lunes, 29 de febrero de 2016

¿Qué armadura llevas?...

¿Qué armadura llevas?



 “Si te rodeas de una coraza para que nadie te haga daño, también estarás impidiendo que la felicidad te alcance”.
Mañana nuevo día. Ya estamos en la cama, con ganas de descansar, después de un día agotador. Nos vamos satisfechos, sentimos que hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos, para seguir demostrando a los demás, lo que piensan de nosotros, es la verdad.
“Eres el número 1, sigue así, que buen amigo eres, da gusto hablar contigo, eres genial, sinceramente eres un inútil, no sirves para nada, pareces tonto…”
Al final, acabamos creyéndonos lo de tanto oírlo, ya ni dudamos si será verdad o no.
Nos levantamos y en el baño, mientras nos lavamos la cara, nos ponemos el “traje” que la sociedad ha hecho para nosotros.
¿Ese traje que te pones todas las mañanas, es acorde a quien sientes que eres de verdad?
Pero llega un día queremos cambiar de traje, nos despertamos y sentimos que ya vale, que de hoy no pasa. Te has dado cuenta que has ido perdiendo amistades por ser el número 1 en el trabajo, respondes mal a tu familia y no sabes por qué, o sientes que no eres lo que la sociedad espera de ti. Sientes la necesidad irrefrenable de sentir en tu piel ese traje que sientes que va más acorde a tus gustos, a tu ser.
¿Qué hacer en esos momentos?
Tenemos dos opciones. Pedir ayuda y que, con la compañía de alguien, poco a poco, vayas confeccionando ese traje tan soñado, y la otra opción es pensar que jamás podrás conseguirlo, con lo que la frustración aumentara en ti.
¿Tú qué opción escogerías?
Bueno espero que hayas elegido la 1 opción.
Empezamos su confección, con ansias, miedo e impacientes. Lo nuevo, aunque deseado, nos da miedo. No nos llevamos bien con la incertidumbre.
Muchas veces, tras haber dado la primera punzada, ya nos queremos echar atrás, dudamos que lo vayamos a conseguir, nos preguntamos para que queremos cambiar, si como estábamos antes nos iba bien la vida, aunque sabemos que no era así. ¡¡Pero va, ya que hemos empezado, sigamos adelante!! Hacia ese traje que queremos sentir y mostrar a los demás todos los días.
Con Coraje, lo conseguiremos.
Durante el proceso, nos damos cuenta que jamás hemos podido cuidar a nadie de verdad, porque ni nosotros mismos nos cuidábamos. O que la forma de pensar, fue la que nos llevó a ponernos esos trajes que tanto nos apretaba.
Poco a poco, hilada a hilada, nos empezamos a conocer de verdad. Nos damos cuenta que este proceso en ciertos momentos tenemos que hacerlo solos y nos da miedo. Estar solos, estar escuchando lo que nuestro verdadero yo nos dice, cosa que, en la mayoría de las veces, nunca habíamos hecho o le habíamos hecho caso.
Al estar solos, vemos que para empezar a dar amor a los demás, cuidarlos, quererlos, tenemos que empezar por amarnos a nosotros mismos.
¿O das lo mejor de ti a los demás, aunque te odies y te des asco? Yo creo que NO.
Nos vamos dando fijando que, con el anterior traje, ocultábamos nuestros verdaderos sentimientos. Nos cegaba la ambición, el ser los mejores y mientras tanto dejábamos por el camino, los cadáveres de compañeros de trabajo, amigos, familiares o parejas sentimentales.
¿Para ser el mejor, a quién hay que dejar por el camino?
Pero nosotros, desde que nacemos, ya somos perfectos, hermosos, y, sin embargo, el exterior nos hace pensar, que no es así o nos preguntan a dónde vamos a ir sin ambición por la vida. Intentamos ser una cosa que ya desde nuestro nacimiento ya lo somos.
¿Y tú que intentas ser?
Nos supera la codicia a la verdadera necesidad. Las verdaderas ambiciones, las que se cumplirán de verdad, son las que nacen del corazón.
Durante el proceso de creación de ese y todo otro nuevo traje que nos propongamos, tenemos que ser valiente, que nuestra fe y pasión sean más grandes que nuestro miedo, con voluntad de ir hacia ese nuevo traje.
Lo intentaremos una y otra vez, y quizá el miedo nos atenace. Pero hay que volverlo a intentar una vez más. Otra vez. Y otra, hasta que nos demos cuenta que se miedo que pensábamos que eran tan real, no es así, solo era fruto de nuestra mente.
Y en el momento menos esperado, el traje ya estará confeccionado, tal y como habíamos soñado. En ese momento habremos dejado de buscar un traje que nos reafirme el quien somos, por otro que diga, “qué somos”. Ese “qué”, es misión, ese legado que queremos dejar.
Sin esfuerzo jamás podremos salir de esa vida, que con nuestras decisiones nos ha tocado vivir, e ir hacia esa nueva vida que queremos de verdad.
Claro que no es nada fácil, Pero ¿qué hay fácil en la vida? Nos da miedo descontrolarnos, queremos tener todo asegurado, queremos conseguir algo nuevo en la vida, pero seguir en nuestro sofá, saber que nos va a pasar a la hora siguiente.
Así jamás conseguiremos nada de lo que queramos en nuestra vida. ¿Tú crees que perder peso, pedirle una cita a esa persona que te gusta, o cualquier cosa que te propongas, se consigue sin valentía, sin constancia y sin fe? Yo creo que no.
Dejemos de ser supervivientes en este mundo y seamos valientes exploradores en búsqueda del sueño perdido.
Si no te conformas cómo te sientes ahora, con lo que haces, ¿Entonces a qué esperas?
Tú tienes el poder de elección, nunca dejes que nadie elija por ti.
A todos nos gustaría la vida que la vida, fuera fácil, sencilla, y que solamente con un chasquido de dedos, todo nos viniera a nosotros, pero las cosas no son así.
Abracemos las incomodidades, saber que no sabemos qué nos va a pasar, molesta y mucho, la incertidumbre es muy mala, pero a la vez, nos ayuda a crecer, a no parar hasta que salga a la luz, ese ser que nosotros somos de verdad.
NO PARES, SE CONSTANTE, ESFUÉRZATE, hasta que te haya esculpido ese traje que va totalmente acorde. Atrévete a crear esa nueva realidad, a quitar esa armadura oxidada que llevamos todos, como bien dice el libro.
No hace falta hacer el mejor traje, de alta costura, sino que lo importante es que estemos dispuestos a confeccionarlo, a dar el paso.
¿Y tú qué trajes te vas a poner mañana? ¿Te gustaría ponerte uno nuevo? ¿Y por qué no lo intentas? ¿Quién te lo impide? ¿Sin valentía, esfuerzo y constancia crees que conseguirás cualquier cosa que te propongas? ¿Muestras a la sociedad quién eres de verdad?




