domingo, 8 de julio de 2018

Una droga, llamada amor…


Una droga, llamada amor…



Fluir es vivir...
Esta es una muestra de un escrito técnicamente explicado, ahora bien, ustedes podrán notar la diferencia, de como yo trabajo el artículo para que ustedes lo puedan entender con más facilidad.

Hoy me gustaría hablar sobre las drogas, me dirán que todos las conocen, que no es nada nuevo, pero a pesar de ellos voy a hablarles sobre ellas, efectivamente existen miles de drogas en el mercado, drogas que matan, y además cuestan dinero, pero yo quiero hablar de esas otras drogas que están ahí, al alcance de todos, que son gratuitas y sin embargo se utilizan cada día menos, casi se han convertido en un artículo de lujo y su valor es tan alto que pocas personas lo pagan.
Lo más importante es que éstas drogas son caseras, las plantas en tu casa, no se necesitan campos, jardines o macetas para que crezcan, no hay que salir a la calle en busca del caballo, coca, maría, o como les nombren, antes tantas y tantas como existen y están en venta en el mercado de la droga.
Cuando dejamos que nuestro cerebro, se mueva por las emociones, cuando dejamos que esas emociones salgan de nuestro corazón sin avergonzarnos de sentirlas, se producen unas sustancias químicas que hacen que se eleve nuestra autoestima, si dejamos que esos sentimientos los vean, los demás experimentaremos una sensación de euforia indescriptible, nos sentiremos animados, alegres con una fuerza y una paz interior que posiblemente en muy pocas ocasiones hayamos llegado a sentir, incluso en el caso de que se hayan consumido esas otras drogas, y lo lograremos sin necesidad de tomar, inyectarnos o fumar nada.
Estas sustancias que producen nuestro cerebro, se conocen por el nombre de hormonas endógenas (puesto que se producen en la corteza cerebral) yo prefiero denominarlas como las drogas de la felicidad.
El cuerpo humano es capaz de producir infinidad de hormonas, como por ejemplo la oxitocina, esta hormona se produce cuando amamos apasionadamente y por ello se la relaciona con la vida sexual, pero también existe la denominada dopamina, que es la droga del amor y la ternura.
La fenilamina, que genera entusiasmo y amor por la vida, o la endorfina, que es un trasmisor de energía, equilibra las emociones, así como los sentimientos tanto, de plenitud como de depresión.
La epinefrina, que es un estímulo que nos impulsará a ser capaces de enfrentarnos a cualquier desafío que sea necesario para llegar a la meta que deseamos, si dejamos que haya abundancia de estas hormonas endógenas en nuestro cuerpo lograremos, inteligencia emocional e interpersonal, comprobaremos que estamos ubicados en el lugar que deseamos, sabremos quiénes somos, a dónde nos dirigimos, controlaremos esas emociones, conoceremos nuestras verdaderas habilidades y talento y nos sentiremos dueños de nosotros mismos, y de nuestra vida.
¿Cuándo y cómo podemos crear estas drogas internas?
A través del servicio a los demás.
Se han realizado descubrimientos muy importantes, por ejemplo; cuando una mujer va a dar a luz, se vuelve altamente dopaminita; es decir, genera una cantidad inmensa de dopamina que como les dije antes es la droga del amor y la ternura.
Cuando estamos enamorados, esa dopamina aumenta 7000 veces su cantidad, siempre acompañada de la oxitocina, que igualmente como les dije es la responsable de la pasión sexual y de las fenilalaninas, responsables del entusiasmo, lo que nos lleva a que se bloquee el aspecto de la lógica y la razón, no pensamos en nada, nos entregamos a ese amor, a esa pasión sin miedo, por ello las personas enamoradas producen gran cantidad de oxitocina, que como les he dicho es la hormona responsable del amor pasional, y por ello irradian felicidad, se sienten plenos, alegres y motivados, y eso se ve en su cara, en su actitud, en esos momento, si son capaces de dar o compartir un poco de esa felicidad que sienten.
La felicidad no es algo que se puede ver ni una sensación nebulosa: es la consecuencia de un flujo correcto de sustancias químicas que proporcionan al ser humano equilibrio físico y psíquico, y si realmente deseamos ser felices podremos conseguirlo por medio de nuestra actitud, puesto que esas actitudes son todas productoras de estas drogas internas:
Amar y disfrutar apasionadamente todo lo que hacemos, todo lo que vivimos o sentimos, relacionarnos con personas que nos motiven y enriquezcan, que nos aporten su energía para así incrementar nuestra fuerza vital, tener de nosotros mismos una autoestima positiva y valor personal, saber que somos capaces de lograr lo que deseemos, siempre que le deseemos de verdad, y trabajar para lograr nuestros sueños y esas metas que deseamos alcanzar, ya sean pequeñas o grandes.
Descansar y dormir profundamente, hacer ejercicios regularmente: recordar el refrán “mente sana, cuerpo sano’”, es bueno recordar los momentos felices que vivimos, pero debemos intentar poco a poco ir dejando atrás todo lo que nos hace daño, todo lo que nos hace llorar, sentirnos felices es sólo la actitud que nosotros tomemos ante la vida, las drogas de la felicidad no se consiguen en el mercado, sólo nosotros podremos plantarlas y recoger sus frutos y únicamente lo podremos lograr mediante una vida llena de amor, entrega, optimismo, ejercicio, y siempre la satisfacción personal que sentiremos cuando logremos llegar a nuestra meta sabiendo que lo hemos conseguido con nuestro propio esfuerzo pero también con la ayuda de todas esas personas que sienten esa misma actitud.
Les invito a consumir conmigo diariamente estas drogas, seguro que, si lo intentamos con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón lo conseguiremos.
Ahora entienden el duro trabajo que yo enfrento todos los días, para que ustedes entiendan con facilidad...
Fluir es vivir...






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