jueves, 5 de octubre de 2017

Cómo reconocer tus límites…

Cómo reconocer tus límites…



En el mundo que vivimos pareciera que quien no se estresa no funciona. Es importante reconocer tus propios límites, parar de vez en cuando y organizarte para evitar estar desbordada/o.
Reconocer tus límites para evitar estar saturada/o.
Si tu vida sigue un ritmo frenético, no tienes ni un minuto que perder y estás desbordada/o de trabajo, este escrito es para ti. Tu situación es mucho más frecuente de lo que parece y, lo que es peor, hoy en día se justifica y casi hasta se exige. Parece que es normal y deseable estar así y si no ocurre, es que no eres un profesional "de verdad".
Es cierto que determinado nivel de estrés es bueno para tu desarrollo, pero aquí hablamos de algo más que eso.

Nos referimos a una situación en la que no tienes tiempo para ti, estás estresada/o y empiezas a darte cuenta de que así no puedes seguir. O bien ya estás totalmente desbordada/o y no sabes cómo cambiarlo. Es algo frecuente, y también preocupante, porque esto no para, hasta que algo te obliga a parar (una enfermedad, por ejemplo) y por supuesto, no queremos llegar a ese punto.

Cómo evitar sentirte desbordado.
Entonces, ¿qué puedes hacer cuando tu vida te desborda? Tres cosas:
Reconoce tus límites.
No es la vida la que te desborda, eres tú que no sabes poner límites.
Todos tenemos un límite y, aunque no solemos pensar en él, es muy importante conocerlo. De este modo sabrás cuando te acercas a él y podrás hacer algo al respecto. Así disminuirá tu desgaste y el estrés. Porque ya sabemos cómo te afecta esa situación, y no solo a ti, sino a los que te rodean también. Y a lo mejor te preguntas, ¿y cómo puedo saber cuál es mi límite? En el libro "Cómo estar mentalmente equilibrado"(Ediciones B), Philippa Perry comenta que es importantísimo parar de vez en cuando para evaluar cómo te sientes en ese momento, qué piensas, qué haces. No tiene que ser un descanso largo, lo importante es que te acostumbres a analizar cómo te sientes. Por ejemplo, ahora mismo, ¿cómo te sientes? Cansada/o, aburrida/o, motivada/o, contenta/o, con hambre, con sed... Este el primer paso para aprender a reconocer cuando estás llegando al límite, y así poder parar a tiempo.
"No es la vida la que te desborda, eres tú que no sabes poner límites."
Identifica la causa de las prisas.
En general, hay tres causantes de que estés siempre corriendo, de un lado a otro:
Demasiadas tareas para un tiempo determinado que, aunque te encantaría, no puedes estirar.
Demasiadas personas pidiéndote cosas.
Una sensación interna de tener prisa. La sensación de que no puedes parar, de que hay algo más que hacer (que, por supuesto, siempre lo hay), de que no puedes perder, ni un minuto...
Identifica cuál o cuáles te afectan más.
Soluciona el problema.
Si tu principal problema es el de las tareas, ¿cuál es la solución? Hay varias: delegar, aprender a priorizar, no subestimar el tiempo, que te va a llevar una determinada tarea, etc.
Si lo que te afecta son las personas, claramente es imprescindible que aprendas a poner límites y a decir que no.
Si tu principal problema es la sensación interna de prisa, es más complicado. Algo que ayuda es obligarte a parar varias veces al día, aunque sólo sean cinco minutos. La cuestión es parar tu ritmo frenético y hacer algo que te relaje o simplemente que suponga un “Stop”: leer, escuchar una canción, dar un paseo o hacer el ejercicio que mencionamos antes. Lo importante es que te acostumbres a parar y veas que la vida sigue y que tú te sientes mejor. Esto, que es aparentemente sencillo, cuesta mucho, porque no vas a querer parar literalmente, ni un minuto, la cuestión es obligarte.
Además, en todos los casos es imprescindible disminuir tus exigencias y expectativas. Es algo complicado, pero tienes que tenerlo en cuenta.
En resumen, es fundamental que seas consciente de cuáles son tus límites y de que sobrepasarlos no es nada bueno. Así que párate a pensar hasta dónde puedes llegar, de cuántas tareas puedes ocuparte, sin estar asfixiada/o, de cuántas personas (o peticiones de personas). Aprende a identificar cómo te sientes en cada momento para no llegar hasta ese punto sin retorno. Y no te engañes, independientemente de lo atareada/o que estés y las razones que tengas, lo más importante es que eres tú la o el que tiene que decidir que hasta aquí has llegado, y ponerte a solucionar ese ritmo frenético antes de que algo grave te obligue a parar.

"Es importantísimo parar de vez en cuando, para evaluar cómo te sientes en ese momento, qué piensas o qué haces."





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