domingo, 28 de febrero de 2016

¡¡Carta dirigida a mi “YO” del futuro!!...

¡¡Carta dirigida a mi “YO” del futuro!!




Contempla de continuo, que todo nace por transformación, y habitúate a pensar que nada ama tanto la naturaleza del Universo como cambiar las cosas existentes y crear nuevo seres semejantes”.
Hola Mi Yo del Futuro:
¿Cómo estás? Espero que la vida te esté tratando muy bien. Necesitaba escribir todo lo que has pasado hasta llegar donde estas, para que nunca se te olvide y recuerdes todo este proceso.
Son, las 4 de la mañana del lunes y no puedo dormir. Tengo que reconocerlo, llevo ya un tiempo mal. No sé qué día fue, me paré a echar una mirada atrás y ver todo lo que había sucedido en mi vida. Me sentía como cuando vemos una serie, pero el capítulo era mi vida hasta entonces y no me reconocía en dicha trama al principio, pero con el paso del tiempo, si me acabé reconociéndome y especialmente, la transformación que se estaba viviendo dentro de mí.
Todos nos transformamos gracias a las circunstancias con las que convivimos o viene desde nuestro interior, esas transformaciones no las buscamos, vienen a nosotros.
Hacía ya tiempo, había oído en una conversación el término “la travesía del desierto”, situación que he ido oyendo con el paso del tiempo más y más, que explica el proceso, el camino que lleva una persona en su transformación personal, con sus miedos, vértigos hasta llegar a encontrar con su verdadera naturaleza.
Y hoy me he dado cuenta, que llevo ya un año realizando dicha travesía.
¿A qué cuando eras más joven, no andaba igual que ahora, no tenías el mismo semblante, hacías los mimos gestos que realizas ahora? Me imagino que no, pero sobre todo habrás cambiado en cómo haces las cosas.
Pero toda transformación tiene su proceso y casi siempre, es largo, tortuoso, lleno de dudas, confusión y muchas veces con ganas de abandonarlo. Y así lo estoy sintiendo yo.
Nos sentimos perdidos y no sabemos pensar como lo solíamos hacer. Nos sentimos desvalidos. El miedo se ha hecho compañero mío de fatigas, durante todo el camino.
No hay día que no me pregunte, “¿Qué estoy haciendo? Con lo bien que estaba yo en mi casa haciendo lo mismo de siempre, ¿para qué me lanzó a hacer esta locura?”
Por lo que estoy viviendo y observo, que cuando pasa eso, estamos en la línea correcta. Porque si abandonamos, nos estamos dejando llevar por las emociones y volviendo a como estábamos antes, perdiendo todo lo ganado hasta entonces. Dejarnos llevar por ese miedo por la altura de los cambios que estamos viviendo y tirar la toalla, es no llegar nunca a alcanzar esa nueva manera de ver la vida o ese cambio tan anhelado.
¿A qué cuando aprendes alguna herramienta importante para tu trabajo, aprendes la técnica de un arte marcial o cualquier aprendizaje, te sientes más creativo, diferente, sabemos resolver dificultades que antes, estando en nuestra “cajita” encerrados, nos eran posibles resolver? Pues sin esa confianza, esa fe en ti de que vas a conseguirlo, que tienes que seguir hacia adelante, nunca podrás llegar a ese estado, a ese lugar que tantos beneficios te repercutiría.
¿Quieres llegar a ese lugar cueste lo que cueste?
No solo hay que tener valor para dar ese paso adelante, como siento que he dado, además como, por ejemplo, cuando quieres dejar una relación de muchos años, cambiar cualquier tipo de tus hábitos, sino que también hay que tener valor para seguir por dicho camino, la confianza de que lo conseguiremos, pese a querer siempre resultados a corto plazo. Es tener la certeza de que lo vas a conseguir, aunque no lo veas en esos momentos.
Me siento mal en estos momentos, me noto desanimado y con angustia, es porque siento que siempre he sido de una manera, me resistimos a cambiar, lo sé y a la vez he sentido que algo nuevo está surgiendo dentro de mí, algo que me llena y motiva.
Pero a la vez siento que resistirse es inútil, estoy rechazando algo que desde el principio quería. Como dicen los padres, el que algo quiere, algo le cuesta, y es así.
Como hace Indiana Jones en sus películas que busca cosas, buscarse a uno mismo, transformarse, es un acto heroico como el que más, en el que nos superamos a nosotros mismos y vamos expandiendo el concepto que tenemos de nosotros mismos, hacia cotas que jamás podríamos imaginar.
Solo superando el concepto que teníamos de nosotros mismos, rompiendo esas barreras, se llegan a ver, realidades, que antes no veíamos, oportunidades que antes habrían pasado sin darnos cuenta. Y yo en estos momentos estoy luchando día a día por romperlas, cueste lo que cueste.
Tengo días que siento que estoy viviendo una victoria sobre mí mismo y no una derrota, valoro el camino que he emprendido, no pierdo el tiempo preguntándome que hago en este camino nuevo, porque el resultado ya está siendo algo impresionante para mí.
Me despido mi yo del futuro, dándote las gracias por todo lo que estoy pasando, porque sé que un nuevo yo sé está puliendo, que me hará disfrutar de la vida, saber aprovechar las oportunidades que me ofrezca y sobre todo tendré una mejor relación conmigo mismo. GRACIAS.
¿Qué sientes en ese proceso nuevo que has emprendido? ¿Sientes que lo vas a conseguir? ¿Has tirado la toalla en algún proceso que has intentado realizar? ¿Por qué? ¿Qué carta querrías recibir de tu yo del pasado?




