martes, 2 de febrero de 2016

Sin ti, sin mi...

Sin ti, sin mi


Me pregunto ¿si vale la pena?, no lo sé…
¿Esta bien si lo intentamos?,
¿Servirá, lo tendrás en cuenta, no lo sé...
¿Qué salida tendrá todo esto que vivimos tan intensamente?, tampoco lo sé;
porque nadie de nosotros puede saberlo…
Hubo veces en que armé con otro hombre, un futuro! y aquí me ves,
el con su familia y yo aquí entre tus brazos dejándome caer.
Otras veces quise construir futuros que no debía y sigo aquí, en este lugar en el que me estas dejando ir.
Y, quisiera pedirte que no lo hagas.
La última vez que sentí ganas de volver a soñar, soñamos juntos…y fue el intento más difícil, pero sentí ese gran amor que no pude explicar nunca, ni aun hoy y sin embargo aquí me vuelves a encontrar, cayendo de tus brazos.
Podrán pensar que me he quedado con el alma vacía, pero no!
Aun después de años sigo mirando tus ojos y ellos me observan como nadie lo ha hecho nunca, y lo lamento tanto porque no hay fuerzas que nos unan, no se entender porque no te quedas hoy aquí entre mis brazos.
Comprendí que no está en nuestro manos la salida, el final o no de nuestra historia, de nuestros sueños….
Comprendí que cuando no estamos seguros, no debemos armar sueños para no ilusionar a quienes nos aman.
No debemos decir lo que no es verdad para no crear algo que no es real.
Y estos últimos días he vuelto a comprender, que cuando el amor se acaba,
¡solo si se acaba!, debemos marcharnos…
porque si te vas, si ya no me amas seguramente también se acabara mi amor por ti, porque nadie se queda amando solo.
Comprendí que hay puertas que nunca debemos cerrar, otras que no querremos volver a abrir y existirán aquellas que nos harán más fuertes esas que debemos derribar porque detrás dejamos a quien amamos.
Por qué aprendí que uno cuando ama, lucha, comete la osadía de pelear con tropiezos, caídas y heridas pero continuamos luchando!
Comprendí entonces que el verdadero amor es para valientes, quizás confundidos, quizás lastimados, mal heridos…pero valientes;
porque sin dudas hoy que sigo entre tus brazos y muriéndome sé que el amor duele.

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