Cómo superar La Ansiedad y La Depresión... (Tercera parte).
Segundo principio:. Los pensamientos preceden a los sentimientos, ansiedades y depresiones.
La mayoría de las personas, cuando sienten ansias o depresión, creen que son víctimas:. "Me dijo que soy un imbécil y, claro, estoy deprimido". ¿Cómo no iba a estarlo?. "Ves, ahora ya me ha hecho daño, ¿Estás satisfecho?", o "¿Cómo has estado fuera hasta tan tarde?. Estaba muy preocupada/o"...
Las víctimas creen que no tienen elección, que alguien o algo "hace" que siempre estén preocupados, infelices o temerosos. "¿Cómo no me voy a preocupar?. ¡Con este trabajo que tengo tan inestable, no tengo otra elección!....
A veces, cuando aparece un humor o una ansiedad sin una razón aparente, la persona se siente víctima del destino. "No estaba haciendo nada. Sólo estaba conduciendo hasta mi trabajo y de repente me entró el ataque de pánico". Cuando uno se siente la víctima, nunca se le ocurre pensar que puede hacer algo para cambiar sus sentimientos.
Cuando somos conscientes de que los pensamientos preceden a los sentimientos, podemos entender por qué no somos importantes. Hay algo que podemos hacer. Podemos cambiar la forma de pensar y descubrir al mismo tiempo que empezamos a sentirnos mucho mejor. La auto preparación le enseñara a responsabilizarse de sus sentimientos y a cambiar esa actitud de víctima, sobre todo los pensamientos producidos por Su Niño Inseguro.
Si no se hace nada al respecto, El Niño Inseguro que lleva en su interior le destrozará la vida. Por eso es vital, aprender a enfrentarse a esos pensamientos primitivos, ya que así podrá recuperar su vida.
Cuarto principio:. La Ansiedad y La Depresión son intentos equivocados para controlar la vida.
Cuando la inseguridad hace que se sienta vulnerable e inútil, La Ansiedad y La Depresión no son más que intentos erróneos que pretenden recuperar el control. La Ansiedad lo hace por medio de un derroche de energía (preocupaciones, pánicos, cavilaciones, hipótesis negativas, y muchas más). Mientras que la depresión lo hace por medio de un ahorro de energía (aislamiento, fatiga, envidia a los demás, dejar de preocuparse, y muchas más). Desgraciadamente, más que ayudar, La Ansiedad y La Depresión se convierten en parte del problema, es una parte importante de él.
Puede parecer extraño contemplar La Ansiedad y La Depresión como estrategias defensoras que intentan protegernos de algún daño. Seguramente, más que estrategias defensoras pueden observarse cómo "estrategias controladoras", puesto que La Ansiedad moviliza todos los recursos de anticipación que posee, intentando prepararse (para lograr el control) para una colisión, y La Depresión, por su lado, controla mediante la desvinculación de lo que se percibe como amenaza. Tanto si la reacción es de ansiedad como de depresión, en cualquier caso la persona sale perdiendo, porque acaba siendo engañada por Su Niño Inseguro...
Continuará...
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