Dueño De Tu Poder...
Introducción
Sé que te asusta ver tantas
palabras, que al ver un extenso escrito lo pasarás por alto, e incluso le darás
al “me gusta” y no terminarás de leerlo. En esta ocasión se muestra ante ti una
gran oportunidad de conocerte, de aprender, de ser tu misma/o. Solo piensa
cuanto tiempo dedicas a alimentar este conocimiento sobre ti y cuánto tiempo
pierdes en otras cosas. Regálatelo…
Yo reconozco que este
escrito, puede ser el mejor de todos los que están publicados en Trazos de mis
Escritos y Lecturas. Resume de manera perfecta, esa necesidad mía por exponer y
comunicar en todos sus aspectos, la mayor inquietud de mi vida y que no es otra
que la que ya muchos conocen y respetan aunque no lo entiendan. Merece su
tiempo y su respeto solo por ti y nada más que por ti.
No es un escrito más. Su
hallazgo ha supuesto para mí un reconocimiento a mi labor a la hora de intentar
dar a conocer algo que siento y creo desde hace muchos años, en lo que no dejo
de trabajar, por considerarme profundamente comprometido. Termino de
identificar en estas palabras la intención que siempre he buscado transmitir,
pues confieso que en más de una ocasión, no sabía cómo hacerlo, preguntándome
si realmente mi actitud ante la vida y mi forma de pensar, solo existían en mí,
haciéndome dudar de mí mismo, no entendiendo la razón de esa incomprensión que recibía
a cambio. Esa duda ha quedado despejada al leer estas palabras. Ahora está en
tus manos y solo tú decides que hacer. Yo, evidentemente hace tiempo que tengo
claro mi particular compromiso y cuál es mi reto.
Espero que resulten para ti
no solo una de las mejores enseñanzas, como lo es para mí, sino una confirmación
de que realmente, aquellas/os que comparten conmigo esta autenticidad, no somos
las/los únicos que hacemos de ello una forma de vida. Por lo tanto, no tiene
nada de descabellada esa “libertad” desmesurada de la que tanto hablo, y mucho
menos esa inquietud a la hora de ser y de sentir la vida, sus acontecimientos y
sus sentimientos. Aquí está la mejor prueba. Los que mejor me conocen podrán
leer ahora con otras palabras la esencia que persigo y la verdadera misión de
este blog. No dejen pasar algo que les hará dueños de su poder.
Dueño de tu Poder
Ser dueño de tu propio poder,
tu poder de ser auténtico, de ser quien realmente eres, se trata de hecho, de
apropiarte de tu libertad. De muchas maneras, has cedido tu poder y/o libertad
por tu forma de hablar, de pensar y ser.
Por ejemplo, cuando dices o
piensas algo como, “Esa persona me hace enfadar”, has cedido tu poder /libertad
de decidir si estar o no enfadado, con esa persona. Has dicho que no tienes
poder, y que esa persona tiene el poder de decidir cuándo te enfadarás.
Puedes elegir, no hacerlo
nunca más.
Sería más adecuado decir algo
cómo, “Me enfado cuando esa persona hace eso”. De esa forma, llegas a
comprender que eres tú el que te has hecho enfadar, y también que puedes
decidir sentirte enfadado, o sentir algo distinto. (Disgustado)
Nadie más que tú “hace” que
te sientas enfadado, o triste, o deprimido, o feliz, o sexy, o aburrido, etc. A
partir de ahora estás en el proceso de decidir por ti mismo sobre tu vida, tus
opciones, tus acciones, tus sentimientos, y lo que ves, ¿por qué no adueñarte
del poder de tomar decisiones a todos los niveles?
Presta atención a las
palabras que utilizas, porque ellas forman las bases de tus formas de
pensamiento. Escucha tus palabras, y date cuenta si ellas reflejan o no tu
libertad de decidir por ti mismo, qué sientes o qué haces.
Dices, “¿Déjame hacer esto”,
pidiendo permiso o expresas tus deseos diciendo, “me gustaría hacer esto”, o
incluso “Voy a hacer esto?”. Dices, ¿“Esa persona me manipula” o “Me permito a
mí mismo ser manipulado”? Cualquier cosa que hayas estado haciendo que no haya funcionado
para ti, puedes elegir no hacerla nunca más.