¿Confías en ti?...

¿Confías en ti?




“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”, “Nadie confía en mí, ¿Cómo puedo confiar en esta relación después de todo lo pasado? Ya no se puede confiar en ti, me has defraudado… Pensaba que se podía confiar en ti, pero ya veo que no…” 
La confianza, esencial en la relación con los demás y contigo mismo.
¿Confías en ti mismo? ¿Por qué crees que confían en ti? ¿En quién confías? ¿Qué característica hace que confíes en ellos?
Como bien dice Borja Villaseca en su libro, por mucho que te enseñen cosas en conferencias y libros, no te creas nada hasta que no lo compruebes tú y con la confianza, pasa lo mismo.
Tener confianza en uno mismo, confiar en que tus proyectos saldrán adelante, confiar en que esa relación que acabas de empezar va a ser especial, Esa confianza en uno mismo, es algo indescriptible, saber que, aunque “fuera” las cosas estén mal, tú tienes todos los recursos para salir adelante, pase lo que pase…tener esa sensación de que puedo con todo, que te sientes sin límites, estamos siendo nosotros los dueños de nuestro mundo y no lo son las circunstancias exteriores.
Como te he preguntado anteriormente, ¿por qué confías en esas personas que consideras tus amigos? Seguro que muchas de las respuestas que daréis se podrían englobar en una sola, Son personas que dejan poso en ti. Pero no hablo aquí solo personalmente, sino también en el ámbito empresarial, de la formación, en el que sea… Recuerda esa persona que tanto confías en ella, ¿Qué poso ha dejado y deja en ti? Seguro que muy importante.
Seguro que estaréis pensando, que hay mucha gente con un ego y una prepotencia increíbles, que dicen que solamente confían en ellos mismos, eso para mí no es confianza en uno mismo, Para mí la confianza en uno, es ser autentico, ser uno mismo, pase lo que pase “fuera” de ti, sabiendo que todo pasara y llegaras a tus metas, sin culpar a “fuerzas exteriores”, pero todo desde la humildad.
Y ahora seguro que estarán pensando alguno de ustedes: “Bien yo confió en mí mismo, pero nadie confía en mí”, ¿Qué hago?”
Que confíen en uno, es un requisito importante para esta sociedad. Si no confían en ti en una entrevista no te contrataran, sino confía en ti tu futura pareja no te dará una oportunidad, sino confían en que vales, si no confían en ti tus posibles clientes, no te contrataran tus servicios, no te darán esa oportunidad que tanto has deseado…
Toda relación se basa en la confianza y si la misma se evapora, la caída suele ser muy importante, si además la relación era “importante” o “intensa”. Y seguro que no querrás volver a saber de esa persona o trabajar con la misma.
¿Y cómo hacer que confíen en ti? Como dice el dicho: “Por tus hechos te conocerán”, es decir, siendo coherente entre lo que dices y lo que haces, es fácil, ¿no?
En relación tanto a la confianza con uno mismo como dar confianza a los demás, hay dos problemas latentes:
En muchos casos, el tener confianza con una persona, con ciertos temas concretos, nos da “miedo” dar nuestra opinión al respecto, es decir no decir lo que tenemos que decir algo en el momento que lo tenemos que decir.
Ser transparente, en la empresa es esencial. ¿Cómo vivirías en una empresa que su única ley es la de la mentira y no la sinceridad? ¿Cómo trabajarías en una empresa que no hay transparencia? Me imagino tu respuesta. Pero en estos casos, como he expresado mi sentimiento, tienes que ser una persona íntegra, coherente, congruente, que practiques aquello que dices.
Y otro problema que puede surgir cuando eres una persona demasiado confiada, es que los demás se aprovechen de ti, que no sepas decirles NO. Hay que saber poner límites, hay que saber decir NO, no estoy diciendo ser un “desgraciado”, “egocéntrico”, pero si alguien abusa de tu confianza, DI NO. Cualquier cosa que supere tus límites, hay que saber pararlo a tiempo, porque si no esa persona seguirá abusando de ti. No es algo fácil, lo reconozco, pero si es así, te recomiendo, te pongas en marcha, los resultados serán extraordinarios.
¿CONFIAS EN TI MISMO? ¿EN QUIEN CONFIAS? ¿PONES LÍMITES CUANDO DAS TU CONFIANZA A LOS DEMÁS? ¿SABES DECIR NO A TUS AMIGOS EN LOS MOMENTOS QUE HAY QUE DECIRLOS? ¿ERES CONGRUENTE CONTIGO MISMO Y LOS DEMÁS?





