Tu esencia, como ser humano es…
La comunicación no violenta, viene de un escrito que
pude recoger y compartirlo, para un buen entendimiento. Me da mucho gusto poder
pasarlo a ustedes, y todo aquel que quiera tomar nota.
La orientación comienza con, tu esencia como ser humano,
el comunicar y recibir comunicación. Ya desde que nacemos, lo primero que
hacemos es llorar y eso significa que reclamamos algo: Calor, afecto, alimento,
caricias o atención.
Recordando lo que significa la comunicación: Esta no
es solo verbal, incluye actitudes y gestos. Se puede comunicar con la cercanía,
la lejanía, la ausencia o la presencia; incluso, el silencio es comunicación.
Nos comunicamos como somos, así que si tenemos un
sistema de comunicación que no funciona bien, las personas más cercanas, no van
a poder ser felices a nuestro lado.
Así que todo es comunicación. A veces nos
comunicamos sin darnos cuenta. La comunicación es continua y se da en todos los
niveles de la vida. Pero paradójica mente la sociedad no sabe comunicarse.
Apenas existe una buena comunicación.
El problema es que no sabemos interconectar.
Cada vez hay más conflictos familiares, más
separaciones. Hay familias que hasta tiene más de un hogar, apenas se ven y
apenas se comunican, o se comunican de forma violenta.
Podemos comunicarnos de forma positiva.
Nos comunicamos a través del cuerpo, de los valores
que tenemos y llevamos dentro y trasmitimos, con las experiencias vitales, con
los órganos sensoriales, con nuestro modo de pensar, nuestro mundo cognitivo.
Todo eso son herramientas que ayudan y son fundamentales para podernos
comunicar, ya que nos comunicamos permanentemente, las 24 horas del día, hasta
cuando dormimos.
Un psicólogo, el Doctor Marshall Rosenberg,
investigó qué sucede cuando entramos en conflicto. Aportó técnicas para poder
comunicarse de forma tranquila y sosegada, enfocada para enriquecer la vida de
las personas de forma razonable incluyendo la rabia.
El Doctor explica que la violencia es la expresión
física de las necesidades insatisfechas de una persona. Cuando no conseguimos
lo que queremos o no sabemos cómo expresarlo, entonces lo pedimos a veces de
esta forma. Tenemos que saber dar y al mismo tiempo saber recibir.
La comunicación no violenta nos ayuda a conectarnos
con uno mismo y con los demás y de que fluya la compasión, la ternura y la
empatía.
Tenemos que comunicarnos de forma simpática. Todos
tenemos esta necesidad y necesitamos armonía, para realizarla.
A veces ocurre que tenemos miedo, sino sabemos pedir,
nos callamos, si queremos tener el poder, utilizamos la fuerza.
La comunicación no violenta proporciona relaciones
sanas, resolver conflictos pacíficamente, romper con efecto de la experiencia
pasada, descubrir que las personas pueden hacer feliz al otro. Desarrollar
capacidades de escuchar y comprensión. Si no sabemos escuchar, no habrá
comunicación pacífica.
Primero tenemos que comunicarnos con nosotros mismos
de forma compasiva porque si no nos queremos o si somos egoístas, no podemos
cambiar, ser felices, ni comunicarnos bien con los demás.
Los demás, al ver que cambiamos la forma de decir
las cosas, al principio puede que se rían. Necesitaremos paciencia y auto
comprensión para darnos la oportunidad de cambiar las pautas que teníamos, por
otras más sanas, y con el tiempo todos se acostumbrarán, y quedarán
establecidas.
Necesitamos herramientas para poder defendernos, en
un plan pacífico, y eso si no lo hacemos bien, puede llevarnos al
enfrentamiento, con nuestra personalidad.
Dos puntos importantes a tener en cuenta serían:
Saber expresar de forma honesta, lo que necesitamos.
Saber escuchar de forma simpática. (Sonriente y con
atención).
