lunes, 8 de mayo de 2017

Temor al compromiso…

Temor al compromiso…



Si crees que has encontrado la persona adecuada para ti, ¿Por qué no bajas la guardia y amas?
Si no confías en alguien, ¿cómo amarlo? y si confías ¿qué te detiene?
Queremos amar, pero nos entra pánico.
¿Tienes miedo a las relaciones? ¿Es el miedo al compromiso una constante en tu vida? Ser consciente te permitirá comprender y gestionar adecuadamente ese temor.
El miedo juega un papel fundamental en el éxito o fracaso afectivo. Puede hacer que la relación que tanto deseabas se vuelva una pesadilla, que vivas de forma incongruente con tus valores, te amargues la existencia y hagas daño a otras personas.
Si no eres consciente de ello, tal vez adoptes una actitud victimita, quejándote de que todas tus relaciones afectivas fracasan.
¿Sabes que podemos elegir inconscientemente mantener relaciones afectivas con una persona porque intuimos que fracasaran o que no llegaran muy lejos? Cuando este tipo de individuos conocen a alguien maduro que les ofrece un compromiso o escuchan la palabra “te quiero”, se sienten tentados a huir. No obstante, puede que esa persona les guste de sinceramente y dañen su relación hasta un punto sin retorno.
¿Conoces algún caso de personas que después de haber roto una relación se arrepienten de inmediato, o tal vez con el tiempo?
Una amiga me contaba que sufrió mucho cuando la abandonó el hombre que más había querido en su vida. Lo hizo sin razón aparente. Diez años después, la llamó por teléfono. Había dejado su trabajo en una gran empresa y viajado a otro país para vivir una relación con una mujer casada y con dos hijos. Aunque la mujer acabo divorciándose, las cosas entre ellos no fueron bien.
–Tanto tiempo sufriendo por esa ruptura y cuando la supero, este hombre viene y me dice que yo he sido la persona más importante de su vida y que le gustaría retomar la relación. Como si nada hubiera pasado. No me apetece en absoluto volver atrás me comentaba.
¿Vas a perder al amor de tu vida por culpa del miedo?
Conoce tu estilo afectivo y vive de acuerdo con él. De lo contrario sufrirás y provocarás sufrimiento.
La soledad no incide negativamente en nuestra vida cuando es producto de una decisión meditada y consciente, pero si la utilizamos como un escudo para protegernos de las responsabilidades o de las relaciones con las personas, caerá sobre nosotros como una losa.
El miedo al compromiso suele estar vinculado a situaciones como la falta de cariño e inestabilidad emocional durante la infancia o a una decepción amorosa importante.
Estas vivencias generan un temor irracional a lo desconocido, a asumir responsabilidades, fracasar, decepcionar o ser decepcionado, que actúa como saboteador de nuestras relaciones. Los síntomas de esos temores son diversos. Nos ponemos a la defensiva, fijamos un listón rígido y excesivamente alto, tratamos de frenar la relación, provocamos malentendidos, nos mostramos distantes, tensos y nos impedimos, en definitiva, ser nosotros mismos, disfrutando plenamente de nuestros sentimientos y de la intimidad con el otro.
El miedo paralizante nos priva de madurar y experimentar; hace que nos sintamos por fuera del mundo. También puede desembocar en un afán de controlarlo todo. Desgraciadamente las personas no son controlables y esto suele provocar angustia y rechazo por parte de quién lo sufre. Lo natural es dejar que las cosas fluyan, no reprimirlas. La autolimitación y el excesivo cuestionamiento suelen acarrear sentimientos negativos.
La relación madura de compromiso discurre en un ambiente de equilibrio entre responsabilidad y autonomía personal y, claro está, se basa en el amor y en la existencia de intereses comunes.
Resultar herido en las relaciones afectivas es una posibilidad, no una certeza. El fracaso forma parte de todo cuanto emprendemos y nos ayuda a crecer y madurar como personas, a atesorar experiencia y a profundizar en la empatía humana. Está en cada decisión que tomamos y en cada acción que llevamos a cabo, aunque sin él, el éxito tampoco será una realidad.
Identifica tu miedo, reconócelo, compártelo con la persona que quieres y actúa para disiparlo.
Si tu elección es vivir el amor en toda su plenitud, asume que el compromiso cambiará la situación de tu vida, pero te aportará muchos aspectos positivos. Date una oportunidad a ti misma/o para experimentarlo. Te mereces amar y ser amado.
¿Qué tal si haces una lista? Una lista de pros y contras te ayudará a saber lo que quieres y porque lo quieres. A valorar que te aporta más.
¿Si no sintieras miedo que harías o qué le dirías a la persona que amas hoy mismo? Cuando a esta pregunta se te ocurran respuestas diferentes de nada o no sé, piensa en porqué y para qué dejas que el miedo se interponga en tu relación con esa persona. ¿Qué te aporta? ¿Que podría aportar decir o hacer lo que desearías hacer o decir sin miedo?

Lo importante es que seas consciente de tu temor al compromiso, que no dejes que este te lleve hacia dónde no quieres ir, como si fuera el dueño de tu vida. Recuerda que eres tu propio líder. Sólo tú decides.




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