Si las palabras te ahogan, es el momento de decirlas...
Ni siquiera la persona más callada puede cargar en silencio
con todos sus sentimientos, ya que todos necesitamos
desahogarnos de vez en cuando y verbalizar lo que nos ahoga por dentro. De
hecho, habrá temporadas en las que probablemente sientas que eso que tienes
atascado en la garganta te está haciendo daño y no veas la manera de sacarlo
fuera en palabras. Como si te hubieras atragantado y no pudieras respirar por
el corazón.Puede que incluso que eso te lleve a pensar que no existen
palabras lo suficientemente precisas para trasmitir un retrato suficientemente
fiel de lo que te ocurre. Es completamente normal, trata de respirar. Todos hemos pasado por esa
situación alguna vez y puedo decirte que nada se va a quedar ahí
indefinidamente: aunque no lo creas, tu burbuja de dolor se romperá y
encontrarás el método para aliviarte y sentirte mejor.No expresar tus emociones puede enfermarteSon tantas las emociones que llegamos a sentir que, sin
importar si son positivas o negativas, tienen que exteriorizarse para que
podamos canalizarlas adecuadamente. De lo contrario, se quedan en tu interior
haciendo ruido y quitándote parte de tu energía.
“No acumules silencios,
grita de vez en cuando.”
Ciertamente, el
cuerpo y la mente piden fluidez con lo que recogen de las experiencias y si no
lo reciben pueden enfermarse: por ejemplo, la alexitimia es un trastorno que resulta de llevar a los
límites esa incapacidad de manifestar las emociones.Si sientes que te has bloqueado y que no
sabes continuar, quizá sea el momento de dejar que las palabras hablen por ti y de que incluso busques ayuda. Ya no para
que te diga qué hacer o qué no, sino para buscar esa sensación de comprensión
que todos necesitamos.Persigue las palabras que quieren huirEs curioso que justo cuando más padezcas la sensación
opresora de querer decir algo no puedas porque las palabras que te ayudarían a
hacerlo quieren huir y no te lo permiten. Sin embargo, si buscas en ti la fuerza
suficiente para perseguirlas lograrás hacerte con ellas.
“Cada suspiro es como un
sorbo de vida del que uno se deshace.
Es posible que en el momento de hablar tartamudees, se
entrecorten tus frases y que sientas que se te seca la boca. O, también puede
que, en lugar de hablar, prefieras escribir y entonces te cueste enlazar tus
pensamientos o te sorprendas con lo que ves ante el papel.
No obstante, las
palabras que ahogan tienen que salir fuera porque tú misma es beneficioso que
las escuches y las aceptes. Mientras no lo expreses, no
podrás asumirlo ni sabrás cómo actuar ante ellas.
Algunas herramientas para el desahogo
Desahogarnos es uno de los procesos más complicados a los
que tenemos que hacer frente como personas, pues equivale a dejar al
descubierto el pecho mientras sufre para ver de cerca lo que nos aflige. Sin
embargo, existen
algunas técnicas que podrían facilitar el desahogo emocional y ayudarte a
encontrar tu paz interior:
Ser tu propia consejera: si crees que posees una buena
capacidad de objetividad para analizarte, es probable que tratar tus propios
pros y contras de lo que te ocurre sea un buen ejercicio de catarsis para ti.
Llorar: siempre digo que es beneficioso llorar, pero creo
que es preciso entender que es útil únicamente cuando somos conscientes de que
nos está aliviando. Date la
oportunidad de llorar hasta cansarte si lo necesitas, pero después de
hacerlo intenta sacar las conclusiones al respecto.
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