martes, 3 de enero de 2017

El camino de crecer...

El camino de crecer...



En las notas anteriores recorrimos un camino en el cual nos situamos como protagonistas frente a nuestra vida. Y en ese andar que es la esencia de vivir sabemos que lo que nos ocurre, para bien o para mal, nos brinde alegría o pesar, nos ocurre en función de una necesidad profunda e inconsciente, de una sabiduría interior oculta y misteriosa. El hombre está llamado a ser feliz, a celebrar la vida. El dolor es simplemente una oportunidad para aprender, no una meta en sí misma. En la medida en que evolucionamos nuestra calidad de vida mejora. Quizá cambien nuestras circunstancias exteriores pero lo que produce la verdadera felicidad es el cambio en nuestro corazón, la búsqueda de la verdad, la vivencia de los valores.
La llave de nuestro crecimiento está en aceptar, comprender y amar. Me atrevería a decir que ese es el secreto de la curación. Es también el paso más difícil para dar.
Está en nuestra cultura rebelarnos, maldecir y culpar por lo que nos ocurre. El dolor que nos traen nuestras frustraciones, nuestros obstáculos y nuestras pérdidas nos sume en la ira, la impotencia, la necesidad de buscar un culpable, y deja secuelas de miedo, de odio, que son semilla de violencia.
Si pudiéramos aceptar lo que nos ocurre, con sabiduría y paz interior, abrimos el camino de la sanación. Si pudiéramos enfocarnos en nosotros mismos, y no en el otro, comprender los motivos por los cuales nosotros necesitamos experimentar las situaciones que vivimos y por qué los demás actúan como actúan, ya hemos logrado bastante. Si pudiéramos amar nuestra realidad, con su luz y su sombra y verla integralmente, ya que ninguna situación es totalmente dolorosa o totalmente feliz, irradiarla con la luz debeladora, sentiremos la fuerza espiritual que hay en nosotros para poder transformarnos.
Sólo allí podremos cambiar verdaderamente.
Para algunos el secreto está en comprender todo lo que hemos vivido, heredado y aprendido, eso produce tanto alivio, que se da la curación. En otros casos no ocurre con tanta facilidad.
El camino de crecer es a cualquier edad, y en cualquier momento de nuestra vida, solo debemos querer hacerlo, crecer significa además poder elaborar nuestro pasado, olvidar las emociones que traen las heridas que quizás traemos, para poder abrir las puertas hacia el presente.
Crecer, significa cerrar etapas, cerrar ciclos, dejar atrás el pasado, eso que cargamos en nuestra mochila, que nos pesa, y que no nos deja avanzar.
No te aferres a algo que ya no está, no te apegues a situaciones que ya no volverán, rescata de eso aquello que tiene un real significado, lo que te dejo una huella de sentido, un aprendizaje.

Solo así, te situaras en el presente y proyectaras tu futuro.




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