Definición
de Arrogante...
La palabra arrogante es el término que empleamos comúnmente
cuando queremos expresar que un individuo se destaca por su soberbia y su
altanería en la interacción con los demás. En el ámbito social es fácil de
detectar al arrogante dado que siempre se presenta presumido y con aires de
superación frente a los demás.
También es frecuente que mire a quienes lo rodean con desprecio porque él cree
que se encuentra en un nivel superior a todos, sin excepción.
Muchos indican que el comportamiento arrogante está en estrecha vinculación con
la necesidad de auto valorarse para incrementar una estima lastimada, o en su
defecto es la consecuencia de un fuerte nivel de vergüenza que se esconde a
partir de un desenfrenado orgullo que en definitivas cuentas no existe
realmente.
Es importante mencionar que la vida social al arrogante no se le hace para nada
fácil ni mucho menos ya que esa postura de constante superación o elevación
respecto a los demás no hace más que alejarlo del común de la gente, que
generalmente ante esas actitudes se siente incómoda y tiende a apartarlo o
evitarlo.
El comportamiento del arrogante presenta cierta similitud con el egocéntrico,
especialmente por la inclinación constante a mostrar que es superior a los
otros. Una de sus tácticas más frecuentes es la humillación y el menosprecio al
otro, porque con ello siente que ha triunfado sobre los demás.
En tanto, quien es arrogante es porque lo mueve la arrogancia, tal como se
denomina a aquel modo de ser que se destaca por disponer de un orgullo excesivo
y que entonces lleva a creer a ese individuo que es mejor y superior al resto.
La arrogancia está clasificada como un defecto de la personalidad.
Aunque si bien el mencionado sentido es el más extendido que presenta la
palabra, cabe destacar, que también empleamos la misma para expresar que
alguien es valiente y decidido en su accionar y comportamiento.
El concepto que directamente se opone al de arrogante es el de humilde.
Característica de la personalidad en la que
sobresale la altanería y la soberbia
La arrogancia es una característica que presentan algunas personas y que se
manifiesta a través de la presentación de características como la altanería, la
soberbia y un sentimiento de superioridad que hace que el individuo que la
posee se sienta muy superior a los demás.
En tanto, a la persona que la ostenta, popularmente, se la denomina como
arrogante.
El arrogante, como su marca personal siempre tiende a exagerar su propia
importancia con respecto al mundo que lo rodea.
Sentirse superior a los demás
Si bien generalmente uno puede identificar al arrogante a través de sus
palabras, también es posible que el arrogante no se manifieste preeminentemente
a través de lo que dice sino más a través de sus actos.
Por ejemplo, en una reunión o en cualquier otro ámbito, el arrogante será fácil
de detectar porque será aquel que constantemente echará por la borda las
opiniones y comentarios del resto de las personas, por supuesto, situándose el
por encima de las mismas con sus propias opiniones y comentarios. Tenderá
también a subestimar y menospreciar a los demás.
Otra cuestión muy común y característica de la arrogancia es que quien la
padece no reconoce errores aun siendo muy evidentes. Es tal la superación en la
cual se cree que está posicionado que el arrogante es incapaz de decirle a
otro, “sí me equivoqué”. Como consecuencia de esto el error no será nunca de él
sino de los demás.
Por esto que mencionábamos es que casi siempre el arrogante resulta ser un
individuo bastante impopular y desagradable con lo cual es preferible tener el
menor contacto posible.
De acuerdo a los especialistas en la psiquis humana, la arrogancia es un grave
defecto en la personalidad, y como vimos, al ser una característica que el
común de la gente rechaza, la persona, se verá afectada por un rechazo y
desaprobación social.
Lo habitual es que en nombre de esa superioridad que siente consecuencia de una
concepción sobredimensionada de sí mismo tienda a herir con diversas
manifestaciones a quienes lo rodean, menospreciando sus dichos, sus creencias.
Las carencias afectivas marcan su desarrollo
Respecto de los factores que determinan la arrogancia, los especialistas
coinciden en señalar a las carencias afectivas que habrían sufrido en la vida
como la causa más determinante en este sentido. La falta de contención, de
afecto, de cariño, de protección, por parte de los padres, en la etapa de
desarrollo, la persona puede contrarrestarla con una postura absolutamente
contrapuesta, la de demostrar un excesivo amor por sí mismo, una capacidad de
poder con todo. Es tal la angustia que siente la persona ante la posibilidad de
fracasar, de no ser aceptado, que entonces decide disimular sus carencias
demostrando una fuerza y autoridad tremenda. Pero claro, en el fondo de ese ser
solamente existe un sentimiento de disgusto y disconformidad consigo mismo que
nace justamente de esa falta de amor que los mayores no supieron darle
oportunamente.
Estereotipo presente en la literatura y en otros formatos de ficción
Por otro lado, el estereotipo que constituye el arrogante es muy usual de
encontrar en la tradición narrativa; películas, cuentos, novelas y obras de
teatro siempre presentan en sus argumentos a algún arrogante que hace de las
suyas, porque los mismos, por las características que per se ostentan son muy
ricos a la hora de tener que desarrollar cualquier tipo de trama argumental.
Obviamente no son los buenos tipos, los héroes, sino los antagonistas, los
malvados de la historia, quienes presentan esta característica tan común de la
arrogancia.
Aunque son los menos, también es recurrente que aquellos personajes
humorísticos y de corte bondadoso presenten alguna cuota de arrogancia en las
historias de ficción.
Sinónimo de valentía
Y otro de los usos que ostenta el término, para nada en sentido negativo como
el mencionado, es para referir la valentía o decisión que presenta una persona
ante una determinada circunstancia. La arrogancia que demostró, aún ante el peligro,
realmente fue admirable.
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