Ámate lo suficiente, para saber cuándo marcharte.
Si hay algo verdaderamente difícil, es saber cuándo
marcharte de la vida de una persona para poder convertirte así,
en un amado recuerdo y no en una odiada costumbre. Saber decir adiós es el arte
del sufrimiento, pero también del aprendizaje.
Según un trabajo publicado en
el espacio “Study.com” la principal
razón por la que decidimos alejarnos y dar por finalizada una relación es por
la sensación de desigualdad en
la pareja, ahí donde las aportaciones de cada uno son diferentes y donde el
coste en “moneda de dolor” es demasiado alto ante los escasos beneficios.
Siempre hay un instante en que es necesario
marcharte, aunque no sepas dónde ir, aunque tus pies estén desnudos y tus manos
vacías. Solo así le permitirás a tu corazón ser feliz de nuevo.
Amor y sufrimiento nunca deberían ir juntas en una relación afectiva. Esto es algo que no todo el mundo tiene claro,
puesto que la concepción del “amor romántico” nos hace creer aún en estas
falsas ideas. Si te amas lo suficiente, no debes permitirte llegar a estos
extremos… Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Cuando marcharte es la única
opción
Una relación de pareja, como en todo organismo vivo,
sufre continuos cambios. Ahora
bien, cada cambio tiene como finalidad fortalecer el vínculo y permitir conocernos mucho mejor sin que ninguno de
los dos pierda demasiado. La relación debe fluir.
El amor es ante todo una
elección que hacemos en libertad. Sin embargo, muchas veces el amor es una de las principales
causas de sufrimiento de la humanidad. Antes de caer en estos estados de dolor
emocional es necesario saber dar un adiós a tiempo, evitando así, así alargar
situaciones verdaderamente destructivas.
Estos son los principales
aspectos que deberíamos valorar para entender que “marcharte es ya tu única
opción”.
Valora si el problema que los
ha llevado a la situación actual tiene solución.
Ante un momento de crisis es necesario que las dos
partes se esfuercen por igual o al menos que cada uno tenga esta percepción del
otro.
Cualquier desequilibrio ocasiona
que solo una parte ofrezca su energía, su ilusión y sus sacrificios personales mientras el otro se
limita a recibir sin ofrecer nada a cambio.
Intenta proyectar tu
situación actual en un futuro lejano. ¿Piensas que
dentro de 10 años serías feliz si las cosas fueran igual que ahora?
Si ante estas cuestiones
valoras que nada es posible ni hay solución, deberás sacar fuerzas de ti mismo
para decir adiós, para marcharte y cerrar ese círculo personal y afectivo
cargado de sufrimiento.
Hay que dejar ir a quien
nunca hizo nada para quedarse
Llega un momento en la vida
en que es mejor dejar ir, soltar y descansar de esas luchas a contracorriente,
de invertir tiempo en.»
Ideas que nos impiden poder
finalizar una relación afectiva
En una relación de pareja nos
aferramos a ciertas creencias erróneas y emociones que, en caso de infelicidad,
nos impiden en muchas veces ser objetivos y ver la realidad. Recuerda siempre
que el ciego no es el amor,
sino las falsas ilusiones que nosotros mismos construimos.
El arte suele representar al amor con una venda en
los ojos y unas alas en la espalda: la venda nos sirve para no ver los
obstáculos, pero afortunadamente nos dan dos alas para poder sortearlos.
Las ideas que nos impiden
poner punto final a una relación, son en realidad muchas comas y algún punto y
aparte que lejos de salvar la relación, alargan un sufrimiento innecesario que
vulnera nuestra autoestima. Por ello, es importante que tengamos en cuenta
estos conceptos:
Evita el auto engaño, las
cosas no siempre van a ser como nosotros deseamos. Piensa en ello: es posible
que hayas perdonado más de lo necesario hasta olvidar dónde estaban tus límites
o que el “lo intentamos de nuevo”, suene
ya demasiadas veces sin que veas nada diferente…
La otra persona no va a cambiar por ti. En realidad, las personas no cambian, es muy posible
que no fueran como tu pensabas en un principio, y eso, es algo que debes tener
muy en cuenta. Nadie cambia su forma de ser de la noche a la mañana por mucho
que lo esperemos.
Sufrir por amor no es un acto heroico o romántico, es
una forma de autodestruirnos. Si
te hicieron creer que tener pareja es tener que sufrir y establecer una lucha
continua, te engañaron. Ser pareja es saber construir y amar sin que el
sufrimiento sea algo más que circunstancial.
No tengas miedo a la soledad.
Según un estudio llevado a cabo la Universidad
Brigham Young de Utah (Estados
Unidos), uno de los principales temores de la población es “estar solos”. Para
muchos el estar mal acompañados es preferible a la soledad. No caigas nunca en esta
idea.
Ámate lo suficiente para
saber cuándo marcharte, siempre será preferible la propia soledad a una presencia que veta nuestra felicidad, nuestro
equilibrio interior. Amar no es darlo todo a cambio de nada, es saberse
merecedor de un reconocimiento y un respeto. Dejarse amar y
amar es un arte, es la destreza de cultivar un cariño real.
Las cosas que debes saber del
amor verdadero.
El amor verdadero es
sinónimo de respeto, compromiso y equilibrio. Sus peores enemigos son la
dependencia, la exigencia y la desconfianza.
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