La solidaridad...
Esta semana, me proponen hablar de la solidaridad y de su presencia en
nuestro mundo. Les dejo mi aporte:
He podido darme cuenta que
muchas personas – bastantes- solamente ven, cuidan y atienden lo que más les
interesa.
Puede verse que lo primero
que se busca es satisfacer el “yo”, los demás, poca importancia tiene, es
decir, se da preferente atención “a lo que más nos conviene”-
Esa costumbre se ha ido
arraigando de tal manera, que a veces hasta deja de interesarles si alguien de
su entorno tiene algunos problemas.
Se piensa que el resto de las
personas, aun cuando pasan por ese mal momento, nada de ello tiene mayor valor
y la preocupación que sienten por las cosas ajenas es tan relativamente
insignificante que hace que el olvido llegue pronto.
Pero afortunadamente quedan
personas, no muchas, que todavía tienen la buena voluntad de ayudar al prójimo
en la medida en que pueden.
Ese tipo de solidaridad no
necesita que “la obliguen”, aparece por sí sola, ayuda, no pregunta, a veces
improvisa, no espera que nada ni nadie la convenza. A veces es un simple
apretón de manos, una caricia, una palabra de consuelo, un consejo, la lista es
enorme, pero quizás lo más valioso de todo es que su ayuda aparece sin que se
la llame.
Hay veces que nos parece
haber conocido a la persona ideal, esa que creímos que sería nuestro mejor
compañero; a veces es cierto, otra resulta no serlo. Quizás sea a través de los
pequeños gestos solidarios que se van dando entre ambas personas la forma en
que se llega a verificar la sinceridad de tal afecto.
Quizás haya cosas que sea
mejor olvidar, pero lo que nunca debemos dejar de tener presente es la mano
tendida siempre dispuesta para ayudar a un amigo o a quien lo necesite.
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