Dependencia Emocional…
“El bien de la humanidad debe consistir en que cada
uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los
demás”.
La Dependencia Emocional se define como “una necesidad
afectiva fuerte que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes
relaciones”. Aunque lo más conocido es la dependencia emocional en cuanto a
relaciones de pareja, también existe la dependencia afectiva hacia padres,
amigos e hijos.
La Dependencia Emocional sería algo similar a una
adicción, pero en vez de necesitar una sustancia, se necesitaría aprobación,
afecto, cariño, etc., de determinadas personas.
Cuando somos niños, creamos un vínculo afectivo de
dependencia emocional con las personas más cercanas, generalmente nuestros
padres, o personas que vivan en la misma casa (por ejemplo, los abuelos). En la
adolescencia creamos esos vínculos con amigos y estos vínculos nos ayudan a
aprender y a crecer personalmente, y en la edad adulta, además creamos un
vínculo especial con nuestra pareja.
El problema aparece cuando este vínculo se convierte
en dependencia y nos impide desarrollarnos en la vida como seres independientes
y libres; cuando esa dependencia nos lleva a quedarnos en segundo plano en
nuestra propia vida, dando más importancia a las necesidades, derechos y
comportamientos de otra persona, que a los nuestros. En realidad, lo que se
está haciendo es colocar la felicidad en las manos de otros, se busca la
felicidad fuera de sí mismos. Eso, sin saberlo, lleva a la infelicidad
automáticamente, ya que la única forma de ser felices es buscar esa felicidad
en nosotros y en las acciones que elijamos. Los únicos comportamientos en los
cuales podemos influir de una manera clara son los nuestros, y esos son los
únicos que nos pueden garantizar nuestra felicidad.
Lo que más destaca en las personas con alta
dependencia emocional es su miedo a las pérdidas y al rechazo de las personas
queridas, en este caso, de la pareja. Tienen miedo a hacer algo que al otro, no
le guste, y que esa persona decida dejarles o retirarles su amor y su cariño.
Así que buscan continuamente complacerle, hacer lo que se supone que el otro
quiere o desea. Intentan adivinar qué es lo que gustaría al otro en cada una de
sus acciones, con el consiguiente riesgo de equivocarse, ya que por mucho que
conozcamos a una persona, no sabemos lo que les pasa por la cabeza en cada uno
de los momentos de sus vidas. Si nos ponemos a pensarlo, muchas veces ni
siquiera nosotros comprendemos nuestras acciones, así que será difícil
controlar cada una de las reacciones del otro. Pero aun así, estas personas
intentan hacerse expertas en adaptarse a las necesidades y deseos que creen que
el otro tiene.
El intentar adaptarse al otro y conseguirlo en
algunas ocasiones, les hace sentir bien a las personas con dependencia
emocional por haber conseguido satisfacer a la otra persona en alguna cosa. Se
sienten bien también por ellas mismas, ya que han logrado de nuevo evitar una
pérdida de esa persona. Pero a la vez se van sintiendo cada vez peor, ya que han
renunciado y siguen renunciando a sus sueños, a sus ilusiones y han puesto toda
su felicidad en que el otro sea feliz, ya que se supone que siendo él feliz,
ella se sentirá así de bien automáticamente.
Le transmite a la otra tanta responsabilidad sobre
sus propios sentimientos y sobre su felicidad, que lo expresa incluso,
inconscientemente o por hábito, en su lenguaje. Atribuye al otro sus
sentimientos positivos: “me haces tan feliz”, “me haces subir al cielo”, “antes
de conocerte era tan infeliz”, y también atribuyen al otro sus sentimientos negativos:
“me haces sentir tan triste”, “me irritas”, etc.
A la larga, estas personas se encuentran muy mal en
sus vidas. Aunque llevan tiempo intentando adaptarse al otro, aunque consigan
un hogar con paz y armonía, aunque sigan estando con la persona que deseaban,
no se sienten bien, no se sienten felices. Según su pensamiento, se supone que
eso sería lo que les haría sentirse felices. En algunos casos, ya lo tienen,
pero no les hace sentirse felices.
A lo largo de su vida y de su relación, han ido renunciando
a tantas cosas, materiales y, sobre todo, personales, que a veces, ni siquiera
saben quiénes son. Cada vez titubean más a la hora de tomar una decisión, son
personas más inseguras, que necesita que la otra persona le diga si lo que han
pensado o hecho está bien o no y, además, se sienten vacías por dentro.
¿Qué han hecho en su vida?
¿Qué les queda de todos sus esfuerzos?
Incluso en algunas personas, aparte de ese malestar
y ese sufrimiento interno, puede haber ocurrido que de tanto querer adaptarse,
la pareja ya no vea en ellas a la persona que conoció y las cualidades de las
que se enamoró. Y puede ser que sus esfuerzos porque el otro le quiera, y por
evitar perderle, consigan exactamente lo contrario de lo que ella quería, y es
que el otro se aleje de ella, y se confirmen todos sus miedos., además también
puede haber ocurrido que la pareja se haya acostumbrado a ser más directiva de
lo que originalmente era.
Pero esta dependencia emocional y esta necesidad de
aprobación, también tiene aparentes ventajas, que precisamente son parte de lo
que ayuda a que se mantenga. Una de las ventajas más importantes es que al
dejar que sea la opinión del otro la mejor, coloca la responsabilidad de sus
sentimientos y de sus comportamientos en los demás, ya que, si ellos no te
tratarán así, o si ellos no te dijeran, o si ellos te dijeran… tú lo harías de
otra forma. Al responsabilizar a los demás, la persona con alta dependencia
emocional no tiene que cambiar de comportamiento, ya que en su cabeza está que
son los demás los que deben cambiar y no él/ella. Aunque muy en el fondo, sabe
que algo podría hacer él/ella para modificar la situación, pero el miedo que
siente a mostrarse como realmente es, es muy grande. Tiene miedo a los
conflictos, miedo a perder a esa persona a la que quiere tanto… Cada día es una
persona con más miedos, ya que, al evitar enfrentarse a sus miedos, estos cada
vez son más grandes.
Muchos problemas psicológicos (ansiedad, depresión,
reacciones psicosomáticas) tienen su origen en la Dependencia Emocional que esa
persona tiene hacia otra.
Si te sientes identificada con esta descripción, es
el momento de reconocer que tienes un problema y, cuanto antes, debes pedir
ayuda para enfrentarlo.
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