¿Hieres a tu gente sin querer?... ¿Te sientes herido por todos?...

¿Hieres a tu gente sin querer? ¿Te sientes herido por todos?



“Sé tú mismo, ¡es el peor consejo que se le pueda dar a algunas personas!”.
Es una frase que oí hace unos días y que verdad tan grande, englobaba.
Durante nuestra vida, y todo lo que nos quedara, nos hemos encontrado con personas, que, al conocerla, ya teníamos la sensación que de que estaban como “enfadadas” todo el día, hacíamos algo por ella o para ella, y nos respondía con un “gruñido”, decíamos algo y nos lo rebatía, no solo contigo, sino lo hace con todo el mundo. Están todo el día con el ceño fruncido. Y para colmo, la mayoría de las veces, sueles pasar la gran parte del día junto a ellas, tienes que trabajar con ellas, son conocidos o son familiares tuyos.
En muchas ocasiones, si se da la ocasión, pasamos olímpicamente” de esa persona, pero en muchas otras, no nos es posible, ya que tenemos que tener un contacto continuo con ella. Y cuando te encuentres con ese tipo de personas, siempre ten en cuenta esta frase: “La gente herida, hiere a los demás” y la solución es intentar ir más adentro de esa persona.
Y ahora, que tire la piedra cuando uno después de un fracaso sentimental, laboral o de cualquier tipo, se ha dicho a sí mismo, “ahora no me harán lo que me han hecho, lo haré yo, que se prepare la próxima pareja que tenga que se prepare, como el próximo jefe que tenga sea como este, que se prepare, se la pienso montar. En otra no me pillan igual, ahora lo haré yo”.
¿Quién tira la primera piedra?, pero en esos momentos sinos preguntarán porque actuamos de esa manera, diríamos que el resultado es por tal o cual fracaso o desengaño sentimental, habrían escarbado en nosotros y sabrían que nos pasaba.
Estas personas tienen unas características:
1.- Cada vez hay más personas heridas. Leí hace poco en una encuesta, que 1 de cada 4, sufrimos algún tipo de desequilibrio emocional. Y a mí me parece un porcentaje bajo, la verdad. Cada día hay más gente resentida por tal o cual motivo, por tal cual situación que ha vivido con sus parejas o resentida con la vida en general.
2.- Esas personas intentan herir a los demás. Cuando explotamos no lo hacemos debido a la situación exterior que tenemos, sino al dolor que nos está provocando nuestra herida¿Cuántas discusiones nos habríamos ahorrado con nuestra gente, si en el momento que nos hemos sentido heridos, lo hubiéramos dicho? Yo creo que millones.
3.- Estas personas son heridas fácilmente por lo demás. Imagínate que acabas de caerte y tienes una herida en la rodilla, una herida muy fea, que te duele mucho. La herida no la curas, no pones una tirita y cuando pasa alguien a tu lado, y sin querer, roza tu herida, me juego que al instante le dirás algo como:Hay, cuanto mal me has hecho” (o cualquier improperio que te salga). El problema no es la persona que ha pasado a tu lado, sino que no te has dedicado a curar tu herida.
4.- Son personas que se hieren a sí mismas. El perdón es el agua que extermina los incendios del alma.
¿Y qué hacer cuando te encuentras a una persona así?
Una de las claves que creo que es inmejorable, es no tomar los temas como algo personal. ¿Por qué? Si sabes que no has hecho nada malo, que tienes la conciencia tranquila, es lo esencial, Este tipo de personas, verán algo malo de cualquier cosa, así que más bien compadecerte de su dolor.
Otra clave es intentar “averiguar” el porqué de su actuación. Puede ser problemas familiares, de distinta índole. ¿A que algún amigo tuyo has visto que ha actuado de forma “rara” una temporada y al cabo del tiempo has sabido por qué? Pues aquí lo mismo.
Y sobre todo no urges en la herida. Es como avivar un fuego en un monte, con el viento lo avivas, ¿no? pues aquí igual, si combates la ira con ira, la ira aumentara, intenta pasar de la situación como te he dicho anteriormente
Pero muchas veces, hemos sido nosotros mismos, ese tipo de personas. Hemos intentado “tapar” esa herida, con comida, alcohol, sexo sin compromiso, todos remedios “instantáneos”. Pero si te has roto la muñeca, con una tirita no hace falta, hará falta algo mejor, ¿no?
En estos casos, tendremos que “rebuscar” interiormente y seguramente no nos guste lo que encontremos, pero al final del camino, seguro que encontraras “tesoros” que no sabía que tenías y tu relación con los demás acabe mejorando como nunca te lo imaginaste.
¿TE INCLINAS MÁS A SER UNA PERSONA QUE LASTIMA A LOS OTROS DE FORMA NO INTENCIONAL O A SER ALGUIEN QUE ES LASTIMADO POR LOS OTROS QUE TIENEN HERIDAS MÁS PROFUNDAS QUE LAS TUYAS?