¿Te has reprimido de expresar
lo que realmente querías por lo que pensabas que alguien pudiese pensar?
Entonces, has cedido el control de tu poder de palabra a esa persona.
Eres libre, lo sabes. ¿Estás
deseando ser dueño de tu libertad?
¿Te has reprimido de mirar
algo o a alguien por lo que otra persona pudiese pensar? Entonces, le has
cedido tu libertad de elección de ver lo que quieres, a esa persona.
¿Te has reprimido de hacer lo
que querías por lo que otra persona pudiese pensar? Has cedido tu libertad de
acción. Te has reprimido de hablar, de actuar, de ver lo que era autentico para
ti. La visión clara se relaciona con permitirte ser auténtico, y confiar en
ello, de hecho, insistir en ello.
Al ser dueño de tu libertad,
también debes desear reconocer la libertad de los demás. Nadie te da tu
libertad, ya es tuya. Sólo depende de ti ser libre. De la misma forma, tú no
das a los demás su libertad. Tú sólo puedes reconocer que ellos la tienen.
Cuando haces algo, los demás
son libres de sentirse cómo ellos elijan acerca de lo que tú haces. Para ti,
sin embargo, solamente estás siendo auténtico, y actuando con amor y libertad
según tus motivaciones. Si eres malinterpretado, puedes elegir aclarar el malentendido
a través de la comunicación. No es necesario que cambies tu forma de Ser por la
forma en que los demás se sienten. Si eliges cambiar, debe ser porque tiene
sentido para ti hacer las cosas de distinta forma.
De la misma manera, si otra
persona hace algo por lo que tú eliges no sentirte bien, esa es tu opción. Esa
persona, también, es libre. Si el no sentirse bien es el resultado de un
malentendido, puede aclararse a través de la comunicación. No supongas nada.
Pregunta, y entonces lo sabrás.
Si el no sentirse bien es el
resultado de apegos que necesitas liberar en tu camino hacia la claridad y la
libertad, puedes encontrar otra forma de pensar y de sentir dónde te sientas
mejor, en la cual no estás decidiendo lo que otra persona haría de distinta
manera, sino preferiblemente lo que tú necesitas hacer de otra forma.
Si esperas que la otra
persona cambie su forma de Ser por la forma en que te sientes, entonces estas
queriendo controlar a esa persona. Si no quieres ser controlado, ¿estás
deseando cesar de controlar?
Quizás en el pasado, cuando
mirabas una situación que no considerabas óptima, habías decidido lo que la
otra persona debería haber hecho de forma distinta, o que debería hacer de
diferente en el futuro. Cuando te apropias realmente de tu poder y de tu
libertad, eso ya no lo haces más, si no que solo decides lo que podrías haber
hecho de distinta manera entonces, y lo que puedes hacer de distinto a partir
de ahora, en el futuro. Cuando eres sincero acerca de esta cuestión, tus
pensamientos se incluyen también en el proceso. Mientras te encuentres pensando
lo que otros harían, o pensarían, o sentirían, no eres totalmente dueño de tu
poder o de tu libertad.
Si quieres ser dueño de tu
libertad, ¿estás deseando reconocer la libertad de los demás también? Entonces,
puedes comprender que no haces a los demás tristes, si no que ellos pueden
decidir sentirse de esa forma cuando tú haces algo. Tú no les haces felices, si
no que ellos optan por sentirse así cuando tú haces algo.
No importa lo que hagas,
digas, algunas personas lo aprobaran, y otras no. Tienes la libertad de decidir
con qué personas estarás. Si decides estar con los que te juzgan, puedes
sentirte como una mala hierba en un jardín, sintiéndote constantemente como si
necesitases defenderte a ti mismo y a tu forma de Ser.
En cambio, puedes elegir
estar bien cuando te juzguen, sabiendo que solamente estás siendo quien tú
eres, y que los demás son libres de sentir lo que quieran acerca de esto.
