La ceguera, al momento de elegir, al o a la “mejor”
Muchas personas atribuyen sus fracasos sentimentales a la mala
suerte, el destino, en fin, todos
buscan al culpable de que no hayan podido tener su cuento de hadas con final
feliz. La realidad es que solos nosotros somos los culpables o arquitectos de
nuestra propia felicidad o desdicha. Es cierto que elegir a la persona indicada
puede ser un dilema, pero, también es cierto que muchas veces nos dejamos
llevar por los patrones equivocados que nos llevan a tomar una pésima decisión.
Seamos honestos, todos hemos sido víctimas de la presión
social al momento de elegir. En ocasiones
alguien nos atrae, pero no nos damos la oportunidad solo porque esta persona no
cumple los “requisitos” que mentalmente te has formulado para que tanto tú como
tu potencial parejo/a, sean aceptados en la sociedad, o elegimos
desesperadamente por no ser el único soltero del grupo, el popular forever
alone. Si te dejas llevar por esto,
ten por seguro que vas directo al fracaso y que, pensar de esta manera solo te
convierte en una persona que quizás podrá vivir de apariencias, pero nunca
serás feliz.
Otras de las razones por las que fracasamos es porque
elegimos con los ojos, la atracción física es el método que empleamos (sobre
todo los hombres) sin saber que es el más riesgoso de todos. Es natural
sentirnos atraídos por la belleza y por lo agradable, pero debemos estar
conscientes que estas son características pasajeras y que no son ellas las que
nos retienen a esa persona. Necesitas a una persona con un alto grado de
afinidad contigo, de lo contrario solo la desearás, pero no la admirarás.
Cuando hablo de afinidad me refiero a esa conexión y compatibilidad. Es la
sensación de sentirte libre de compartir con esa persona lo que realmente eres,
tus gustos, tus valores, tus locuras, tus problemas, tu manera de ver y vivir
la vida y por qué no, hasta tus gustos en cuanto a sexualidad y, por último,
pero no menos importante, deben tener la chispa, es decir, deben atraerse en todos los sentidos
posibles. ¿Cómo saber el grado de afinidad con alguien? Lo primero, es que eso
no lo sabrás si no mantienes un periodo de “conocerse” o por lo menos un par de
conversaciones. En un día no vas a estar seguro, evita ser demasiado iluso y
armarte cuentos en la mente que están lejos de la realidad.
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