jueves, 25 de febrero de 2016

Meditación...

Meditación




Si es posible, (de hecho, lo es), poner a la mente en silencio y sólo utilizarla cuando se necesita, cobra una fuerza impresionante. Ha reunido tanta energía que cada palabra pronunciada llega directamente al corazón.
La gente cree que las mentes de las personas carismáticas son hipnóticas, pero no es así. En realidad, son tan
poderosas, tan frescas: para ellas siempre es primavera.

Eso es para la mente. En cambio, para el ser el silencio abre un universo nuevo de eternidad, de inmortalidad, de
todo lo que pueda pensarse como una bendición. Por ello mi insistencia en que la meditación es la religión esencial, la única religión. No se necesita nada más. Todo lo demás es ritual sin esencia.

La meditación es justamente la esencia, la esencia verdadera. No se le puede quitar nada.
Además, nos da ambos mundos. Nos da el otro mundo, (el de la divinidad), y nos da este mundo también.
Entonces uno no es pobre. Uno tiene una riqueza, pero no es material. Hay muchas formas de riqueza y el hombre que es rico porque tiene dinero es el más bajo en cuanto a categoría de riqueza. Déjenme decirlo así: el hombre con dinero es el más pobre de los ricos. Visto del lado de los pobres, es el más rico de los pobres. Visto del lado de un artista creativo, de un bailarín, de un músico, de un científico, es el más pobre de los ricos, y en lo que se refiere al mundo del último despertar, ni siquiera puede llamárselo rico.
La meditación nos vuelve ricos en un sentido absoluto al darnos el mundo de nuestro ser más interno. También
nos vuelve ricos en un sentido relativo porque libera nuestros poderes mentales en los talentos que tenemos. Mi propia experiencia me dice que todo el mundo nace con cierto talento, y a menos que lo experimente en su totalidad, algo le faltará. Empezará a sentir que de alguna manera hay algo que no está en su lugar.

Dale descanso a la mente, ¡lo necesita! Y es tan sencillo: sólo vuélvete su testigo. Te dará ambas cosas. Lenta, lentamente la mente empieza a aprender a estar en silencio. Una vez que sabe que permaneciendo en silencio se vuelve poderosa, sus palabras no son sólo palabras: tienen una validez, una riqueza y una calidad que nunca antes tuvieron, tanto que viajan directamente, como flechas; traspasan las barreras lógicas y llegan al corazón mismo. Entonces la mente es un buen sirviente de inmenso poder en manos del silencio. El ser el maestro, y el maestro puede usar a la mente cuando sea necesaria y puede apagadla cuando no lo sea.




El poder interior...

