martes, 23 de junio de 2015

¿Hacia dónde te diriges?...

    Unos amigos desayunaban plácidamente unos minutos antes de comenzar a trabajar.

    > ¿Para qué vives?. Le preguntó el que untaba mantequilla a la tostada, al que removía el café.

    > Vaya pregunta:. Respondió el del café algo desconcertado.

    > En serio. ¿Para qué vives?. Insistió el de la tostada.

    > El del café se apuró y se lo tragó, después frunció los ojos visiblemente incómodo, tengo mucho que hacer hoy para pensar en eso. Mejor me voy, dijo.

    ¿Alguna vez te han preguntado para qué vives?.

    A menudo caminamos por la vida sin saber quiénes somos o lo que realmente queremos y nos resulta incómodo buscar una respuesta.

    El primer camino que deberíamos emprender en nuestro proyecto vital es hacia nosotros mismos.

    Sintonizar con las propias emociones y sentimiento, prestar atención a nuestros actos, descubrir qué valores anhelamos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y que le da sentido a nuestra existencia, conecta a cada ser humano con sus propias metas y su misión en la vida.

    En el pasado unos siete sabios griegos escribieron, siglos atrás, que si no hayas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera, pues en ti se encuentra el tesoro de los tesoros. Conócete a ti mismo y conocerás a los demás.

    Cuando nos ponemos en movimiento sin conocer o que querer, el motivo es fácil, experimentar cansancio y frustración. Cuando existe un motivo aparente para actuar, pero falta claridad respecto a qué camino seguir y qué pasos dar, corremos el riesgo de perdernos y no llegar nunca.

    Puede que el objetivo sea andar por andar y disfrutar de la trayectoria. Si somos conscientes y nos llena, será tan válido como cualquier otro.

    El termómetro de nuestra felicidad tiene la respuesta.

    Conviene no mirar hacia afuera, porque la plenitud esta dentro de cada uno. Que hacer y qué pensar es una elección personal.

    Si tienes la sensación de que has perdido el norte o te falta algo y aparentemente no sabes que puede ser; si experimentas una actitud de víctima, te quejas por todo, estás defraudado/a, percibes angustia, cólera, inquietud, resentimientos o simplemente una desazón o vacío que te impide centrarte en lo que haces, pregúntate si acaso no deberías vivir de otra manera.

    ¿Qué te gustaría hacer?. ¿Dónde te gustaría estar dentro de 10 años por ejemplo?. ¿Para qué vives en realidad?. ¿Cual es tu misión?.

    Hagas lo que hagas, vayas donde vayas, estás a tiempo de hacer un alto en el camino y averiguar tu para que....

    Recuerda que de poco sirve tener un propósito, sin un plan. Para llegar al tesoro necesitas un mapa, de lo contrario, sólo tendrás un sueño...

    Gracias... Un abrazo fuerte...

No hay comentarios:

Publicar un comentario