Pueden estar juzgándote bajo sus estándares, pero tú estás viviendo bajo tus
propios estándares. También puedes elegir estar con esas personas que no te
juzgan, y en cambio, te aprecian por quien eres. Puedes sentirte más libre, y
más relajado cuando eres auténtico, siendo quien realmente tú eres.
Comprenderás que tú no eras una mala hierba, sino solamente una flor en el
jardín equivocado.
Quizás, en el pasado, tendías
a cambiar, a ser alguien distinto de quien eres realmente, para ser amado, para
obtener amor. Si quieres saber que eres querido por quien tu eres, entonces sé quién
realmente eres, y deja que sea esa la imagen que se ama.
El amor no puede ser
solicitado. Debe fluir libremente, y darse libremente. Entonces, sabrás que ese
amor es auténtico. Si tú creas una imagen a fin de ser amado, y la gente ama esa
imagen, con eso no te sentirás amado por quien realmente eres.
Si las expresiones de amor se
solicitan, se piden, entonces no sabes en realidad si se manifestarían en caso
de que tú no la pidieras. Todavía no estarías seguro del amor. Date cuenta
cuando las expresiones de amor proceden libremente de los demás, cuando tú eres
auténtico. Entonces, sabrás que llegan porque los otros eligen expresar su
amor, y sabrás que es auténtico. Cuando sabes que el amor está ahí, ábrete y
siéntelo.
A veces, las expresiones de
amor son malinterpretadas, porque nos han enseñado distintas formas de expresar
el amor que sentimos. La forma en que algunas personas expresan su amor es a
veces malinterpretada como amor que se quita. Los malentendidos pueden
resolverse a través de la comunicación, de modo que las expresiones de amor al
final pueden ser esas en las que destaca la experiencia de la persona que las
recibe, algo que les hace sentir bien.
Acuérdate de expresar tu amor
de esa forma, también. Expresa tu amor de la forma en que te gustaría que los
demás expresasen su amor por ti, de una forma en que el resultado sea que se
sientan bien, y de una forma en que tú serías feliz cuando lo recibieras.
Tienes el poder y/o libertad
de ser quien realmente tú eres, de estar dónde quieres estar, con quien
realmente te gustaría estar (si a ellos les gustaría realmente estar contigo),
haciendo lo que realmente quisieras hacer. Los demás, también, tienen el mismo
poder /libertad.
Si honestamente te encuentras
incapaz de decir, “Amo donde estoy, Amo con quien estoy, Amo lo que estoy
haciendo”, entonces algo tiene que cambiar. Tienes el poder y/o libertad de
hacer que cambie.
Si es una situación donde no
te sientes feliz, tienes tres opciones:
1. Cambia la situación.
Re-ordénala.
2. Cambia la forma en que ves
la situación.
3. Deja la situación, y
encuentra otra.
Si la situación, por ejemplo,
es tu trabajo, puedes cambiarlo de manera que lo que estés haciendo signifique
más para ti. O, puedes verlo de otra forma en la que te sientas mejor y por lo
tanto te sientas feliz en esa situación (pero debe ser auténtica/o para ti). Si
no haces ninguna de estas cosas, entonces quizás necesitas hacer algo distinto,
en un trabajo distinto, de manera que desees cada día invertir tiempo y energía
en él.
Si es tu hogar, ¿te sientes
como en casa en él? Si no, re-ordénalas de forma que lo parezca. O de otra forma,
elige verlo como que es realmente perfecto para ti ahora. En caso contrario,
múdate.
Si crees realmente que estos
cambios son demasiado inmensos para ti, que “no puedes hacerlos”, es porque tú
has cedido tu poder y/o libertad. No es que no seas capaz de realizar estos
cambios, si no que no has elegido hacerlo. Aún tienes el poder de crear tu vida
de la forma en que realmente te gustaría que ésta fuese. Tienes el poder y/o
libertad de cambiar lo que no ha funcionado para ti, cambiar lo que no ha
resultado en tu ser tan feliz como te gustaría que fuese.
