lunes, 17 de julio de 2017

El Niño Interior...

El Niño Interior...



Buscando nuestro interior…
Vivir en el pasado y repetir esa historia una y otra vez, es estar preso en una gran celda que construimos nosotros mismos, y en esa celda a veces fría, otras enorme, otras vacía nos vaciamos, nos sentimos perdidos y por sobre todo nuestro espíritu se congela y nos paralizamos.
Muchas veces dejamos de apreciar los valores de la vida, los que están en el presente y dejamos que se escurran de nuestras manos los momentos más hermosos o maravillosos ya que no nos damos cuenta de que están sucediendo hoy porque estamos viviendo en el ayer.
Somos grandes generadores de culpas y nos autocastigamos con ellas una y otra vez… Si hubiera dicho… Si hubiera hecho… Si hubiera… y ya pasó de qué sirve hoy lamentarse. Tal vez estamos viviendo y castigándonos por los errores cometidos y ya nada puede hacerse, ya es tarde… Salimos del pozo y como si no pudiéramos vivir de otra forma volvemos cada tanto a visitarlo, y allí nos ensuciamos nuevamente, nos embarramos y entonces ¿de qué sirvió alejarnos y limpiarnos? De nada… para nada.
Debemos enfrentar la vida mirando hacia adelante, el pasado… ya pasó, poco o nada puede hacerse, pero sí podemos trabajar con nosotros mismos para que no nos tentemos y cometamos los mismos errores en el presente.
Sería maravilloso que todos podamos despertar a ese niño interior que llevamos dentro. El niño de la alegría, de la carcajada espontánea, de la caricia sentida… Ese niño que no está muerto sólo está dormido y que necesita que nosotros hagamos algo para que su sueño no sea un sueño eterno.
Volvamos a ese momento tan hermoso de nuestra infancia, despertemos a nuestro niño interior, vivamos como él nos enseñó, disfrutemos de la vida y no pensemos en el pasado una y otra vez… Ese niño no lo hace, sólo siente, ama y sueña sin mirar atrás, sin pensar si disgustará a alguien con su manera de vivir, sin reparar si daña o acaricia, sólo vive y se entrega a la vida porque para él la vida es hoy: este presente.
Acariciando tu Niño Interior…
Contempla a tu niño interior de la forma que te sea posible y observa qué aspecto tiene y cómo se siente. Tranquilízalo y consuélalo. Pídele disculpas. Dile cuánto lamentas haberlo tenido abandonado. Has estado alejado de él durante demasiado tiempo y ahora deseas compensarlo. Prométele que nunca volverás a abandonarlo. Dile que siempre que lo desee puede acercarse a ti, que tú estarás allí para él. Si está asustado, Abrázalo. Si está enfadado, dile que está muy bien que exprese su enfado. Y, sobre todo, dile que lo amas muchísimo.
Tienes el poder necesario para contribuir a crear el mundo en que tú y tu niño desean vivir. Tienes el poder de tu mente y de tus pensamientos. Mira cómo vas creando un mundo fabuloso. Mira a tu niño relajado, seguro, tranquilo y feliz, riendo y jugando con sus amigos, corriendo libremente, tocando las flores, abrazado a un árbol, cogiendo una manzana del árbol y comiéndosela encantado, jugando con su perro o su gato, balanceándose agarrado de una rama de árbol, riendo alegremente y corriendo hacia ti para abrazarte.
Contempla cómo los dos están sanos y viven en una casa hermosa y segura, cómo se llevan maravillosamente bien con vuestros padres, amigos y compañeros de trabajo, cómo los reciben con alegría dondequiera que vayan. Entre los dos hay un amor especial. Mira el lugar donde deseas vivir y el trabajo que te gustaría tener. Mira a los dos sanos, muy sanos, alegres y libres… ¡Y así es!

Estas Visualizaciones pretenden ubicarnos en un jardín o lugar maravilloso donde podemos hallar a nuestro niño o nuestra niña interior. ¡Inténtalo!; sabrás que lo conseguiste cuando te recuerdes cómo eras de niño o niña.
!Enhorabuena!



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