Creo que mi pareja me engaña
Después de quince años con mi pareja me
asaltan las dudas, creo que me engaña. No tengo pruebas, pero algunos de sus
comentarios, su actitud o y tal vez mi pánico a que suceda están haciéndome
pasar muy malos ratos.
¿Cómo salgo de esto? Lorena (Sevilla)
Salvo la evidencia, atar cabos sueltos que
te lleven a probar una infidelidad puede ser muy aventurado: sospechas,
suposiciones, fantasías, celos…
¿Qué certeza se puede esconder tras ello?
Si quieres ser práctica/o, en lugar de
buscar pruebas de su infidelidad, busca indicios de si vuestra relación se está
debilitando; quizá en vez de engaños lo que hay es cansancio y alguna
advertencia de que tu pareja pueda tropezarse con la oportunidad y
aprovecharla.
No hay reglas infalibles para descubrir una
infidelidad, pero cuando uno de los dos observa cambios de comportamiento o de
actitud en el otro, hay que tratar de descifrar el mensaje. Con demasiada
frecuencia, esas señales son avisos desesperados para llamar la atención del
otro o tratar de evitar el desastre.
Procura estar atenta/o y sobre todo
reaccionar a tiempo y con astucia si ves a tu pareja actuar o pronunciar estas
frases:
¡Esto no funciona!
Quejas e insatisfacción son el primer
aviso. Tu pareja puede expresarlo así o de otro modo, incluso puede pedirte
ayuda para superar un bache del que él mismo se culpa o se hace responsable,
pero si le das la espalda al problema, lo de menos serán las sospechas, tienes
que hacer algo para dar un vuelco a la relación.
¡Voy a ponerme en forma!
No siempre tiene que significar algo
negativo, pero la monotonía puede hacer que cualquiera vuelva la vista atrás y
sienta la nostalgia de verse joven. Llegado el caso es hora de tratar de
revivir juntos esta nueva etapa y no poner freno a la fantasía, tú también
puedes ponerte al día.
¡Necesito libertad!
La libertad no es mala, siempre y cuando se
pacten los límites. Pueden necesitar un respiro para atender algunas
necesidades, aficiones o amistades. De ambos, dependen los límites, no pueden
sobrevivir, en un clima asfixiante.
¡Tienes que cambiar!
Es una situación muy poco constructiva. Si
tu pareja se muestra crítica y desconsiderada contigo, no cedas terreno ante
los ataques. En estos casos, si la relación es buena, deberías estar dispuesta/o
al diálogo, pero no a mucho más.
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