¿Estás con personas, con
quien realmente no disfrutas estar? Si es así, has cedido tu poder de ser feliz
a ellos.
No tienes que hacerlo nunca
más.
Si has cedido tu poder,
puedes recuperarlo. Aún es tuyo. Aprópiate de él.
Tu poder y/o libertad también
incluye tu opción de cambiar los patrones dentro de ti mismo que reconoces que
no han sido óptimos, que son el resultado de una percepción equivocada, y de
formas limitadas de comprender.
Tus apegos y adicciones están
entre tú y tu libertad. Cuando eres libre, eres capaz de decidir en cada
momento qué te gustaría hacer, y qué tiene sentido hacer. No te permites a ti
mismo ser controlado por programas pasados.
Cuando eres adicto a algo y
no lo obtienes, no te sientes bien. El grado de tu malestar muestra el grado de
apego o adicción. Puedes elegir no dar tu poder a tus apegos, o al objeto de
tus apegos. El desapego es libertad.
No se trata de desprenderse.
Desprenderse es alejarse de todos los sentimientos. El desapego permite
sentimientos positivos de alegría cuando tienes algo. Cuando hay algo que no
tienes, eres capaz de focalizar tu atención en lo que tienes.
Si, por ejemplo, estas
apegado a una cena con langosta, y no puedes cenar langosta, no eres libre de
disfrutar lo que tienes. Cuando no estás apegado, puedes disfrutar una ensalada,
un bistec, o si dispones de langosta, realmente disfrutarla, también.
Si estás apegado o eres
adicto a una persona, cuando estás con ella, pasas tiempo preocupándote por
cuando no estarás con ella, y cuando ellos no están, pasas tiempo echándoles de
menos, y no estando presente con la gente que está contigo. Eso no es libertad.
Tienes el poder y la libertad
de estar totalmente presente dondequiera que estés, disfrutando de lo que esté
ocurriendo.
Los demás no tienen que
cambiar su forma de Ser por tus apegos, y tú no tienes que cambiar tu forma de
Ser por las adicciones de los demás.
Tú asumes la responsabilidad
total de ti mismo, y cualquier cosa que pienses, hagas o digas y reconoces que
los demás tienen la responsabilidad por cada cosa que elijan pensar o hacer o
decir.
No decidas qué piensan los
demás, o que harán en una situación dada, porque, de hecho, realmente no lo
sabes, esa es su responsabilidad. Solo necesitas examinar tu propia conciencia
y lo que ocurre en ella.
Los demás son libres para
querer lo que quieren y tú eres libre de decir sí o no a eso. Es correcto para
ellos quererlo y es correcto para ti el no quererlo. De la misma forma que eres
libre de querer lo que quieres y los demás son libres de no querer lo mismo.
Cuando ambos queréis lo mismo, hay un acuerdo libre y entonces es probable que
algo suceda. Si no, puedes estar de acuerdo en no estar de acuerdo y cada uno
puede encontrar la felicidad y la satisfacción a su manera.
Cada persona tiene derecho a
tener su propia opinión y sus propios pensamientos y deseos y tú, eres libre.
Revisa tu película, en la que
no eres solamente el protagonista, sino también el director. Y también eres el
público. ¿Cuáles eran los efectos de tus acciones y palabras? ¿Podrías haber
escrito un mejor guion para ti mismo? Si es así, ¿qué hubieses hecho de otra
manera? ¿Podrías haber actuado con más amor, más comprensión? Revive la
situación en tu mente, haciéndola distinta, y mira el final diferente. Decide que,
si la situación se presenta de nuevo, la revivirás de la nueva forma. Dedícate
a esa decisión. Entonces, has cambiado para mejor, porque era tu elección, y
has aprendido lo que necesitabas.
Así mismo, debes darte cuenta
de que las cosas ocurren de la forma que tienen que ocurrir, con la química de
las personas involucradas, para obtener el resultado que necesita ocurrir. La
próxima vez, sin embargo, serás capaz de lograr el mismo resultado con más
armonía.
