Pasos hacia la sabiduría…
Primer paso a la sabiduría
Lo primero que tiene que hacer es entrar en contacto con los
sentimientos negativos de los cuales no es consciente. muchas personas tienen
sentimientos negativos sin saberlo. Muchas personas están deprimidas y no saben
que están deprimidas. Solamente cuando entran en contacto con la alegría
comprenden hasta que, punto están deprimidas. No se puede tratar un cáncer que
no se ha detectado. Usted no puede liberarse de roedores en su granja si no
sabe que existen. Lo primero que necesita es tener consciencia de sus
sentimientos negativos. ¿Cuáles sentimientos negativos? La melancolía, por
ejemplo. Usted está melancólico y triste. Usted siente que se odia a usted
mismo, o se siente culpable.
A usted le parece que la vida no tiene ninguna
finalidad, que no tiene sentido; usted se siente herido, está nervioso y tenso.
El primer paso es ponerse en contacto con esos sentimientos.
Segundo paso a la sabiduría
El segundo paso, es comprender que el sentimiento está en usted, no en
la realidad. Esto es tan evidente, pero ¿cree usted que los seres humanos lo
saben? No lo saben, créanme. Tienen doctorados y son rectores de universidades,
pero no han comprendido esto. En la escuela no me enseñaron a vivir. Me
enseñaron todo lo demás. como dijo alguien: "Tengo una educación muy
buena. Tardé años en superarla". El conocimiento se trata de eso: de
desaprender. desaprender toda la basura que le enseñaron a uno.
Los sentimientos negativos están en usted, no en la realidad. entonces,
deje de tratar cambiar la realidad. ¡Eso es una locura! Deje de tratar de
cambiar a la otra persona. Gastamos todo nuestro tiempo y nuestras energías
tratando de cambiar las circunstancias externas, tratando de cambiar a nuestro
cónyuge, a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros enemigos, y a todos
los demás. No necesitamos cambiar nada. Los sentimientos negativos están en
usted. En la tierra no existe nadie que tenga el poder de hacerlo a usted
desgraciado. En la tierra no hay ningún acontecimiento que tenga el poder de
alterarlo o herirlo. Ningún acontecimiento, condición, situación o persona.
Nadie le dijo esto; le dijeron lo contrario. Por eso está en el enredo en que
se encuentra. Por eso está dormido. Nadie le ha dicho esto; pero es evidente.
Supongamos que la lluvia acaba con un paseo campestre. ¿Quién se siente
negativo? ¿la lluvia? o ¿usted? ¿Qué causa el sentimiento negativo? ¿La lluvia
o su reacción? Cuando usted golpea una rodilla contra una mesa, a la mesa no le
pasa nada. Está ocupada en aquello para lo cual fue hecha: para ser una mesa.
El dolor está en su rodilla, no en la mesa. Los místicos tratan continuamente
de decirnos que la realidad está bien. La realidad no es problemática. Los
problemas sólo existen en la mente humana. Podríamos añadir: en la mente humana
estúpida y dormida. La realidad no es problemática: si los seres humanos
desaparecieran de este planeta, la vida continuaría, la naturaleza seguiría con
toda su belleza y toda su violencia. ¿Dónde estaría el problema? No habría
ningún problema. Usted creó el problema. Usted es el problema. Usted se
identificó con el “mi” y ese es el problema. El sentimiento está en usted, no
en la realidad.
Tercer paso a la sabiduría
El tercer paso: Nunca se identifique con dicho sentimiento (los que
están en usted); éste no tiene nada que ver con el “yo”. No defina su ser
esencial en función de ese sentimiento. No diga: “Yo estoy deprimido”. si
quiere decir que la depresión está ahí, eso está bien; si quiere decir que la melancolía
está ahí, eso está bien. Pero no diga: Yo estoy melancólico. Usted se está
definiendo en función de este sentimiento. Ésa es su ilusión: ése es su error.
Hay una depresión ahí en este momento, hay sentimientos lastimados, ahí en este
momento, pero déjelos, déjelos solos. Eso pasará. Todo pasa, todo. Sus
depresiones y emociones no tienen nada que ver con la felicidad. Son el
movimiento del péndulo. Si ve emociones, prepárese para la depresión ¿Quiere su
droga? Prepárese para la resaca. El péndulo se mueve de un extremo a otro.