Para ello primero hay que observar: Si necesitas
armonía, busca un buen clímax.
En segundo lugar, sentir: Pregúntate qué es lo que
sientes, (rabia, impotencia, agresividad, angustia, tensión, alegría,
euforia…).
Después hay que ver qué es lo que necesitamos.
Y, por último: Tranquilamente lo pedimos. (Con toda
la paz interior).
Cuando alguien responde con agresividad significa
que está pidiendo algo. Hay que observar porque esa persona, se porta de esa
manera, porque “maltrata”.
Podemos pedir, pero no exigir. Podemos desear que
nuestras familias sean mejores, pero no lo podemos exigir.
Los conflictos vienen cuando mezclamos los
comportamientos con los juicios.
Por ejemplo; no es lo mismo decir: “¿Me puedes
ayudar?”, Que decir “¡Eres un gran inservible!”. Porque si decimos lo último
entonces, no obtendremos nada positivo.
Los obstáculos para comunicar simpática mente son:
Juicio: “Tú eres…”.
Consejos: “Yo que tú…”.
Explicaciones: Ante ciertas conductas, no hay que
dar explicaciones.
Corregir: Hay personas que se pasan la vida
corrigiendo a los demás. Eso da angustia.
Contar “cuentos”: “Pues a mí ayer me pasó…”. “Eso no
es nada, espera que te cuente que me ocurrió a mí…”.
Simpatizar: Tampoco es bueno porque no es
simpatizar, no es ponerse en el lugar del otro, sino llorar con él, y eso no le
ayuda.
Investigar: Hay personas que cuando les contamos algo,
enseguida dicen “¿qué, has dicho?”, “A ver, a ver… Cuéntame, si cuéntame…”. Eso
parece más no creer, que ayudar.
Todas estas formas de responder, las hacemos a
diario.
La forma de simpatizar es la que conseguimos cuando
nuestro interlocutor nos responde: “Eso es exactamente lo que quiero decirte”.
Sienten que se les escucha realmente, por ejemplo:
“Me conmovió lo que dijiste… ¿Te gustaría que te
diera mi punto de vista?”.
“¿Puedo hacerte una sugerencia?”. “¿Puedo hacerte
una pregunta?”. “Tengo una experiencia similar, ¿quieres escucharla?
Si alguien lo hace de esa manera, nadie le
responderá nunca mal. Cuando escuchamos simpática mente nos metemos dentro de
esa persona. (Con atención).
Por eso se dice que nos dará vergüenza cambiar la
forma de decir las cosas, porque pareceremos cursis o pedantes, pero no será
así, y ahí donde reside realmente la buena comunicación y, por eso mismo hay
que tener compasión con nosotros mismos, incluso aunque los demás se reían,
para auto convencernos de que lo estamos haciendo bien y que es así como los
demás, en el fondo, van a necesitar que nos comuniquemos, porque nadie se
sentirá ofendido.
El resultado que se obtiene, es que nos damos cuenta
de que no es problema del otro, sino una necesidad nuestra. Es necesaria mucha
superación para poder realizarlo.
Las ventajas: Saber expresar necesidades, entrar en
contacto con uno mismo y con los demás, simpática mente, manejar situaciones
difíciles. Los otros se van a abrir mucho más.
Y comunicaremos de forma sana, y sacaremos nuestra
ternura y empezarán a surgir los valores de cada persona. Así daremos un giro a
la comunicación de forma adecuada.
Si cambiamos “exigencias” por “deseos” las cosas
cambian porque yo no puedo decirle a mi hijo que es un sinvergüenza, porque
llego tarde. No arreglare nada así. Sin embargo, conseguiré comunicación
adecuada si le digo, como me siento.
La ira es necesaria, el problema es cuando se
desboca, cuando no se canaliza de la forma adecuada. Pero si lo intentamos y lo
practicamos podremos comunicarnos de forma positiva. Y el adelanto es mucho
más, que superior…
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