Cuidado con el chantaje emocional
Cuando usted se enfrenta a una situación difícil, haga una
pausa y con honestidad conteste esta pregunta:
¿Estoy encarando esta situación emocionalmente o por
intimidación?
Es lamentable que sea un hecho cierto, que él chantaje
emocional, que algunos lo utilizan en pro de su beneficio, sin importar el daño
que ello puede originar, sin tomar en cuenta su avance, repercusiones, y de ahí
la importancia de estar atento en la forma, manejamos nuestras emociones, como
la compartimos. El chantaje emocional es un manipulador de emociones. Raramente
cumple sus amenazas encubiertas porque si lo hiciera, la palabra
"emocional" sobraría. Y estaríamos ante otro problema.
Esta modalidad de manipulación moral se usa para intentar
que una persona haga lo que otro quiere; de tal modo que, mientras la primera
no ceda. (No acepte). Se convertirá en una víctima del miedo, la duda y el
sentimiento de culpabilidad. Esta técnica se aprende desde la más tierna
infancia y suele ser utilizada, algunas veces, de forma inconsciente.
Te lo puedo explicar claro y sencillo; para que el chantaje emocional se
produzca, tiene que asistir "al acto" un chantajista y un firme
candidato a ser chantajeado.
Si la posible víctima le ve las máscaras al manipulador e ignora sus pretensiones,
el chantaje no se produce. Pero si hay más elementos. Aunque a veces puede
exigirse algo más legítimo, como una deuda sobre quién puede afrontar las
sobras, lo habitual es traspasar las fronteras de la ética. Todo chantaje
emocional comienza con una exigencia. A veces, las exigencias se disfrazan de
múltiples peticiones.
Tomaremos diferentes
marcas, para ser observadas:
> Persona.
Por tanto, se tiene a chantajista, por un lado, a la víctima por el otro, y
a una exigencia de por medio. Naturalmente, si esta no se satisface, el
chantajista no malgastar sus energías y se dedicara a otra cosa.
Por tanto, para que no se produzca el proceso de chantaje, tiene que haber una
resistencia a las exigencias formuladas.
El chantajeado que se niega a cumplir con las peticiones del chantajista tendrá
que pasar por la ceremonia del "Sermón Emociona". En este se incluyen
alusiones a la amistad, al amor, a la solidaridad, la confianza, la pareja y
muchas más. Ahí empieza a surgir el miedo, la duda, la culpabilidad, y la
debilidad. Frases de mayor uso como; "no me hubiera imaginado que pudieras
fallarme en un momento así", o "pensaba que eras un amigo o amiga de
verdad", o "en tus manos está perder la mayor oportunidad de nuestras
vidas", y muchas más, son disparadas a discreción.
Todo el sermón está construido para minar la oposición de la víctima escogida.
Si ésta accede, aquí se acaba todo, el chantaje emocional se ha conseguido, una
vez más, y su objetivo. Si no accede, habrá más ataques hasta lograr derribar a
la presa. Las frases suben de tono y ya contiene amenazas por supuesto
encubiertas; "en esta empresa sólo hay lugar para personas dispuestas a
entregarse al máximo: me lo pones muy difícil" (es decir, si no haces lo
que te digo, entiendo que no te entregas lo suficiente y por tanto igual te
sustituyo por otra persona de enlace en la calle; recuerda que tienes hipoteca
y tres hijos que mantener). El sermón para poder lograr un efecto en la
persona, tiene que durar varios días.
Agregamos también, inteligencia-emocional, y consideramos que el chantajista
emocional construye su estrategia consciente e inconscientemente en base de la
información que nosotros le suministramos, acerca de lo que nos causa miedo.
Observan las cosas que huimos y que cosas nos ponen nerviosos, se fijan en cómo
reaccionamos físicamente en respuesta a las cosas que sentimos.
No es que tomen nota activamente y que registren la información para utilizarla
luego en contra de nosotros; todos absolvemos ese tipo de conocimiento sobre
las personas que nos rodean. En el chantaje emocional. El miedo transforma
también a chantajista. De una manera simple, podemos decir que el miedo que
siente el chantajista emocional de no obtener lo que desea, se vuelve tan
intenso, que lo único que atina a hacer es central su atención en el resultado
deseado, lo cual le imposibilita de apartar su mirada del objetivo y percibe de
qué manera su forma de actuar nos afecta a nosotros.
Los distintos artículos, comentan además en sus fuentes, que el
precio que pagamos cuando cedemos reiteradamente al chantaje emocional es
enorme... Los comentarios y actitudes del chantajista nos hacen sentir
desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que tenemos que modificar la
situación y, reiteradamente, nos prometemos que lo haremos, sólo para
encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que hemos caído de
nuevo en la emboscada.
Comenzaremos dudar de nuestra capacidad de mantener las promesas que nos
hacemos y perdemos la confianza en nuestra eficiencia. Nuestra autoestima se va
erosionando. Y lo peor de todo es, quizás, que cada vez que nos rendimos al
chantaje emocional, perdemos contacto con nuestra propia integridad, esa
brújula interior que nos ayuda a determinar cuáles deberían ser nuestros
valores y nuestra conducta. A pesar de que el chantaje emocional no es un abuso
psicofísico violento, no hay que caer en la tentación de suponer que el precio
que se paga es muy elevado. Cuando convivimos con él, los chantajes emocionales
nos carcomen y se expande hasta dañar en lo más profundo de nuestras relaciones
y lo más importantes y nuestra propia autoestima.
(La pérdida más
importante es la de los seres queridos).
> Chantajista.
Muy interesante en su alcance, lo que involucra el tema para
considerar lo que nos aporta la fuente de información:
Los seis síntomas del Chantaje Emocional, a saber:
1. La exigencia.
2. La resistencia.
3. La presión.
4. La amenaza.
5. La obediencia.
6. La reiteración.
Estas características constituyen el núcleo del síndrome del
Chantaje Emocional.
No hay que olvidar que el chantaje emocional es una práctica
habitual del maltrato psicológico que denota debilidad e inseguridad en quien
lo practica y servidumbre en quien lo padece.
La imposición se lleva a cabo utilizando los sentimientos
como arma. La negación a aceptar las exigencias del otro se califica de
tradición a la amistad o al cariño.
El chantaje emocional es una de las prácticas psicológicas
más utilizadas, pero no por ello es legítima. De una forma inconsciente o
voluntaria, se presiona a otras personas, víctimas de chantaje emocional, para
que actúen, digan o piensen de una determinada manera, aunque vaya en contra de
sus principios.
Hay que evitar a toda costa caer en manos de los
chantajistas emocionales, por lo que ello origina, tener muy presente lo que
indica "el chantaje emocional, es una forma de manipulación muy poderosa
en la cual personas queridas o cercanas nos amenazan, directa o indirectamente,
con castigarnos de alguna manera, porque no hacemos lo que ellos quieren".
El chantajista no conoce de parentesco, de amistad o de la
autoridad, el manipula porque sabe cuánto valoramos la relación que nos une,
escuchándose o disfrazando sus verdaderos planes, con sentimientos, con rencor
o por no saber perder, o como otras grandes virtudes.
Lo repito para que no lo olviden y puedan tomar conciencia
en ello.
El Chantaje Emocional es una
práctica habitual del maltrato psicológico que denota debilidad e inseguridad
en quien lo practica y servidumbre en quien lo padece.
La imposición se lleva a cabo utilizando los sentimientos
como arma. La negación y no aceptan las exigencias del otro se califica de
tradición a la amistad o el cariño...
No hay comentarios:
Publicar un comentario