jueves, 18 de junio de 2015

Tú eliges la soledad, o la soledad te elige a ti... (Tercera parte).

        La soledad deseada (o sentirse bien en la soledad).

    El sentimiento de soledad no siempre es dañino. En algunos casos se puede elegir, destinar parte del tiempo a realizar tareas en solitario como opción personal.

    En este caso se trata de una soledad buscada que nada tiene que ver con sentimientos de tristeza, sino que puede ser muy gratificante porque fomenta el bienestar emocional. En definitiva, se trata más bien de gozar el momento de intimidad más que de soledad.

    Situaciones prolongadas de soledad. 

    En las encuestas para determinar los factores que más contribuyen a la felicidad humana, los encuestados siempre citan la conexión con los amigos y el amor familiar, la intimidad, la riqueza social la afiliación, por encima o por la fama, incluso por encima de la salud física.

    La soledad refleja una percepción del individuo respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta red es escasa o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.

    Se distinguen dos tipos de soledad:.

    > La emocional, o ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad.

    > La social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses o preocupaciones.

    La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y se tiende a vincular con el estado de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.

        Sufren de soledad los individuos que tienen carencias de:.

    > Oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona.

    > Un grupo de amigos del cual sentirse parte.

    > Alguien que necesite de su amor.

    > Alguien que lo desee físicamente.

    > Personas con quienes compartir valores e intereses.

    > Amigos para compartir actividades recreativas.

    > Relaciones en el trabajo.

    > Un sentido de confianza en los amigos íntimos.

    > Intimidad física en forma regular.

    Es importante destacar que existe la soledad crónica en aquellas personas que no han sido capaces de establecer una relación satisfactoria por un período de varios años y por lo menos a través de dos etapas de su vida, como podrían ser la adolescencia y la adultez joven; o la adultez joven y la edad madura.

    También existe la soledad temporal, que incluye un estado de ánimo breve y ocasional de soledad, por ejemplo; después del trabajo, o durante los fines de semana...

    A pesar de todo, y de la importancia que tiene saber y poder gozar del tiempo para uno mismo, no debemos caer en el aislamiento. Disfrutar de tiempo personal para sentirse bien puede beneficiar a la salud psicológica, siempre que no suponga un abuso y se descuiden los vínculos que unen a las personas cercanas. (Familiares, amigos, círculo social y compañeros de trabajo).

    La autonomía no debe ser sinónimo de aislamiento. Cuidar y mantener las relaciones existentes siempre es una buena inversión...

Continúa.... 

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