domingo, 27 de agosto de 2017

El Sabio y el Viajero…

El Sabio y el Viajero…



El Tao del Viajero es una filosofía de vida china que tiene que ver con la longevidad y la calidad de vida, practicada en el taijiquan y el qigong para vivir mejor y equilibrarnos con la naturaleza.

El “Tao” es el camino, “El Viajero” nuestro tránsito por la vida.



Antes de partir, el Sabio le dijo al Viajero:


No te olvides que el Viajero se vuelve Sabio, cuando mantiene en su conciencia constantemente que es un Viajero, que está de paso en este mundo, que lo permanente está dentro de él: sus valores, sus cualidades, su propia eternidad.

Toma tus precauciones; a veces, se presentan obstáculos.

Hay que tomar en cuenta que hoy en día, muchos se cansaron de ser niños y quisieron crecer abruptamente y ahora quisieran ser niños otra vez. Que otros perdieron su salud por buscar riqueza, y ahora pierden su riqueza para restaurar su salud. Que muchos, por pensar ansiosamente sobre el futuro se olvidan del presente y acaban no viviendo ni en el futuro, ni en el presente. Otros, viven como si nunca se fueran a morir, y luego mueren como si nunca hubieran vivido.

El Viajero le dice al Sabio:

"Los seres humanos tenemos mucho que aprender en el camino de la vida. Dime qué necesito saber, antes de seguir mi viaje. Los seres humanos tenemos que aprender mucho a cada paso que damos".

No podemos hacer que alguien nos ame, sino dejarnos amar.

Toma años construir la confianza, y sólo pocos segundos, destruirla.

Lo más valioso no es lo que tenemos en la vida, sino a quién tenemos en la vida.

No es bueno compararnos con los demás; habrá siempre quien es mejor o peor.

La persona rica no es la que más posee, sino la que necesita menos.

Debería haber control sobre las actitudes, si no, son las actitudes las que nos controlan a nosotros.

Nos toma sólo segundos abrir heridas muy profundas en las personas que amamos, y nos toma muchos años poder curarlas.

Hay que entender que puede ser que haya alguien que nos ame, y sin embargo, no siempre sucede que sepa expresar sus sentimientos.

El dinero puede comprar todo, menos la felicidad. A veces nos podemos molestar por algo, pero eso no nos da el derecho de molestar a otros.

A veces, no es suficiente ser perdonados, si no nos sabemos perdonar a nosotros mismos.

Los seres humanos son amos y dueños de lo que poseen, pero son esclavos de lo que dicen.

Siempre cosecharemos lo que plantamos. Si plantamos habladurías, vamos a cosechar intrigas. Si plantamos amor, vamos a cosechar felicidad. La verdadera felicidad no es lograr metas, sino aprender a sentirnos satisfechos con lo que logramos, sin que la envidia o los celos se apoderen de nosotros por lo que nos falta.

Aprender que dos personas pueden estar viendo la misma cosa, y sin embargo, estar viendo algo totalmente diferente.

Aquel que es honesto consigo mismo, a pesar de los obstáculos llegará lejos en su camino.

Para aprender necesitas de Ocho Poderes. Estos son, en realidad, tu capacidad de poner en práctica tus propios valores:

El Poder de empacar el pasado, el Poder de tolerar, el Poder de adaptarse, el Poder de discernir, el Poder de juzgar, el Poder de afrontar, el Poder de cooperar y el Poder de retirarse o de la introspección.

Aquí están los ocho cuatro poderes;

1.El Poder de Empacar el Pasado: No importa el país, no importa qué cultura sea, la mayoría de nosotros los seres humanos pasamos gran parte de nuestro tiempo recordando cosas que ya han sucedido. Volvemos a vivir el pasado una y otra vez, a veces, imaginando, como si lo estuviéramos escribiendo otra vez… ¡Si sólo hubiéramos tenido la fuerza de…! O a veces, nos ponemos a imaginar cómo será algo en el futuro. Nuestra mente, incluso reacciona a cosas que puede ser que nunca sucedan. Y mientras revivimos el pasado e imaginamos el futuro, la vida pasa ahora mismo, mientras no le ponemos atención. Cuando desarrollas el poder de empacar, dejar ir el pasado, dejar que el futuro se desenvuelva como realmente será, podrás dejar que tu corazón se sienta ligero, sin ningún peso; tu mente estará clara y libre, estarás libre para vivir el presente, estarás libre para vivir la experiencia de tu propia vida. Como dice el Tao del Viajero: “Lo primero, es enfocarte, empacar lo que ha pasado y dejar aparte lo que está por pasar. Así, el Sabio reivindica el control de su mente”.

2. El Poder de Tolerar: La vida está llena de sorpresas. Las cosas que planeamos pueden salirse de su curso abruptamente con mucha facilidad. No tenemos control sobre otra gente, no tenemos control sobre la naturaleza; tampoco podemos tener control sobre las circunstancias, no importa cuántas veces lo intentemos. Pero no es esto lo que nos hace felices o infelices. Esto sucede sólo si nosotros lo permitimos. Son nuestras propias respuestas emocionales ante la vida las que nos dan felicidad o sufrimiento, y éstas sí podemos controlarlas. Una vez que hacemos nuestro este poder espiritual, incluso la peor de las circunstancias nunca podrá derrotarnos. El Poder de la Tolerancia no es jamás una aceptación no deseada, sino que es la habilidad de estar contento auténticamente -en cualquier circunstancia- y la fuerza de ser inaudible se vuelve nuestra. Como es dicho en el Tao del Viajero: “Profundamente en la conciencia de ser un alma, el Sabio planta las raíces de su mente. Como un árbol que se dobla con el viento, el Viajero tolera todo y permanece inquebrantable”. Este es el Segundo Poder.



