El Dolor Del Alma... ¿Dónde estás corazón?
¿Dónde estás corazón?, No
puedo oír tu palpitar.
Es tan grande el dolor, que
quisiera llorar. Yo quisiera llorar, y no tengo más llanto, la quería yo tanto
y se fue, para nunca volver. Estribillo de una canción. (De mocedades).
Uno de los dolores más fuerte
que conocemos, es el del corazón o del alma. Son dolores que no hay píldoras
para contrarrestarlos, no hay recetas mágicas. No las encontramos en la
farmacia, como las banditas (curitas) para colocarlas en ese órgano vital,
cuando un sentimiento nos golpea.
Los médicos dicen; que el
corazón no duele, pero parece que no saben tanto o nada. La pérdida de un ser
amado, las desilusiones, las tristezas de ver a un ser querido, sufriendo. En
fin, todas las grandes tragedias humanas, que se alojan en el medio del pecho y
aprietan.
Cuando eso sucede la vida, se
va consumiendo. Todos sabemos, cómo los que sufren un gran dolor en el alma se
envejecen a pasos agigantados. Y aún que nadie quiere sufrir ningún dolor,
estoy seguro de que es este tipo de dolores los que nadie quiere tener y gustosos
lo cambiarían por un dolor físico.
No sé porque nos cuesta tanto
entender y validar en forma absoluta que las cosas que nos pasan a nivel emocional
repercuten directamente a corto, mediano o largo plazo en nuestro cuerpo. Nos
cuesta percibirnos como una totalidad en la cual a todo nos afecta, si a todos.
Hace unos días escribí un
escrito donde trataba de comunicarles lo que entiendo por sentimientos. A mí me
duele el corazón por lo que estoy viendo y viviendo, insisto que los ignoro, si
es porque soy culpable o inocente de lo que me sucede actualmente, pero tengo
un dolor sentimental y lo único que hay para curar ese dolor, es recuperar a la
persona que tengo en mi interior. Por lo tanto, a modo de una cruzada personal
o de manera lógica, uso los medios de las redes sociales como ventanilla para
ventilar lo que siento.
No sólo yo hablo del tema, he
encontrado varios blogs que comentan del asunto. Lo triste es que todos ellos
lo hicieron en forma no fácil para entender. Más medios se dedican a en listar
una serie de comentarios que en cuestiones sentimentales, se ve que no hilan
una.
A lenguas se ve la estupidez
humana. Nos comportamos muy valientes cuando hablamos del dolor ajeno, pero si
cualquiera de los que escriben, acerca de situaciones parecidas, seguramente la
idea no sería tan descabellada. Es fácil gritar desde lejos o detrás de la barrera.
Pero no se queda todo ahí, el
caso no solo es de falta de empatía. El temor de los comentarios de esas
columnas, no reflejan el sentir general.
Los hombres se niegan a dejar
a un lado el machismo y el encierro sentimental, y algunas mujeres se sonrojan
pensando que ellas podrían ser las víctimas (esposa, novia o amiga) de este
tipo de acciones.
No sería lo mismo si el
escrito hubiera sido de un joven de 17 años. Sonaría algo tierno, sería
alargado por romántico y algunas jóvenes se conmovería por los vientos, del
escritor, soñando ser ellas las destinatarias de tal artículo.
Me pregunto:
¿Es entonces un problema de
edad?
¿Es más ridículo defender el
amor, entrado en años y con más historia, que la pasión de un hombre joven?
¿Dónde estás corazón?...
Pareciera que sí, así es. Se
puede entender que un joven lo redacte, durante el periodo del noviazgo, más
lejos, edad madura, está vedado. Un escrito de este tipo dentro del matrimonio
está fuera del lugar ya que es un campo para otro tipo de juegos donde el amor
parece estar en el banco. En ese juego se premia la tradición, se festeja el
engaño al cónyuge y a la mentira. Se abraza al que conquista a otra persona que
no sea su esposa o esposo. Y se es cómplice de amores de los amigos y los
compadres. Se enaltece un anti valor, y se festeja a quien valientemente se
atreve a defender ese amor.
Se publican las luchas que se
hacen por un engaño y condenamos la lucha que se hace por un cariño o amor. De
esta forma matamos a la luz del día y nos escondemos en la noche oscura, para
hacer el amor. De igual manera en las escondidas para poder ocultar sus amoríos
y si no los tuvo entonces es peor, ya que, para que, por lo que no hizo. Pero
nadie, nadie, elogió la lucha que lleva a cabo ese individuo.
Hay cientos de libros,
películas, historias y canciones de amor, que hablan del sacrificio que se
haría por la persona que se ama. El amor romántico se enaltece en todas ellas.
Incluso las más grandes obras de nuestra lengua, como El Quijote, que cuenta
las andanzas delirantes de un larguirucho caballero por su Dulcinea. Cuando un
montón de carne y hueso hace su aparición, es lapidado con golpes de lenguas y
plumas criticándolo. Parece ser que es más valioso a los ojos ajenos
desenvainar la espada ante un solo personaje, que ante miles de ojos que lanzan
fuego y veneno.
Va muy mal nuestra sociedad.
Y los hombres que la habitan son cobardes e hipócritas. Parece niños temerosos
de decir lo que sienten para quedar bien con el grupo. Pagan por ver, leer o
escuchar historias de amores de valientes, y cuando las tienen frente a sus
ojos se acongojan, contienen sus sentimientos y se burlan con pusilanimidad.
Mientras, irónicamente, algunas mujeres ayudan y alientan este comportamiento
de los varones que las rodean, en lugar de pedirles que luchen por lo que es
correcto, sin importar "lo que digan los demás". Luego les tocara a
ellas cosechar lo que sembraron y llorarán amargamente.
La gran contención emocional
que se ha demostrado en este escrito quizás explique el alto índice de maltrato
y los problemas sociales entre otras tantas enfermedades de la sociedad.
Quizás si luchamos por
aquello que nos hace sentir vivos, plenamente vivos, que nos hace sentir de
nuevo, que es nuestro corazón el que late dentro y no sólo las ambiciones
temporales, quizás tengamos un motivo más poderoso y más dispuestos a darnos la
mejor vida... Solamente respetándonos y respetando a los demás....
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