Los niños del mañana...
La inteligencia artificial es aún un sueño lejano. Probablemente está
alimentada por el instinto humano de crear y siguiendo su propio código
genético de reproducirse a sí mismo, aunque para esto, ya no requiera
estrictamente del sexo. El deseo de crear está íntimamente ligada a nuestro
desarrollo como especie y seguramente podemos pensar que copiarnos a nosotros
mismos en seres artificiales es una pérdida de tiempo, pero sabemos que, de
alguna forma, nos estamos mejorando a nosotros mismos al integrar en nuestra
cotidianidad, tecnología de alta gama que destruya uno de los obstáculos más
grandes pero no menos intrigantes de nuestro universo: el misterio de la vida.
Los robots son creaciones hechas a imagen y semejanza del ser humano,
construidos para que hagan las cosas que nosotros no podemos hacer y aunque en
la actualidad habitan únicamente nuestros sueños, hemos visto miles de
versiones en diferentes formatos lo que significa que hay muchas personas
sincronizadas en un solo sueño. Claro que, para construir robots no solo
necesitas equiparlo con un software que simule la inteligencia, esto requiere algo
de metal y grafeno para las estructuras internas, fibras de carbonos para
ajustar ciertas piezas y mucho silicio para los circuitos y chips integrados.
Todos envueltos en una figura humana diseñada y reproducida en biopolímeros. El
problema del software es que siempre necesita ser actualizado, esto es
básicamente un obstáculo, lo mejor es integrar una serie de protocolos
cuánticos que establezcan y reestructuren las conexiones preestablecidas para
simular el aprendizaje. No solo hace falta un software, prácticamente hace
falta un cerebro artificial.
Los niños del mañana son el proyecto de fabricación de unidades autónomas
a pequeñas dimensiones La unidad autónoma “G1n1” es un robot capaz de realizar
actividades humanas cotidianas con un mínimo de supervisión ya que viene
integrada con una serie de protocolos que permite notificar a su usuario, de
cualquier actividad nueva requerida por la unidad, bien sea enviando una
notificación a su dispositivo móvil o empleando un lenguaje oral idéntico a
como lo haría un niño que le pide permiso a sus padres.
En principio estos equipos, semejantes a niños, fueron pensados para
brindar apoyo a las familias que habían perdido a sus pequeños seres queridos
en accidentes o por alguna enfermedad, ya que podrían ser diseñados a partir de
una foto del niño y los recuerdos conjuntos de sus padres. Esto causó mucha
polémica porque los padres llegaban a pensar que estas unidades eran realmente
sus hijos lo que llevó a la empresa fabricante a realizar una campaña de
relaciones públicas y realizar pruebas de su impacto en la psicología de los
usuarios y detener la personalización de las unidades. Por otro lado,
rápidamente fueron adquiridos por instituciones de educación preescolar para
ayudar a sus maestras en la supervisión y educación de los niños, así como la
incorporación en el equipo pediátrico de diversos hospitales a nivel mundial,
generando gran aceptación y empatía con los niños, logrando mejores resultados
de diagnóstico médicos y brindando un apoyo invaluable, con grandes beneficios
educacionales a toda la comunidad.
Comentarios sobre la modelo ‘G1n1’.
Esto significa que estamos soñando con la creación de una nueva
tecnología que solo vive en los sueños del ser humano, usando la tecnología
actual disponible y de fácil acceso para todos.
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