Continúa haciendo esto hasta
que seas honestamente capaz de dar a tu película y a tu carácter grandes
repasos. ¡Si vieras esa película en el cine, hubieses pensado que era una
película fabulosa, con una estrella inspiradora: tú! Hubieses recomendado la
película a tus amigos y disfrutaríais viéndola de nuevo.
Date cuenta de cuáles son tus
motivos para hacer las cosas. ¿Cuáles son tus motivaciones?. En una situación
dada, ¿estás escogiendo el miedo o la libertad? ¿Estás haciendo las cosas
porque realmente las has elegido, o las estás haciendo, o no haciendo, por
miedo? Confía en tus instintos y en lo que es auténtico para ti, y haz lo que
realmente quieras hacer.
¿Te contenías de ser quien
realmente eres porque pensabas que tenías que hacerlo, y luego te dabas cuenta de
que realmente no tenías que haberlo hecho? Entonces, la base de tu decisión y
tus acciones era el miedo. Toma la decisión de que no tienes que hacerlo nunca
más. Puedes ser quién realmente eres, y la gente te disfrutará aún más. Cuando
haces lo que realmente quieres, algo maravilloso ocurre.
¿Es el amor tu motivación, o
es la culpa? ¿Haces las cosas para evitar sentirte culpable?, porque te
sentirías culpable no haciéndolas… O actúas claramente, haciendo lo que
realmente quieres hacer, como una expresión de amor.
Si has estado teniendo como
motivaciones el miedo o la culpa, ¿quieres seguir de esa manera? No tienes
porqué, lo sabes.
Puedes hacer una elección
consciente, una profunda decisión, no tener miedo o culpa o ira controlando tu
vida, sino actuar como un Ser conscientemente libre. Cuando lo haces, a partir
de ese momento, si descubres que tu decisión va a ser de una cierta forma, o
hacer (o no hacer) una cierta cosa basada en el miedo, la culpa o la ira,
dedícate a tomar una decisión distinta. Entonces, no estás permitiéndole ser
controlado por los patrones pasados de ser o hacer, sino viviendo realmente tu
libertad.
Eres realmente libre.
Solamente tienes que adueñarte de tu libertad, y ser libre. No solamente te
sentirás mejor y disfrutarás tu vida mucho más, sino que también liberarás patrones
que se asociaban con visión distorsionada. Vas a volver a la claridad.
Eres libre de pensar de la
forma que elijas, y amar de la forma que elijas, y actuar de la manera que
elijas.
La gente que te ama disfruta
viéndote feliz de la forma en que realmente te gusta ser feliz, siendo la
expresión más llena de tu Ser, siendo auténtico, siendo todo lo que tú puedes
ser. La gente que te ama realmente quiere que tengas éxito.
Pero, depende de ti.
Tienes el poder y la libertad
de ser auténtico, de ser feliz, de tener éxito, de estar satisfecho.
Mira claramente lo que es
auténtico para ti. Y vívelo.
Mientras nos han enseñado que
es algo bueno ser nosotros mismos, de hecho, también necesariamente, nos han
enseñado de muchas maneras que no tenemos que ser nosotros mismos para
complacer a los demás y que es bueno complacerles, hacer feliz a los otros.
Entonces, parece ser una
elección entre hacer feliz a los demás, por un lado, y siendo nosotros mismos,
hacernos felices a nosotros mismos, por el otro lado.
Si has estado eligiendo no
ser tú mismo para que otros fueran felices, has decidido que complacer a los
demás era más importante que ser realmente tú mismo. Esta era una bonita
expresión de tu amor, pero con un coste elevado para ti, y tu facilidad de Ser,
y tu salud. La facilidad de Ser se asocia con la salud. No ser tú mismo
requiere una inversión de energía, que también se conoce como estrés, un
elemento no saludable desde ningún punto de vista.
Lo que tiene mayor sentido es
cambiar tus prioridades de forma que, ser auténtico, sea lo más importante de
hecho, una parte necesaria de cualquier proceso de sanación.
Aún puedes disfrutar
expresando tu amor de cualquier forma que funcione para ti y saber la
importancia de ser auténtico. Siendo tú mismo. Siempre. Con claridad, y amor.
Obtendrás tu libertad…
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