El poder interior

Yo creo que hay un Poder en el interior de cada uno de nosotros capaz de orientarnos amorosamente hacia la salud perfecta, las relaciones perfectas, la profesión perfecta, y que nos puede ofrecer prosperidad de todo tipo. Para obtener estas cosas, primero tenemos que creer que son posibles. El segundo paso es estar dispuestos a «aflojar» las pautas o hábitos que nos crean situaciones que decimos que no deseamos.
Pienso que nuestra mente está conectada con la Mente Única e Infinita; por lo tanto, todo el conocimiento y toda la sabiduría están siempre a nuestra disposición. Estamos conectados a esta Mente Infinita, a este Poder Universal que nos ha creado, por medio de tina chispa de luz que hay dentro de nosotros: nuestro Yo Superior o Poder interior.
El Poder Universal ama a todas sus creaciones. Su objetivo es el bien y lo dirige todo en nuestra vida. No sabe odiar ni mentir ni castigar. Es puro amor, libertad, entendimiento y comprensión. Es importante que nos volvamos hacia nuestro Yo Superior porque por medio de él recibimos nuestro bien. Es preciso que comprendamos que podemos emplear este Poder de cualquier forma.
Si elegimos vivir en el pasado y recordar continuamente todas las situaciones y circunstancias negativas que hemos experimentado, entonces nos estancaremos. Si tomamos la decisión consciente de no ser víctimas del pasado y de emprender la tarea de crearnos una vida nueva, contaremos con el apoyo de este Poder interior y empezaremos a tener experiencias nuevas y más felices. Yo no creo que existan dos poderes. Creo que existe, Un Espíritu Infinito. Es demasiado fácil echar la culpa al demonio o a «ellos». En realidad, sólo somos nosotros: o empleamos sabiamente el poder que poseemos o lo empleamos equivocadamente.
¿Tenemos al demonio en nuestro corazón?
¿Condenamos a los demás por ser diferentes de nosotros?
¿Qué es lo que escogemos? ¿Responsabilidad o culpa?
También creo que con nuestros pensamientos y sentimientos contribuimos a crear una situación, buena o mala, de nuestra vida. Nuestros pensamientos crean nuestros sentimientos, y vivimos de acuerdo con esos sentimientos y creencias. Esto no quiere decir que seamos culpables de las cosas que van mal en nuestra vida. Hay diferencia entre ser responsables y sentirnos culpables o culpar a otras personas.
Cuando hablo de responsabilidad, me refiero al hecho de tener poder. Si echamos la culpa de lo que nos pasa a alguien o algo externo, estamos regalando nuestro poder. La responsabilidad nos da el poder de efectuar cambios en nuestra vida. Si escogemos el papel de víctima, lo que hacemos es usar nuestro poder personal para ser impotentes. Pero si decidimos aceptar nuestra responsabilidad, entonces no perdemos el tiempo en culpar a los demás o a algo «exterior». Algunas personas se sienten culpables de crearse enfermedades, pobreza o problemas. Eligen interpretar la responsabilidad como culpa. (Algunas personas de los medios informativos llaman a esto «culpa de la Nueva Era».) Se sienten culpables porque creen que en cierta forma han fracasado. Pero es que de un modo u otro suelen verlo todo como una cuestión de culpa, porque ésta es una forma más de convencerse de que son unas malas personas. No es eso lo que yo quiero decir.
Si podemos servirnos de nuestros problemas y enfermedades como de oportunidades para pensar cómo podemos cambiar nuestra vida, tenemos poder. Muchas personas que han pasado por enfermedades terribles dicen que eso fue lo más maravilloso que hubiera podido su cederles porque les dio la oportunidad de re emprender su vida de forma diferente. En cambio, hay muchas otras que van por ahí diciendo: «Soy una víctima, ¡ay de mí! Por favor, doctor, póngame bien». Creo que a estas personas les resultará muy difícil ponerse bien o simplemente afrontar sus problemas.
La responsabilidad es nuestra capacidad de reaccionar ante una situación. Siempre tenemos una opción. Esto no significa negar lo que somos y lo que tenemos en nuestra vida. Simplemente significa que podemos reconocer que hemos contribuido a estar donde estamos. Aceptando la responsabilidad tenemos el poder de cambiar. Podemos decir:
«¿Qué puedo hacer para que esto sea diferente?».
Es preciso entender que todos tenemos poder personal «en todo momento». Depende de cómo lo usemos. Muchos de nosotros comenzamos a comprender ahora que provenimos de hogares problemáticos. Cargamos con muchísimos sentimientos negativos sobre nosotros mismos y nuestra relación con la vida. Mi infancia estuvo plagada de violencia, incluidos los abusos sexuales. Estaba hambrienta de amor y afecto y no tenía la más mínima autoestima. Incluso después de haber abandonado mi casa a los 15 años, continué sufriendo malos tratos de muchos tipos. Aún no había comprendido que esas pautas de pensamientos y sentimientos que había aprendido de muy pequeña eran lo que atraía hacia mí estos malos tratos.
Los niños suelen ser sensibles a la atmósfera mental de los adultos que les rodean. De modo que a edad muy temprana yo aprendí lo que eran el temor y los malos tratos, y cuando crecí continué recreando estas experiencias. Ciertamente no sabía que tenía el poder de cambiarlas. Era despiadada mente cruel conmigo misma porque creía que la falta de amor y de afecto que sufría significaba que yo era una mala persona.
Todos los acontecimientos que has experimentado en tu vida hasta este momento han sido creados por tus pensamientos y creencias. No mires hacia atrás con vergüenza.
Mira el pasado como parte de la riqueza y plenitud de tu vida. Sin esa riqueza y esa plenitud no estarías aquí hoy. No hay ningún motivo para castigarte por no haberlo hecho mejor. Lo hiciste todo tan bien como pudiste. Libera el pasado con amor y agradécele que te haya conducido a este nuevo conocimiento.
El pasado sólo existe en nuestra mente y en la forma en que elegimos verlo mentalmente. Este es el momento que estamos viviendo. Este es el momento que estamos sintiendo. Este es el momento que estamos experimentando. Lo que hacemos en este mismo instante es colocar los cimientos para el mañana. De modo que este es el momento de tomar la decisión. Nada podemos hacer mañana, ni tampoco ayer. Sólo podemos hacerlo hoy. Lo que importa es lo que elegimos pensar, creer y decir en este mismo momento.
Cuando comenzamos a responsabilizamos consciente mente de nuestros pensamientos y palabras, entonces tenemos los instrumentos que podemos utilizar. Sé que esto parece muy sencillo, pero recuerda que la efectividad del poder está siempre en el momento presente.
Es importante que comprendas que no es tu mente quien está al mando. Eres tu quien gobierna tu mente. El Yo Superior tiene el mando. Puedes abandonar tus antiguas ideas. Cuando tu vieja forma de pensar intente regresar diciendo:
«Es muy difícil cambiar», tú tienes que asumir el mando. Dile a tu mente: «Ahora elijo creer que me resulta fácil efectuar cambios». Es posible que tengas que conversar bastantes veces con tu mente para que reconozca y acepte que eres tú quien dirige, y que hablas en serio.
Imagínate que tus pensamientos son como gotas de agua. Un pensamiento, como una gota de agua, no es gran cosa. Cuando se repite una y otra vez, primero notas una mancha en la alfombra, después ya hay un pequeño charco, seguidamente una laguna, y a medida que los pensamientos continúan, se pueden transformar en un lago y finalmente en un océano.
¿Qué tipo de océano deseas crear?
¿Un océano contaminado y tóxico en el que no te puedas bañar?
¿O uno de aguas azules y cristalinas que te invite a disfrutar de su frescura?
—No puedo evitar pensar esto —suele decirme mucha gente.
—Sí que puedes —contesto yo invariablemente.

