sábado, 27 de diciembre de 2014

Hay que dejar huellas, no cicatrices.

    Ya llega un nuevo año y la mayoría de nosotros ya tiene establecidas las resoluciones y determinaciones para los próximos 12 meses. Sin embargo, muchos olvidamos que para empezar este nuevo camino, debemos dejar atrás las cargas del pasado.

    Para empezar el año nuevo, es recomendable practicar un ritual de limpieza para lavarnos (acto de conciencia) de todas las tristezas, problemas y preocupaciones que quizá acumulamos en este año que termina.

    Para manifestar cambios y cosas maravillosas, es importante dejar atrás el dolor, el resentimiento, los rencores y arrepentimientos. No es un proceso fácil pero si es necesario.

    Hay casos tan dolorosos en que este proceso no es simple. Sin embargo, es posible y todo empieza con la intención. Si usted realmente quiere sobreponerse a experiencias pasadas, ya ha tomado el primer paso hacia un presente y un futuro más feliz.

    Recuerde que el pasado ya no existe. Por mucho que hayamos sufrido en el pasado, la realidad es que ahora, en este momento, somos libres de estas experiencias. Si al recordar el pasado recrea sentimientos de ira, de angustia, de dolor o desesperación, tome una pausa. Reconozca que estas emociones son "prestadas" y que en este momento mismo la fuente de dichas emociones ya no es una realidad. Regocije se en este pensamiento, en este momento, todo está bien.

    No de rienda suelta al arrepentimiento. ¿De qué sirve pensar en en lo que pudo ser o hacer?. ¿Cambiará eso realmente el pasado?. Lo único que el arrepentimiento hace es llenarnos de culpa y hacernos revivir un pasado ya que no es realidad. Aún más, el peligro del arrepentimiento es que nos roba el presente...

    Vivir en el pasado hace que nos enfoquemos en las emociones de aquel entonces y las proyectemos hacia nuestra realidad actual. ¿Qué quiere decir esto? Que muy a menudo las experiencias dramáticas del pasado se nos convierten en un filtro a través del cual vemos todo lo demás que nos pasa, y con el tiempo, en creencias acerca de la vida y de nosotros mismos.

    Evalúe si está preso del pasado al usar los mecanismos que utilizó anteriormente frente a las circunstancias actuales. Muy frecuentemente, cuando hacemos esta reflexión, nos damos cuenta que las condiciones actuales no son como las hemos estado viendo y viviendo... Que a lo mejor estas personas si tienen buenas intenciones, que quizá sí nos merecemos esta vida y oportunidad tan buena que nos han ofrecido, que es mucho mejor relajarse y disfrutar que estar alerta por lo malo que pueda su cedernos.

    La realidad la creamos a diario y la posibilidad de cambio siempre está allí. El hecho de que usted haya sido de determinada manera en el pasado, no quiere decir que hoy tenga que serlo, y el hecho de que algo le haya sucedido en el pasado y lo haya marcado, no quiere decir que usted se case con esta realidad y la perpetúe para el resto de su vida.

    El hecho de que el cambio sea posible (y necesario) no quiere decir que sus vivencias no sean importantes y útiles en su camino. Reclamen lo positivo que haya aprendido de su pasado. ¿Qué ha aprendido? ¿Qué habilidades desarrollo? Quizás sea alguien más fuerte, quizá lo negativo le ayude ahora a apreciar más lo positivo, quizás puede ahora convertirse en mentor o ayuda para otros que viven la situación que usted ya superó.

    Recuerde, usted tiene el poder de decidir en cualquier momento, "esto no es lo que yo quiero, y este no es el final de la historia.

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