jueves, 18 de diciembre de 2014

Por si muero antes que tú....


    Cuando uno ama, quisiera permanecer por siempre con quien ha decidido compartir su existencia...

    Pero, en ocasiones, la vida tiene otros planes. En esos momentos no hay palabras de consuelo que valgan, sólo el abrazo y las lagrimas compartidas.

    Es fácil comprender ese desgarro porque sabes que esa persona rota podrías ser tú... Un amor que no perece aunque uno desaparezca. 

Carta de amor, por si muero antes que tú.

    Si me voy antes que tú, no llores por mi ausencia; alégrate por todo el camino que hemos andado juntos.

    No me busques entre los muertos, en donde nunca estuvimos, encuéntrame en todas aquellas cosas que no habrían existido si tu y yo no nos hubiésemos conocido.

    Yo estaré a tu lado, sin duda alguna, en todo lo que hayamos creado juntos: en nuestras hijas, por supuesto, pero también en el sudor compartido en el placer, en el sudor del trabajo y en las lágrimas que intercambiamos. Y en todos aquellos que pasaron a nuestro lado que, irremediablemente, recibieron algo de nosotros y llegan incorporado (sin ellos ni nosotros notarlo) algo de mi y algo de ti.

    También nuestros fracasos, nuestras indolencia y nuestros pecados serán testigos permanentes de que estuvimos vivos, y nos fuimos ángeles si no humanos.

    No te ates a los recuerdos ni a los objetos, porque donde quiera que miles que hayamos estado, con quien quiera que hables que nos conociese, allí habrá algo mío; aquello sería distinto, pero indudablemente distinto, sino hubiésemos aceptado vivir juntos nuestro amor durante tantos años; el mundo estará ya siempre salpicado de nosotros.

    No llores mi falta, porque sólo te faltará mi palabra nueva y mi calor de ese momento. Llora si quieres porque el cuerpo se llena de lágrimas ante todo aquello que es más grande que el, que no es capaz de comprender, pero que entiende como algo grandioso, porque cuando la lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los ojos.

    Y vive. Vive creando cada día y más que antes. Porque yo, no sé cómo, pero estoy seguro de que desde mi otra presencia, yo también estaré creando junto a ti, y será precisamente en ese acto de traer algo que no estaba donde nos habremos encontrado. Sin entenderlo muy bien, pero así. Como los granos de trigo que no entienden que sus compañeros muertos en el campo han dado vida a muchos nuevos compañeros.

    Así, con esa esperanza, deberás continuar dejando tu huella, para que cuando tú muerte nos vuelva a dar la misma voz, cuando nuestro próximo abrazo nos incorpore ya sin rotura a la única creación, muchos pueden decir de nosotros: si no nos hubiesen amado, el mundo estaría más atrás.

Nota: El autor de este artículo es una persona anónima. Éste circula por la red y aparece en algunas compilaciones... Lo importante, en este caso, no es quien lo escribió sino su contenido.




















                                        Un abrazo fuerte. Gracias...

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