Evaluarte y dejar de odiarte a ti mismo…
Fluir es
vivir…
El odio por
definición es un sentimiento de rechazo a alguien, aversión o antipatía, y que
se traduce en acciones de venganza o represalias hacia alguien, claro que sí odio no hay amor, sin embargo, en esta dualidad de sentimientos se envuelven
muchas otras cosas.
En una conversación
de la madre y el hijo, en el camino a la escuela, en esas charlas de todas las mañanas,
él hijo le preguntó: “¿Mami por qué hay tanto odio en el mundo?”
Encontramos
muchos artículos sobre el amor, y de cómo mejorar nuestras relaciones
familiares, expresar nuestros sentimientos adecuadamente. Pero hoy quiero extender
este concepto a un plano poco discutido: “el odio como único sentimiento para
amar”, seguro que estarás pensando que si odias no hay amor, sin embargo, en
esta dualidad de sentimientos se enreda una verdad. Que no es tan solo el odio.
El odio por definición
es un sentimiento de rechazo a alguien, aversión o antipatía, y que se traduce
en acciones de venganza o represalias hacia alguien. Un claro ejemplo de cuando
el odio que se siente es dirigido hacia la humanidad, estaríamos hablando de
“misantropía”, esta forma de odio se extiende generando el odio por la raza,
color, religión, o de género; expresiones que se han vuelto muy populares,
desafortunadamente.
Lee Kim
Kardashian causa furor al usar las botas más feas y raras, ¿todo vale al tratar
de llamar la atención?
Como todo
comienza por el núcleo de nuestra sociedad, que es la familia, sería muy necio
ignorar en qué estamos fallando como padres o toda la sociedad. Lo mejor para
mí, es realizar una introspección y evaluar cómo estamos con el amor hacia
nosotros mismos, o más bien el odio hacia nosotros mismos. Sí, suena duro, pero
es real y déjame explicarlo mejor.
Así como no
es simple ver como un ser humano puede eliminar a otros, y nos horrorizan,
todo tiene un comienzo, una razón. No es mi intención juzgar, lo importante es
verse a sí mismo, y verás que cerca y muy común, es odiarse a sí mismo.
Cómo empieza
todo.
Sentir odio a
nosotros mismos es auto realizarnos. Por supuesto que tiene que ver con nuestra
infancia y con cómo nuestros padres nos veían y expresaban el amor; de allí
nace el sentimiento de aceptación o negación de quienes somos en verdad.
Esto no
quiere decir que ellos son los culpables de quienes somos, en verdad no, pues
ellos recibieron lo mismo, y la vida nos enseña cómo mejorar y cambiar estas
creencias. Lo importante aquí es identificar cuál es el valor que nos damos y
cuánto nos aceptamos. (Esto se llama la autoevaluación.)
En casos más
extremos, el odio a uno mismo surge de situaciones traumáticas vividas en la
niñez, como una violación o el abandono. En ambos casos es importante hacer
algo al respecto, como pedir ayuda profesional, de lo contrario, seguiremos
actuando como niños caprichosos con miedo, aunque estemos en un cuerpo de
adulto.
Distorsión de
la realidad.
Cuando uno se
odia a sí mismo, pierde la perspectiva de la realidad, fantasea y asume cosas
irreales como reales. Distorsiona las cosas o situaciones y aparece la negación
de uno mismo, o de la situación por eso el delirio y la fantasía. ¿Te suena
familiar? Sí, no es algo tan raro en tu vida diaria. De allí se desencadenan
las diferencias y malentendidos que a diarios enfrentamos con otras personas.
Pensamientos
negativos.
Todos tenemos
este tipo de pensamientos, pero cuando nos odiamos, son reiterativos, y se van
sumando; así construimos una imagen negativa e irreal hacia nosotros o en
contra de nosotros.
Los
pensamientos negativos se presentan como una voz interior, con quien tenemos
largas conversaciones; esta voz interior por supuesto es muy crítica con nosotros
mismo y nuestro sentido de perfeccionamiento no nos permite equivocarnos, por
lo que cuando sentimos que lo hacemos, la crítica cae como piedra destruyendo
nuestra imagen personal y nuestra autoestima.
Hacer lo que
estamos acostumbrados a hacer.
Como forma de
afrontar el odio a sí mismo, tendemos a crear mecanismos propios que empeoran
la situación; el aislamiento y encerrándose en un cuarto, comiendo en exceso o
consumiendo cualquier tipo de sustancias nocivas para nuestro cuerpo, la acumulación
de cosas, son algunos ejemplos.
Lee, Mujeres
o Hombres fatales: 3 características que toda mujer o hombre debe imitar.
Tres
sugerencias para seguir para dejar de odiarte a ti mismo.
Para a tiempo
tu conversación interior.
Primero,
recuerda que hablamos de esa voz interior crítica que siempre está hablándote e
imponiendo pensamientos negativos. Encuentra el origen de esos pensamientos,
detente, toma conciencia del momento y reflexiona: ¿Cuál es la causa? ¿Un
comentario? ¿Algo que viste en la televisión? ¿O simplemente un pensamiento
errante? Mantente en el presente, y en lo quien realmente eres. “Soy real debe
ser tu afirmación”.
Nuestros
padres son nuestros modelos.
Seguro que
ellos pasaron por lo mismo, tal vez lo pudieron arreglar o sólo lo
transmitieron. Trata de encontrar las semejanzas en las acciones, decisiones,
conversaciones que escuchaste, porque de ahí aprendiste. Valoriza todo lo bueno
que recibiste de ellos y mejora lo que hay que cambiar.
Identifica
tus propias creencias y valores.
El
sentimiento de odio a sí mismo está generado también por el deseo de agradar a
los demás, para así ser aceptados o reconocidos. De allí que nuestros propios
intereses y necesidades se van postergando y confundiendo con la de los otros y
terminan por perderse, causando una sensación de enojo y odio más fuerte.
Por eso
identifica tus verdaderos valores y creencias, y de ahí toma todas tus decisiones
y acciones; aprende a decir no, si esto no va con tus valores, no importa que
el otro se enoje o no te apruebe, al final, el verdadero amigo o pareja te
aceptará tal y como eres, o sino mejor quedarse solo, pero feliz.
A la pregunta
inicial del niño, yo le haría esta pregunta: ¿Qué hay en tu corazón? ¿Que
sientes por ti mismo? Si contesta que te ama, contestó. Bien, empezamos bien.
Fluir es
vivir…