3. El Poder de Adaptarse: La mente humana no tiene límites, el corazón no tiene fronteras. Tenemos capacidad para una variedad infinita de diferentes tipos de pensamientos y amor para tanta gente como queramos. El corazón es un pozo que nunca se seca. Es el Poder Espiritual el que nos permite aceptar las diferencias en la gente, en ideas, en la cultura, en la vida. Al aceptar las diferencias, nuestra mente se abre y nuestro corazón se vuelve generoso. Así, vivir unos con otros se vuelve algo fácil, que hace ser felices. Como es dicho en el Tao del Viajero: “El Señor del Amor nunca cierra la puerta. Siguiendo al Maestro, el Sabio se adapta a las diferencias y nunca permite que se cree alguna diferencia”. Este es el Tercer Poder.


4. El Poder de Discernir: Bien o mal, feliz o infeliz, nuestra vida está completamente determinada por las elecciones y decisiones que hacemos en algún momento de nuestra vida; a pesar de que no nos recordemos haberlas hecho. A pesar de que hacemos cosas tan automáticamente que no parece una elección, siempre lo es. Para que nuestras decisiones sean las correctas, necesitamos ser capaces de discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso. Necesitamos la habilidad de ver claramente, ver las cosas como son realmente, no importa qué tan bueno sea el disfraz; esto nos permite dirigir el curso de nuestra vida, que nos llevará adonde queremos realmente ir. Como dice el Tao del Viajero: “Trucos e ilusiones están en todos lados y el camino puede estar inundado de un diluvio de palabras. El Sabio discierne, encontrando el diamante entre la bisutería”. El Cuarto de los Poderes, es éste.


5.El Poder de Juzgar: Viendo claramente cuáles son nuestras preferencias en la vida, siendo capaces de determinar lo correcto de lo incorrecto, la verdad de la falsedad, esto es sólo la primera mitad de nuestras acciones en la vida, sobre las cuales después tenemos que decidir. Si hay dos buenas acciones, tres decisiones honorables, todavía hay un juicio que hacer: ¿Cuál entre las opciones es la que me corresponde hacer? Como en la balanza espiritual, el Poder de Juzgar nos permite valorar hasta la última consecuencia de nuestras acciones y las acciones de los otros. Como es dicho en el Tao del Viajero: “Viendo sus propias acciones tan claramente cómo ve las de su hermano, el Sabio nunca deja que el deseo influya en su decisión”. El Juicio Preciso, es el Quinto de los Poderes.



6.El Poder de Afrontar: Tener valor cuando se afronta el peligro, conquistar el miedo cuando nos sentimos amenazados, mantener la calma cuando el comportamiento de la gente nos intimida; esto es admirable. Pero, reconocer nuestras debilidades, afrontar las sombras en el interior de nosotros mismos con honestidad, éste es el valor más elevado en el comportamiento humano. Al vernos con honestidad, podemos ver a los demás con una comprensión auténtica. Esta cosa solamente puede cambiar una vida. Como dice el Tao del Viajero: “Incluso el Viajero Sabio es asediado por los obstáculos: el Sabio afronta las rocas en el camino y las debilidades dentro de sí, con la misma valentía”. Afrontar con Poder, es el Sexto de los Poderes.

7.El Poder de la Cooperación: Nosotros los seres humanos, podemos hacer cosas sorprendentes cuando trabajamos juntos. Dar nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra experiencia a otras personas, es una cosa admirable; esto ayuda a que la vida funcione. Pero, hacer nuestro papel, poniendo cuidado más en el resultado que en la gratitud de los demás; en el grupo, más que en sí mismo; cuando vamos más allá de querer reconocimiento, y dejarnos a un lado la necesidad de estar en lo correcto, entonces verdaderamente el total es mucho más que la suma de sus partes. Con este tipo de cooperación, no hay nada que no se pueda hacer. Como es dicho en el Tao del Viajero: “Creando alianzas, el Sabio ayuda a sus compañeros. Dos, pueden lograr lo que uno solo no puede; cooperando en todo, él honra a sus compañeros”. Cooperar es el Séptimo Poder.

8.El Poder de Retirarse o de Introspección: No importa donde estemos, qué tipo de vida hayamos escogido; lo que era calma, se puede volver caos en un segundo. La violencia viene en muchas formas, y -como el mar- una vida que puede ser serena y hermosa, se puede volver turbulenta y trágica. A veces no podemos abandonar el lugar en donde gobierna el desorden, el caos; pero podemos aprender a ir a lo más profundo del interior de nuestro propio ser, sin que nada nos afecte. Aprender a retirarse es un poder espiritual que podemos llevar con nosotros en cualquier situación. Es una protección que siempre está con nosotros. Como es dicho en el Tao del Viajero: “Cuando la insensatez empieza, los ladrones gobiernan. El Sabio, sin inmutarse se retira. El retirarse sin culpa, es sabiduría”. Este es el Octavo de los Grandes Poderes.


Con estos grandes poderes podemos retomar el sentido de la vida…



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