viernes, 20 de enero de 2017

Arriesgarte…

Arriesgarte



Aunque reír es arriesgarse a parecer un tonto, aunque llorar es arriesgarse a parecer sentimental, aunque acercarse a alguien es arriesgarse a involucrarse, aunque mostrar tus sentimientos es arriesgar tu yo, interior, aunque exponer tus ideas o tus sueños a una multitud es arriesgarse a perderlos, aunque amar es arriesgarse a no ser amado de la misma manera. Aunque vivir es arriesgarse a morir. Aunque desear es arriesgarse a ser defraudado. Aunque intentar es arriesgarse a fallar. A pesar de todo, debes arriesgarte. Debes correr los riesgos simplemente porque el más grande de los peligros de la vida es no arriesgarse, las personas que no arriesgan nada o nunca tienen nada, no hacen nada Tal vez podrán evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no logran aprender, sentir, cambiar, crecer o vivir prisioneros de sus temores, son esclavos que han renunciado a su libertad, pues sólo cuando una persona se arriesga, es libre, los pesimistas se quejan del viento; los optimistas esperan confiadamente que los vientos cambien de dirección y los realistas, ajustan sus velas en la dirección correcta. Arriesgarte. Es cierto, que puedes perder. ¿Pero, has pensado en lo que puedes ganar?
Es tan malo sentirse así, es tan malo sentir que haces todo para lograr que las cosas mejoren, y que siempre haya algo que arruine todo el momento. Es tan malo sentir que te esfuerzas, cuando a la larga te das cuenta que hay problemas que no tienen solución. Un día, estas feliz, sonriendo por todo lo que la vida te da, y cuando menos te lo esperas, se derrumba todo y lo único que tienes ganas, de hacer, es de llorar, y te convences de que a veces no sirve intentar solucionar algo, intentarlo y seguir intentándolo, si siempre va a terminar igual. Es tan malo, solamente tener ganas de llorar, y que no haya nada que te pueda calmar, sentir que quieres irte para siempre y no volver nunca más. Es tan malo desilusionarte, y abrir los ojos y darte cuenta de que no todo es lo que parece, que hay gente que te pinta un mundo color de rosas cuando en realidad, todos sabemos que no es así, y en el momento menos indicado que te das cuenta que eso jamás existió ni va a existir, que solamente te creas esperanzas que luego te rompen el alma. Es tan malo cuando se derrumba todo en un instante, en el momento que menos lo imaginas. Pero hay que aprender a seguir adelante y juntar fuerzas, y valorar el esfuerzo de los demás para que vuelvas a estar bien, para que vuelvas a tener esa sonrisa en tu cara. Y ahí es cuando agradeces tener personas a tu lado que te acompañan y te ayudan a salir adelante, que te escuchan y te comprenden y encuentran la palabra justa para hacerte sonreír, pase lo que pase.

Dicen que las cosas, por algo pasan y si algo termina, es porque tenía que terminar, así es el destino. Un hecho que te duele, pero te ayuda a crecer.
No puedo, no puedo volver, el tiempo atrás, pero eso es lo que más quiero. Tampoco puedo arrancar esto que siento, aunque no sé si eso es lo que quiero. ¿Cómo no me resigno? El tiempo me hizo saber que la palabra “resignación” no está escrita en el diccionario de mi corazón. Luché y sigo luchando para que ésos días vuelvan, para que no sea “un beso y hasta luego”, para que volvamos a sentirnos nuestros. No me puedo cansar, tus palabras y besos me ayudan a continuar, sé que seguramente perderé mis días, pero por lo menos entenderé, que luché sin medida por eso que sentía. Te amé y te estoy amando como la primera vez porque no logro cambiar lo que siento por ti, porque es fuerte, porque fuiste y eres la persona que más me marco. Me diste y me estás dando lecciones para aprender, llantos y risas hiciste de mí, todo lo que me hiciste vivir.






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