Recuerda, ¿cuántas veces te has negado a aceptar un pensamiento positivo? Sólo tienes que decirle a tu mente que ahora sí vas a aceptarlo. Decídete a dejar de pensar de forma negativa. Con esto no quiero decir que tengas que luchar contra tus pensamientos cuando desees cambiar cosas. Si surge un pensamiento negativo, dije sencillamente: «Gracias por participar». De esta forma no lo niegas ni tampoco le cedes tu poder.
Habla contigo mismo: di que ya no estás dispuesto a tragarte la negatividad, que deseas crearte otra forma de pensar. Y repito, no es necesario que luches contra tus pensamientos negativos. Date por enterado de su presencia y continúa adelante dejándolos atrás. No te ahogues en el mar de tu propia negatividad cuando puedes nadar en el océano de la vida.
Has sido creado para ser una expresión maravillosa y amorosa de la vida. La vida está esperando que te abras a ella y te sientas digno del bien que te tiene reservado. La sabiduría y la inteligencia del Universo son tuyas para que las utilices. La vida está ahí para apoyarte. Ten la seguridad de que tu poder interior está a tu disposición.
Cuando se siente temor, va muy bien prestar atención a la respiración, al aliento que entra y sale de nuestro cuerpo. Ese aire, la substancia más preciosa de la vida, se nos da con liberalidad. Tenemos el suficiente para que nos dure tanto tiempo como vivamos.
Aceptamos esa preciosa substancia casi sin pensar, y sin embargo dudamos de que la vida satisfaga nuestras otras necesidades. Ha llegado el momento de que conozcas tu propio poder y sepas qué es capaz de hacer. Entra a tu interior y descubre quién eres.
Cada vez que dices «No sé», cierras la puerta a tu sabiduría interior. Los mensajes que recibes de tu Yo Superior son positivos y te fortalecen. Si recibes mensajes negativos, quiere decir que actúas desde tu ego y en un plano mental humano, e incluso tal vez desde tu imaginación, aunque con frecuencia los mensajes positivos nos llegan a través de la imaginación y los sueños.
Apóyate tomando las decisiones que te convienen. En caso de duda, pregúntate:
¿Esta decisión está inspirada por el amor a mí mismo? ¿Me conviene en estos momentos? Es posible que después, un día, una semana o un mes más tarde, tomes otra decisión. Pero hazte estas preguntas en cada momento.
A medida que aprendemos a amarnos a nosotros mismos y a confiar en nuestro Poder Superior, nos convertimos en co- creadores con el Espíritu Infinito de un mundo benévolo y amante. Nuestro amor por nosotros mismos nos hace pasar de ser víctimas a ser triunfadores, y atraemos experiencias maravillosas. ¿Te has fijado que las personas que se sienten a gusto consigo mismas son naturalmente atractivas? Suelen tener cierta característica, un algo que es sencillamente maravilloso. Se sienten felices con su vida. Las cosas les resultan fáciles; no necesitan esforzarse por lograr nada.
Hace bastante tiempo aprendí que soy una con la Presencia y el Poder de Dios. Sé que la sabiduría y el entendimiento del Espíritu residen en mi interior y que estoy, por lo tanto, divinamente guiada en mi trato con las demás personas del planeta. Así como las estrellas y los planetas están en su órbita perfecta, así también yo estoy en el orden divino correcto. Puede que no lo entienda todo con mi mente humana limitada; pero en el plano cósmico, sé que estoy en el lugar correcto, en el momento correcto, haciendo lo que es correcto. Mi experiencia actual es un peldaño hacia nuevos conocimientos y oportunidades.
¿Quién eres? ¿Qué has venido a aprender aquí? ¿Qué has venido a enseñar?
Todos tenemos un motivo único. Somos mucho más que nuestra personalidad, nuestros problemas, nuestros temores y enfermedades. Somos muchísimo más que nuestro cuerpo. Todos estamos conectados con los demás seres del planeta y con toda la vida. Todos somos espíritu, luz, energía, vibración y amor; todos tenemos el poder de vivir nuestra vida con finalidad y sentido.




