El miedo que nos debilita...(Primera parte).
Una de las emociones que más nos impide desarrollar, todo nuestro potencial es el "miedo".
En una situación de "miedo" nuestro cuerpo se manifiesta diferentes con síntomas físicos de alerta y segrega hormonas que biológica mente nos impiden ser creativos. Nuestro potencial se paraliza.
Dentro del ámbito laboral el "miedo" excesivo también produce consecuencias negativas. Inhibe el talento, la innovación y la creatividad. Las empresas que gestionan sobre la base del "miedo" corren el riesgo de no sobrevivir.
El "miedo" es una emoción natural provocada por la percepción de un peligro real o imaginario, presente, pasado o futuro, que nos perturba el ánimo preparándonos para una respuesta de ataque o huida. Se trata de un mecanismo de supervivencia y defensa que todos experimentamos.
En realidad el "miedo" tiene una intención positiva, pues está ahí para protegernos y nos vuelve prudentes y cautelosos. Cruzar una calle sin observar los autos que vienen o lanzarse al agua sin saber nadar y sin flotador puede ocasionarnos un daño muy grave. La muerte sin ir más lejos.
No obstante, cuando el "miedo" es excesivo o el peligro que lo genera es imaginario, la reacción física y psicológica, privándonos de actuar, experimentar y lograr cuanto anhelamos. De esta forma es fácil que lleguen a postergarse decisiones o que se eviten experiencias que a priori resultan buenas para el crecimiento personal o profesional. Aquí el "miedo" actúa como una emoción saboteadora de nuestro éxito y nuestra felicidad.
Pensemos por ejemplo en el "miedo" al amor, al rechazo, al fracaso, a hacerlo bien o en otros "miedos" con un tinte más neurótico, caso de quienes confunden la serenidad con la depresión o la excitación con la ansiedad y se medica para evitarlo. En general todos estos "miedos" se basan en la inseguridad o en una baja autoestima y buscan protegernos contra la impotencia, la soledad y el descontrol que vinculamos a ciertas experiencias.
Resulta curioso como ha medida que envejecemos muchos de nuestros "miedos" se van amontonando en nuestra cabeza, haciéndonos más tibios, más dubitativos y cobardes en el fondo. Da la impresión de que nos hemos acostumbrado al "miedo" y actuamos siempre de forma reactiva por "miedo" a algo. No hacemos lo que queremos, si no lo que nos hace sentir más seguros. Es como si no tomásemos de la vida cuanto necesitamos o deseamos sino aquello que nos proporciona seguridad. Cuando esto sucede suele haber una excusa a la mano del tipo:.
> "Es lo mejor para la familia".
> "Lo mejor para los dos".
> "Lo más seguro".
> "Lo que más me tranquiliza".
> "Lo mejor para mi futuro profesional".
Ese "miedo" que la imaginación alimenta a cada instante, nos hace ver la vida de forma negativa y reduce nuestra visión. Es un "miedo" que se apodera de tu existencia y te impide avanzar. Un "miedo" que te invita a seguir así:. Triste, cómoda/o, segura/o, insatisfecha/o....
Continúa.....
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