ¡Disfrútalo! Absolutamente todo en esta vida pasa por una razón, puede que funcione y todo sea perfecto como puede que no, si es así ten la seguridad que por lo menos algo nuevo aprenderás y no serás la misma persona que solías ser antes de esa experiencia. Cada aprendizaje es crecimiento y crecer es parte del proceso de vida, vale más quien ha aprendido de los fracasos que quien no ha fracasado por no intentar.
Para cerrar y de manera muy personal, no le veo razón válida para tratar de borrar del pasado alguna experiencia amorosa, es decir, hacer de cuenta que no ocurrió, todas te enseñaron algo, cada una te hizo la persona que eres hoy y lo deberías agradecer. No lleves contigo el peso de ninguna de ellas, no entiendo cómo es posible comenzar un nuevo capítulo sabiendo que no se ha cerrado el ciclo anterior, que no te has curado de lo que viviste. En fin, lo que realmente importa no es que tanto tiempo llevas solo o en una relación, lo que importa realmente es disfrutar cada etapa, vivir cada momento de tu vida solo o acompañado y por supuesto, ser feliz.
Permite que la vida que te sorprenda, porque no estoy de acuerdo con la ansiedad que produce tratar de predecir que te espera en el futuro, ignorando el presente y dejando a un lado las experiencias que puedes vivir ahora. En mi caso, no sé si estoy listo para una nueva relación, pero con seguridad voy a saberlo cuando llegue esa persona que provoque en mí el deseo de superar mis miedos y de comenzar a escribir una nueva página en mi vida sentimental, no corras ni pretendas involucrarte con alguien que, en el fondo sabes que te provoca muchas cosas, pero no la quieres. No hay necesidad de ilusionar a nadie ni de hacerle daño, es un principio simple: no hagas lo que no te gusta que te hagan.
Me reconozco humano, con inseguridades y miedos, pero, con la plena disposición de disfrutar mi libertad y no hablo de la soltería, hablo de la libertad de ser yo mismo solo o con alguien de mi lado. Espero que algo de esto te sirva para reflexionar sobre este tema y que a partir de hoy te dediques a ser feliz. Si estás sola/o disfruta de todas las cosas que puedes hacer ahora, si estas en una relación inyéctale alegría y comparte con tu pareja las cosas que pueden hacer juntos.
Conozco a alguien que dejó pasar muchas cosas, por hacerse el que no quería vivir momentos que dejasen algo en el recuerdo y que, en ese momento podían atentar contra su tan preciada libertad. Hacía que vivía el día a día y ya sin darle mucha importancia, hasta que llegó alguien que logró cambiar esa situación y comenzaron a ocurrir las cosas que él antes evitaba.

Te comparto esto porque, por mucho que intentes mantenerte anti-relaciones y solo, de repente puede llegar esa persona que provoque cosas en ti y haga que te atrevas a experimentar, a vivir de otra manera y a volver a creer, no la dejes ir por miedo a…