jueves, 23 de julio de 2015

Abrir mi corazón, para perseguir un sueño...

    A veces me pregunto como hay personas que viven sin soñar. Sólo viven lo que viven en la realidad, adaptados a sus circunstancias, a sus escenarios conocidos, a su vida planificada, y dirigidos por los demás.

    Quizás desde siempre yo he sido una persona soñadora, muy inquieta, exigente conmigo mismo y con mi vida. Siempre me exijo más... aunque ese hábito se tiña de insatisfacciones e infelicidad es mi vida, pero a la vez me dispongo a mejorar y me mantiene permanentemente atento y con ganas de mejorar o cambiar el mundo.

    Tal vez por eso me gusta escribir y expresar mis anhelos para que, al fin, algún día se hagan realidad. Me gusta soñar en voz alta y escribir cada día sobre ello. Pero hoy ya he aprendido a soñar con los ojos abiertos y aceptar mi realidad, sin juzgarla, ni lamentarme por ella. Lo que tenga que ser, será. Y creo que no hay mejor manera para soñar que hacerlo despierto.

    Soñar con los ojos cerrados asusta, alejándote de la realidad. Y es en la realidad donde está todo lo que deseamos, aunque para descubrirlo y vivir lo debamos tener primero la valentía de abril nuestro corazón y, segundo, la voluntad de querer ver todo desde el y vivir lo. Sólo así se puede entender este mundo en que vivimos, que los ojos sólo ven como algo peligroso, amenazante y/o incierto.

    Mientras nuestros ojos ven personas diversas y posibles contrincantes, nuestro corazón las ve todas iguales y unidas en un mismo fin, con las mismas luces y sombras. Los ojos dan argumentos a la razón para creer, juzgar y/o condenar a los demás o a las circunstancias externas, mientras que el corazón te da razones poderosas para respetar, comprender y amar los, desde dentro.

    No hace mucho que aprendí a abrir mi corazón, sólo necesite valor para hacerlo. Tuve que dejar atrás el miedo a ser herido y aprender a aceptar el dolor y la felicidad, como partes circunstanciales del ser humano.

    Y me di cuenta de que un corazón abierto de par en par invita a amar... o a huir por miedo al amor o a ser amado, sin más...

    Quizás lo único que logre es descubrir al fin que es la vida, su sentido verdadero y mi misión en ella....

    Gracias, siempre con ustedes...

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