miércoles, 6 de marzo de 2019

Evaluarte y dejar de odiarte a ti mismo…


Evaluarte y dejar de odiarte a ti mismo…


Fluir es vivir…
El odio por definición es un sentimiento de rechazo a alguien, aversión o antipatía, y que se traduce en acciones de venganza o represalias hacia alguien, claro que sí odio no hay amor, sin embargo, en esta dualidad de sentimientos se envuelven muchas otras cosas.
En una conversación de la madre y el hijo, en el camino a la escuela, en esas charlas de todas las mañanas, él hijo le preguntó: “¿Mami por qué hay tanto odio en el mundo?”
Encontramos muchos artículos sobre el amor, y de cómo mejorar nuestras relaciones familiares, expresar nuestros sentimientos adecuadamente. Pero hoy quiero extender este concepto a un plano poco discutido: “el odio como único sentimiento para amar”, seguro que estarás pensando que si odias no hay amor, sin embargo, en esta dualidad de sentimientos se enreda una verdad. Que no es tan solo el odio.
El odio por definición es un sentimiento de rechazo a alguien, aversión o antipatía, y que se traduce en acciones de venganza o represalias hacia alguien. Un claro ejemplo de cuando el odio que se siente es dirigido hacia la humanidad, estaríamos hablando de “misantropía”, esta forma de odio se extiende generando el odio por la raza, color, religión, o de género; expresiones que se han vuelto muy populares, desafortunadamente.
Lee Kim Kardashian causa furor al usar las botas más feas y raras, ¿todo vale al tratar de llamar la atención?
Como todo comienza por el núcleo de nuestra sociedad, que es la familia, sería muy necio ignorar en qué estamos fallando como padres o toda la sociedad. Lo mejor para mí, es realizar una introspección y evaluar cómo estamos con el amor hacia nosotros mismos, o más bien el odio hacia nosotros mismos. Sí, suena duro, pero es real y déjame explicarlo mejor.
Así como no es simple ver como un ser humano puede eliminar a otros, y nos horrorizan, todo tiene un comienzo, una razón. No es mi intención juzgar, lo importante es verse a sí mismo, y verás que cerca y muy común, es odiarse a sí mismo.
Cómo empieza todo.
Sentir odio a nosotros mismos es auto realizarnos. Por supuesto que tiene que ver con nuestra infancia y con cómo nuestros padres nos veían y expresaban el amor; de allí nace el sentimiento de aceptación o negación de quienes somos en verdad.
Esto no quiere decir que ellos son los culpables de quienes somos, en verdad no, pues ellos recibieron lo mismo, y la vida nos enseña cómo mejorar y cambiar estas creencias. Lo importante aquí es identificar cuál es el valor que nos damos y cuánto nos aceptamos. (Esto se llama la autoevaluación.)
En casos más extremos, el odio a uno mismo surge de situaciones traumáticas vividas en la niñez, como una violación o el abandono. En ambos casos es importante hacer algo al respecto, como pedir ayuda profesional, de lo contrario, seguiremos actuando como niños caprichosos con miedo, aunque estemos en un cuerpo de adulto.
Distorsión de la realidad.
Cuando uno se odia a sí mismo, pierde la perspectiva de la realidad, fantasea y asume cosas irreales como reales. Distorsiona las cosas o situaciones y aparece la negación de uno mismo, o de la situación por eso el delirio y la fantasía. ¿Te suena familiar? Sí, no es algo tan raro en tu vida diaria. De allí se desencadenan las diferencias y malentendidos que a diarios enfrentamos con otras personas.
Pensamientos negativos.
Todos tenemos este tipo de pensamientos, pero cuando nos odiamos, son reiterativos, y se van sumando; así construimos una imagen negativa e irreal hacia nosotros o en contra de nosotros.
Los pensamientos negativos se presentan como una voz interior, con quien tenemos largas conversaciones; esta voz interior por supuesto es muy crítica con nosotros mismo y nuestro sentido de perfeccionamiento no nos permite equivocarnos, por lo que cuando sentimos que lo hacemos, la crítica cae como piedra destruyendo nuestra imagen personal y nuestra autoestima.
Hacer lo que estamos acostumbrados a hacer.
Como forma de afrontar el odio a sí mismo, tendemos a crear mecanismos propios que empeoran la situación; el aislamiento y encerrándose en un cuarto, comiendo en exceso o consumiendo cualquier tipo de sustancias nocivas para nuestro cuerpo, la acumulación de cosas, son algunos ejemplos.
Lee, Mujeres o Hombres fatales: 3 características que toda mujer o hombre debe imitar.
Tres sugerencias para seguir para dejar de odiarte a ti mismo.
Para a tiempo tu conversación interior.
Primero, recuerda que hablamos de esa voz interior crítica que siempre está hablándote e imponiendo pensamientos negativos. Encuentra el origen de esos pensamientos, detente, toma conciencia del momento y reflexiona: ¿Cuál es la causa? ¿Un comentario? ¿Algo que viste en la televisión? ¿O simplemente un pensamiento errante? Mantente en el presente, y en lo quien realmente eres. “Soy real debe ser tu afirmación”.
Nuestros padres son nuestros modelos.
Seguro que ellos pasaron por lo mismo, tal vez lo pudieron arreglar o sólo lo transmitieron. Trata de encontrar las semejanzas en las acciones, decisiones, conversaciones que escuchaste, porque de ahí aprendiste. Valoriza todo lo bueno que recibiste de ellos y mejora lo que hay que cambiar.
Identifica tus propias creencias y valores.
El sentimiento de odio a sí mismo está generado también por el deseo de agradar a los demás, para así ser aceptados o reconocidos. De allí que nuestros propios intereses y necesidades se van postergando y confundiendo con la de los otros y terminan por perderse, causando una sensación de enojo y odio más fuerte.
Por eso identifica tus verdaderos valores y creencias, y de ahí toma todas tus decisiones y acciones; aprende a decir no, si esto no va con tus valores, no importa que el otro se enoje o no te apruebe, al final, el verdadero amigo o pareja te aceptará tal y como eres, o sino mejor quedarse solo, pero feliz.
A la pregunta inicial del niño, yo le haría esta pregunta: ¿Qué hay en tu corazón? ¿Que sientes por ti mismo? Si contesta que te ama, contestó. Bien, empezamos bien.
Fluir es vivir…

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