Hay que dejar huellas, no cicatrices.
Ya llega un nuevo año y la mayoría de nosotros
ya tiene establecidas las resoluciones y determinaciones para los próximos 12
meses. Sin embargo, muchos olvidamos que, para empezar este nuevo camino,
debemos dejar atrás las cargas del pasado.
Para empezar el año nuevo, es recomendable
practicar un ritual de limpieza para lavarnos (acto de conciencia) de todas las
tristezas, problemas y preocupaciones que quizá acumulamos en este año que
termina.
Para manifestar cambios y cosas maravillosas,
es importante dejar atrás el dolor, el resentimiento, los rencores y
arrepentimientos. No es un proceso fácil, pero si es necesario.
Hay casos tan dolorosos en que este proceso no
es simple. Sin embargo, es posible y todo empieza con la intención. Si usted
realmente quiere sobreponerse a experiencias pasadas, ya ha tomado el primer
paso hacia un presente y un futuro más feliz.
Recuerde que el pasado ya no existe. Por mucho
que hayamos sufrido en el pasado, la realidad es que ahora, en este momento,
somos libres de estas experiencias. Si al recordar el pasado recrea
sentimientos de ira, de angustia, de dolor o desesperación, tome una pausa.
Reconozca que estas emociones son "prestadas" y que en este momento
mismo la fuente de dichas emociones ya no es una realidad. Regocije se en este
pensamiento, en este momento, todo está bien.
No de rienda suelta al arrepentimiento. ¿De
qué sirve pensar en en lo que pudo ser o hacer? ¿Cambiará eso realmente el
pasado? Lo único que el arrepentimiento hace es llenarnos de culpa y hacernos
revivir un pasado ya que no es realidad. Aún más, el peligro del
arrepentimiento es que nos roba el presente...
Vivir en el pasado hace que nos enfoquemos en
las emociones de aquel entonces y las proyectemos hacia nuestra realidad
actual. ¿Qué quiere decir esto? Que muy a menudo las experiencias dramáticas
del pasado se nos convierten en un filtro a través del cual vemos todo lo demás
que nos pasa, y con el tiempo, en creencias acerca de la vida y de nosotros
mismos.
Evalúe si está preso del pasado al usar los
mecanismos que utilizó anteriormente frente a las circunstancias actuales. Muy
frecuentemente, cuando hacemos esta reflexión, nos damos cuenta que las
condiciones actuales no son como las hemos estado viendo y viviendo... Que a lo
mejor estas personas si tienen buenas intenciones, que quizá sí nos merecemos
esta vida y oportunidad tan buena que nos han ofrecido, que es mucho mejor
relajarse y disfrutar que estar alerta por lo malo que pueda su cedernos.
La realidad la creamos a diario y la
posibilidad de cambio siempre está allí. El hecho de que usted haya sido de
determinada manera en el pasado, no quiere decir que hoy tenga que serlo, y el
hecho de que algo le haya sucedido en el pasado y lo haya marcado, no quiere
decir que usted se case con esta realidad y la perpetúe para el resto de su
vida.
El hecho de que el cambio sea posible (y
necesario) no quiere decir que sus vivencias no sean importantes y útiles en su
camino. Reclamen lo positivo que haya aprendido de su pasado. ¿Qué ha
aprendido? ¿Qué habilidades desarrollo? Quizás sea alguien más fuerte, quizá lo
negativo le ayude ahora a apreciar más lo positivo, quizás puede ahora
convertirse en mentor o ayuda para otros que viven la situación que usted ya
superó.
Recuerde, usted tiene el poder de decidir en
cualquier momento, "esto no es lo que yo quiero, y este no es el final de
la historia.
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