¿Por qué y para quién escribo, aquí?
Cada cierto tiempo me asalta esta duda.
¿Por qué y para quién escribo, aquí, casi cada día?.
Y esa pregunta me la hago precisamente cuando más necesito escribir porque mi corazón se ha abierto a bocajarro.
Es mi mejor terapia, lo que se queda dentro de uno, se daña.
¿Sólo para compartir, mi camino?
Suelo escribir de un tirón, sin revisar mis textos después y tal como me sale del alma. (Por supuesto sacándolo de mis lecturas relacionadas con la Autoestima, las Relaciones Humanas y todo que sea de lo interpersonal).
Escribo en la complicidad de la noche y del silencio, tiempo preferido por los gatos para vivir y soñar. Escribo para mi, tal vez porque me gusta recordar todo eso que voy aprendiendo de la vida o todo aquello que debo a un aprender. Es el mudo testigo de mi avance o de mi retroceso, aunque reconozco que no suelo releer lo que escribo. Es como un diario que demuestra, no el paso del tiempo, sino el paso de una emoción a otra en mi corazón. Siempre hacia adelante, día a día, aunque a veces está tan confundido como si fuera mi primer día en este mundo. Y es que la vida es una montaña rusa, pero en la que, a más altura se alcanza, más profundo es el valle siguiente. Como las olas del mar. Aunque siempre es un consuelo saber que cuando, por lo que sea, tocas el fondo, no te queda más remedio que volver a subir a la superficie....
¿Para quién escribo?
Sin duda, para mi, aunque no me la relea. Pero siempre he creído que, aún con riesgo de que alguien pueda pensar que soy un pretencioso dando lecciones o bien que me promociono como persona, lo intimo que escribe alguien, esas charlas con uno mismo, con sinceridad, son un testimonio vivo del camino que todos hacemos y una manera de amar y compartir lo más sagrado de uno mismo. Sin pretender mostrar un único camino ni dar lecciones, pues cada uno tiene su propia forma de andar y su propio camino. Pero es que, además, cuando como hago, te desnudas en público y muestras eso a lo que yo llamo alma y destapas tus mayores virtudes y defectos, lo aprendido y lo que aún está por aprender, por escrito, pasas a sentirte una persona vulnerable, frágil ante los demás.
Y también creas suspicacias, en todos aquellos que no tienen el valor de sentirse frágiles, de vez en cuando, en un mundo que premia el falso éxito y la aparente fortaleza o poder, del tipo que sea.
Siempre he creído que las vulnerabilidad es algo necesario para evitar la auto complacencia y/o la vanidad y, sobre todo, para crecer como persona. Ser sensible, sentirte vulnerable y manifestar lo, por escrito o no, ante quien más o quien no tiene aún el gusto de conocer, que es una muestra de firmeza, de confianza en uno mismo, en la vida y en los demás....
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