Esto no tiene nada que ver con el “yo”; no tiene nada que ver con la
felicidad. Es el “mi”. Si usted recuerda esto, si se lo dice a usted mismo mil
veces, si ensaya estos tres pasos mil veces, lo logrará. Es posible que no
necesite hacerlo, ni tres veces. No lo sé; no hay ninguna regla. Pero hágalo
mil veces y hará el mayor descubrimiento de su vida. ¿Qué importan esas minas
de oro en Alaska? ¿Qué va a hacer con ese oro? si no es feliz no puede vivir. De
modo que encontró oro. ¿Qué importa? Usted es un rey; usted es una princesa.
Usted es libre: ya no le importa ser aceptado o rechazado, eso no importa. Los
psicólogos nos dicen que es muy importante tener un sentimiento de pertenencia.
¡Va! ¿Para qué quiere usted pertenecer a alguien? Eso ya no importa.
Un amigo me contó que hay una tribu africana en la cual la pena capital
es ser condenado al ostracismo. Si a usted lo expulsaran de New York o de donde
viva, usted no moriría. ¿Por qué el miembro de esa tribu africana muere? Porque
participa de la común estupidez de la humanidad. Cree que no podrá vivir si no
pertenece a la tribu. ¿Es muy distinto de la mayoría de la gente, o no? Él está
convencido de que necesita pertenecer. Pero usted no necesita pertenecer a
nadie o a nada o a ningún grupo. Ni siquiera necesita estar enamorado. ¿Quién
le dijo que lo necesitaba? Lo que necesita es ser libre. Lo que necesita es
amar. Eso es; ésa es su naturaleza. Pero lo que realmente me está diciendo es
que quiere ser deseado. Quiere ser aplaudido, ser atractivo, que todas las
personas corran detrás de usted. Está desperdiciando su vida. ¡despierte! Usted
no necesita eso. Puede ser plenamente feliz sin eso.
La sociedad no se va alegrar de oír esto, porque usted se vuelve aterrador
cuando abre los ojos y comprende. ¿Cómo controlar a una persona como usted?
Usted no la necesita a ella; no se siente amenazado por su crítica; no le
importa lo que piense ella o lo que diga ella. Usted cortó todas esas ataduras;
ya no es una marioneta. es aterrador. “De manera que tenemos que salir de él
(sentencia la sociedad); él dice la verdad; no tiene miedo; ya no es humano” ¡humano!
¡miren! ¡por fin un ser humano! Escapó de su esclavitud, escapó de su prisión.
Ningún acontecimiento justifica un sentimiento negativo. No hay ninguna
situación en el mundo que justifique un sentimiento negativo. Eso es lo que
nuestros místicos nos han dicho hasta el cansancio. Pero nadie escucha. el sentimiento
negativo, está en usted.
Usted no tiene que hacer nada para ser feliz. “No se llega a la paz por
un proceso de adición, de sumarle algo al alma, sino por proceso de
sustracción”. Usted no hace nada para ser libre, y si usted descarta algo.
Entonces es libre.
Cuarto paso a la sabiduría
El cuarto paso: ¿Cómo cambia uno las cosas? ¿cómo se cambia uno a sí
mismo? hay muchas cosas que es necesario comprender aquí, o más bien, solamente
una cosa puede expresarse de muchas maneras. Imagínese un paciente que va donde
el médico y le dice de qué sufre. El médico le dice:
-Muy bien, yo entiendo sus síntomas. ¿sabe qué haré? ¡Le recetaré un
remedio a su vecino!
El paciente responde:
- Muchas gracias, doctor, eso me hace sentir mucho mejor.
¿No es absurdo? Pero eso es lo que todos hacemos. La persona que está
dormida siempre piensa que se sentirá mejor si otra persona cambia. Usted sufre
porque está dormido, pero piensa: “Cómo sería de maravillosa la vida si la otra
persona cambiara; cómo sería de maravillosa la vida si mi vecino cambiara, si
mi esposo cambiara, si mi familia cambiara”.
Siempre queremos que otra persona cambie para podernos sentir bien.
¿Pero se ha puesto a pensar alguna vez que, si su esposa cambia o si su marido
cambia, eso en qué lo afecta a usted? Usted sigue siendo tan vulnerable como
antes; sigue siendo tan despistada/o como antes; sigue estando tan dormido como
antes. Usted es el que tiene que cambiar, el que tiene que tomarse el remedio.
Usted insiste una y otra vez: “Me siento bien porque el mundo está bien”. ¡Se
equivoca! El mundo está bien porque me siento bien. eso es lo que todos los
místicos dicen.
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