Secretos… ¿Tenerlos o no?
Dicen que los años, los lovers (amores) y las copas de vino o tragos son cosas que
en definitiva nunca deben contarse. Ser personas discretas nos podría ahorrar
un sinfín de problemas y es que, no hay parte del cuerpo más letal que la boca,
sobre todo cuando la usamos sin pensar. Ser bocones nos aísla, incluso nos
puede dejar completamente solos. Y el problema es que después que uno dice algo
que no debía decir, ya no se puede echar para atrás, toca vivir con eso hasta
el infinito y más allá.
Por mucha confianza que podamos tenerle a alguien, existen
cosas que deben permanecer en el dominio privado. Desde mi punto de vista,
tener un “secreto” guardado solo para ti, aumenta la complicidad que debemos
tener con nosotros mismos. Suena absurdo pensar que podemos ser cómplices de
nuestra propia mente, pero en esta situación es cuando realmente aplicas tu
propia opinión, sin influencia de otros y con la tranquilidad de que dicha
información está 100% segura.
Unas, por un lado, guardan para ellas secretos que no se
atreven a decir por múltiples razones, por vergüenza, por no revelar algo que
vaya en contra de lo que dicen ser, por no aceptar un momento de debilidad o
inseguridad, por no aceptar un error o simplemente porque disfrutan el hecho de
tener secretos solo para ellas (bueno o malo). Por otro lado, están las que sin
ningún tipo de tapujo no se guardan nada para ellas mismas y esto también es
por múltiples razones, porque no les interesa que la gente sepa lo que hacen y
lo que no, por sentir que son personas tan libres que todo lo que les pasa en
sus vidas puede estar al alcance de todos, entre otras.
Ellos en cambio, pueden compartir todo tipo de información
con su círculo más cercano de amigos, con sus hermanos del mismo sexo y en
algunos casos con sus padres dependiendo de la confianza que exista. Es muy
cierto que la mayoría de los hombres son más habladores que las mujeres en
cuestiones de relaciones, lovers, aventuras, etc. pero en su defensa, lo hacen con
personas de su entera confianza.
Pero esto no es en todos los casos, sí existen hombres
discretos al igual que hay mujeres discretas. La mente humana es un laberinto
con suficientes escondites como para guardar todo tipo de secretos, lo que hay
que evitar es llenar esos cuartos a tal punto que las puertas comiencen a
abrirse solas, los secretos se escapan involuntariamente y termina el
inconsciente haciéndose cargo de la situación. Mejor dicho; ¡desastre total!
En conclusión, la discreción va ligada a la personalidad y
no al sexo. Para mí, está bien contar con amistades o familiares con quien
poder compartir tus cuentos, problemas, locuras, etc. Pero mi mejor amiga,
confidente y cómplice en muchísimas cosas es mi propio
yo y cómo lo disfruto. Es
importante tener un equilibrio en cuanto a secretos, no se puede ser una
persona misteriosa a tal punto que nadie sepa nada de ti ni se puede llevar una
vida al desnudo, ventilando por todas partes tus intimidades. De repente eso
que no has dicho, ha sido una de las cosas que más has disfrutado en tu vida,
quien sabe…
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