El Niño Interior...

El Niño Interior



Husmeando nuestro interior…
Vivir en el pasado y repetir esa historia una y otra vez es estar preso en una gran celda que construimos nosotros mismos, y en esa celda a veces fría, otras enorme, otras vacía nos vaciamos, nos sentimos perdidos y por sobre todo nuestro espíritu se congela y nos paralizamos.
Muchas veces dejamos de apreciar los valores de la vida, los que están en el presente y dejamos que se escurran de nuestras manos los momentos más hermosos o maravillosos ya que no nos damos cuenta que están sucediendo hoy porque estamos viviendo en el ayer.
Somos grandes generadores de culpas y nos auto castigamos con ellas una y otra vez… Si hubiera dicho… Si hubiera hecho… Si hubiera… y ya pasó de qué sirve hoy lamentarse. Tal vez estamos viviendo y castigándonos por los errores cometidos y ya nada puede hacerse, ya es tarde… Salimos del pozo y como si no pudiéramos vivir de otra forma volvemos cada tanto a visitarlo, y allí nos ensuciamos nuevamente, nos embarramos y entonces ¿de qué sirvió alejarnos y limpiarnos? De nada… para nada.
Debemos enfrentar la vida mirando hacia adelante, el pasado… ya pasó, poco o nada puede hacerse, pero sí podemos trabajar con nosotros mismos para que no nos tentemos y cometamos los mismos errores en el presente.
Sería maravilloso que todos podamos despertar a ese niño interior que llevamos dentro. El niño de la alegría, de la carcajada espontánea, de la caricia sentida… Ese niño que no está muerto, sólo está dormido y que necesita que nosotros hagamos algo para que su sueño no sea un sueño eterno.
Volvamos a ese momento tan hermoso de nuestra infancia, despertemos a nuestro niño interior, vivamos como él nos enseñó, disfrutemos de la vida y no pensemos en el pasado una y otra vez… Ese niño no lo hace, sólo siente, ama y sueña sin mirar atrás, sin pensar si disgustará a alguien con su manera de vivir, sin reparar si daña o acaricia, sólo vive y se entrega a la vida porque para él la vida es hoy: este presente.
Acariciando tu Niño Interior…
Contempla a tu niño interior de la forma que te sea posible y observa qué aspecto tiene y cómo se siente. Tranquilizarlo y consuélate. Pídele disculpas. Dile cuánto lamentas haberlo tenido abandonado. Has estado alejado de él durante demasiado tiempo y ahora deseas compensarlo. Prométete que nunca jamás volverás a abandonarlo. Dile que siempre que lo desee puede acercarse a ti, que tú estarás allí para él. Si está asustado, Abrázalo. Si está enfadado, dile que está muy bien que exprese su enfado. Y, sobre todo, dile que lo amas muchísimo.
Tienes el poder necesario para contribuir a crear el mundo en que tú y tu niño desean vivir. Tienes el poder de tu mente y de tus pensamientos. Mira cómo vas creando un mundo fabuloso. Mira a tu niño relajado, seguro, tranquilo y feliz, riendo y jugando con sus amigos, corriendo libremente, tocando las flores, abrazado a un árbol, cogiendo una manzana del árbol y comiéndosela encantado, jugando con su perro o su gato, balanceándose agarrado de una rama de árbol, riendo alegremente y corriendo hacia ti para abrazarte.
Contempla cómo los dos están sanos y viven en una casa hermosa y segura, cómo se llevan maravillosamente bien con vuestros padres, amigos y compañeros de trabajo, cómo los reciben con alegría dondequiera que vayan. Entre los dos hay un amor especial. Mira el lugar donde deseas vivir y el trabajo que te gustaría tener. ¡Mira a los dos sanos, muy sanos, alegres y libres! ¡Y, así es!

Estas Visualizaciones pretenden ubicarnos en un jardín o lugar maravilloso donde podemos hallar a nuestro niño o nuestra niña interior. ¡Inténtalo!; sabrás que lo conseguiste cuando te recuerdes como eras de niño o niña.
!EN HORA BUENA!