lunes, 30 de octubre de 2017

La empatía, y el valor de saber escuchar…

La empatía, y el valor de saber escuchar…



Muchas veces dentro de los grupos de amigos a uno de los integrantes de ese clan se lo conoce como “el psicólogo” del equipo porque siempre pone el oído para escuchar los problemas e inquietudes de los demás y hasta se los hace como propios. Este acto no necesariamente pasa porque conozca o guste de esta ciencia, sino porque simplemente es una persona empática.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben “leer” a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc.
En base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. Las personas con mayor capacidad de empatía son las que mejor interpretan como se sienten las demás
Es de suponer que, si en la interacción entre dos personas existe algún contacto físico, la persona tiende a desarrollar mayor empatía con la otra y las personas que interactúan sin contacto no desarrollan la capacidad.
La misma se comprobó mediante un test aplicado a un grupo de alumnos de primaria de un colegio que el contacto físico alienta o hace factible la conducta pro social conocida como empatía.
Un profesor dividió al lote de alumnos en 2 grupos distantes uno de otro. "En un grupo los saludaba a los chicos de forma amigable y les tocaba el hombro o el brazo. Después de hacer esto hacia que “accidentalmente” se le cayera algo al piso. Como se había desarrollado la empatía; el 95% de ellos me ayudaba a levantar ese objeto del piso", según el experimento.
Al mismo tiempo su compañera de equipo realizaba el mismo proceso con el otro grupo de alumnos, pero lo hacía de una manera más sobria y señorial, sin hacer el contacto físico. Al dejar caer el elemento al suelo menos del 5% de los examinados le ayudó a levantarlo.
Esta indiferencia se debe según sus conclusiones, a que como no hubo contacto físico, entonces la empatía no se desarrolló.
La empatía es innata.
Se entiende que la empatía es innata porque existen casos de niños quienes desde el poco tiempo de vida demuestran empatía hacia los demás. “Eso se debe gracias a las conexiones cerebrales y justamente por ello, si el ambiente familiar no ayuda a que el niño siga desarrollando esa práctica puede ser que desaparezca o de seguir cultivándola, haría que se acentúe”, reflexiona un especialista.
¿Qué pasaría en el caso de no desarrollarse esta característica? La persona deja de ser empática y poco a poco va perdiendo ese sentido de ponerse en el lugar de otro y le da igual lo que pasa a su alrededor.
Una persona es empática cuando deja de lado sus prejuicios y se pone en el lugar de la escucha y contiene a su interlocutor si es necesario. Además de compartir sus sentimientos. Por el contrario, no es empática cuando actúa de forma contraria, no tiene preocupaciones por el estado del otro y le es indiferente.
“Los empáticos son personas con una elevada sensibilidad social, les gusta escuchar, están atentos a las necesidades de los demás, respetan y comprenden las opiniones dispares”.
¿Cómo se diferencia a los empáticos en un grupo de personas?
“Son personas con una elevada sensibilidad social, les gusta escuchar, están atentos a las necesidades de los demás, respetan y comprenden las opiniones dispares". Al mismo tiempo se advierte que si la persona utiliza de forma negativa esta capacidad podría llegar a manipular a los integrantes de su entorno con la misma.
Así también se especifica que ser empático en sí, significa tener inteligencia emocional, si esa inteligencia no está bien consolidada podría ser que la persona se olvide de vivir su vida, sus problemas y viva la vida de los demás.
¿Cómo ser más empático?
La psicóloga española Ana Muñoz analiza en su blog que una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando con más detalle a los demás mientras habla con ellos. Prestandoles toda su atención y observando todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su lugar y “leer” lo que siente.
“Si mientras hablas con alguien, estás más pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu alrededor o de ciertas preocupaciones que rondan tu mente, tu capacidad para “leer” a la otra persona no será muy alta”, analiza bien esto.
Pero en el mismo apartado retrae que la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, sino que implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona está sintiendo. “Si alguien te dice que acaba de romper con su pareja y tú sonríes y exclamas “¡Qué bien!”, no estás dando una respuesta muy empática”.
“Si mientras hablas con alguien, estás más pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu alrededor o de ciertas preocupaciones que rondan tu mente, tu capacidad para “leer” a la otra persona no será muy alta”.
Puntos para saber cuándo una persona es empática.
Para medir o detectar que tan empática es una persona, los puntos se basan en todo lo expresado anteriormente para llegar a 5 puntos que ayudan a saber que una persona puede ser empática y son;
Puede interpretar como se siente una persona sin necesidad de indagar mucho.
Está constantemente ofreciéndose a ayudar.
En ocasiones se las puede ver sin compañía.
Evitan grupos de personas numerosas.
Tienen buena disposición para reconocer sus errores.
Sobre los puntos tres y cuatro se aclara que esto lo hacen para evitar sentirse abrumados por la necesidad emocional de los demás.

Las personas empáticas se encuentran en todos los ámbitos de la vida cotidiana, el trabajo, la escuela y hasta en el mismo hogar. Todos podemos desarrollar cualidades de empatía poniéndonos en los zapatos de los demás. Esto puede en mayor o menor medida, mejorar nuestras relaciones interpersonales. Y usted, ¿Es empático?





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