Date cinco minutos…
Más de una vez me pregunto si conducimos nuestra
vida o es la vida la que “nos lleva”. ¿Nos paramos a pensarlo?
Déjame compartir contigo algo: no sé si eres médico,
ama de casa, empresario, panadero, abogada del Estado, docente, periodista…
¡Qué más da! Hoy tenemos tú y yo, todos, una sencilla propuesta.
Una propuesta que viene… de un amigo.
Quiero hablarte de la buena idea de un libro: Los
secretos del amor.
La que ha sido uno de los ganadores de la III
Edición de los Premios Grandes Profes, Grandes Iniciativas’, que concede la Fundación
Entremedia en su propósito de impulsar la excelencia educativa. Lo hace
reconociendo y poniendo “el foco” en proyectos inspiradores, innovadores y de
impacto llevados a cabo por profesores o centros educativos.
En este caso, se trata de uno de los enmarcados en
la categoría Grandes iniciativas en valores’: la propuesta ganadora ha sido ‘5
minutos que suman’.
¡Qué sencillo es a veces lo importante! O viceversa.
La actividad que han puesto en práctica en ese libro y que puedes trasladar a
tu vida, pero también a tu negocio o a otros ámbitos… Consiste en implantar un
espacio de 5 minutos al comienzo del día (¿quién no puede encontrar 5 minutos,
aunque sea en otro horario?) para exponer un tema relacionado con los valores, apoyado
en una charla o en algún contenido de medios audiovisuales.
Sabes que creo un poco en las píldoras de “tres
minutos”. Y no está nada mal si además van acompañadas, al menos inicialmente,
por similar dosis de análisis. A modo de “aperitivo”. No te digo nada, si luego
te toca el corazón y te anda rondando y rondando el tema…
Esos espacios breves, como el que propone este
libro, los mueve a llevarles y mayores a la reflexión sobre asuntos muy
diversos (no solo por sus contenidos, sino por sus valores), para fomentar una
mayor interiorización de los mismos y, cómo no, intensifican la relación entre
su pareja y sus familiares.
Como puedes constatar, la idea, es sencilla: se
trata de una “buena práctica” accesible, imitable y que nos puede ser de
utilidad a todos.
Porque antes de echar a correr cada día, conviene
que nos hayamos parado a pensar cuál es el camino y, más, si sabes cual es la
meta.
Suelen decir, eso de que la dirección es más
importante que la velocidad. Pero no parece que siempre, lo tengamos tan claro:
hay muchas personas que van muy rápido a ningún lado… Como pollos sin cabeza. ¿Quizás
recuerdes el post Quo vados? Sí, ese que empezaba con una divertida anécdota.
Sabes la importancia que, en Trazos de mis Escritos
y Lecturas, le damos a la difusión de valores, para tratar de animar a que cada
uno, y yo el primero, mirar hacia adelante y que de nosotros mismos salgan los
valores. ¡Adelante!
Escribía el estadounidense Robert Collier que “inspirar
a otros a crear su propia oportunidad, es el regalo más grande que se pueda
dar”.
Seguro que tenía en mente a su compatriota B.
Franklin cuando dijo eso de que el maestro que intenta enseñar sin inspirar en
el alumno el deseo de aprender, está tratando de forjar, un hierro frío.
En Trazos de mis Escritos y Lecturas nos hemos
puesto las pilas: queremos inspirar y… educar integralmente; y lo trabajamos de
forma sencilla y acorde a los medios que se nos ofrecen, al día de hoy. Montan
una especie de pausa, un “kit kat” inicial: para calentar motores. ¡Qué buena
idea!
Te aporto un ejemplo escrito, sobre el que
reflexionar.
Hoy lo he escogido yo. Los demás, corren de tu
cuenta. Aquí va:
Lo de analizar antes de actuar es imprescindible.
Pero, hacer, hay que hacer. Lo comento no solo porque cuando te escribo esto
sea, lunes o martes… También, porque algunos tienen el problema inverso. No es,
que no se paren a pensar. Es que se pasan pensando. Es lo que algunos dicen “por
el análisis a la parálisis”. Y tampoco es eso.
Te recuerdo la anécdota que ya traje en su día a
colación, en un escrito “Mujeres
y hombres: Educación en y para la igualdad”.
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