Vivir es caminar...
Caminar por las calles sin tener miedo. Saber decir que no. Levantarse a cualquier hora y no sentirse culpable. Comer cuando se tiene hambre. Saber decir que si. Cumplir con las obligaciones sin sentirse obligado/a.
Poder mirar a todos sin sentirse avergonzado. Estar contento con uno/a mismo/a. Trabajar sin que sea trabajo.
Tener ganas de vivir. Tener conocimiento de sí mismo/a. Tener miedo y superarlo. No tener miedo de tener miedo. Saber cumplir con lo que se tiene, dar a los que amamos y tener tiempo para nosotros. Caminar por la playa desierta y sentirse acompañado.
Tener amigos que nos quieran... que nos soporten. Poder conversar con nuestros hijos/as, poder estar en silencio. Saber que hay cosas que nos preocupan... Que nos exceden. Tener conciencia de que nos aman y no buscar que nos amen. Sentir que estamos vivos. Saber aceptar lo que nos toca. Reír y llorar cuando queremos.
Poder descansar sin que nos cansemos. Poder mirar las estrellas sin que nos olvidemos de nosotros/as, de nada, de nadie. Saber pedir perdón, saber sufrir, olvidar, perder, ganar, perdonar, morir, y poder dar sin que nos importe. Saber que podemos equivocarnos. Reconocer que hay personas que no nos quieren.
Saber soñar, pero sin vivir soñando. Aceptar al prójimo como es. Saber comprender el llanto de los demás. Estar contento por lo que somos. Saber jugar como los niños/as. Tener conciencia de que somos muy poco, pero también muy importantes. Saber ser feliz y saber que somos un mundo en el que cabe todo el mundo. No mentirnos. Saber que para alguien somos un mundo. Saber aceptar lo que nos dan. No exigir. Poder entrar cuando nos piden, saben dar sin que nos pidan.
No tener miedo de nuestra libertad, no tener ataduras, pero amar las que tenemos. Poder y saber cambiar, poder y saber: hacer, decir, pensar, amar, todo. Saber vivir entonces es: empezar a vivir...
Gracias, por estar ahí, un abrazo fuerte...
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