lunes, 11 de abril de 2016

La solidaridad...

La solidaridad...





Esta semana, me proponen hablar de la solidaridad y de su presencia en nuestro mundo. Les dejo mi aporte:
He podido darme cuenta que muchas personas – bastantes- solamente ven, cuidan y atienden lo que más les interesa.
Puede verse que lo primero que se busca es satisfacer el “yo”, los demás, poca importancia tiene, es decir, se da preferente atención “a lo que más nos conviene”-
Esa costumbre se ha ido arraigando de tal manera, que a veces hasta deja de interesarles si alguien de su entorno tiene algunos problemas.
Se piensa que el resto de las personas, aun cuando pasan por ese mal momento, nada de ello tiene mayor valor y la preocupación que sienten por las cosas ajenas es tan relativamente insignificante que hace que el olvido llegue pronto.
Pero afortunadamente quedan personas, no muchas, que todavía tienen la buena voluntad de ayudar al prójimo en la medida en que pueden.
Ese tipo de solidaridad no necesita que “la obliguen”, aparece por sí sola, ayuda, no pregunta, a veces improvisa, no espera que nada ni nadie la convenza. A veces es un simple apretón de manos, una caricia, una palabra de consuelo, un consejo, la lista es enorme, pero quizás lo más valioso de todo es que su ayuda aparece sin que se la llame.
Hay veces que nos parece haber conocido a la persona ideal, esa que creímos que sería nuestro mejor compañero; a veces es cierto, otra resulta no serlo. Quizás sea a través de los pequeños gestos solidarios que se van dando entre ambas personas la forma en que se llega a verificar la sinceridad de tal afecto.

Quizás haya cosas que sea mejor olvidar, pero lo que nunca debemos dejar de tener presente es la mano tendida siempre dispuesta para ayudar a un amigo o a quien lo necesite.



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