En las Ocasiones…
En ocasiones hay
situaciones que nos desbordan, que dan un giro inesperado a nuestra vida,
entonces te preguntas o buscas la razón de lo que está ocurriendo, pero no
encuentras la respuesta,
Por ejemplo; Cuando
te das cuenta de que quién pensabas era tu amiga o amigo está contando cosas
personales tuyas que le contaste porque confiabas en ellos, o cuando alguien a
quien querías mucho, esa o esas personas a las que les diste todo lo que tenías
sin pedir nada a cambio, ahora solo te ofenden o te insultan, incluso las personas a las que brindaste tu ayuda, de
pronto te das cuenta de que sólo te han utilizado, que todo lo que decían eran
simples mentiras con una sola finalidad, la de su propio beneficio, ahora casi,
ni te saludan y cuando lo hacen, lo hacen casi por obligación o buscan excusas
para no hacerlo.
Y es entonces cuando
nos sentimos heridas
o heridos, y
nos duelen, cuando la impotencia
nos hace pensar en actuar de la misma manera y gritar y contestar esas
agresiones, decirles 3 o 4 verdades para desahogar ese dolor o esa decepción
que nos está doliendo en el alma, en el corazón.
La lucha para seguir
fiel a nuestros principios, es dura a veces, en ocasiones nos hace ser de una
manera, que no deseamos, que no queremos ser, y llevados por
ese dolor que nos han causado, solo deseamos devolver lo que hemos recibido, devolver
el daño que esas palabras nos han causado hablando igual que ellos, las respuestas las tenemos en la punta de
tu lengua, respuestas que aclararían esas situaciones que nos están haciendo
daño.
Cuando ocurre eso lo
mejor es detenerte un momento, mirar dentro de ti y escuchar esa voz que te
dice; guarda mejor, guarda silencio, perdona, el tiempo se encargará de ponerlo
todo y a todos nuevamente en su lugar, la verdad sólo
tiene un camino, y finalmente siempre sale a la luz.
Pero antes de
hacerlo debemos analizar a fondo la situación, porque todo incluso eso que
ahora nos está haciendo daño son lecciones que aprendemos y sólo debemos
aprender esa enseñanza, tal vez la enseñanza sea, que esa o esas personas que pensábamos
eran amigos
no lo eran de verdad y por ello
lo mejor es dejarlas atrás y continuar nuestro camino, tal vez esas personas a
las que queríamos no merecían que les entregáramos nuestro corazón porque no
saben valorarlo o simplemente ellos no
saben el significado de la palabra amistad, de la palabra amor, posiblemente
esas personas a las que quisimos ayudar aún no estén preparadas para caminar a nuestro
lado.
Ahora, que
finalmente hemos conseguido entender la razón de lo ocurrido sólo de nosotros
depende qué nuestra vida y continuar nuestro camino sin volver la vista atrás.
Es mejor apartar
aquello que nos hace daño, dejarlo a un lado y agradecer por haber visto
claramente la realidad, incluso dar las gracias a todos aquellos que nos
hicieron daño, los que se burlaron de nuestros sentimientos o sólo desean
nuestro mal, mirar al cielo, a esa estrella que alumbra nuestro camino y seguir
adelante con la cabeza muy alta, con la confianza de que hemos hecho lo que
nuestro corazón nos dicta y no hemos caído en esa trampa que nos han puesto y
que únicamente no hará gastar energías en situaciones o personas que no
aportarán nada bueno a nuestra vida, la verdadera fuerza nos la dará el perdón y
así podremos continuar evolucionando, y creciendo.
El perdonar no
significa olvidar aquello que nos hicieron, ese dolor se ha quedado grabado en nuestro
corazón y será difícil olvidarlo, el perdonar es más bien
para que a nosotros no nos afecte más esa situación ni esas personas, ahora hemos aprendido una nueva lección y no debemos
igualarnos a ellos.
Cada persona es un
mundo, hay mundos en los que las personas se sienten llenas de complejos y no
son capaces de creer que existe la amistad, el amor, y por ello traicionan,
si por algún motivo, que sólo está en su imaginación se sienten atacadas,
personas que en sus mundos no creen que alguien pueda amarlos o que simplemente
no quieren ver más allá de su mundo lleno de soledad y de problemas, mundos en
los que hemos estado tú, yo, y todos, y que sólo con el amor y el perdón, los
verdaderos amigas
o amigos y la lucha diaria por
hacer lo correcto, hemos logrado salir.
No dejes que nadie,
por mucho daño que te hagan, consiga que pierdas tus valores, tú eres el único
dueño de tu vida, y solo tú debes decidir cómo quieres vivirla.
Y sobre todo no olvides nunca,
que por muy grande que sea la tormenta, finalmente, siempre el sol nuevamente
vuelve a brillar.
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