La ilusión del tiempo en nuestras vidas…
“Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el
tiempo”
Mira tú reloj, ¿qué hora es?
El paso del tiempo es una de las grandes cuestiones que más horas ha
llevado tratar de resolver y aún quedan minutos, segundos y milisegundos de
investigación para desentrañar todos sus misterios.
Es tal el interés y la complejidad de esta pregunta que incluso se organizó
un concurso donde científicos tenían que darle respuesta de forma muy sencilla
a un jurado compuesto por unos mil niños de 11 años.
Nuestra vida está ligada al tic tac de las agujas del reloj. Hacemos
planes, organizamos visitas, nos aprendemos los horarios de los transportes
para no llegar tarde y soplamos velas cuando celebramos el aniversario de
nuestro nacimiento. Dormimos una media de ocho horas, tenemos que cumplir con
el horario de trabajo establecido y tachamos días en el calendario.
Pero hay dos formas de explicar este concepto: una cosa es el tiempo que
corre en el reloj y otra distinta cómo percibimos su paso.
¿Cuántos relojes tenemos?
Reloj circadiano
Es el que nos permite que midamos la duración de las horas del día. Se
encarga de controlar nuestro sueño, de que nos despertemos y de señalarnos las rutinas
que adquirimos: “tengo hambre, tiene que ser la hora de comer” o “ya tiene que
ser la hora de ir al gimnasio”.
Digamos que es aquel que nos avisa de los hábitos y funciones más básicas
de nuestro organismo. Se distorsiona cuando hacemos un viaje largo en avión,
provocando el fenómeno conocido como “jet lag” que es una descompensación
horaria tras un viaje transatlántico, al producirse un desequilibrio producido
entre el reloj interno y el horario real.
-Reloj milisegundos
Es, obviamente, el más preciso. Gracias a él podemos percibir
correctamente el habla, el ritmo de una canción o controlar nuestros
movimientos más finos como alcanzar un objeto al vuelo que se dirige hacia
nosotros.
Reloj cognitivo
Cierra los ojos y cuenta hasta un minuto. Este es tu reloj cognitivo. Se
activa cuando somos conscientes del paso del tiempo y sirve para medir las
duraciones comprendidas entre unos pocos segundos y algunos minutos.
Es el más flexible de todos, ya que podemos detenerlo y ponerlo en marcha
cuando queramos. Pero esta facilidad tiene también su punto débil: importantes
factores como la memoria, la atención o las emociones pueden alterarlo.
Las paradojas del tiempo.
“Cuando miramos el reloj, podemos ver moverse el segundero, pero sólo la
memoria nos dice que las manecillas de los minutos y las horas se han movido”.
Esta paradoja resalta que ante un concepto tan abstracto e intangible necesitamos
una referencia física para tener constancia del paso del tiempo. Un péndulo de
un lado hacia otro, unas manecillas girando paso a paso, la sombra de un reloj
de sol o la arena fina cayendo.
“Una olla observada nunca rompe a hervir”.
Esta afirmación confirma que la atención juega un papel muy importante. Y
es que, si nos centramos en el tic tac, el tiempo parece estirarse o incluso
congelarse. De ahí que cuando estamos disfrutando y no somos conscientes del
reloj el tiempo se nos pase muy rápido y que, por el contrario, si estamos
aburridos y sólo deseamos que el tiempo vuele, como venganza va más lento que
nunca. Es todo un clásico: Mamá, ¿cuánto falta para llegar?
“Se me está haciendo eterna la espera al dentista”.
Las emociones también tienen su influencia. Ya estemos bajo un estado
emocional positivo o negativo la percepción del tiempo se altera. Por ejemplo,
el tiempo en la sala de espera antes de entrar a una entrevista de trabajo se
hace más largo de lo que en otras circunstancias nos parecería.
Está comprobado que si le preguntas cuánto tiempo han estado en el aire a
personas que acaban de saltar haciendo puenting o con paracaídas, te dirán que
ha sido más tiempo del que realmente ha pasado, ya que con emociones fuertes
todo se ralentiza.
Nos activamos para no perdernos detalle del momento que estamos viviendo y,
a su vez, nuestro sistema de supervivencia se activa para hacer frente a la
situación. Y sí, también los besos con tu novia/o parecen durar más de lo que
duran.
Mira tú reloj de nuevo, ¿cuánto tiempo ha pasado?
“Cuando piensas que algo está ocurriendo, ya ha sucedido”
De entrada La ilusión del tiempo en nuestras vidas aparece primero en La
Mente que es Maravillosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario